Más sobre "la guerra civil que se perfila"

Revolución #029, 8 de enero de 2006, posted at revcom.us

Nota de la Redacción: A continuación publicamos partes de una charla que dio Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, a un grupo de militantes y partidarios el año pasado (2005). Se ha redactado para publicación y se ha agregado y notas al pie de página.

¿A raíz de qué podría surgir tal guerra civil?


Bob Avakian frente al Muro de la Comuna de París, 1981.

La primera pregunta que hay que abordar es: ¿de dónde surge esta guerra civil? ¿A raíz de qué combinación de factores podría surgir? En conexión con esto, voy a contestar otra pregunta hecha a manera de crítica de nuestro análisis general: "¿Por qué harían eso ellos?". Mejor dicho, ¿por qué "ellos", los que gobiernan el sistema, van a dejar que la situación llegue a esos extremos? Bueno, primero, ya en otras ocasiones he comentado que no hay un solo "ellos", y no voy a repetir todo eso aquí1. En segundo lugar, voy a hablar de por qué y cómo esto podría suceder, ya sea que lo deseen o no individuos determinados de la clase dominante.

También se ha planteado, a manera de crítica al análisis de "la guerra civil que se perfila", que se explica por qué se dio una guerra civil en este país en la década de 1860, pues había dos modos de producción en conflicto (el sistema de esclavitud, en el Sur, y el emergente sistema capitalista, en el Norte); pero ahora no existe una situación de ese tipo, ¿así que por qué habría de darse un antagonismo tan fundamental? Bueno, ha habido experiencias, por ejemplo en la Alemania nazi, en que unos sectores de la clase dominante aplastaron a otros sin que hubiera distintos modos de producción. Entonces, no es un requisito indispensable que haya dos modos de producción en conflicto para que se dé una confrontación total en que uno u otro lado sea aplastado, e incluso para que ocurra entre los que detentan el poder, aunque la guerra civil de la década de 1860 sí tenía una particularidad definitiva: fue la culminación de la revolución democrático-burguesa en Estados Unidos; esa fue su particularidad y su peculiaridad histórica.

Pero hablemos de la "guerra civil que se perfila" en Estados Unidos hoy, relacionemos esto con diferentes aspectos del análisis de la "Pirámide", y veamos ciertas semejanzas y diferencias importantes con la guerra civil de la década de 18602. Y ampliemos el tema para abarcar la cuestión de la guerra civil y la "república de Weimar"3. Uno de los aspectos más destacados de la presente situación en la sociedad estadounidense, que se ve cada día, en cuanto a las contradicciones y la lucha interna de la clase dominante (o la relativa falta de lucha de un lado de la clase dominante), se explica en el análisis de la "Pirámide". O sea, por un lado, los imperialistas liberales tienen una parálisis significativa (me refiero a los "liberales" de la dirección del Partido Demócrata) en la contienda con el sector (o sectores) opuesto de la clase dominante (agrupados en general en el Partido Republicano); y, por otra parte, esos "liberales" (y en general el Partido Demócrata) están tratando de forma consciente y deliberada de desmovilizar a las masas, especialmente a las de "su lado de la pirámide" (es decir, las masas de oprimidos y las fuerzas progresistas de la sociedad, en líneas generales, que suelen apoyar al Partido Demócrata y votar por él, aunque siempre las traiciona, y aunque muchos lo reconocen, en cierta medida, y votan por los demócratas porque "de dos males, el menor"). Estas dos cosas van de la mano: parálisis a la hora de pelear con sus rivales "derechistas" de la clase dominante (que, sí, tiene un núcleo fascista indiscutible) y desmovilización deliberada de las "bases del Partido Demócrata". Esa es la presente dinámica al interior de la clase dominante: a un lado de la línea divisoria de la clase dominante (un lado de la pirámide, por así decirlo: "la derecha") hay una fuerte iniciativa y cohesión preponderante en torno a un programa, mientras que el otro lado ("la izquierda") está paralizado en buena medida, le opone una resistencia débil a "la derecha" y se echa para atrás, pero simultáneamente trabaja deliberada y sistemáticamente para desmovilizar toda protesta de masas contra medidas especialmente atroces del gobierno y contra la dirección general en que está encaminando la sociedad.

Esto se relaciona con la cuestión de la república democrático-burguesa de Weimar en Alemania después de la I Guerra Mundial: que después de cierto punto estaba madura para que los nazis la destruyeran y que las contradicciones que se presentaron en Alemania en esa época (después de su derrota en la I Guerra Mundial) crearon cierto "ambiente" favorable para que los nazis crecieran e incluso llegaran al poder. Por supuesto que había una base subyacente de enorme inflación, desempleo general y la situación de Alemania en la red internacional de relaciones imperialistas: la pérdida de territorios, la fuerte restricción de sus fuerzas armadas, las restricciones económicas, el pago de indemnizaciones a los imperialistas victoriosos, condiciones que no existen en Estados Unidos hoy. Pero de todos modos hay cierta semejanza con la República de Weimar y en concreto con su blandura. La película "Cabaret" retrata esto. Es una película muy apropiada para este momento: se ve cómo los fascistas pudieron aprovechar la decadencia de la República de Weimar, y su debilidad y blandura con relación a los intereses de la burguesía en esa situación, los intereses del imperialismo alemán. He analizado por escrito por qué y cómo los nazis atacaron la República de Weimar, y los paralelos con la situación actual aquí, y no voy a repetir eso ahora. Pero existe una cierta dinámica en que el relativismo y la blandura, por así decirlo, del Partido Demócrata (el equivalente actual de la República de Weimar) se presenta como un perfecto punto de ataque. Eso se vio en la crisis del juicio de destitución de Clinton: Clinton y lo que representa fueron un blanco de ataque perfecto para el elemento fascista de la clase dominante en Estados Unidos hoy4.

