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El “ELLOS” no existe — pero las cosas tienen cierto rumbo

LAS DINÁMICAS AL INTERIOR DE LA CLASE DOMINANTE, Y LOS RETOS PARA LOS REVOLUCIONARIOS

De la serie:
La guerra civil que se perfila y la repolarización para la revolución en la época actual

Actualizado

Nota de la redacción: Se publicó este artículo de Bob Avakian (BA) por primera vez en 2005, durante el régimen de George W. Bush, cuyo régimen llevó a Estados Unidos y al Partido Republicano, mucho más adelante en el camino hacia el fascismo. Si bien esto ahora ha dado un nuevo salto bajo Trump y Pence y algunos detalles han cambiado, lo importante en este escrito es el método que BA aplica para analizar la realidad y cómo transformarla.

El pasaje que presentamos a continuación es parte de una serie de conversaciones, discusiones y discursos formales de Bob Avakian sobre diversos temas. Se ha revisado para su publicación.

Tenemos que captar que el "ELLOS" no existe: no hay un sologrupo "monolítico" sin divisiones que dirija la sociedad.Hay que entender eso. En vez, hay varios grupos que se disputanla posición de fuerza determinante de la clase dominantey, por consiguiente, de la sociedad. Pero como un solo grupomonolítico, el "ELLOS" no existe.

No es como la película "Presidente por accidente" (Moonover Parador) de Richard Dreyfuss, y aun en esa películael personaje protagonizado por él se sale de su rol.¿Se acuerdan de la película? Muere el dictador deun país latinoamericano ficticio y la oligarquíaobliga a un actor (Dreyfuss) que está filmando unapelícula ahí a hacerse pasar por él. Unpuñado de familias de la oligarquía (eltípico modelo oligárquico latinoamericano) locontrola, pero en cierto momento se les sale de las manos. Desdeluego, no es una situación realista, es unapelícula, no la vida real, pues en el mundo real no hay unsolo grupo monolítico ("ellos") que decida todo. A veceslos que reconocen que los intereses financieros ejercen un papelimportante en la sociedad hacen análisis limitados yeconomicistas (trazan una conexión muy directa ymecánica entre los grandes intereses financieros yeconómicos y el proceso de tomar decisionespolíticas). Nosotros también hemos caído enese tipo de errores. Algunas veces el gobierno hace cosas que nole convienen económicamente a las grandes empresas porqueal juicio de los que toman las decisiones políticas leconvienen al sistema a cuyo servicio trabajan (sea cual fuere suconcepción del sistema y de sus intereses). En todo caso,sí hay un sistema, cuya dinámica subyacentedetermina el marco, en última instancia, de las decisionespolíticas, pero esa relación —entre los interesesfinancieros y empresariales, por un lado, y el proceso de tomardecisiones políticas, por el otro— no es directa nimecánica. No existe una "clase empresarial" uniforme quedecida todo de acuerdo a intereses uniformes. "ELLOS" no existen;hay una serie de representantes políticos que operan conrelativa autonomía. El multimillonario George Soros es unpez de los más gordos pero igual, hay muchos más.Dio mucho dinero a la campaña electoral de Kerry; quisonegarle a Bush el "mandato" para otro período de gobierno,pero no prevaleció.

Hay que hacer un análisis dinámico incluso delas estructuras y círculos de la clase dominante.Sí, hay una clase dominante. Pero es como un núcleosólido; adentro tiene mucho dinamismo. No es un monolito,especialmente hoy. Es preciso que no caigamos enanálisis vulgares sobre el "ELLOS". Claro, a veces eselenguaje conciso es útil para referirse a algo máscomplejo, pero igual que en la ciencia y otros campos, puedellevar a errores de orientación. No es que "ELLOS"repartan poder a una serie de personas. He dicho que cuando uncandidato se postula es como una audición (y decide laclase dominante, en última instancia), pero eso es algodinámico, y no es literalmente como los jueces delprograma de televisión "American Idol", que dicen "arriba"o "abajo". Es mucho más dinámico. Trazamosmetáforas para explicar importantes aspectos de larealidad, pero no debemos presentarlas de modo simplista niinterpretarlas así nosotros. Debemos ayudar a losdemás a captar la complejidad de esto y nosotros debemoscaptarla también.

