Pasar al contenido principal

Pasajes de

Esperanza para la humanidad sobre una base científica

Romper con el individualismo, el parasitismo
y el chovinismo pro estadounidense

Revcom comparte con nuestros lectores unos pasajes de esta nueva obra de Bob Avakian:

 

La ausencia de una verdadera esperanza de conseguir una vida mejor en este mundo es una gruesa cadena que pesa, asfixia y deja profundas cicatrices a las masas de la humanidad, incluidos los jóvenes que están concentrados en los ghettos y barrios de Estados Unidos así como en las hacinadas prisiones-cámaras de tortura. Y el individualismo extremo promovido en toda esta sociedad, la fascinación obsesiva con “el yo”, ha reforzado el grueso tope a las aspiraciones de la gente, ofuscando su capacidad de reconocer la posibilidad de un mundo radicalmente diferente y mejor, más allá de los límites estrechos y restrictivos de este sistema, con todos sus horrores muy reales.

Posteado el 11 de diciembre de 2019:

Lo siguiente de la Segunda parte de Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución* sigue siendo extremadamente relevante e importante:

La relación entre la lucha contra este régimen fascista y los preparativos para la revolución no es un “camino recto” ni una “calle de un solo sentido”. Los que entienden la necesidad para una revolución no deben tener la orientación respecto a esta relación como si “primero debiéramos construir un movimiento de masas para expulsar a este régimen, y luego podríamos dedicar nuestros esfuerzos a trabajar directamente para la revolución”. Es crucial unificar y movilizar gente, desde diferentes perspectivas, de manera muy amplia, en torno a la demanda de que este régimen tiene que marcharse, pero será mucho más difícil hacer esto a la escala y con la determinación que se requieren para lograr este objetivo si, al mismo tiempo, no se ha atraído e incorporado a crecientes cantidades de personas en torno al entendimiento de que es necesario poner fin no sólo a este régimen sino al sistema cuyas contradicciones profundas y determinantes han engendrado este régimen, sistema que por su propia naturaleza, ha impuesto y continuará imponiendo un sufrimiento horroroso y completamente innecesario a las masas de la humanidad, hasta que sea abolido este sistema mismo. Y, entre más  se atraiga e incorpore personas para que trabajen consciente y activamente para la revolución, la creciente fuerza y “autoridad moral” de esta fuerza revolucionaria, a su vez, fortalecerán la determinación de crecientes cantidades de personas a expulsar a este régimen fascista que ahora está en el poder, aunque no se gane a la revolución a muchas de éstas (y quizás nunca se gane a algunas de ellas).

Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución es un importante discurso de Bob Avakian, pronunciado en el verano de 2018. El texto en español, y el video y el texto en inglés, están disponibles en revcom.us.

 

 

El individualismo es un factor significativo y un “elemento unificador” en muchas de las tendencias negativas que juegan un papel importante en impedir que las personas reconozcan la realidad y la profundidad de los horrores que continuamente causa este sistema — y que reconozcan la urgente necesidad de actuar, junto con otros, para abolir y arrancar de raíz todo esto, en su fuente misma. Esto resalta y realza el hecho de que el individualismo, que se nutre y se expresa en formas extremas en esta sociedad particular en este momento, es un problema profundo al que hay que hacer frente y transformar.

 

 

 

El individualismo virulento y el individualismo ajeno

Estas son dos amplias categorías del individualismo, que tienen algunas características particulares diferentes pero que también tienen en común la concentración básica en el yo y la fascinación con el yo. El individualismo virulento es una variación extremadamente venenosa de esto. En lo básico, se refiere a la idea de que “Estoy tratando de conseguir todo lo que pueda para mí y que se jodan los demás. Y si tengo que pisotear a los demás para conseguir lo que quiero, pues, así es la vida y lo voy a hacer de la mejor manera que pueda, para que pueda conseguir todo lo que quiero — lo quiero todo y lo quiero ahora”.

