Kamala Harris le cierra la puerta en las narices a los desesperados inmigrantes guatemaltecos: “¡NO VENGAN!”

| revcom.us

 

La vicepresidenta estadounidense Kamala Harris viajó a Guatemala el 7 de junio para comunicar una severa advertencia a las personas que buscan refugio desesperadamente en Estados Unidos ante el hambre y la violencia: “¡No vengan! ¡No vengan! Estados Unidos continuará haciendo cumplir nuestras leyes y asegurando nuestras fronteras. Si se vienen a nuestra frontera, serán rechazados”1.

Las amenazas de Harris chorrean lágrimas de cocodrilo — de compasión fingida por los refugiados y “preocupación” por “el peligroso viaje” a Estados Unidos, todo envuelto en promesas vacías de mejorar las cosas en Guatemala para que la gente no tuviera que salir.

Veamos la realidad detrás de sus palabras.

¿Por qué huyen de Guatemala?

Harris reconoce que la mayoría de las personas no abandonan sus países de origen a menos que estén “huyendo de algún daño o simplemente no puedan satisfacer sus necesidades básicas”. Pero sus palabras subestiman escandalosamente la realidad: de hecho la hambruna está acechando a Guatemala y los países vecinos, especialmente a los pueblos indígenas de la sierra que viven de la agricultura de subsistencia en pequeñas parcelas y/o trabajan de jornaleros en grandes plantaciones.

Guatemala se ha caracterizado durante mucho tiempo por la opresión, el empobrecimiento, y el genocidio contra los pueblos indígenas. Ahora el cambio climático y otros factores han creado una severa crisis agrícola. Un periodista de National Geographic describe la situación en la sierra en 2018, que solo se ha empeorado desde ese entonces:

Eduardo Méndez López levanta la mirada hacia el cielo, esperando ver nubes cargadas de lluvia. Después de meses de subsistir casi exclusivamente con tortillas de maíz con sal, se le ven hundidos los ojos y mejillas, se le estira la piel sobre los huesos. La mayoría de sus vecinos tienen el mismo aspecto.

Es el pico de la temporada de lluvias en Guatemala, pero en la aldea de Conacaste, Chiquimula, las lluvias llegaron meses muy tarde y luego cesaron por completo. Los cultivos de Méndez López se marchitaron y murieron sin producir ni una sola mazorca. Ahora, con una reserva de alimentos cada vez menor y sin ninguna fuente de ingresos, se pregunta cómo podrá alimentar a sus seis hijos pequeños.

El artículo describe que una monja viaja de aldea en aldea en burro para llevar comida a los niños de “familias demasiado pobres y débiles para buscar ayuda”. Ella dice: “Estos niños tienen tantos problemas de salud que se ven agravados por una desnutrición crónica severa. Se les está cayendo el cabello, no pueden caminar... se oye de muchos casos de niños que mueren de inanición. Ni siquiera los reportan las noticias”.

Esta pesadilla se repite en toda Guatemala, que ahora tiene la sexta tasa más alta de desnutrición crónica del mundo. En algunas regiones, el 70% de los niños padecen hambre crónica. Las familias pasan días sin comer; ven a los niños morir de hambre. “Vine porque no teníamos nada de comer”, dijo llorando un niño de 12 años que había logrado cruzar a Estados Unidos.

Así de básico es la situación2. (Para más información sobre el efecto que tendrá el cambio climático sobre cientos de millones de personas que resultará en “refugiados del clima” a una escala jamás vista en la historia, visite aquí.)

¿Por qué son las condiciones tan angustiosas?

La cobertura noticiosa del viaje de Harris hace eco de su promesa de que Estados Unidos ayudará a sacar de raíz las “causas fundamentales” de la inmigración. Repiten las palabras “corrupción”, “injusticia” y “pobreza”, como si fueran condiciones naturales de la región.

