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De "Plantear nuestra línea de una manera osada, conmovedora y contundente"

Segunda parte

En este número del OR publicamos la segunda parte de "Plantear nuestra línea de una manera osada, conmovedora y contundente", pasajes de una charla grabada de Bob Avakian del año pasado, en la cual aborda la agitación y propaganda, y cómo imbuirles fuerza y vida. Nos parece muy oportuno publicarlos ahora dada la situación actual y la extrema importancia de apelar e influenciar a gran cantidad de gente. El texto tiene leves cambios editoriales. En el OR No. 1176, publicamos pasajes de "Cuestiones estratégicas", una charla de hace unos años sobre el mismo tema. Todo este material está disponible en la Internet: revcom.us.

Conocer al público, desentrañar las contradicciones paso por paso

Como recalcamos en "Cuestiones estratégicas", es importante conocer las particularidades de cada público, pues naturalmente cada público tiene sus experiencias muy propias. Vimos el ejemplo de hablar a un grupo negro sobre su opresión, la causa (la naturaleza del sistema), la necesidad de la revolución, qué tipo de revolución, etc. Desde luego, hay algunas cosas que los negros no captan espontáneamente sobre su propia opresión, pero no hace falta convencerlos de que viven oprimidos y jodidos. Con ese público, es preciso pasar rápidamente a la dinámica interna de esa opresión, al cómo y el porqué, cómo se desprende del sistema, la interconexión de varios aspectos entre sí y con otros tipos de opresión en la sociedad y el mundo, señalando que todo eso viene del mismo sistema y sus contradicciones fundamentales, que se resolverán, a la larga, por medio de la revolución proletaria. (Repito, no debemos decirlo tal cual con esa terminología [BA se ríe], digo, porque el chiste es ilustrarlo concretamente y no soltar un "rollote" donde repetimos una serie de términos). Hay que explicar esas cosas muy concretamente.

Si me permito emplear estos términos ahora es porque en mi público, ustedes para quienes estamos grabando esta charla, hay camaradas que aplican el marxismo-leninismo-maoísmo (MLM) y conocen esa terminología, pero cuando hablamos a otro público, a lo mejor no sabe qué quiere decir "la contradicción fundamental del capitalismo... que se resolverá, a la larga, por medio de la revolución proletaria". En la mayoría de los casos, si vamos a abordar esos conceptos y emplear esos términos, tenemos que explicarlos concretamente de una manera clara porque el público no los conocerá. Sin embargo, si estamos hablando a un público que ya conoce los términos y conceptos, y empezamos con: "Necesitamos la dictadura del proletariado. Ahora, permítanme explicar, la dictadura del proletariado quiere decir...". Pues, no. Sería una pérdida de tiempo y la gente se enfadaría. A lo mejor diría (o pensaría): "¿Por qué ese tipo nos está diciendo qué es la dictadura del proletariado? No hace falta. Lo que queremos saber es cómo su programa lleva a establecerla. Eso es lo que nos interesa". Obviamente, ¡este público no es igual a los demás!

Actualmente, cuando damos una charla sobre el Borrador del Programa, lamentablemente no es común que el público conozca esos términos y conceptos, ni mucho menos que la mayoría esté de acuerdo con los planteamientos, y generalmente no podemos ni debemos presuponer demasiado. Eso está ligado a lo que dijo Mao: para "levantar el cubo", es preciso tener una base. Si el público ya conoce y está de acuerdo con la dictadura del proletariado, eso quiere decir que ya tiene una base bastante "alta", por decirlo así, y levantando el cubo desde ahí podemos alcanzar nuevas alturas. Pero en este momento en la mayoría de los casos, lamentablemente, el público no tiene esa base y hay que levantar el cubo desde la base que tenga. O sea, hay que conocer el público, hay que investigar y estudiar, hay que hablar con otros que lo conocen y aprender lo más que se pueda. Además, como señalamos en "Cuestiones estratégicas", procuramos aprender en el mero momento, viendo cómo responde y aplicando la línea de masas en el curso mismo de la charla.

