Bueno, en esta charla estoy apuntando contra algunas "vacas sagradas" porque me parece necesario y, por eso, quiero volver a un aspecto de la campaña de "criticar y repudiar a la banda de los cuatro" lanzada por los revisionistas de China tras el golpe que dieron cuando murió Mao. Lo mencioné en aquel entonces y luego no volví a tocarlo por mucho tiempo. Me refiero a las críticas atribuidas a Mao de la banda de los cuatro, que siempre me interesaron mucho. Nunca las descarté del todo, y ahora al examinarlas nuevamente, diría que aunque algunas sean totalmente inventadas o tergiversadas, muchas han de ser verídicas, han de ser críticas que Mao hizo, pero los revisionistas las han sacado de contexto y han tergiversado completamente su verdadero espíritu y propósito hasta convertirlas en su contrario.
Como dije en ese entonces (en "Revisionistas son revisionistas..."), es natural que una persona (en este caso Mao) les hiciera esa clase de críticas a camaradas de la misma banda y es lógico que estuviera muy frustrado con lo que consideraba errores de ellos en esa lucha muy intensa, de vida o muerte, precisamente porque eran de la misma banda y contaba mucho con ellos. Así me pareció en ese entonces (¡hace 20 años ya!) y al darle un repaso a todo eso, saqué las mismas conclusiones.
Una de las críticas tenía que ver con el tratamiento de los intelectuales. Mao supuestamente criticó a "la banda de los cuatro" en ese sentido, diciendo que incluso Engels se consternó cuando a Duhring le quitaron el puesto en la universidad (y aun con las aclaraciones que acabo de hacer, me parece que a lo mejor eso tiene algo de verdad). Como sabemos, en su obra Anti-Duhring , Engels criticó duramente el método, punto de vista filosófico, y línea y programa políticos de Duhring. Pero cuando el gobierno le quitó a Duhring el puesto en la universidad, protestó enérgicamente porque todo comunista debía repudiar ese tipo de represión.
Suponiendo por el momento que Mao hizo esa crítica de "la banda de los cuatro", me parece muy importante: con el ejemplo de Engels quería decir que debemos tener la misma orientación hacia los intelectuales en la sociedad socialista; debemos criticar, a veces duramente, sus ideas e inclinaciones erróneas y luchar contra sus tendencias de divorciar la teoría y la práctica o de verse como "grandes señores intelectuales", pero también debemos ayudarlos a participar plenamente. No porque los criticamos y luchamos contra sus tendencias y puntos de vista erróneos debemos negar el importante papel positivo que juegan, y (aunque quizá Mao no lo hubiera dicho exactamente así) yo diría que no debemos negar el papel importante que juegan precisamente al plantear sus críticas y dudas acerca de nuestras ideas y medidas.
En la misma tónica, quiero reexaminar los argumentos que planteamos sobre la conjetura de Goldbach en las polémicas contra los mencheviques de nuestro partido que defendían el golpe en China. Resulta que los revisionistas que tomaron el poder en China pusieron como modelo a un matemático que se dedicaba a probar la conjetura de Goldbach (un teorema matemático), y nosotros refutamos eso con argumentos superficiales y, francamente, simplistas. Dijimos con mucha ironía que si lograba sus propósitos, ¡comprobaría que 2 y 2 son 4! Francamente, eso fue muy simplista. La conjetura de Goldbach no es tan sencilla; tiene que ver con los números primos y todo, y aunque no la entiendo a fondo, ¡es mucho más compleja que comprobar que 2 y 2 son 4!
Pero dejemos de lado por el momento las particularidades del caso y el hecho de que plantearon como modelo al matemático para defender una línea revisionista sobre el papel de los intelectuales y la ciencia en la sociedad socialista. A lo que voy es que en la sociedad socialista, igual que otras sociedades, se necesita "ciencia pura"; es un principio. Claro que un aspecto importante de la ciencia es que ayuda a desatar más o menos directamente las fuerzas de producción (la tecnología y, esencialmente, a la gente), pero no debe limitarse de una forma estrecha, reduccionista y mecánica a la producción y las necesidades inmediatas de la lucha de clases.
En la sociedad socialista, igual que en otras sociedades, se necesita la ciencia y la investigación pura. Si no lo reconocemos, si no lo permitimos, es más, si no lo animamos, no vamos a crear el tipo de sociedad que pueda avanzar hacia el comunismo. No queremos una sociedad socialista que niegue o tenga una actitud simplista hacia la ciencia e investigación pura.
Ciertamente en la sociedad socialista (o en cualquier sociedad) el problema principal con los intelectuales (o importantes sectores de ellos) no es que rebajen la importancia de la investigación y el conocimiento en sí, divorciados de la lucha de clases y las necesidades de las masas. Por lo contrario, la gran mayoría se inclina hacia la investigación regida por principios idealistas y metafísicos y, por eso, divorciada de las masas, de la lucha de clases y de las necesidades de la producción socialista.