Una de las cosas que expresa esto, o que es parte del panorama, es que tenemos un fenómeno que surgió de los años 60 y las contradicciones que se desataron o intensificaron en esa época, y los cambios sociales concomitantes, algunos de los cuales han sido reforzados por los cambios de la economía, en especial los cambios relativos a la posición de la mujer en el trabajo, y las reverberaciones en la familia y en las relaciones del hombre y la mujer. Los años 60 pusieron en marcha todo un conjunto de conflictos sociales que todavía no se han resuelto. Esa es una de las cosas que toma en cuenta Pat Buchanan en el libro The Death of the West (y le he dado crédito por su presciencia) cuando dice: después del 11 de septiembre vimos mucha unidad nacional y apoyo a la patria, pero no durará porque hay "divisiones culturales" fundamentales. Un aspecto importante de la situación (y esto se relaciona a la analogía de la República de Weimar y los ataques de los nazis a ella) es que, como en Estados Unidos no ha habido un cambio revolucionario a otro sistema, a un marco de referencia nuevo y radicalmente diferente (en la base económica y la superestructura de este país, y en las relaciones mundiales), muchas cosas positivas de los años 60 se han convertido en su contrario en importantes aspectos: unas muy pronto y otras más tarde, y ahora son un blanco de ataque conveniente para las fuerzas fascistas. Esto se empezó a ver incluso en los años 60; por ejemplo, la "revolución sexual" y el "amor libre" se convirtieron en otra forma de aprovecharse de la mujer. Esa contradicción se manifestó muy rápido. Pero muchas otras cosas positivas que surgieron en esa época no pudieron desarrollarse plenamente ni integrarse en una ruptura y transformación radical de la sociedad en general (y de las relaciones mundiales) porque tropezaron con los límites de lo que se podía lograr dentro de los confines de este sistema y de su dominio de la sociedad (esta base económica de capitalismo y toda su superestructura de dominio político por la clase capitalista, y de la política, ideología y cultura burguesa dominante), así que se convirtieron en su contrario. Ciertas formas de expresión cultural que eran positivas se convirtieron en formas de decadencia. Ciertas cosas que se oponían a normas mojigatas y sofocantes degeneraron en formas de relativismo. Especialmente al sumarse las derrotas de la revolución proletaria en el mundo (y en especial la restauración del capitalismo después de la muerte de Mao en 1976), mucha de la oposición a varias formas centrales de opresión de esta sociedad, como la opresión de la mujer y de los negros y otras nacionalidades oprimidas, se redujeron a "política de identidad", con sus correspondientes expresiones filosóficas de relativismo.

Las fuerzas de la derecha han aprovechado esas cosas como blancos fáciles. Como el proletariado todavía no dirige y define la lucha contra todas las formas de opresión, como esto todavía no es parte de un fuerte movimiento revolucionario proletario y no se está transformando en ese contexto, las cosas que se convirtieron en su contrario (debido a factores internos e internacionales) son "cabarets" convenientes para que los ataquen los nazis. Y las distorsiones de lo que surgió de los movimientos de los años 60 también son blancos de ataque para el equivalente de los nazis en Estados Unidos. Así que esto también es parte de la situación.

Cuando pensamos en esto, un elemento que nos debe hacer reflexionar es algo que Larry Everest señaló en un artículo de nuestro periódico5: si este sector de la clase dominante, en cuyo núcleo hay un importante elemento y fuerza motriz de fundamentalistas cristianos de derecha (los fascistas cristianos), consolida el poder del estado del imperialismo estadounidense, no será como los fundamentalistas teócratas de Irán, que por lo visto quieren conseguir armas nucleares; será una fuerza de gobierno fundamentalista teócrata en Estados Unidos que ya tiene un arsenal masivo de armas nucleares. Ya es grave que el imperialismo tenga esas armas de destrucción realmente masiva, pero eso aumentará la demencia concentrada en ese hecho.

Esto se puede ver, por ejemplo, con el congresista Tom Tancredo de Colorado, que dijo que si los "terroristas islámicos" usan armas de destrucción masiva, debemos responder del mismo modo contra La Meca y otros centros islámicos sagrados. El Departamento de Estado ofreció una leve crítica, pero ni Bush ni Rumsfeld dijeron que estaba mal. El congresista, por lo que sé, no ha querido retractarse y parece que es uno de los posibles candidatos a la nominación del Partido Republicano para presidente. Pensemos con seriedad en el efecto que una declaración como esa tiene en el mundo, y en concreto en el mundo islámico. ¡Que un tipo que representa al gobierno estadounidense (es cierto que es un congresista, no el presidente, pero es un representante del gobierno) hable abiertamente de lanzar ataques nucleares o ataques masivos contra La Meca! ¿Captan lo que eso significa? ¿Captan el efecto que tiene en el mundo islámico especialmente, y captan cómo lo van a aprovechar los fundamentalistas islámicos, a ponerlo en la Internet y en todas partes? Y el presidente del país no lo repudia.