Todo eso es importante, pero lo primordial es "desentrañar" las contradicciones y presentarlas concretamente, presentar las conexiones concretas entre cosas particulares (o contradicciones) y las cuestiones estratégicas y los objetivos estratégicos. Y para eso es imprescindible partir de la realidad y no de definiciones, ni mucho menos de consignas o terminología que el público no conoce, o peor, que nos alejan de él, sea el que sea y cualesquiera que sean las contradicciones específicas.

Además de desentrañar las contradicciones, como ya mencionamos, hay que llevar al público paso por paso a conocerlas sin pasar por alto cosas importantes, de acuerdo a las circunstancias. Obviamente, no podemos ir al extremo de explicar todo minuciosamente, pues la charla sería interminable y el público no la aguanta. Cuando hablo de llevar al público paso por paso, no empecemos con: A-B-C-D-E-F-G. ¡No! Lo que quiero decir es que tenemos que explicar concretamente lo esencial y las conexiones. Por ejemplo, debemos demostrar concretamente que un asesinato policial o un aspecto de la explotación de los costureros concentra algo básico del sistema y, también, está ligado a otros aspectos del sistema y al sistema de conjunto, y que todo eso demuestra la necesidad de tumbarlo.

Eso es lo que quiero decir cuando hablo de llevar a la gente paso por paso por las contradicciones, en la medida que podamos en una situación dada. Claro, si vamos a hablar por cinco minutos, la agitación será necesariamente muy "abreviada". En ese caso, hay que escoger cuidadosamente lo que se va a recalcar. Hay que ver cuál es la contradicción principal y cómo destacarla, cómo llevar a la gente a conocerla. Por otro lado, si vamos a dar una charla de varias horas, podemos hacer mucho más. En ese caso podemos hacer propaganda que ayude a captar mucho más las interconexiones, pero en una plática muy breve no es posible tratar todas ellas.

Así que hay que saber exactamente qué pretendemos hacer. ¿Principalmente propaganda?, la cual permite desenvolver y trazar las conexiones entre las contradicciones, atropellos y rasgos del sistema de una manera más completa y elaborada. ¿O agitación muy breve? En ese caso, tenemos que destacar una sola cuestión de una manera muy concentrada y ligarla a lo universal, sin profundizar sobre la naturaleza del sistema y la necesidad de tumbarlo por medio de la revolución y sin entrar en detalle sobre las varias implicaciones de la cuestión que estamos abordando.

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Todo eso es un aspecto del principio de demostrar concretamente, a través de sucesos y situaciones concretas y sus interconexiones --y a través de las relaciones sociales, cuestiones candentes y acontecimientos mundiales-- la "inevitabilidad" de nuestra línea, de nuestro análisis del problema y la solución, logrando como señalamos en "Cuestiones estratégicas", la síntesis correcta de "ser totalmente osados... ¡y sumamente razonables!".

Eso es precisamente lo que nos proponemos, porque de plano lo que planteamos es totalmente osado, comparado con la espontaneidad y las ideas que inculca el sistema... y ¡así debe ser! Mejor dicho, si nuestros planteamientos no les parecen totalmente osados a las masas, falta algo, pues no estamos diciendo la neta ni hemos logrado condenar al enemigo ni hemos llegado "hasta el alma" de las masas. Lo que planteamos debe sacudirlas, en un sentido positivo, en el sentido de conectarse con ellas.

Por ejemplo, Malcolm X sacudía a la gente, en un sentido positivo; decía: "Les están dando atole con el dedo y ustedes se dejan porque son unos pendejos, unos tontos, y se dejan engatusar, cabrones". Y las masas respondían a gritos: "¡Simón!", porque captaban dos cosas: primero, que decía la verdad, y segundo, que estaba de su lado y buscaba ayudarlas a levantarse, y no pisotearlas una vez más. Digo, es muy importante la actitud y la posición del orador: ¿de qué lado está?

No cabe duda de que tenemos que ser totalmente osados, en cierto sentido, porque como dije, comparado con la espontaneidad y lo que inculca el sistema, nuestros planteamientos son así. Debemos reconocerlo y captar que principalmente es algo muy positivo. Pero también lo que decimos debe inquietar, precisamente porque es sumamente razonable. O sea, no es posible rechazarlo simplemente porque sea osado; debe hacer pensar: "La verdad, es muy lógico lo que dijo. No me gusta pero no puedo quitármelo de la cabeza". Eso es lo que queremos provocar, en cierto sentido, cualquiera que sea la experiencia y nivel de conciencia de la gente.