El individualismo ajeno es el individualismo que quizá no tenga esas características agresivas particulares y quizá ni siquiera tenga una actitud conscientemente hostil hacia otras personas en general, pero que supone ir por la vida persiguiendo los intereses, aspiraciones o “sueños” personales, sin prestar atención a las cosas más grandes que se están dado en el mundo y al efecto de eso en las masas de personas en todo el mundo y, de hecho, en el futuro de la humanidad.

 

 

Como señalé en el Diálogo con Cornel West en 2014, la “selfie” es una representación icónica perfecta de todo este panorama y toda esta cultura. No es que cada “selfie” sea en sí mala, por supuesto. Pero hay toda una cultura a su alrededor, incluso hasta el extremo de que las personas van a un lugar hermoso en la naturaleza y ¿con qué se ocupan? Con tomar una “selfie” de sí mismas en lugar de apreciar (y sí, tomar fotografías de) la inmensa belleza que se extiende ante sí mismas. Lo importante, con esta perspectiva, es: “Aquí estoy, mírame”. Es el etos de “mírame, mírame, mírame” que predomina tanto en ambas formas del individualismo, incluso en la forma que no es conscientemente virulenta pero que, no obstante, es llamativamente ajena.

 

 

No me opongo necesariamente a que la gente vea algunos videos o YouTubes de gatos que tocan el violín (y cosas similares en el Internet), pero si una persona está obsesionada con ese tipo de cosas —ni hablar de que su obsesión sea referirse con bajezas y rebajar a otras personas en el Internet— pues, obviamente, eso es algo por lo que cualquier persona digna debería estar muy preocupada y a lo que debería oponerse fuertemente y contra lo que debería luchar fuertemente.

 

 

Donde quiera que uno vaya, se oye: “Ah, esto realmente va a ser bueno para desarrollar la ‘marca’ de ella”; “Ah, realmente han sido muy creativos en su manera de impulsar su ‘marca’”. No se puede dar la vuelta hacia ningún lado sin escuchar que se utiliza de esta manera la palabra “marca”. Y esto va de la mano, por supuesto, con la exaltación del vil espíritu empresarial — lo que objetivamente representa esfuerzos por sacar una tajada de la explotación de la gente, al convertirse en parte del proceso general que se basa en gran medida en la superexplotación de las masas populares, incluidos niños, en el tercer mundo.

 

 

Quizá el individualismo ajeno parezca más benigno (o, en términos simples, menos “nefando”) pero, no obstante, se caracteriza por ser imperdonablemente ignorante de lo que está pasando en el mundo más amplio, o por conscientemente elegir ignorar lo que está pasando en el mundo más amplio, más allá del yo (y más allá del estrecho círculo alrededor de uno mismo), y las consecuencias de esto para las masas de personas en el mundo, y en última instancia para toda la humanidad — o por prestar atención a esto únicamente en la medida en que afecte a uno mismo en términos inmediatos y limitados.

 

 

Si algo hace que la gente se sienta incómoda —y aún más, si ofrece la perspectiva del sacrificio, el sacrificio necesario, de su parte— demasiadas pero demasiadas personas le dan la espalda. Como he señalado anteriormente, hay toda esta actitud de abordar la realidad como si se tratara de un “buffet de ensalada” o de abordarla como un consumidor: “Bueno, eso me hace sentir incómodo. Pues, voy a dejar eso a un lado. No quiero mirar eso porque eso me hace sentir incómodo”.

 

 

Como señalé en El Nuevo Comunismo, algunas personas fueron a uno de los campus universitarios hace un par de años con un cartel de las Vidas Robadas, o sea, las personas que fueron asesinadas por la policía (no todas ellas, de ninguna manera, pero docenas de ellas), y alguien se acercó y empezó a lloriquear: “No me gusta ese cartel, que me hace sentir inseguro”. Como dije en ese entonces: Ah, ¡qué pena! Dejemos esa clase de mierda y empecemos a hablar y abordar en serio lo que le está pasando a las masas de personas, una parte significativa de lo cual está representado por lo que contiene ese cartel.