"¿Por qué harían eso ‘ellos’?"

¿Por qué harían eso ellos? ¿Por qué "ellos" irían al extremo de remplazar la democracia burguesa en Estados Unidos con un gobierno abiertamente despótico, de hecho fascista, en la forma de un estado teocrático (fascista cristiano)? Porque las contradicciones de la sociedad y del mundo han dado pie a diferentes fuerzas de la clase dominante que perciben que los intereses del sistema (como ven ese sistema y como ven esos intereses) radican en esa dirección. Se han unido alrededor de ese programa, y tienen factores materiales a su favor en una medida significativa. Como un aspecto importante de esto, quieren eliminar el consenso del Nuevo Trato ( New Deal) que empezó con Franklin Delano Roosevelt (presidente durante la gran depresión de los años 30 y durante la mayor parte de la II Guerra Mundial) y los programas de la Gran Sociedad de Lyndon Johnson de los años 60, y esto corresponde a los intereses generales de toda la clase dominante. Con la mayor globalización y factores similares que resultaron de la resolución de la "guerra fría", la clase dominante de Estados Unidos tiene cierta necesidad y cierta libertad de abolir los programas de la Gran Sociedad (lo que queda de ellos) y toda la orientación del Nuevo Trato6. He analizado esto a fondo en otras partes, por ejemplo en Predicando desde un púlpito de huesos y "La verdad sobre la conspiración derechista… Y por qué Clinton y los demócratas no son la respuesta"7. Pero veamos un aspecto central de esto: en Estados Unidos hoy, el capitalismo desenfrenado "de mercado libre" va de la mano no solo con un énfasis general en la "responsabilidad personal" (en contraposición al reconocimiento de la responsabilidad social por las condiciones de los miembros de la sociedad), sino con la noción de que el pasar trabajos o estar en una situación desesperada se debe a "nuestros pecados" y que la salvación radica en la religión, y en concreto en el fundamentalismo religioso. Esa noción acompaña y refuerza esta forma específica de capitalismo de "mercado libre".

Por otra parte, el sector de la clase dominante que está en el centro del poder ahora considera que esas nuevas normas extremas de cohesión y de "legitimidad" es lo que se necesita en las nuevas condiciones en que existe el imperialismo estadounidense en el mundo, y en vista de las ambiciones mundiales que tienen para él: extender y reforzar más la dominación del mundo. Esa gente entiende (como explico en "La conspiración derechista") que en la sociedad estadounidense hay fuerzas centrífugas, fuerzas que amenazan con desgarrarla, y que para que eso no suceda en medio de lo que están tratando de hacer en el mundo necesitan una "lógica de cohesión" que sea convincente en un sentido general y que, además, tenga un carácter "absoluto". Miren lo que está sucediendo en Irak: tienen un serio problema con los miembros de la Guardia Nacional que ya han cumplido tres períodos de servicio; no los dejan salir de las fuerzas armadas. están haciendo todo lo posible para no imponer el servicio militar obligatorio, pero en la práctica es casi lo que están haciendo.

"La conspiración derechista" habla de esto: hay dos grandes fenómenos sociales que van contra este programa de la clase dominante, dos grandes fenómenos que tienen que considerar. Uno es lo que desataron los años 60, especialmente el hecho de que hay grandes sectores de esta sociedad que ya no aceptan la premisa de que Estados Unidos tiene el derecho de saquear el mundo y de que la vida de un estadounidense vale más que la vida de los demás; hay gran cantidad de gente que cuestiona y rechaza esas premisas. Para abreviar, llamémoslo el "fenómeno de los 60". Por otra parte está el "fenómeno de los 90": toda esa "fiebre del oro", la ansiedad de enriquecerse rápido, y el extremo individualismo que suscitó, que no concuerdan muy bien que digamos con la idea que proponen los "bushistas" de que hay que sacrificarse por el bien de la sociedad (es decir, de la clase dominante imperialista). Esos dos fenómenos van en contra de ellos.

Otro punto es lo que dice Edward Luttwak en Turbo Capitalism sobre el cambio de la configuración de la población de Estados Unidos. Debido a los cambios en las relaciones de producción, y los cambios concomitantes en la estructura familiar, ahora hay muy pocas familias de granjeros y por lo general son mucho más pequeñas; ya no existe el gran grupo del que sacaban tantos soldados: las grandes familias rurales, y las familias de granjeros en especial, cuando era conveniente tener mucha mano de obra, es decir hijos. Luttwak señala que en el pasado, cuando una familia tenía, digamos, seis hijos y tres eran varones (cuando solo entraban a las fuerzas armadas hombres, lo que plantea otra pregunta: ¿qué van a hacer si vuelven a imponer el servicio militar obligatorio, van a reclutar mujeres? Esa es una contradicción muy difícil para el sistema, con problemas si lo hacen y problemas si no lo hacen); bueno, de todos modos, ahora las familias tienen, digamos, dos hijos. Si una familia tiene seis hijos, no es que no le "importe" dar uno por "el bien de la nación", pero si solo tiene dos hijos la situación cambia, como señala Luttwak. Es un sacrificio mucho mayor para la familia dar un hijo para que muera en una guerra por "el bien de la nación".