Denuncias fuertes

Otro principio importante es ser como un "bulldog" respecto a ciertas cuestiones, sobre todo cuando se trata de una denuncia fuerte. Digo, no debemos soltar al enemigo: hay que condenarlo una y otra vez. Mencionamos el caso de los fascistas cristianos y la Biblia, y la necesidad de darles duro: "Está bien, ustedes dicen que debemos seguir todas esas babosadas al pie de la letra. Entonces tienen que responder a un chingo de cosas. Les toca a ustedes explicar todas esas babosadas. ¡Órale! ¡Explíquenlas, cabrones, defiéndanlas!". Perseveramos, no los soltamos, sino los condenamos una y otra vez desde varios ángulos.

Veamos algunos ejemplos de cómo condenar al enemigo, como voltearle la tortilla. Veamos, por ejemplo, lo que dice el autor conservador Edward Luttwak en su libro Turbo Capitalism . Dice que para millones de jóvenes de los ghettos y barrios pobres, la delincuencia es una opción racional, a pesar del peligro de ir a parar a la cárcel por largos años o incluso morir a temprana edad (dejando de lado de momento las causas). ¡Miren no más lo que salta a la vista en el análisis de este señor conservador! Hay que preguntar: "¿En qué clase de sistema hasta un escritor conservador dice que para millones de jóvenes de los ghettos y barrios pobres, la delincuencia es una opción racional? ¿En qué clase de sistema se encuentra tal situación?".

Proclaman que su sistema es el mejor pero, ¿en qué clase de sistema el asesinato policial de las masas de los ghettos y barrios, especialmente los jóvenes negros y latinos, es una realidad cotidiana? Debemos destacar las denuncias que se encuentran en el libro Vidas robadas*, que comprueban que los mismos atropellos se dan una y otra vez. No puede ser cosa de unas cuantas "manzanas podridas". No se trata de anomalías sino de un patrón sistemático y tenemos que demostrar con hechos que así es y, además, que es así debido a la naturaleza y la operación del aparato estatal (sin siempre recurrir a ese término: "la operación del aparato estatal"). [BA se ríe] Es otro concepto que tenemos que explicar concretamente , digo, la naturaleza del estado y que funciona como un aparato de represión que impone y defiende al sistema capitalista y sus relaciones sociales.

Ya hablamos de cómo hablar a un público negro, o sea, el punto de partida, lo que ya captan, lo que necesitan captar. Bueno, cuando hablamos a gente de las capas sociales acomodadas, especialmente a blancos, pero incluso a gente relativamente acomodada de las nacionalidades oprimidas, las capas medias negras o latinas, el punto de partida no es igual porque tenemos que hacerles sentir la realidad de la opresión que sufren las masas y demostrar quién tiene la culpa.

El mero hecho de tener que hacer eso es indignante, pues ha sido demostrado una y otra vez, por nosotros y por muchos más. Pero aunque nos enfurezca, tenemos que hacerlo. Como dijo Mao, con todo lo reaccionario ocurre igual: si no lo golpeas, no cae... donde no llega la escoba, el polvo no desaparece solo. Hace falta golpear más algunas de esas cosas. O sea, no las hemos condenado con nuestra línea, metodología y denuncias penetrantes. O si las hemos condenado, hace falta condenarlos una y otra vez porque el sistema sigue de pie y sigue repitiendo los mismos atropellos, con nuevos matices, y soltando las mismas justificaciones a fin de echarle la culpa a las masas. Así que puede que nos enfurezca el hecho de tener que explicar esas cosas, pero tenemos que hacerlo de todos modos.

No tiene caso enfurecerse ni frustrarse ni perder la paciencia con el público. Más bien corresponde hablarle y hacerle sentir esto concretamente, hacerle indignarse, porque como no lo experimenta directamente es lógico que espontáneamente no lo "sienta en carne propia". Tenemos que contar los horrores que el sistema y las autoridades cometen contra las masas. Tenemos que explicar con hechos y detalles muy concretos, que no serían necesarios para otros públicos. Tenemos que refutar las justificaciones reaccionarias que otros públicos no se tragarían porque captan más sobre esas situaciones, aunque las masas también se tragan cosas que no deben y hay que decírselo.