En este momento, se está dando cierta dinámicaen la política y las contradicciones de la clase dominantey su relación al rumbo de la sociedad (y en gran medidadel mundo). Los sucesos internacionales podrían cambiarla,cosas que los imperialistas no controlan podríancambiarla. El autor del libro Imperial Hubris (un agentede la CIA de larga trayectoria) sostiene que es inevitable quehaya otro ataque como el 11 de septiembre, muy posiblemente conarmas de destrucción masiva. ¡Imagínense elefecto en la dinámica interna del país!

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Paso ahora a un punto crucial con relación a todo esto:es imprescindible captar que no somos, no debemos ser, pasivosante esta situación. Tenemos que trabajar para producir uncambio radical en el terreno político. La dinámicaactual no es favorable ni para el proletariado revolucionario nipara los oprimidos ni para las masas de este país y elmundo. Si sigue por el mismo cauce, la situaciónempeorará y, si las fuerzas religiosas reaccionarias quehicieron los ataques del 11 de septiembre lanzan otro, yespecialmente si es más devastador, se produciráuna situación mucho más gruesa. Claro, algoasí podría llevar a un serio revés para losimperialistas yanquis por abarcar demasiado en el planointernacional, pero si eso ocurre en una situación en quela dinámica actual haya seguido la misma trayectoria enque está, lo más probable es que lleve a unasituación mucho peor que la actual. Esto subrayala gran importancia de trabajar urgentemente para movilizar a lasmasas en lucha política para transformar radicalmentey a saltos la situación, el terreno y el marcopolítico en una dirección más positiva.

Cuando Hitler se afianzó en el poder se requirióuna guerra mundial para tumbarlo, y no lo tumbaron ladinámica y lucha de la sociedad alemana (aunque cuandonaufragaban las fortunas de Alemania en la guerra, se registraronvarios atentados por fuerzas de la clase dominante). No vayamos aser deterministas ni quedarnos cruzados de brazos esperando queocurra algo así. ¡Imagínense cómosería otra guerra mundial! ¿Quién sabe sisiquiera habría sobrevivientes? La UniónSoviética ya no existe, pero pueden volar armas dedestrucción masiva; para eso no se necesita laUnión Soviética. Estoy señalando unadinámica que me parece real y muy peligrosa. Claro, puedecambiar, pero más vale captar que puede empeorar y, sisigue por el mismo cauce, es casi seguro que así sea, deuna manera u otra.

Por eso, tenemos que esforzarnos por cambiarla. Se estádando una dinámica que tiene posibilidades muy negativas yextremadamente peligrosas, pero también elementospotencialmente positivos y favorables, y tenemos que trabajar portransformarla en algo totalmente diferente. En este momento, elaspecto positivo —la oposición de varios tipos a lo querepresenta el proyecto de Bush, en pocas palabras— se confinacasi completamente al marco de la democracia burguesa. Si sigueasí, si el polo positivo de la polarización siguedefiniéndose mayormente de esa manera, los interesesfundamentales de las masas de este país y el mundo noprevalecerán. Aunque se logre una configuraciónmás favorable a través de la repolarización,la oposición seguirá abarcando mucha resistenciaque no ha rebasado fundamentalmente el marco de la democraciaburguesa, y así será, en cierto sentido, incluso sila repolarización llega muy lejos y lleva a unasituación revolucionaria. Pero si dejamos las cosas comoestán ahora, con la polarización políticaesencialmente entre lo que Bush representa, por un lado, y lasimple oposición democrática burguesa (de variostipos) por el otro, el resultado no será bueno nitriunfarán los intereses fundamentales de las masas.

