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La religión y unidad-lucha-unidad con fuerzas religiosas progresistas

De la serie:
La guerra civil que se perfila y la repolarización para la revolución en la época actual

Nota de la redacción: El pasaje que presentamos a continuación es parte de una serie de conversaciones, discusiones y charlas formales de Bob Avakian. Vamos a publicar una serie de pasajes en las próximas semanas. Tiene leves cambios editoriales.

La moral es un frente clave de la lucha contra el monstruo de guerra y represión de corte fascista y las tendencias hacia la institución del fascismo que ha desatado el gobierno de Bush. Tenemos que librar batalla sobre la moral: la moral tradicional y el fascismo cristiano, la cuestión de la homosexualidad, la cuestión de la mujer y, en particular, el aborto, la cuestión de la separación del estado y la iglesia, etc. Tenemos que entrarle mucho más a esto en el plano ideológico, y también en el plano político, en la batalla de la opinión pública y en importantes luchas políticas en estas esferas.

Tenemos que entrar en un proceso de unidad-lucha-unidad sobre la moral y los valores con una amplia gama de gente y, como parte de eso, aumentar geométricamente nuestro trabajo con fuerzas religiosas. Es importante trabajar con ellas en general y, concretamente, tenemos que ayudarlas a hacerle frente al fascismo cristiano y potenciar su papel en esta batalla. Al final de mi charla "El cristianismo y la sociedad: El Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento, el fascismo cristiano, el cambio social y la revolución", una persona religiosa progresista comentó: "Me estoy dando cuenta de por qué ustedes plantean la unidad-lucha-unidad... ¡pues está surtiendo efecto conmigo!". [Risas]

También tuve una conversación interesante con un clérigo progresista de renombre que hace labor en las cárceles. "Platíqueme de su labor", le pedí, y me explicó que básicamente busca convencer a los presos de dejar la iglesia pentecostal y otras tendencias fundamentalistas cristianas y adherirse al cristianismo progresista. "¿Cómo le va?", le pregunté [risas], y respondió: "Más o menos; veo unos cuantos resultados". "Lo felicito", le dije.

No es la respuesta típica del comunista dogmático, ¿no es cierto? Bueno, he tenido un buen intercambio de ideas y lucha con gente como él sobre la cosmovisión comunista en oposición a la religiosa (y espero tener más), y a mis charlas, donde critico duramente las Escrituras y planteo con osadía el ateísmo, asisten fuerzas religiosas progresistas. Pero también me interesa mucho cómo pueden hacer aportes, desde su propio punto de vista, a la lucha contra los fascistas cristianos. Tenemos que ayudarles a acentuar ese aspecto positivo y en general a aportar lo máximo a la lucha y, como parte de eso, es necesario luchar correctamente con ellas. Hay que librar lucha ideológica, pero también debemos tomar en cuenta que no vamos a ganar a la mayoría al comunismo, sobre todo a corto plazo; así que hay que continuar el diálogo y aprender de ellas (nos pueden enseñar cosas importantes), y a la vez ayudarlas a maximizar su propio papel positivo.

Los clérigos y otras fuerzas religiosas progresistas deben reunirse, organizarse y llevar a otros a luchar contra el fascismo, especialmente el fascismo cristiano. Deben cuestionarlo, condenarlo y reconocer antes que nada que plantea un grave peligro a sus propios ideales, a la sociedad y, en el sentido más amplio, al futuro de la humanidad. Tenemos que trabajar correctamente con ellos, unirnos y también luchar con ellos. Si tenemos la orientación y el método correcto. y les ayudamos a movilizar a otras fuerzas con esa orientación y método, podemos "hacer milagros" (valga la frase) y transformar el terreno y marco político con respecto al peligro fascista (cristiano) y al rumbo de la sociedad (y, en última instancia, del mundo entero).