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Unir a todos los que se pueda unir:

Existe un verdadero proletariado

Hablemos de la relación dialéctica entre los dos aspectos de la estrategia del Frente Unico bajo Dirección Proletaria. Mejor dicho, el aspecto del frente único y el aspecto de dirección proletaria.

Empezando con el aspecto de la DP (dirección proletaria), hay un punto muy importante y fundamental. A pesar de todas las transformaciones tecnológicas y sociales, existe y seguirá existiendo, en Estados Unidos y en el resto del mundo, un verdadero proletariado que encarna el potencial de revolucionar la sociedad y el mundo. No es solo un artículo de fe: que hay y seguirá habiendo un verdadero proletariado, y que es capaz de llevar a cabo su misión revolucionaria y ser la vanguardia de la revolución comunista; esto es una realidad concreta. Cuanto más investigamos, más se confirma, tanto en Estados Unidos como en la situación mundial, en países por todo el mundo.

El proletariado es un hecho material y una fuerza material potencial con potencial histórico mundial; el proletariado puede y debe desempeñar su papel como fuerza dirigente y columna vertebral de la lucha revolucionaria para transformar la sociedad. Aun si en la revolución de nueva democracia (y hasta cierto punto en la transformación socialista) de los países del tercer mundo el campesinado desempeña un papel importante, en un sentido estratégico el proletariado puede y debe desempeñar el papel dirigente; el papel de la clase dirigente, la clase de la cual esas transformaciones dependen, más que de ninguna otra clase, para llevar adelante la revolución proletaria y llegar al comunismo.

El comunismo no es una "buena idea" que ya no tiene una base material o social. Lo que se necesita para que esa "idea"-y es una muy buena idea-pase a ser una fuerza material y una realidad material, es que tiene que haber un sector de la sociedad, poderosa y estratégicamente colocado, cuyos intereses corresponden a esa revolución y que por tanto se pueda movilizar a ella. Y la verdad es que sí existe semejante fuerza en Estados Unidos (así como en otros países de todo el mundo).

Esto es fundamental, así que quiero repetirlo y recalcar lo esencial: Lo que se necesita para que esa "idea"-y es una muy buena idea-pase a ser una fuerza material y una realidad material, es que tiene que haber un sector de la sociedad, poderosa y estratégicamente colocado, cuyos intereses corresponden a esa revolución y que por tanto se pueda movilizar a ella. Y la verdad es que sí existe semejante fuerza en Estados Unidos (así como en otros países de todo el mundo).

Ahora bien, hoy en Estados Unidos (y varios otros países), esa contradicción se expresa agudamente: objetivamente, existe esa fuerza social potencial, existe el verdadero proletariado, pero por otro lado, hoy en la mayoría de los países no tiene una poderosa expresión política. Apenas empieza a expresarse de una forma inicial como un movimiento revolucionario consciente de clase. Eso tiene un efecto. En Estados Unidos no existe todavía un movimiento revolucionario avanzado, consciente de clase, dirigido por el proletariado. E incluso a nivel mundial, si bien hay importantes luchas revolucionarias que inspiran, como las guerras populares prolongadas dirigidas por fuerzas marxista-leninista-maoístas afiliadas al Movimiento Revolucionario Internacionalista, especialmente en Perú y Nepal, así como en las Filipinas, todavía no existe una poderosa ola de revoluciones dirigidas por el proletariado que influya poderosamente en la situación mundial. Eso afecta la situación.

Todavía estamos en un período de recuperación de las derrotas que hemos sufrido. Nosotros, el proletariado y los oprimidos del mundo, y el Movimiento Comunista Internacional, nos estamos recuperando. Estamos en las etapas iniciales de recuperarnos de las derrotas que hemos sufrido, en particular de la restauración del capitalismo en China, aunque ha habido avances muy importantes. Esa realidad afecta a todas las capas sociales, sin excluir a las masas de proletarios: afecta de cierta manera a los intelectuales; afecta a la juventud; a las masas básicas, etc., etc.

Hablando en particular de los intelectuales, creo que tenemos que hacer mucho más trabajo con ellos. Hay mucho más que podemos y debemos hacer con respecto a unidad-lucha-unidad, tanto para influenciarlos como para aprender de ellos. Podemos y debemos lograr un impacto mucho más grande con ellos. Eso es algo importante que quiero recalcar.

Ese trabajo es muy importante y tendrá, indirectamente, un impacto muy importante en las masas básicas. Pero, por más bien que hagamos nuestro trabajo con los intelectuales, y nuestro trabajo en general, en buena medida lo que representamos permanecerá (o parecerá quedarse) en el reino de las "buenas ideas", hasta que el movimiento revolucionario consciente de clase del proletariado tome el escenario como una fuerza material.