Esta es otra contradicción que tienen: ¿cómo van a hacer que la gente subordine las inclinaciones individualistas que se contraponen a lo que los imperialistas quieren hacer? No desde un punto de vista comunista, desde luego, sino desde un punto de vista imperialista, ¿cómo lograr que la gente se sacrifique por "el bien de la nación (de los imperialistas)"? ¿Y cómo van a contrarrestar todas las ideas de los años 60? Para ello, tienen que crear una situación en que puedan debilitar y eliminar todas las bases de donde surge oposición. Por eso, como discutiré más adelante, vemos un ataque frontal contra el pensamiento crítico y el disentimiento en el mundo académico8. Aunque el mundo académico no es un "reino de dictadura izquierdista y comunista", desafortunadamente [risas], sí es una esfera donde hay disentimiento y pensamiento crítico, y es lo que se espera hasta ahora. Hay muchos profesores que, cuando el gobierno se lanza a una guerra, cuestionan lo que hace y destapan sus mentiras. A los estudiantes se les estimula a hacer lo mismo. No sé cuántos vieron el programa de TV de Bill Maher el día que entrevistó a Noam Chomsky por satélite y en el estudio estaba Andrew Sullivan (un escritor, comentarista y "experto" derechista, pero que no apoya el fundamentalismo religioso fanático, ni siquiera de la variedad fascista cristiana). En esa situación, Chomsky no fue tan bueno como puede serlo cuando tiene oportunidad de elaborar más sus puntos, pero empezó con un bombazo, por decirlo así: dijo que invadir a Irak fue un crimen de guerra, y por supuesto es cierto. Andrew Sullivan perdió la chaveta y exclamó: "No puede decir eso". En esencia, decía: "Esto es totalmente inaceptable. Es intolerable. Se puede criticar el manejo de la guerra, pero no se pueden cuestionar las premisas fundamentales de lo que estamos haciendo; no se puede cuestionar, ni discutir, si Estados Unidos partió de motivos sucios".

Eso todavía se hace en el mundo académico. Y eso es algo que (desde el punto de vista de la clase dominante, y en especial del sector empeñado en el saqueo imperialista de frente) hay que atacar. Y efectivamente, lo están atacando con lo que ahora se ve que es un método coordinado de ataque, en esfera tras esfera, de parte del sector de la clase dominante más abiertamente rapaz y alevoso. Primer paso: dicen que son víctimas. Por ejemplo, David Horowitz sale con que "a los conservadores los discriminan en las universidades; necesitamos imparcialidad académica". Junto con eso, fomentan relativismo en ciertas esferas de modo sistemático y sostenido, y con propósitos definidos. Eso se ve, por ejemplo, con la evolución: "Consideremos todos los puntos de vista, no impongamos a la fuerza que uno de ellos es verdad". Después, cuando tienen poder, suprimen todos los puntos de vista opuestos al de ellos y callan a los que los expresan. Es como un baile bien conocido: un, dos, tres; un, dos, tres: la misma estrategia una y otra vez: en la prensa, en la ciencia, en la educación y demás.

Buscan crear un "mundo cerrado", en que no haya bases de donde se pueda cuestionar de modo sustancial o fundamental lo que ocurre, lo que hace la clase dominante. (Un poco más tarde hablaré de un aspecto crucial de esto: la relación "simbiótica", de beneficio y de refuerzo mutuo, entre los fascistas cristianos y los militares9). Como mínimo, necesitan una fuerza, una fuerza ciega, que no piensa, como ariete y tropas de choque para aplastar toda tentativa de oposición. ¿Y qué es lo que están forjando, con los fascistas cristianos, si no una fuerza ciega que no piensa?

Cuando se repartió el volante de nuestro partido a la salida de la película "La Pasión de Cristo" y se demostró que la Biblia fomenta cosas horrorosas, una respuesta común fue: "Bueno, si la Biblia dice eso, lo tenemos que hacer"10. ¿A qué se traduce eso, políticamente, cuando se organiza con una agenda política reaccionaria?

De modo que hay un sector de la clase dominante que está identificando una serie de contradicciones, y procediendo a partir de una determinada concepción de esas contradicciones y de cómo hay que lidiar con ellas. Tenemos que entender esto. William Kristol es una importante figura en todo esto, que tiene entrada e influencia en los más altos niveles del gobierno y dijo de frente (como cita "La conspiración derechista"): Si no logramos que se penalice el aborto, habremos fracasado como movimiento conservador. ¿Qué creen que quiere decir eso?

¿Por qué harían eso ellos? Porque este "ellos", que ahora tiene mucha fuerza, ve que así es como hay que proceder.

¿Y qué pasa con el otro lado de la pirámide (de la cima), el lado representado por el Partido Demócrata? En estos momentos, se caracteriza por parálisis y por echarse para atrás ante los "conservadores" (o, como decimos con toda razón: "¡Conservadores, no manches! ¡Estos tipos son nazis!"). Pero hay mayores dinámicas en juego en el mundo. Está toda la situación mundial y lo que los imperialistas (impulsados por el grupo que rodea a Bush) ven que es necesario. Pero es interesante que, alguien contaba, uno de los teóricos esencialmente fascistas (creo que era Paul Weyrich) dijo que hay que ver más allá de Bush a un conservatismo post-Bush y empezar a pensar en cambiar el modo en que funciona el estado en esta sociedad. Piensan a nivel estratégico. ¿Y qué creen que quiere decir eso: cambiar el modo en que funciona el estado? En parte es una noción pseudo-libertaria y, en parte, y esencialmente, tiene que ver con todo este programa fascista.