Pero aquí está la pura verdad que se está ocultando: la causa fundamental de la catástrofe humanitaria que azota a decenas de millones de personas es Estados Unidos y el sistema del capitalismo-imperialismo, encima del cual está sentado.

Hace casi 200 años3, Estados Unidos declaró que todo el Hemisferio Occidental era su patio trasero. En 1904, proclamó explícitamente su “derecho” de ejercer “poderes policiales internacionales” e intervenir en los países de América Latina y el Caribe. Desde ese entonces, la historia de la región ha sido una de invasiones de Estados Unidos, golpes de estado fraguados por Estados Unidos y otras medidas de Estados Unidos con el fin de aplastar a cualquier gobierno, líder o movimiento social que Estados Unidos considere una amenaza a sus intereses económicos y estratégicos4.

A principios de la década de 1950, Guatemala eligió a Jacobo Árbenz como presidente. Cuando Árbenz intentó repartir entre los campesinos sin tierra las tierras no utilizadas pertenecientes a la United Fruit Company, Estados Unidos respondió en 1954 orquestando un golpe de estado que derrocó a Árbenz. Siguieron décadas de guerra civil; las Fuerzas Especiales de Estados Unidos y el ejército israelí ayudaron a perpetrar el asesinato de 200.000 personas, principalmente indígenas.

En 1982, Estados Unidos respaldó un golpe de estado militar encabezado por el general Ríos Montt5. Montt, que tenía estrechos vínculos con los fascistas cristianos en Estados Unidos, desató crímenes aún más horribles — la destrucción sistemática de 600 aldeas indígenas mayas, y la matanza de 75.000 personas. En algunos ataques, arrancaron los corazones a los niños para exhibirlos a los padres. El presidente de Estados Unidos, Reagan, dijo que Montt era “un hombre de gran integridad personal”.

Las sangrientas intervenciones imperialistas y los gobiernos brutales, opresivos y corruptos respaldados por Estados Unidos como estos son las causas fundamentales de la situación en Guatemala hoy: un infierno en vida para tantas personas.

Y es la criminalización de los inmigrantes por Estados Unidos lo que obliga a las familias desesperadas a arriesgar lo poco que tienen y poner en peligro sus vidas para emprender el viaje hacia Estados Unidos — sin más opción que depender de los coyotes criminales, lo que los pone en grave peligro de robo, violación y asesinato.

¿Y qué de la ayuda e intervención de Estados Unidos?

Kamala Harris prometió “ayuda” de Estados Unidos a Guatemala. Pero la “ayuda” y la inversión de Estados Unidos son parte del problema, y no la solución. Décadas de inversión estadounidense han devastado la agricultura de subsistencia en Centroamérica, convirtiendo gran parte de sembradíos en unos pocos cultivos comerciales para el mercado internacional. Guatemala ahora importa alimentos básicos como el maíz que una vez cultivó. Esto convirtió a los campesinos en engranajes empobrecidos en el mercado global, o los obligó a trabajar en parcelas más pequeñas y menos fértiles, o a salir a las ciudades o al extranjero para trabajar en maquiladoras de extranjeros. Este tipo de “desarrollo” es muy rentable para los inversionistas imperialistas — pero inflige miseria a las masas de personas.

Y la “inversión” y el “desarrollo” capitalista-imperialista en todo el mundo han construido una economía globalizada que está destruyendo el planeta y planteando peligros sin precedentes para los ecosistemas de todo el planeta y la vida misma. Esta crisis climática está provocando sequías, huracanes e inundaciones sin precedentes que han destruido el humilde sustento que la gente alguna vez sacaba de la tierra6.

En cuanto a la “ayuda”, según datos de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (que supervisa la ayuda exterior de Estados Unidos), el 80% de la ayuda estadounidense a Centroamérica de 2016 a 2020 se canalizó a empresas estadounidenses7. Los expertos en ayuda dicen que aproximadamente la mitad de eso va a ganancias, salarios de ejecutivos y otros “gastos generales”. “Es un negocio”, dice un experto, y “los mismos gestores ganan los contratos una y otra vez, a pesar de... no mostrar ningún nivel de impacto y no cambiar nada”.