Hay una brecha. Hay una enorme brecha entre lo que hay que hacer para resolver las contradicciones de la sociedad por un lado y, por el otro lado, la manera en que las contradicciones se imponen a la gente hoy. El puente para cerrar esa enorme brecha es el movimiento revolucionario consciente de clase del proletariado, y todo nuestro trabajo para movilizarlo y dirigirlo hacia sus objetivos estratégicos.

¿Dónde tienen los pies plantados?

Una manera de ver esto es recordar el artículo "El heartland...de la locura babilónica" de la serie Reflexiones, notas y retos; ese artículo habla del fenómeno de unos intelectuales y artistas que intentaban, desde su punto de vista, abordar algunas de las contradicciones que afectan poderosamente a las capas sociales medias: granjeros, trabajadores industriales y otros que han sido afectados por las transformaciones en la economía, en la base material de la sociedad.

Uno de los puntos de ese artículo, que es un tema muy importante, es: ¿dónde tienes los pies plantados?

No es incorrecto, de hecho es muy importante, estrechar lazos con esas capas sociales, pero, ¿dónde tiene uno los pies cuando lo hace? Si no está bien parado, se va a caer a un lado o al otro. Si no está bien parado-y aquí me refiero a nuestro Partido, tanto con respecto a nuestro trabajo en general como ideológicamente-si no estamos bien plantados entre el proletariado, sus intereses y punto de vista, no vamos a poder hablar correctamente a esas otras capas sociales. No vamos a poder abordar las contradicciones que encaran y movilizarlas para resolverlas, por no decir nada de resolver las contradicciones profundas y centrales de la sociedad. Una de las cosas que menciona el artículo ("El heartland...de la locura babilónica") es la letra del rap de Melle Mel "III Guerra Mundial".

Desde muchos ángulos, es un rap muy poderoso, muy interesante; es de los años 80. (También es interesante en cuanto demuestra que no éramos los únicos que pensábamos que existía un inminente peligro de una tercera guerra mundial.) En esa canción hay una línea sobre el estallido de una tercera guerra mundial que dice: "Con un solo colosal ¡PUM! mira lo que pasa. El mundo es un ghetto, de pe a pa". Y una de las cosas que señaló el artículo "El heartland...de la locura babilónica" no es que queremos que el mundo quede en escombros, sino que si se quiere una revolución proletaria, tiene que haber una capa social para quien el mundo (según dice otra canción) siempre es un ghetto y uno tiene que basarse en ella.

Además de eso, hay que comprender que hay diferentes capas sociales y estratos dentro del proletariado (como he mencionado en otros escritos). No es tan simple como decir que los que están en la peor situación son los más revolucionarios. Pero el ensayo sobre la Moral1 señaló algo muy importante; algo que los camaradas del Perú también han recalcado, lo que ellos llaman la organización científica de la pobreza. Me parece que se refieren al comentario de Marx en La miseria de la filosofía, donde critica a Proudhon por no reconocer el aspecto revolucionario de la pobreza y solo su miseria. No debe sorprender que ese sea un problema que tienen muchos intelectuales, incluso algunos que hacen muy buen trabajo, como Jonathan Kozol; ellos no ven el lado revolucionario y destructivo de la pobreza. Mejor dicho, no ven el potencial revolucionario ligado a las condiciones de pobreza en que viven las masas proletarias. Eso es lo que tenemos que ver, científicamente. De hecho, especialmente hoy, eso es algo que solo se puede ver, completa y consecuentemente, si se aplica nuestra ciencia.

Así que, tiene que haber una clase para la cual el mundo es un ghetto, pero también tiene que haber gente cuyos intereses materiales corresponden de una manera general-no de una manera abstracta, absoluta, "pura"-a la concepción del mundo y los intereses del proletariado. Y EXISTE tal fuerza. A pesar de todos los desequilibrios y trastornos; con todas las consecuencias desastrosas para las masas y la desorientación y desmoralización que surge espontáneamente con eso, EXISTE una clase, una clase cuyos intereses objetivos y concepción del mundo-junto con nuestro trabajo para dotarle expresión consciente de clase como una fuerza material-representa el puente sobre esa enorme brecha que divide lo que necesitamos para resolver las contradicciones, no solo en un país en particular, sino a nivel mundial, y las condiciones concretas hoy día y cómo golpean a las masas, a la gran mayoría de la humanidad.

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NOTAS:

1. "Predicando desde un púlpito de huesos: Lo que no dice `Virtudes' de William Bennett, o necesitamos moral, pero no la moral tradicional", y "Acabar con el `pecado' o, necesitamos moral, pero no la moral tradicional (Parte 2)". Partes de esos ensayos y una serie titulada "¿Qué es la moral comunista" salieron en el Obrero Revolucionario entre el 28 de enero de 1996 y el 12 de mayo de 1996. [volver]