 

 

Una de las formas más comunes y problemáticas de esta insistencia repetida y obstinada en perseguir la ilusión del “camino indoloro”, particularmente entre las personas que se consideran un tanto iluminadas (o progresistas, o “concienciadas”, o como quieran decirlo), es lo que muy acertadamente llamamos la BEB —Basura Electoral Burguesa— y el fenómeno de que las personas se restringen continuamente a los límites estrechos de lo que un sector de la clase dominante les presenta, como se encarna en el Partido Demócrata: “Estos son los límites de lo que yo consideraré en términos de posiblemente generar un cambio” — porque esta es la rutina gastada y trillada de lo que es, al menos hasta este momento, relativamente seguro en términos de actividad política.

 

 

Las personas quienes votaron por Trump son el tipo de personas que hubieran estado a favor de la esclavitud si hubieran vivido en los tiempos de la esclavitud en Estados Unidos. Y aquellos que consideran que es aceptable tener al supremacista blanco abierto Trump en la Casa Blanca son el tipo de personas que hubieran ignorado o hubieran aceptado abiertamente y justificado o racionalizado la esclavitud cuando existió.

 

 

Cabe decir sin rodeos: para los millones, y decenas de millones, de personas que dicen que odian todo lo que Trump representa y lo que está haciendo pero quienes, después de todo este tiempo, todavía no se han tomado las calles en una movilización sostenida que exija que el régimen de Trump y Pence tiene que marcharse, ¡esto hace que sean colaboradores con este régimen fascista y en sí culpables del atroz delito de tolerar a este régimen cuando aún podrían tener la posibilidad de que se cumpla la exigencia de que el régimen tiene que marcharse, por medio de tal movilización de masas!

Para parafrasear a Paul Simon: Están desperdiciando su resistencia por un puñado de murmullos —o cosas peores— proveniente del Partido Demócrata.

La hora ya es muy tarde —y aún queda un tiempo, pero no mucho— para que esto cambie, ¡para que las masas de personas por fin se tomen las calles y permanezcan en las calles, con la firme determinación de que este régimen fascista debe marcharse ya!

 

 

Posteado el 4 de diciembre de 2019:

Quisiera hablar de la acusación de que “¡Ustedes van a hacer que personas resulten muertas!” Se ha hecho esta acusación con frecuencia, especialmente cuando propagamos, como es debido, no sólo la necesidad de la revolución, sino lo que ésta significa — el derrocamiento del sistema existente por medio de la derrota de sus agentes armados cuando las condiciones para ello hayan surgido: la existencia de un pueblo revolucionario que cuente con millones y millones de personas y una aguda crisis revolucionaria en toda la sociedad. ¿Cuál será nuestra respuesta a esta acusación?

¡Ya están resultando muertas masas de personas por todo el mundo, y ya están sufriendo de formas horrendas mientras están con vida, a causa de este sistema — y una de las expresiones más dolorosas de esto es la manera en que se induce a un enorme número de personas que ya sufren una terrible opresión bajo este sistema, y a los jóvenes en particular, a que se maten unos a otros, ya sea en conflictos de pandillas o en guerras al servicio de los imperialistas y otros opresores reaccionarios! Nuestra meta es clara:

No más generaciones de nuestra juventud, aquí o a través del mundo, cuyas vidas se acaban, cuyo futuro ya está sellado, que han sido condenados a una muerte temprana o a una vida de miseria y brutalidad, que el sistema ha destinado a la opresión y al olvido incluso antes de que nazcan. Yo digo no más de eso. [Lo BAsico 1:13]

¡Nuestro objetivo es por fin eliminar todo esto!