Por ejemplo, los que viven todos los días bajo la bota de la policía aceptan espontáneamente cierto trato: "Esas son las reglas del juego y si uno las viola, está jodido. Si comete un delito, tiene que pagar por él. Si no acata las reglas, lo van a joder. Ni modo". Leí sobre un incidente en un multifamiliar: los vecinos jugaban a los dados y la policía llegó y se puso a fregar; golpeó a los chavos y empujó a una señora que cargaba un bebé. La chota dijo: "Violaban la ley, pues jugaban a los dados y por eso tuvimos que intervenir". Y en gran medida las masas respondieron: "Está bien que intervinieran, pero no tenían ningún derecho de golpearnos".

¡Para nada! No, no tienen ningún derecho a joder. Son unos pinches opresores. Debemos voltearle la tortilla y decirles que no tienen ningún derecho que las masas deban respetar. (Debemos invertir la historia de Dred Scott, un esclavo fugitivo que capturaron en el Norte poco antes de la guerra de Secesión: la Corte Suprema dijo que había que devolverlo al amo porque un negro no tenía ningún derecho que los blancos debían respetar). Hay que ser contundente, no nada más afirmarlo. Hay que demostrar concretamente por qué decimos que la policía no tiene ningún derecho a joder así. ¿Y en este caso? Estaban jugando a los dados. ¡Háganme el favor! ¿Acaso es un delito grave?

Pero lo digo porque incluso a las masas oprimidas hay que explicarles algunas cosas paso por paso. ¿Cómo que tienen el derecho? ¿Por qué es necesario? ¿Cómo que están ayudando al pueblo? ¿Acaso ayuda en algo que jodan por jugar a los dados? Es un pretexto para joder y ¡ni modo que lo aceptemos! A veces hay que explicar esas cosas a las masas porque se dejan. Se dejan porque el sistema les inculca eso y la mano de hierro de la dictadura las ha golpeado, y han llegado a aceptar ciertas cosas; no comprenden que no debemos aceptar ese trato del opresor, no importa que diga que es la ley o que está en su derecho. Muchas veces hay que librar una lucha con las propias masas sobre esas cosas.

Y más aún si estamos tratando las mismas cuestiones con otros públicos: capas acomodadas, e incluso negros y latinos de esas capas. Hay que profundizar más; hay que entrarle de otra forma, desde otra perspectiva y más completamente. Porque esas capas de las nacionalidades oprimidas prácticamente tienen como principio (o tienden espontáneamente a) alejarse de las masas oprimidas. Sienten que son un peso, y que la oportunidad de superarse y salir adelante depende de alejarse de ellas e incluso criticarlas y condenarlas: "Ellos mismos tienen la culpa. ¿Por qué hacen esas porquerías? Mírenme a mí. Soy de familia humilde, pero creemos en Dios, somos muy trabajadores y salimos adelante". Las mismas cosas que dicen los hijos de inmigrantes europeos por ejemplo [BA se ríe]. Entonces hay que examinar esas cosas paso por paso y más con gente (por ejemplo gente blanca de clase media) que jamás ha vivido en carne propia la salvaje opresión del sistema y a lo mejor ni siquiera le han contado, o sea, nadie cercano le ha contado de eso, por decirlo así. En ese caso, hay que llevar a la gente por otro camino para llegar al mismo lugar. Hay que empezar con cosas más básicas y explicar más.

Volvamos a lo que dijo Edward Luttwak: ¿Qué nos dice sobre los conflictos entre las masas y la policía? ¿Quién tiene la culpa? La policía dice: "Miren. Estaban cometiendo un delito". Pero, ¿quién tiene la culpa? Es más, ¿quién tiene la culpa de la situación en que las masas se encuentran? ¿Quién tiene la culpa de la situación en que incluso gente como Luttwak tiene que reconocer que la delincuencia es una opción racional? ¿Por qué las masas cometen delitos? ¿Por qué no tienen otra opción?

