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La religión y el derecho a creer:

La mentalidad medieval, y la cosmovisión y metodología liberadora del comunismo

De la serie:
La guerra civil que se perfila y la repolarización para la revolución en la época actual

Nota de la redacción: El pasaje que presentamos a continuación es parte de una serie de conversaciones, discusiones y charlas formales de Bob Avakian. Vamos a publicar una serie de pasajes en las próximas semanas. Las notas al pie de página son nuestras.

Hablando de la religión y los rasgos centrales de la sociedad, es necesario trazar un deslinde entre una sociedad que garantiza el derecho a creer y una que impone la mentalidad medieval, y se opone a la ciencia, al pensamiento racional y a conocer el mundo tal y como es. Es preciso trazar ese deslinde. Pero por otro lado, la religión que las masas practican las coloca a menudo en el lado de la mentalidad medieval, aunque ellas no se den cuenta de eso ni lo ven así. Si lo captaran, me parece que muchos no querrían estar del lado del oscurantismo medieval y la supresión de la ciencia y el pensamiento racional. En cambio, a los fundamentalistas cristianos de hueso colorado que son la base social del fascismo cristiano, les vale. Para ellos la ciencia es el enemigo; en esencia, creen que el pensamiento científico y el método racional son obra del diablo. Por eso, es preciso deslindar campos correctamente y ayudar a las masas a estar del lado correcto, dado que la espontaneidad las inclina hacia el otro lado, aunque en realidad no quieren estar de ese lado ni corresponde a sus intereses fundamentales. Ahora, y por un tiempo considerable, muchos querrán su religión, pero no quieren vivir en la Edad Media (aunque en muchos casos la lógica de su religión lleva precisamente a eso, en última instancia). Tenemos que captar esta contradicción con toda su complejidad y carácter contradictorio, y tomarla muy en cuenta. Es preciso distinguir entre los que están bajo la influencia del fundamentalismo religioso y los que a conciencia rechazan el método científico y se unen al coro oscurantista.

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Urge hacer todo lo posible por divulgar mis charlas sobre religión (especialmente “Dios no existe: Necesitamos liberación sin dioses”1) a amplios sectores de las masas, y especialmente a los presos. Esas charlas son un arma ideológica y un medio concreto que permite a los presos (y las masas) avanzados de inclinaciones revolucionarias afianzarse y contrarrestar la racha de propaganda religiosa retrógrada.

Tenemos que captar a fondo la importancia de la formación ideológica y dedicarnos a esa tarea. Es preciso que los presos se formen ideológica y políticamente como revolucionarios y, específicamente, como revolucionarios comunistas. Tienen que ser una fuerza política e ideológica para la revolución y pueden desempeñar el papel crucial de divulgarla, y de divulgar el comunismo, a sus compañeros presos y también a sus familiares y conocidos. Es otra dimensión de lo mucho que los presos pueden aportar a la causa.

Encontré otra de esas cifras que ponen los pelos de punta: alrededor del 10% de los negros de 25 a 29 años de edad están en la cárcel. ¡Qué bárbaro! ¿Qué carajos nos dice de esta sociedad y este sistema? Además, por cada cuate que está en el bote, hay otros tantos que estuvieron presos, y todos tienen parientes y seres queridos. Algunos presos tienen el tiempo, o lo aprovechan, para reflexionar a fondo, estudiar e investigar muchas cosas. La mayoría se enreda en la vaina del bote, pero no todos, e incluso algunos que caen en eso bregan por zafarse, y la neta, la revolución —la revolución comunista— es la única manera de salir de eso.

Los fundamentalistas religiosos de todo tipo hacen proselitismo en la cárcel y lanzan un rollo ideológico muy fuerte. En ese sentido, podemos aprender algo importante de la carta “Cómo perdí la religión”, que salió en nuestro periódico el año pasado2. El autor de la carta creció sumido en el fundamentalismo religioso y su propia experiencia le dio razones de sobra para rechazar la religión, pero no lo hizo cabalmente hasta que encontró otra ideología coherente, que no era otra religión sino la cosmovisión y metodología del comunismo, que conoció en la universidad a través de mis libros. La cosmovisión y metodología que plantean le enseñaron a hacer algo que la religión jamás le permitió: pensar críticamente. No es cierto que el que “pierda la religión” tiene que reemplazarla con otro sistema de creencias religiosas. Pero le hace falta una manera de comprender el mundo y la existencia, por qué es como es, cómo podría ser diferente y el papel del individuo en eso. Si queremos ayudar a las masas a zafarse de las porquerías cotidianas (a causa de las cuales muchas veces terminan en el bote), tenemos que brindarles un arma ideológica fuerte. No algo dogmático; de hecho, no debe ser dogmático ni religioso pero, eso sí, tiene que ser coherente y sistemático. Tiene que dar una explicación del mundo, y en nuestro caso sí podemos explicarlo científicamente [se ríe]. Ahí está la ventaja del comunismo: la religión tiene ciertas ventajas a corto plazo porque la espontaneidad inclina a la gente hacia ella, pero nosotros tenemos la ventaja de poder explicar de a de veras la realidad, lo cual es muy chingón.

No debemos subvalorar el trabajo ideológico con los presos y con las masas en general para capacitarlos a ver el mundo de una forma totalmente diferente... ¡tal y como es! La mayoría ve el mundo a través de una especie de caleidoscopio muy raro en que aparece como un rompecabezas con piezas chuecas que no pueden armar. Los ideologías y programas burgueses y reaccionarios (y las creencias religiosas, etc.) lo distorsionan. Pero la ideología comunista permite armar el rompecabezas. Eso es lo que mi charla sobre la religión3 pretende y lo que en general urge hacer.

Repito, no debemos subvalorar la importancia del trabajo ideológico. Claro, no podemos limitarnos a plantear ideas. Es necesario crear medios políticos (y prácticos, en ese sentido) de librar lucha contra la opresión y el sistema que la engendra; en última instancia, la ideología no es suficiente sin eso. Pero también es cierto, y debemos captarlo, que no se puede convencer a la gente políticamente sin convencerla ideológicamente. Además, queremos brindarle una visión completa de la meta por la cual lucha.

Todo esto subraya, desde varios ángulos, la gran importancia de la ideología y de popularizarla con osadía, convencer a la gente ideológicamente y formarla con la ideología emancipadora y el método del comunismo.

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NOTAS:

1. La charla “Dios no existe: Necesitamos liberación sin dioses” y otra titulada “El cristianismo y la sociedad: El Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento, la resistencia y la revolución” están en la internet (en inglés) en: BobAvakian.net. [volver]

2. “Cómo perdí la religión”, Obrero Revolucionario No. 1237, 25 de abril, 2004. [volver]

3. La charla “Dios no existe...” se puede encontrar (en inglés) en la internet. Además, se puede pedir en CD a Libros Revolución. [volver]