Como insta “CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución”, en nuestra manera de impulsar esta revolución tenemos que tener seriedad y ciencia — y nuestra estrategia y plan para la revolución se basa precisamente en un método y enfoque serio y científico. Por eso, entre otras cosas, el sexto punto de los Puntos de Atención para la Revolución pone en claro:

Nosotros trabajamos por un derrocamiento concreto de este sistema y un camino mucho mejor que deje atrás los destructivos y brutales conflictos que existen hoy entre las personas. Dado que tenemos seriedad, en esta etapa no iniciamos la violencia y nos oponemos a toda violencia contra la gente y entre las personas.

Este mismo método y enfoque es lo que conduce a esta conclusión clara basada en la ciencia:

En términos fundamentales, tenemos dos opciones: o vivir con todo eso —y condenar a las generaciones del futuro a lo mismo, o a cosas peores, si es que siquiera tengan un futuro— o¡hacer la revolución!

Hay que promover este entendimiento y orientación, y hay que luchar enérgicamente por esto entre las masas de personas, y especialmente entre los jóvenes, a los que este sistema no les ofrece ningún futuro digno — si es que, para repetir, siquiera tengan un futuro.

 

 

Posteado el 6 de noviembre de 2019:

En la sección de apertura del libro El Nuevo Comunismo (“Introducción y orientación”), hablé de la amarga realidad de que las masas de los oprimidos temen tener esperanzas.

Temerosas de tener esperanzas de que quizás el mundo no tenga que ser así, de que quizás haya una manera de salir de esto. Temerosas de tener esperanzas porque sus esperanzas han sido frustradas tantas veces.

Esto es un factor importante por el que tantas personas recurren a la religión — porque parece que no existe ninguna esperanza en este mundo para un fin al terrible sufrimiento y degradación a lo que están sometidas continuamente, lo que les impone el funcionamiento de este sistema, pero que también lo ofusca y encubre la propia manera en que opera este sistema y el papel de sus instituciones, funcionarios y agentes armados, los que actúan sistemáticamente para engañar a la gente respecto a por qué el mundo está como está y si realmente se podría cambiar y cómo, si es posible poner fin a todo este sufrimiento innecesario y cómo.

En esta conexión, sobresale una vez más la gran importancia del método y enfoque científico del comunismo, tal como se ha desarrollado por medio del nuevo comunismo, y de la realidad y la posibilidad del cambio emancipador, radical, en este mundo.

 

 

Abordar la realidad tal como es —con su constante cambio y desarrollo— y entender las fuerzas motrices subyacentes, es crucial para desempeñar un papel dirigente y decisivo en la gestación de esa revolución y en la creación de una era completamente nueva de la historia humana, que romperá y eliminará para siempre las cadenas materiales —los grilletes económicos, sociales y políticos de explotación y opresión— que esclavizan a la humanidad hoy, así como las cadenas mentales, los modos de pensar y la cultura que corresponden a esas cadenas materiales y las refuerzan.

 

 

La religión siempre se presenta como una fuente de “esperanza” o de consuelo. Pero ¿realmente es una fuente de esperanza — o es, en esencia y en el aspecto que la define, una ilusión que paraliza? La religión ofrece el concepto del consuelo para paliar el sufrimiento, y de cifrar las esperanzas en otro mundo y en fuerzas de otro mundo para poder conseguir algún tipo de consuelo debido a todo el sufrimiento al que la gente está sometida, y para poder sobrevivir un día más. Pero la pregunta que hay que hacer es: ¿Es lo que las personas necesitan un consuelo para paliar el sufrimiento que este sistema las obliga a soportar, o necesitan alzarse y abolir al sistema que encarna e impone este sufrimiento, y al abolirlo, eliminar la necesidad de contar con un consuelo para paliar el sufrimiento que ya no están teniendo que soportar, el sufrimiento innecesario al que están obligadas a soportar?