Aparte, sobran ejemplos de gente que obedeció las reglas y sin embargo la matan a sangre fría. Eso ocurre constantemente y hay que señalarlo. O sea, un cuate religioso que iba a la iglesia, que leía la Biblia, incluso la bala atravesó la Biblia, como ha ocurrido en varias ocasiones. Digo, le meten una bala en el pecho y la bala atraviesa la Biblia. Tenía una chamba o quizá dos. Era muy estudioso. Sus padres trabajaron duro y se sacrificaron para que estudiara. Y de todos modos la chota les mata al hijo a sangre fría. Quizá se gradúa con honores y va al baile de graduación, y esa noche pasa por un barrio "peligroso" y lo paga con un tiro en el pecho.

La gente de clase media puede entender eso muy bien, pero hay que decirle la neta: ¿acaso está de acuerdo con que baleen a sus hijos nada más por divertirse en el baile de graduación? ¿A poco aceptaría esto: "Pues, tuvimos que dispararle a su hijo porque iba a exceso de velocidad o se parecía a un sospechoso de robar un auto o pensábamos que conducía un auto robado"? O, "Lo investigamos después y resulta que no fue robado, pero en ese momento pensábamos...". ¿Aceptaría eso? ¡Ni en pintura! Pero hay que explicárselos concretamente para que lo comprendan en el plano intelectual y además lo sientan en carne propia, sientan ese atropello y todos los demás atropellos que se dan constantemente. Quizá nos enfurezca el hecho de que tengamos que hacerlo. Y podríamos pensar: ¡que se chinguen, esto es de diario y ellos cierran los ojos como si nada! Y en cierto sentido, tendríamos razón, pero no nos quita la responsabilidad de explicarles estas cosas muy concretamente de tal forma que y lo sientan "en carne propia".

¿Y qué decir del hecho de que en esta sociedad cada dos minutos una mujer sufre una violación o agresión sexual? ¿Qué nos dice de la naturaleza de esta sociedad? ¿Y cuál es la causa? Me pareció muy interesante que en una discusión sobre el Borrador del Programa, un grupo de jóvenes avanzados debatió mucho si es posible eliminar la violación como plantea el Borrador, es decir, hacer que sea muy rara en la nueva sociedad y con el tiempo eliminarla del todo. Preguntaron si en verdad es posible, lo cual indica que la pérdida de los países socialistas y el hecho de que actualmente no existan auténticos países socialistas que estén logrando ese tipo de avances ha llevado a bajar las miras hasta tal punto que les cueste creer que podremos eliminar la violación. Naturalmente, eso requerirá una lucha por toda la sociedad, pero definitivamente podemos lograr esa meta y la lograremos a través de la revolución socialista y el avance al comunismo. En parte las dudas y el debate se dan porque se piensa que hay algo innato en los seres humanos, especialmente los hombres, y por eso siempre habrá violación y agresión sexual, o se piensa que existen ciertas relaciones sociales que no pueden transformarse radicalmente.

Así que tenemos que explicarlo paso por paso, tenemos que entrarle a fondo, empezando con un atropello como este que pone en evidencia al sistema y, en la medida posible en una charla o un artículo (o cualquier agitación o propaganda que estamos haciendo) explicarlo paso por paso, señalando las raíces del problema y la solución, es decir, que una vez que barramos este sistema y sus relaciones sociales y transformemos la concepción del mundo de la gente, podremos eliminar ese atropello. Partimos de un atropello intolerable, como la violación (que nadie puede defender y prácticamente nadie lo hace), arrojamos luz sobre ella y vamos paso por paso señalando las raíces, las causas, por qué sucede, que hay una solución y cuál es.

Repito que hay que hacer esto muy concretamente. Una manera de hacerlo es plantear interrogantes penetrantes: ¿es posible eliminar eso bajo este sistema?; si es posible, ¿por qué en todo el tiempo que el sistema ha existido no se ha eliminado? Si no es parte inevitable del sistema, ¿por qué no lo han barrido desde hace mucho tiempo? En realidad, ni siquiera se lo proponen como meta, ¿por qué? Ni pretenden crear una sociedad "sin violación". ¡Qué gacho! Ni siquiera pretenden hacerlo. De plano no se lo proponen. Pero si no es indispensable para el sistema, ¿por qué no la han barrido? Naturalmente, no se barrerá sin lucha, pero sí se puede barrer porque se desprende de ciertas relaciones sociales, de la naturaleza fundamental del sistema capitalista y las relaciones sociales del sistema que este, a su vez, refuerza. Al eliminar y transformar todo eso, podemos irlo eliminando. Sí se puede, lo haremos ¡y sin un estado policial represivo!