Pero hay cosas mayores en el mundo. Irak no salió como esperaban. De hecho, es interesante que el gobierno de Clinton por lo visto sopesó todas las opciones para invadir a Irak y hacer lo que el gobierno de Bush hizo, pero parece que Clinton y Cía. rechazaron la idea porque no pudieron encontrar una "estrategia de salida" viable. Muy interesante en vista de lo que está sucediendo. Pero, es cierto, desde el punto de vista de los imperialistas, no pueden recoger sus cosas e irse de Irak. Eso les causaría toda clase de problemas y desataría toda clase de fuerzas de oposición, fuerzas locas, fanáticas, tal como ellos: su reflejo en el espejo. Por eso no pueden aflojar a Irak, pero la situación no va como esperaban. Ahora bien, ¿cómo va a seguir repercutiendo eso en Estados Unidos y en la lucha interna de la clase dominante? Esa cuestión está en juego y es importante.

Por otro lado está la cuestión de lo que hace la lucha popular, en el mundo y en especial en Estados Unidos, y qué repercusiones tiene en la clase dominante. Aquí podemos pensar en el vaivén dialéctico entre la punta y la base de la pirámide. Podemos trazar una analogía (aunque sea limitada) con la experiencia de la oposición a la guerra de Irak. Durante los preparativos de la guerra, en el 2002 y a principios del 2003, hubo un tira y afloje entre la resistencia de masas de países de todo el mundo, por un lado, y por el otro, la oposición a la guerra de parte de las clases dominantes de las potencias imperialistas rivales de Estados Unidos, como Francia, Alemania y Rusia. Esto es una analogía a un punto que quiero tocar: lo que pasa en la base de la pirámide, y cómo se relaciona dialécticamente con lo que sucede en la punta de la pirámide, en ambos lados. Sin embargo, hay que ver que en el ejemplo que he dado (los preparativos de Estados Unidos para la guerra de Irak, la oposición a las maniobras bélicas y todo el panorama antes de la guerra) la situación fue el reverso de lo que necesitamos en la situación actual; porque, por importante que fue la resistencia de masas a los preparativos bélicos y al inicio de la guerra, y aunque afectó lo que esas clases dominantes imperialistas rivales hicieron (en Francia, Alemania, Rusia y demás), en realidad estas actuaron más por sus propios intereses imperialistas, en conflicto con los de Estados Unidos, que por la "presión" que ejercían objetivamente las protestas populares, en su país y en el resto del mundo, contra la guerra que Estados Unidos gestaba11. Lo que necesitamos en la situación actual es que se desarrolle un movimiento de masas tan generalizado y potente que toda fuerza de la sociedad se vea obligado a responder a él y a sus demandas.

Bueno, para ser claros, lo que planteo y lo que pido no es desarrollar un movimiento de masas cuyo propósito sea presionar a los demócratas a oponer más resistencia de su lado de la pirámide para que haya una guerra civil de la cual podamos hacer una revolución. No. Hay una diferencia crucial entre "presionar a los demócratas" por medio de movilizaciones de masas y, en oposición fundamental a eso, movilizar a las masas a la acción histórica independiente, políticamente. Por lo que respecta a nuestro partido, buscamos unirnos (y trabajamos por lograrlo) con una amplia gama de fuerzas, que tienen diferentes ideas de lo que debe salir de todo esto. Y (como he dicho en charlas y escritos, y elaboraré más adelante) estamos seriamente comprometidos al objetivo de cambiar radicalmente la situación política y de proyectarla a una trayectoria política radicalmente diferente y más favorable, aunque no llegue a la revolución. Por otra parte, sí, con nuestra perspectiva abordamos todo esto estratégicamente desde el punto de vista de repolarizar la situación hacia la meta estratégica general de la revolución (tal como otros, con diferentes perspectivas y programas, están tratando de cambiar el terreno político conforme a sus objetivos generales). Sin embargo, es un hecho que cuanto más se desarrolle la resistencia popular en la forma de acción política histórica independiente, tendrá ramificaciones dentro de la clase dominante, inclusive en el "lado de la pirámide de los demócratas", por decirlo así; tendrá un impacto significativo en la dinámica que está en juego actualmente y puede cambiarla. No solo les "dará más fibra a los demócratas"; ni, obviamente, es ese el propósito, desde nuestro punto de vista. Tendrá efectos contradictorios en los distintos grupos de la clase dominante. Pero si hay un despliegue de resistencia verdaderamente masivo, tendrá efecto hasta la punta de la pirámide, y bajará a la base otra vez. Tenemos que entender estas dinámicas y no pensar en términos lineales y estáticos.