 

 

Los fundamentalistas cristianos (entre ellos el actual vicepresidente Mike Pence y otros que ocupan poderosas posiciones en el gobierno, los medios de comunicación y otras instituciones importantes) son una fuerza impulsora del fascismo teocrático (un gobierno tiránico de una autoridad religiosa medieval). Acatan y propagan agresivamente una lealtad irreflexiva al dogma religioso y una aplicación de éste que, en su interpretación textual (en la que insisten estos fascistas cristianos), promueve y conducirá a toda suerte de atrocidades y horrores (como se puede ver tanto en el Viejo como en el Nuevo Testamento de la Biblia — algo que analicé en ¡Fuera con todos los dioses!).

 

 

Hay muchas personas religiosas cuyas perspectivas y sentimientos religiosos sí las inspiran y las motivan a tomar posiciones contra la opresión e incluso hacer sacrificios en la lucha contra la opresión. Y, claro está, hay que respetar eso y unirnos con eso. Pero al mismo tiempo, eso no elimina la necesidad de desarrollar una lucha fuerte en la esfera ideológica contra la concepción del mundo pregonada por la religión y el papel que la religión juega como una cadena mental sobre las masas de personas, la que de hecho obra en contra de que adopten y apliquen sistemática y consecuentemente un enfoque científico para conocer la realidad, y en particular lo que está causando el sufrimiento al que las masas de la humanidad están sometidas y cuál es la solución a eso.

 

 

Sí, en última instancia, hay que llevar a cabo la lucha en la esfera de la práctica; hay que llevarla a cabo en la lucha concreta para enfrentar y al final derrocar al sistema que encarna e impone toda esta opresión horrorosa. Pero es de tremenda importancia que las personas, incluso antes de que se desarrollen un alto nivel teórico, lleguen a entender de manera básica que no existe ninguna necesidad, no existe ninguna necesidad permanente, de que sean así las condiciones existentes, y por qué eso es cierto. Esto es la fuente de la esperanza, sobre una base científica, y no sobre la base de ilusiones tales como las que la religión propaga y perpetúa.

 

Posteado el 23 de octubre de 2019:

Aunque las personas sí existen como individuos, el terrible sufrimiento de las masas de la humanidad y los retos urgentes que enfrenta la humanidad en su conjunto como resultado de la escalada de destrucción del medio ambiente por este sistema del capitalismo-imperialismo, así como la posibilidad de una conflagración nuclear que continúa asomándose como una amenaza existencial sobre la humanidad — pues, no es posible abordar todo eso con seriedad, y ni hablar de realmente resolverlo, mientras cada individuo persiga sus intereses particulares, y de hecho, cuando las personas actúen de esta manera, eso constituye un obstáculo importante a la consecución de la solución necesaria.

 

 

Otro aspecto de lo que opera aquí es el “cinismo desencantado”.... Ese pseudocinismo desencantado (o ese verdadero cinismo, pero pseudo concienciación del mundo) es otra manifestación del individualismo parásito — cuando alguien justifica negarse a hacer algo o no hacer algo sobre los crímenes que se están cometiendo en su nombre, y todas las horrorosas cosas que están ocurriendo en el mundo, sobre la base de: “Sí, ya lo sé, pero así es la vida. Y después de todo, en realidad no hay nada que se pueda hacer al respecto. Cualquiera que se ponga al frente y diga que va a hacer algo al respecto es tan corrupto como la gente que ya está perpetrando estas cosas, así que en realidad no hay nada que se pueda hacer”. Como se ha dicho, con mucho discernimiento, se podría traducir este sentimiento así: “Ah, estoy tan agradecido que haya resultado que lo correcto que hay que hacer es no hacer nada sobre estos ultrajes y horrores en el mundo”.

 

 

El chovinismo pro estadounidense es uno de los mayores obstáculos que se interpone en el camino y lastra a la gente: la asquerosa noción de que Estados Unidos y los estadounidenses son mejores y más importantes que los demás.