Pero así y todo (y reconociendo la necesidad de luchar contra tales tendencias), es preciso captar la importancia de la ciencia e investigación pura, de explorar grandes cuestiones filosóficas y científicas que no tienen relación directa o inmediata con las cuestiones sociales, políticas y de producción de la sociedad socialista. Si no creamos un espacio para eso, no vamos a tener la "mezcla" que necesitamos ni la relación correcta entre la superestructura y la base, entre las esferas ideológica y política; no vamos a tener la "mezcla" correcta que permita continuar la revolución socialista como parte de la revolución proletaria mundial.
Esta es otra dimensión de la historia del movimiento comunista internacional que debemos examinar, junto con la historia y práctica de nuestro propio partido. En este caso luchamos y polemizamos muy correctamente contra los revisionistas en nuestras filas y, lo que es más importante, contra los revisionistas que le arrebataron el poder al proletariado en China, pero también caímos en una mentalidad un tanto cerrada y simplista que se contrapone a la metodología y concepción del mundo que necesitamos.
Potenciar la esencia crítica y revolucionaria del marxismo
Lo anterior está relacionado con la cuestión esencial y básica que quiero subrayar: la necesidad de "retomar" plenamente, o acentuar, desencadenar y desarrollar, la esencia crítica y revolucionaria del marxismo. Como señalamos en los artículos sobre el comunismo vs. el anarquismo, debemos reconocer el papel positivo de las críticas que hace gente de tendencias anarquistas y de otros puntos de vista que el proletariado, pero es aun más importante que nuestra metodología y concepción del mundo esté imbuida de la esencia revolucionaria que Marx destaca, por ejemplo, en El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte , cuando dice que la revolución proletaria tiene que someterse a sí misma (igual que otras cosas) a la crítica, levantarse de las derrotas y seguir adelante.
En ese sentido, es muy importante lo que dice "Fin/Comienzo":
"La sociedad socialista no debe tener ni la menor semejanza a un charco de agua estancada... Cuando lleguemos al poder, ¿cómo vamos a despreciar y reprimir todo lo que fomentamos y alentamos hoy: la no conformidad, el pensamiento crítico, no obedecer ciegamente a la autoridad? Ese tipo de cosas.
"¿Quiere decir eso que no necesitamos unidad y un esfuerzo común para impulsar nuestra causa y continuar la revolución bajo el socialismo? No, lo necesitamos mucho, pero la diversidad y la lucha no deben minar esa unidad; más bien deben hacerla más concreta, más firme y más sólida. ¡Y la vida será muchísimo más emocionante!".
Y luego recalca: "Si el socialismo es insípido y aburrido fracasará". (p. 17)
Puede que "insípido" y "aburrido" no parezcan categorías materialistas, pero objetivamente tienen un contenido social muy ligado al hecho de que lejos de ser como un charco de agua estancada, la sociedad socialista debe caracterizarse por lucha enérgica, mucha iniciativa y creatividad, y mucha agitación y levantamientos políticos (como destaca "Fin/Comienzo"), no en el sentido anarquista sino, como venimos señalando, como parte de la dinámica contradictoria a través de la cual necesariamente avanza.
Todo esto está relacionado con la necesidad que tenemos hoy de librar la contraofensiva ideológica contra la ofensiva ideológica anticomunista de los imperialistas y reaccionarios, y plantear osadamente nuestro desdén estratégico por el enemigo y lo que representa, y nuestra confianza estratégica en nuestra causa y nuestras metas revolucionarias.
Volviendo a lo que dijimos en "Fin/Comienzo": "A las víctimas de este sistema debemos enseñarles a despreciar el sistema y todo lo que representa, a reconocer que no representa `el futuro' sino la miseria del pasado: que es el obstáculo a un futuro mucho más brillante". Debemos brindarles una profunda visión del futuro, de la ideología y programa comunista que lo representa, y de su propio papel de adoptar ese programa e ideología y hacer que la humanidad avance. Como dijo Mao (citado en "Fin/"Comienzo"): "'A menos que despreciemos al viejo sistema y las antiguas relaciones de producción, ¿qué creemos que estamos haciendo? Si no tenemos fe en el socialismo y el comunismo, ¿qué creemos que estamos haciendo?'". ¡Neto! (Vea Revolución , otoño de 1990, p. 13).
Aquí cabe señalar lo que ha planteado el Comité Central del partido (mencionado anteriormente): la mayor atención que le estamos dedicando a dirigir a las masas a luchar contra la opresión y al papel de los jóvenes en esa resistencia y en el movimiento revolucionario en general no le resta importancia a la lucha y el trabajo ideológico, sino todo lo contrario.