***

La situación que enfrenta nuestra gente en Centroamérica es desgarradora. Cualquier persona decente debería querer actuar para acabar con este horror. Pero confiar en los líderes de este sistema impulsado por las ganancias en el que vivimos para solucionar este problema es peor que inútil — significa condenar a las personas a un sufrimiento y una muerte continuos.

Pueda que Biden y Harris tengan un “tono” diferente al de Trump y los fascistas sobre la inmigración — no hablan de personas que vienen de “países pozos de mierda” ni llaman “violadores” a los inmigrantes. Pero la realidad es que tanto el Partido Demócrata como el Partido Republi-fascista son representantes de este sistema capitalista imperialista. Las “soluciones” que cada uno les ofrece a las personas que huyen desesperadamente de sus hogares y buscan formas de sobrevivir en Estados Unidos se basan en lo que creen que mejor proteja y promueva sus intereses como explotadores y opresores.

 

1. “Serán rechazados” significa que a las personas de Guatemala (y otros países centroamericanos) que logran llegar a la frontera entre Estados Unidos y México se les niega la entrada y se les condena a pasar años en miserables y peligrosos campos de refugiados en México. Según las leyes de Estados Unidos, las personas que buscan asilo tienen derecho a permanecer en Estados Unidos hasta que se les tramite la solicitud de asilo. Cuando Trump ocupó el poder, derogó esta ley, con el pretexto de que los refugiados propagarían LA COVID. Biden denunció esto cuando se postuló para la presidencia, pero ahora su administración continúa en gran medida la misma política — la única diferencia es que Biden no rechaza a los menores no acompañados, sino que los encarcela en campos de detención. [volver]

2. Este artículo no aborda otro factor importante que impulsa la migración: la aterradora violencia de las pandillas, a la que Harris se refiere con tibieza como “huir de algún daño”. Esto se explica en un artículo anterior en revcom.us: “El infierno en Honduras: hecho en Estados Unidos”, 7 de noviembre de 2018. [volver]

3. Desde la “Doctrina Monroe” de 1823, Estados Unidos declaró que ninguna otra potencia aparte de Estados Unidos, podía colonizar al Caribe y el resto de América Latina. [volver]

4. Ver “Repúblicas Bananeras: Made in the USA”, en revcom.us, 13 de enero de 2021 [volver]

5. Ver Crimen Yanqui Caso #95: El carnicero de Reagan comete el genocidio en Guatemala, en revcom.us [volver]

6. Ver “A 50 años del primer Día de la Tierra: Reflexiones sobre la catástrofe que es el capitalismo-Imperialismo”. [volver]

7. La ayuda de EE.UU. a Centroamérica no ha frenado la migración. ¿Podrá hacerlo Kamala Harris?, New York Times, 6 de junio, 2021. [volver]

Bob Avakian responde a la gente que se queja de que los inmigrantes cruzan la frontera

Vídeo en inglés. Lea el texto de este corto en español aquí.

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La crisis climática está provocando sequías, huracanes e inundaciones sin precedentes que han destruido el humilde sustento que la gente alguna vez sacaba de la tierra. Guatemala carece de recursos naturales como el agua. Guatemaltecas hacen fila para recolectar agua, mayo de 2019. Foto: AP

En 1982, Estados Unidos respaldó un golpe de estado militar encabezado por el general Rios Montt, que tenía estrechos vínculos con los fascistas cristianos en Estados Unidos. Desató crímenes aún más horribles — la destrucción sistemática de 600 aldeas indígenas mayas, y la matanza de 75.000 personas. Arriba, una exhumación en San Juan Comalapa de desaparecidos masacrados durante esa guerra civil. Abajo, aldeanos mayas ixiles cargan el cadáver recuperado de una de las víctimas. Fotos: AP

 

 

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