¿Y los crímenes que los imperialistas yanquis han cometido contra el pueblo iraquí? Nuevamente, podemos dar cifras, que son importantes: por ejemplo, el bombardeo y las sanciones económicas impuestas por la fuerza militar han causado más de un millón de muertes, la mayoría niños. Es impresionante y muy importante, pero aparte hay que dar una idea concreta de lo que significa: las experiencias que los iraquíes han contado, algunas de las cuales han salido en el OR , hacen sentir profundamente el sufrimiento del pueblo. Por ejemplo, los padres de una criatura de dos años velan a su hijo que agoniza de disentería en el hospital; no pueden hacer nada por él, pues no hay medicinas. El bombardeo yanqui destruyó las plantas de purificación de agua y toda la infraestructura, y la situación se ha ido agravando con las sanciones económicas que los imperialistas imponen. Y Estados Unidos es el principal responsable. ¡Qué barbaridad! Nuestra agitación y propaganda debe hacer sentir el terrible sufrimiento, no solo oírlo sino sentirlo, y debe llevar a comprender, repito, que este monstruoso crimen es parte de la naturaleza del sistema.

¿Por qué los imperialistas hicieron eso en Irak? Ellos mismos admiten que lo hacen para imponer su hegemonía y reforzar su sistema internacional. Si alguno los desafía, hay que aplastarlo, dicen los imperialistas: "Tenemos que aplastarlo despiadadamente para que todo mundo aprenda la lección y para conservar las relaciones internacionales tales y como nos convienen porque si no, peligran nuestros `intereses nacionales', (traducción: peligra la red de relaciones y dominación imperialista), y hasta podría deshilacharse". De hecho, ellos mismos lo dicen. Así las cosas, debemos ayudar a la gente a verlo desde otra perspectiva, enseñar la otra cara de la realidad: lo que eso significa muy concretamente para los pueblos del mundo y lo que revela sobre la naturaleza del sistema imperialista.

Todos esos atropellos hay que darlos a conocer contundentemente y trazar muy concretamente las interconexiones. Asimismo, debemos destacar la espantosa contradicción de que mientras por un lado ocurre todo eso, por el otro, nos bombardean incansablemente con propaganda que afirma que su sistema es el mejor. Hay que burlarse de esa afirmación y a través de eso poner de relieve los atropellos del sistema.

Nuevamente se ve la importancia de no soltar estas contradicciones y de darle duro al enemigo, lo cual no significa repetir constantemente las mismas cosas: es necesario hacer nuevas denuncias y a la vez seguir dándole sobre los atropellos y contradicciones más bárbaros. Evidentemente, la misma dinámica del sistema nos da constantemente material muy abundante para las denuncias. De igual modo (y dialécticamente opuesto a eso), recordemos la profunda verdad señalada por Lenin: el comunismo brota de cada poro de la sociedad. Y también podríamos decir, parafraseando a Lenin (quien se refería a la regeneración del capitalismo y la burguesía en la sociedad socialista), el sistema capitalista imperialista produce atropellos cada día, cada hora, constantemente y a una escala masiva.

No hace falta material para voltear contra el enemigo, y entre mejor lo hagamos, según los principios y métodos que he venido señalando, más lo vamos a condenar con nuestras denuncias, y más masas vamos a atraer a la posición revolucionaria, y a las filas del movimiento revolucionario y nuestro partido. Porque algo muy importante pasa cuando se capta que esos atropellos, además de ser indignantes, son totalmente innecesarios; cuando se capta eso, se siente la necesidad de hacer algo, porque se capta que esas cosas suceden y seguirán sucediendo debido al sistema, sus relaciones sociales y aparato de represión, y la estructura de poder que las impone. Si no fuera por eso, los atropellos pararían. Cuando se capta eso, repito, uno se siente motivado y obligado a lanzarse a cambiar todo eso. Por eso es preciso que nuestras denuncias ayuden al público (y al pueblo en general) a captar el caso concreto y las grandes cuestiones que están ligadas a él --las relaciones sociales básicas, la naturaleza del sistema--, es decir, las cuestiones universales que ilustra este o aquel caso particular.