 

 

Respecto a la clase media de Estados Unidos, aunque hoy para importantes sectores de esta clase no les va tan bien como en el pasado —y algunos de ellos de hecho se están esforzando— en el sentido económico, a medida que la brecha social y las disparidades de ingresos siguen ensanchándose a proporciones obscenas, todavía existe entre ellos, o entre muchas personas en la clase media, un sentido persistente y generalizado de “derecho y privilegio” como estadounidenses y una identificación de sus propios intereses con lo que de hecho es un sistema de masivos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad: el imperialismo capitalista estadounidense. Y, como se señala en ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE!, este veneno del chovinismo pro estadounidense también ejerce cierta influencia entre los más amargamente oprimidos, a pesar de que está en agudo conflicto con la opresión sistemática a la que están sometidos en Estados Unidos bajo este sistema.

 

 

En vista de las invasiones y las guerras en marcha, los golpes de estado, la matanza de cientos de miles de civiles, la destrucción de países y la relegación de millones de personas a la desesperanza y al hambre a manos de los imperialistas de Estados Unidos y sus “aliados” y títeres rastreros: ¡¿Dónde está la indignación de masas y la oposición activa y decidida proveniente de las personas en Estados Unidos —en nombre de las cuales se cometen continuamente estos monstruosos crímenes— incluso proveniente de las personas que se llaman a sí mismas “progresistas” o se proclaman “concienciadas”?!

 

 

Hay una gran necesidad de que la gente ampliamente rompa con este chovinismo pro estadounidense. Como he enfatizado anteriormente, hay 3 cosas que tienen que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor:

1) Las personas tienen que reconocer toda la historia propia de Estados Unidos y su papel en el mundo hasta hoy, y las correspondientes consecuencias terribles.

2) Las personas tienen que adentrarse con seriedad y ciencia en la manera en que este sistema del capitalismo-imperialismo funciona en los hechos, y los correspondientes resultados concretos en el mundo.

3) Las personas tienen que examinar profundamente la solución a todo eso.

 

 

Si bien es correcto y necesario unirse con amplios sectores de la población en oposición a las injusticias y a los atropellos cometidos por los que gobiernan en Estados Unidos, y si bien esto ha cobrado una realzada importancia con la ascensión al poder del régimen fascista de Trump y Pence, es una verdad básica que sin romper con el chovinismo estadounidense —sin hacerle frente al verdadero horror de lo que Estados Unidos ha sido, y lo que ha hecho, en Estados Unidos y en todo el mundo, desde su fundación hasta el presente— y sin empezar a odiar profundamente todo esto, no es posible, en última instancia, retener su propia humanidad y actuar en pro de los más excelsos intereses de toda la humanidad.

 

 

En oposición directa a la venenosa perspectiva del chovinismo pro estadounidense, la orientación que hay que defender firmemente y por la que hay que luchar ferozmente es el principio básico y la verdad sencilla, pero profunda, de que “La vida de los estadounidenses no es más importante que la de la gente de otros países” e “Internacionalismo — el mundo entero ante todo”, que se encuentra en Lo BAsico 5:7 y 5:8.

 

 

 

 

Y, como se explica más completamente en Lo BAsico:

Los intereses, objetivos y grandes planes de los imperialistas no corresponden a nuestros intereses — no corresponden a los intereses de la gran mayoría de la población en Estados Unidos ni de la abrumadora mayoría de la humanidad. Hay que entender las dificultades en que se han metido los imperialistas en aras de sus intereses, y hay que responder a ellas, pero no desde su punto de vista y sus intereses sino desde el punto de vista de la gran mayoría de la humanidad y de la necesidad básica y urgente de un mundo diferente y mejor, de otro camino. (Lo BAsico 3:8)

Es crítico ganar continuamente a un creciente número de personas a asumir esta orientación fundamental por lo que se refiere a la realización de cualquier cambio positivo, y esto será decisivo en la realización de la revolución para por fin acabar con este monstruoso sistema del capitalismo-imperialismo.

 

 

BAsics-5-7-es.jpg

 

BAsics-5-8-es Spanish