Otra forma de entender el movimiento de la situación como es en realidad, y no con estereotipos, es que al hablar de una guerra civil entre dos sectores de la sociedad, lo que se está gestando, y la línea divisoria básica, no es entre el comunismo y la revolución como nosotros los encarnamos y anhelamos, por un lado, versus todo el mundo opuesto a eso en el otro lado. Esa sería una polarización muy negativa en estos momentos. Hay una polarización distinta que está afectando la sociedad y que se está expresando. Hay una amplia polarización que se ha descrito de varias formas. Pat Buchanan habló de ella, como dije antes. Es algo real y se hace sentir todo el tiempo. La menciona el artículo del New York Times de Ron Suskind, que habla de la comunidad basada en la realidad versus la comunidad basada en la fe12. Esto interpenetra con las divisiones de la clase dominante, pero de ningún modo es idéntico. Y el hecho es que, si esto se deja que se "arregle por su cuenta", si se deja como está la dinámica y trayectoria actual, si no intervenimos y desempeñamos una parte importante movilizando a las masas y haciendo que nuestra línea sea una fuerza material con relación a esto, el resultado casi con seguridad será muy negativo y, con toda probabilidad, muy unilateral, inclusive si hay una guerra civil, si llega a una guerra civil.

La situación está encaminada a extremos

Otra cosa que algunos dicen (inclusive personas que se consideran marxistas), en un esfuerzo (consciente o no) por no hacer frente a lo que está sucediendo ni ver lo que está en juego, es que puede que los imperialistas "se las arreglen para salir de esto". Bueno, especialmente para una persona que se considera marxista, o antiimperialista, decir eso equivale a decir: "¿Por qué no los ayudamos a que se las arreglen para salir de esto?". Porque el hecho es que "sí se las arreglarán para salir de esto" --o mucho peor-- si no hacemos lo que nos corresponde. Es perfectamente posible que haya una resolución muy unilateral de los profundos conflictos de la sociedad. Eso depende de muchos factores, internos e internacionales. Bueno, no es imposible que salga al frente otro sector de la clase dominante, se consolide y despliegue más fibra, pero "las apuestas están a favor" (y la dirección actual de la situación) de que sea un conflicto muy desigual, muy unilateral, al interior de la clase dominante y que continúe la presente dinámica. En cuanto a la gente de la "comunidad basada en la realidad", los que están del lado progresista (y estos dos grupos se traslapan mucho, aunque no son idénticos), si siguen buscando "liderazgo" de un sector de la clase dominante, si siguen dejándose llevar por la espontaneidad, van a acabar sin liderazgo, y en gran medida serán incapaces de reconocer la profundidad y la magnitud de lo que está en juego y en marcha, y de ponerse a la altura de las circunstancias. Así que decir "¿y si los imperialistas se las arreglan para salir de esto?; no hagamos nada que los provoque", es facilitar lo que objetivamente es la peor resolución posible de esto:que los que gobiernan este sistema lleguen a extremos negativos, armados hasta las cachas con armas nucleares, y que no haya una oposición significativa. Esa sería absolutamente la peor resolución posible de esta situación, y eso es lo que pasará si decidimos dejarlos que "se las arreglen para salir de esto" ¡con el pretexto de no provocar algo peor!

La realidad es, y es crucial captar esto, que incluso si no los provocamos, van a llegar a extremos con este programa. ¿Qué más pruebas se necesitan? Lean la prensa grande, vean los medios, día tras día. Un ejemplo crucial: están tratando de cambiar la definición de ciencia, a nivel social. ¿Creen que la influencia de eso se limitará a una pequeña esfera?

Y, sí, si la situación se desenvuelve de modo más bilateral, si hay más fuerzas positivas en movimiento, si hay mayor resistencia a toda esta dirección --y si hacemos correctamente nuestro trabajo--, habrá muchos elementos contradictorios. Mucha gente entrará a acciones políticas independientes objetivamente importantes, inclusive históricas, con perspectivas y análisis diferentes de lo que está sucediendo y de dónde tiene que llegar. Pero nuestra responsabilidad es hacer todo lo posible por forjar esto de la forma más potente y fortalecer la unidad que se desarrolle en oposición a toda esta dirección, con el objetivo común de transformar el terreno político y gestar un movimiento de resistencia política tan fuerte que todas las fuerzas de la sociedad tengan que responder a él. Y es nuestra responsabilidad, como comunistas, plantear de manera correcta nuestros propios objetivos estratégicos revolucionarios con relación a eso, de modo que quede clara la distinción entre nuestros objetivos revolucionarios, por un lado, y, por el otro, los objetivos de este movimiento de resistencia y, al mismo tiempo, se fortalezca la unidad de una creciente y cada vez más diversa gama de fuerzas políticas, entre ellas nuestro partido, que comparten el objetivo común de transformar el terreno político de una forma positiva, en oposición resuelta al desastroso rumbo actual. Repito, desde nuestra perspectiva estratégica, la respuesta que se requiere, la resolución necesaria a todo esto, es la revolución y la creación de una sociedad radicalmente diferente y mejor, una sociedad socialista, y en última instancia un mundo comunista. Y, de modo apropiado, debemos plantear audazmente esa perspectiva, como la posición de nuestro partido. Pero, por otra parte, vuelvo a repetir, también tenemos que tener muy clara, y aclararla a los demás, la firme distinción entre nuestra posición y la base de unidad del movimiento de resistencia política realmente masiva que hay que forjar, uniendo a una amplísima diversidad de fuerzas políticas, con una variedad de posiciones sobre la solución fundamental a esto.