 

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Volviendo al tema de preparar una charla, no se trata simplemente de hacer un esquema ni poner por escrito los puntos principales que vamos a tocar, el orden, etc., aunque es importante hacerlo. Hay que prestar atención sistemática a la manera de presentar las cosas: ¿cómo vamos a exponerlas de manera convincente, tomando en cuenta lo más que se pueda al público, la situación concreta, etc.? Además, preparar una charla o un artículo abarca más que el trabajo sistemático y "organizado" del momento, pues también es de gran importancia la preparación constante y general, como señalamos en "Cuestiones estratégicas". O sea, debemos leer y estudiar diversos temas: estudiar nuestra línea y el MLM en general, y también escritos con otros puntos de vista. También tenemos que pulir continuamente nuestra destreza y capacidad de trabar batalla en la esfera de la opinión pública por escrito y verbalmente. Tenemos que "sintonizarnos" con los grandes acontecimientos y atropellos en el país y en el mundo. O sea, aunque en un momento dado no estemos preparando un discurso, debemos estar alerta a todo eso y a cómo los representantes de diversas fuerzas y clases lo manejan, y sobre todo los representantes y loros de la burguesía y la prensa grande. Se trata de ir puliendo nuestra capacidad de acosar y condenar claramente al enemigo.

Abordar las cuestiones grandes

Cuando los compañeros presentan el Borrador del Programa o representan al partido en una entrevista, un debate, etc., les plantean cuestiones muy grandes y es difícil saber por dónde empezar. Por ejemplo, a uno lo están entrevistando y de repente preguntan: "Así que, ¿qué es el comunismo?". (Eso sucedió en varias entrevistas que oí). Bueno, uno está ahí platicando con el reportero y ¡zaz!, le ponen en frente una manzana gigantesca, mucho más grande que la boca [BA se ríe]. ¿Cómo se le da un mordisco a semejante manzana? Un aspecto importante es dar una respuesta muy concisa. Puede ser que planteen la pregunta directamente o más bien que se viene planteando objetivamente en el curso del debate. O sea, puede ser que alguien lo diga directamente o que simplemente reconocemos que se está planteando objetivamente. Y desde luego, tiene mucho que ver nuestra orientación y agudeza, si estamos alerta al hecho de que una cuestión de esa índole se está planteando, aun si no nos preguntan directa o explícitamente.

En todo caso, cuando eso ocurre, hay que dar una respuesta muy concisa, que capte lo esencial y también capte la atención del público. Eso es lo primero y luego podemos elaborar (poco o mucho según las circunstancias). Aparte de "¿qué es el comunismo?", hay varias cuestiones así que nos preguntan muy seguido: sobre la restauración del capitalismo en los países socialistas, sobre las "jerarquías" y el partido de vanguardia (o sea, la posición anarquista que afirma que no necesitamos líderes y el objetivo debe ser un movimiento y una sociedad sin líderes, etc.).

En una entrevista radial a unos voceros del partido, al mero final del programa de repente un anarquista francés que estaba en la emisora empezó a echar un rollo: que lo que plantearon los compañeros era erróneo, que era justo lo que no se necesitaba. Puso la Comuna de París como ejemplo de un movimiento de la clase obrera que no tenía partido de vanguardia, eso fue algo muy grande. O sea, estaba tan enfadado por lo que plantearon los compañeros que echó un rollote de que lo bueno de la Comuna de París fue que no tenía líderes, no tenía un partido de vanguardia. Eso, dijo, fue lo esencial. Y al oír esa grabación, se me ocurrió de inmediato lo que hubiéramos respondido (aunque desafortunadamente no hubo la oportunidad porque se acabó el tiempo del programa). Hubiéramos dicho: "Claro, la Comuna de París no tuvo líderes ni la dirección de una vanguardia comunista y precisamente por esa razón, entre otras, la aplastaron tan rápidamente". ¡Zaz! Le damos duro y luego podemos hacer un análisis más completo en la medida que las circunstancias lo permitan. Naturalmente, esa cuestión encierra un chingo de contradicciones y no basta con decir eso simplemente, pero sí es una respuesta concisa y contundente; en un dos por tres y en pocas palabras: ¡zaz! Se dice la neta sin más. Ciertamente la Comuna no tenía una dirección como la que venimos señalando, o sea, la dirección de un partido de vanguardia. ¿Qué podemos aprender de eso? De hecho, una de las lecciones principales es que esa es una de las razones principales de la derrota tan rápida y devastadora. Y luego podemos elaborar más, pero de entrada hemos planteado lo esencial de manera contundente y penetrante, y hemos impactado.