Muchos han tenido que afrontar el mundo a que los haarrastrado la dinámica actual; están cara a caracon él. El núcleo determinante de la clasedominante (agrupado en torno a Bush, básicamente) pretendereforjar un consenso muy distinto del de Clinton. Despuésde la guerra fría, con el derrumbe de la UniónSoviética y su imperio, Clinton pretendíareconfigurar la sociedad estadounidense dentro de un marcoesencialmente democrático burgués laico.Ciertamente, hizo grandes concesiones a la religión,incluso al fundamentalismo religioso, pero operaba en un marcodemocrático burgués laico, el marcodemocrático burgués, "post- Ilustración",laico. A esto se opone otro marco, que todavía no haprevalecido completamente como el marco de la clase dominante ydel gobierno. Pero tiene mucha iniciativa; es un monstruoinsaciable y para controlarlo hay que alimentarlo. Así es.Eso no quiere decir que el marco fascista, en particular fascistacristiano, y las fuerzas emperradas en imponerlotriunfarán inevitablemente (incluso si no hacemos nada).Pero, eso sí, se está dando una dinámicadefinida que está cañón.

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Tenemos que captar que estamos ante una especie de coyuntura—una convergencia e intensificación de grandescontradicciones—, pero que no es inmutable ni estádivorciada de las fuerzas generales del mundo. No quedaránecesariamente como está; es casi seguro que no. De hecho,podemos decir con bastante seguridad que no quedaráexactamente como está ahora. Pero la situación seestá presentando de cierta manera (digo, se estádando una dinámica definida) y no se trata del famoso"péndulo político" que con el tiempo"volverá al otro extremo". La situación se encaminaa los extremos, y en este momento de un modo abrumadoramentenegativo. Pero, repito, esta situación tambiénencierra factores favorables. Tenemos que trabajar urgentementecon tales elementos potencialmente positivos de lasituación y dinámica, y también trabajar portransformar los factores negativos y repolarizar lasituación. Entonces si... o cuando la situación enel mundo dé nuevos giros debido a las acciones de otrasfuerzas y la respuesta de la clase dominante, el resultadopodría ser muy diferente que el desenlace definitivamentenegativo que se dará si no se transforma ladinámica actual.

En ese sentido tenemos un gran deber político eideológico. Tenemos que unirnos con los numerososindividuos y fuerzas que buscan urgentemente una solucióna todo esto en el marco del sistema capitalista y la democraciaburguesa, luchar con ellos y no andar a la zaga. Debemos unirnoscon ellos por el odio que le tienen a lo que representa elgobierno actual y al rumbo por el cual está llevando estasociedad y el mundo, pero también tenemos que luchar conellos y transformar la oposición y resistencia de hoy enalgo radicalmente distinto. Además, tenemos que potenciarun movimiento revolucionario de las masas del fondo de lasociedad, lo cual es un elemento decisivo.

No podemos quedarnos cruzados de brazos y dejar el campoabierto a las "iniciativas de fe" y todas las chingaderasreligiosas que están llevando a las masas a actuar contrasus propios intereses fundamentales. Tendré más,mucho más, que decir sobre eso, pero aquí quierorecalcar que aunque la polarización que se estádando en este momento es principalmente muy negativa, no estotalmente negativa ni es inmutable; encierra elementos yfactores definitivamente positivos y potencialmente muypositivos. Forma parte de una mezcla muy dinámica yvolátil que puede cambiar radicalmente, en unadirección u otra. Pero aun si el elemento fascistacristiano deja de ser, en un momento dado o en ciertoperíodo, el rasgo principal de todo esto,jamás desaparecerá por completo ni dejará deser una fuerza importante del terreno ni de la"configuración" política de la clase dominante...hasta que haya una transformación revolucionaria de lasociedad.

La pregunta fundamental es: ¿cuál será ladinámica de todo esto y adónde llevará?¿A consecuencias horribles y una polarizaciónmás y más negativa o a unasituación en que las masas breguen por crear unarepolarización y producir una nuevadinámica que lleve a una resolución radicalmentediferente?

Ahí es donde entramos nosotros, y este es el reto y eldeber que nos toca asumir.

 

 

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