Un punto muy importante que hay que entender, y reconocer, en este contexto es el hecho fundamental de que nosotros no "definimos la agenda": lo que ocurre en la sociedad y el mundo. No escogemos cuándo y dónde se plantea algo agudamente. No le podemos solicitar al New York Times que deje de sacar artículos que ayudan al Discovery Institute a atacar la evolución; eso está básicamente fuera de nuestro control. Podemos influenciarlo, pero esta agenda no la propusimos nosotros. La dinámica que está en juego no es una que hemos escogido (esto vuelve al tema de la necesidad y la libertad), no es una que hemos escogido, pero tenemos que responder a esta realidad y, a su ritmo, confrontarla y transformarla radicalmente, para ser lo que nos corresponde ser y hacer lo que nos corresponde hacer.

Tenemos que entender muy claramente que la situación no "va a pendular por su cuenta", no regresará "al centro" de la política burguesa y el dominio burgués, y tenemos que luchar bien con otros para que lo entiendan. Y si eso sucediera, tenemos que preguntar: ¿qué representa a fin de cuentas ese "centro", esa política, ese dominio? El sistema no tiene un "mecanismo corrector" que impida que llegue a extremos, gústenos o no. Es interesante que un miembro del grupo de congresistas negros habló de esto en un mitin sobre los memorandos de Downing Street13; se paró y dijo: aquí hay gente que cree que en alguna parte hay un referee; no lo hay. [risas] Es notable que una persona de esa posición sea capaz de reconocer eso, a cierto nivel, y de expresarlo. El sistema no tiene un mecanismo corrector que impedirá que llegue a estos extremos. Y, no olvidemos jamás, que para la mayoría del mundo, lo que existe en la actualidad los somete a grandes extremos de opresión, explotación, agonía, sufrimiento, devastación y destrucción, de ellos y del ambiente, que podrían ser peores, efectivamente, pero que ya son un horror para la gran mayoría. Miren el mundo.

En vista de esto, tengo dos cosas que decirles a los que siguen pensando que "si podemos evitar que la situación llegue a extremos, si podemos mantener el marco general actual, todo estará bien". Primero, una pregunta: mirando la alineación actual, y la dinámica de la sociedad y de los que detentan el poder, ¿en qué basan la posibilidad de "mantener el marco general actual"? ¿Dónde ven las fuerzas que van a hacer aunque fuera eso: los "liberales" de la clase dominante, los imperialistas "liberales"? ¡Lo siento, pero seamos realistas! Segundo, y más fundamental, NO está bien que el mundo y la sociedad estadounidense sigan como son y han sido: aceptar eso es aceptar los horrores que sufre a diario la gran mayoría de la humanidad, y la aguda opresión y sufrimiento de docenas de millones de personas en este país.

Querer que el mundo "siga como está" por temor de los extremos o del "costo" de forjar un cambio esencial es, como mínimo, consentir objetivamente a esos horrores: aceptarlos y convenir, aunque no les gusten y quisieran que se pudieran eliminar sin un gran costo y sin "llegar a extremos". Ya de por sí eso es malo para cualquiera, y para los comunistas es peor que consentimiento: sería capitulación y traición de todo lo que los comunistas debemos representar y hacer. Tenemos que confrontar la realidad de que la situación está encaminada a extremos. Sí, podría llegar a extremos con un mínimo de conflicto civil y guerra civil, y ese sería el peor desenlace, porque querría decir que no hay una oposición seria. Pero, de un modo u otro, la situación se encamina a extremos y la respuesta no es evadirlo o negarlo, sino responder al reto de hacer todo lo que sea posible para determinar la dirección en que se desenvolverá y el carácter de cómo se resolverá.

Seamos claros una vez más: independientemente de lo que hagamos o no hagamos nosotros, la situación ya está llegando a extremos, y se encaminará más a los extremos; y eso será muy negativo si no hacemos nada. Digámoslo de frente: si lo decidiéramos, podríamos garantizar que solo haya una dirección extrema: el extremo negativo, supremamente negativo, a que ya está encaminada la situación, y de un modo rápido y más acelerado.

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Para concluir esta parte de la charla, quiero decir, específicamente desde el punto de vista de los que somos comunistas, que sí, es cierto, si hacemos todo lo que nos corresponde hacer y respondemos de la mejor manera posible a los retos del momento, nos pueden derrotar y la situación de todos modos llegará a los extremos negativos en que va encaminada. Pero lo importante es que si hacemos lo que nos corresponde, habrá una posibilidad (no una garantía: una posibilidad) de cambiar radicalmente la situación a una trayectoria y dinámica mucho más positiva, e incluso una posibilidad (repito, no una certeza ni garantía, una posibilidad) de que surja de este "hervidero de contradicciones" una apertura para la revolución, sí, aquí, "en las entrañas de la bestia". ¡ SI HACEMOS LO QUE NOS CORRESPONDE!

Tenemos que confrontar sin parpadear la situación y las apuestas, y no solo lo negativo sino también el potencial de todo esto. Tenemos que reconocer (no evitar o rehuir) la posibilidad de sucesos muy negativos e inclusive de una catástrofe; pero también tenemos que reconocer la posibilidad positiva: la posibilidad de que inclusive se presente una apertura para la revolución, una posibilidad sumamente rara, especialmente en un país como este; y sería un crimen de proporciones históricas no prepararse políticamente para esa posibilidad y aprovecharla si se presenta.

NOTAS:

1. Ver La guerra civil que se perfila y la repolarización para la revolución en la época actual (RCP Publications, 2005), en especial el artículo "El ‘ELLOS’ no existe, pero se está dando una cierta dinámica: La dinámica interna de la clase dominante y el reto para los revolucionarios". (En la internet en revcom.us).

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2. Ver "Elecciones, resistencia y revolución: La pirámide del poder y la lucha por cambiar de base el mundo", Obrero Revolucionario #1237 (25 de abril de 2004). Este artículo es la respuesta a una pregunta hecha después de la charla Revolución: Por qué es necesaria, por qué es posible, qué es (Chicago: Three Q Productions, 2004).

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3. Ver La guerra civil que se perfila y la repolarización para la revolución en la época actual (RCP Publications, 2005), en especial el artículo "Los fascistas y la destrucción de la ‘República de Weimar’... y qué la va a reemplazar". (En la internet en revcom.us).

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4. En "La verdad sobre la conspiración derechista... y por qué Clinton y los demócratas no son la respuesta" (Obrero Revolucionario #1255, 17 de octubre de 2004, en la internet en revcom.us), Bob Avakian analizó la campaña para destituir a Bill Clinton (que llevó a un juicio de destitución, pero no a su dimisión) y los principales factores y dinámicas subyacentes.

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5. Larry Everest, "El ascenso de los fascistas cristianos: La amenaza de una teocracia y por qué hay que pararla", Obrero Revolucionario #1265, 23 de enero de 2005.

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6. El Nuevo Trato (New Deal) fue un conjunto de programas que inició Franklin Delano Roosevelt antes de la II Guerra Mundial, con concesiones a los obreros (por ejemplo, el reconocimiento de los sindicatos). La Gran Sociedad ( Great Society) fue el nombre que le dio el presidente Lyndon Johnson a una serie de programas, como la "guerra contra la pobreza", y de concesiones al movimiento de derechos civiles, como la Ley de Derechos de Votar, que eliminó ciertas barreras para que los negros votaran. Estos dos conjuntos de programas contaron con el consenso general de la clase dominante (aunque también hubo fuerte oposición a ellos). El Nuevo Trato se implementó en respuesta a la Gran Depresión y a la necesidad de apuntalar el sistema capitalista en medio de esa profunda crisis económica. La Gran Sociedad fue una respuesta del sistema al movimiento de derechos civiles, el movimiento de liberación de los negros y en general a los trastornos sociales de los años 60.

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7. Bob Avakian, Predicando desde un púlpito de huesos: Necesitamos la moral, pero no la moral tradicional (Nueva York: Banner Press, 1999) y "La verdad sobre la conspiración derechista... y por qué Clinton y los demócratas no son la respuesta", Obrero Revolucionario #1255, 17 de octubre de 2004. Revcom.us. tiene pasajes de este libro en español y el texto completo de "La verdad sobre…".

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8. Bob Avakian habla del ataque contra el pensamiento crítico y el disentimiento en las universidades en la próxima parte de esta serie "Polarización… repolarización… y revolución".

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9. Otra parte de esta serie ("Los fascistas cristianos y el ejército") hablará de este tema.

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10. El volante "Una pasión… de saqueo y matanza", una declaración sobre la película "La Pasión de Cristo" de la rama de Nueva York del Partido Comunista Revolucionario, EU, salió en el Obrero Revolucionario #1231 (7 de marzo de 2004). Un artículo sobre las experiencias de repartir el volante, "Protesta contra los crímenes de ‘La Pasión’", salió en el Obrero Revolucionario #1234 (28 de marzo de 2004). Están en la internet en revcom.us.

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11. Nota de Bob Avakian: Aquí se ve cómo engatusa a ciertas personas progresistas la noción de una "democracia sin clases". Muchos dijeron cosas como: "en esos países los gobiernos respondieron más a la ciudadanía; hubo más democracia, pero aquí no hubo democracia". Eso no fue esencialmente lo que sucedió. Lo esencial (el aspecto principal, por ejemplo cuando la ONU no le quiso dar a Estados Unidos un "mandato" para invadir a Irak en el 2003) fue que se estaban expresando los intereses rivales de esos otros imperialistas. Simultáneamente, se dio el elemento de grandes protestas populares en esos países imperialistas, y en el mundo entero (y en Estados Unidos), que influenció lo que esas clases dominantes (de otros países imperialistas) tuvieron que hacer. Tuvieron que responder a las grandes protestas populares. No fue un factor irrelevante, pero no fue el factor decisivo y determinante.

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12. El artículo de Ron Suskind, "Without a Doubt, Faith, Certainty and the Presidency of George W. Bush", salió en la Revista del New York Times el 17 de octubre de 2004.

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13. El "Memorando de Downing Street" salió de una reunión secreta de funcionarios del gobierno inglés. Dice que Estados Unidos quería tumbar el gobierno de Saddam Hussein y "está fabricando inteligencia y hechos con ese fin", y demuestra que las justificaciones de la invasión (como las "armas de destrucción masiva") eran mentiras y no solo "errores de inteligencia".

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