Por otra parte, cuando se ha planteado la cuestión de la restauración del capitalismo en los países socialistas (cualquiera que fuese la manera de plantearla), me he fijado que hay cierta tendencia de los compañeros a "pasar por alto" las contradicciones subyacentes. O sea, recalcan la lucha consciente de las masas y dicen que a través de ella podemos impedir la restauración capitalista; también tocan el papel del partido de vanguardia, pero no amplían, y pasan por encima de las contradicciones que encierran las relaciones entre el partido y las masas, sobre todo en la nueva sociedad socialista. Por contraste, el segundo apéndice del Borrador del Programa sobre el partido tiene como tema central la relación entre el partido y las masas en la sociedad socialista, y las profundas y agudas contradicciones que encierra.

De hecho, escribimos los dos apéndices sobre el partido y los colocamos en ese orden muy a propósito. El primer apéndice se enfoca en una parte de la cuestión, recalca un aspecto: por qué se necesita un partido de vanguardia, que el partido es imprescindible para la revolución, que dirige a las masas a hacer la revolución, que emplea la línea de masas. Ese es el enfoque del primer apéndice, que se centra en la tarea de hacer la revolución, es decir, de conquistar el poder. Luego viene el segundo apéndice sobre el partido, que aborda la cuestión desde otra perspectiva. En cierto sentido, los dos apéndices son las dos caras de la misma moneda. El segundo apéndice recalca que al conquistar el poder y establecer la nueva sociedad socialista la situación cambia profundamente y la posición del partido también cambia profundamente, porque entonces es un partido del proletariado en el poder. Es el instrumento de dirección del proletariado; no reemplaza a las masas, pero surge una contradicción muy concreta entre el partido y las masas, entre el papel del partido y la meta final de eliminar las condiciones que hacen que sea necesario. Este segundo apéndice sobre el partido está colocado justo antes de los apéndices que tratan la cuestión de cómo transformar la sociedad, de cómo será la nueva sociedad y cómo llevará a cabo todas esas transformaciones. Y, repito, lo escribimos y concebimos con ese orden y estructura muy conscientemente y muy a propósito.

Y me pareció que en algunas de las intervenciones de los compañeros, en entrevistas, etc., no le entraron de lleno a esa cuestión. Es una cuestión muy grande, claro, y espontáneamente las masas tienen dudas al respecto. Además, la burguesía las bombardea con un balance erróneo de lo que ocurrió, con respuestas erróneas; hasta la manera de plantear la cuestión es errónea. Y lo hace (nuevamente parafraseando a Lenin) cada día, cada hora, constantemente y en masa, y nos corresponde responder directamente. Sin lugar a dudas, existe una contradicción muy concreta, especialmente una vez que el partido conquiste el poder. Debemos abordarla de esta forma: "Les voy a decir la neta: las contradicciones (o factores o condiciones subyacentes) que permiten que el partido pueda transformarse en su contrario, que pueda convertirse en una élite que domina a las masas, son las mismas que hacen necesario que haya un partido. Esa es la realidad con la cual hay que lidiar".

Naturalmente, hay varias maneras de plantearlo (he señalado una), pero en todo caso debemos abordar esta contradicción: si queremos hacer la revolución y transformar el mundo, no podemos prescindir de un partido, incluso en la sociedad socialista; sin embargo, el objetivo estratégico a largo plazo es abolirlo, es decir, abolir las condiciones y las contradicciones que hacen que sea necesario. El segundo apéndice sobre el partido plantea la contradicción de la siguiente forma (parafraseando): en el socialismo no se puede pasar por alto el papel de vanguardia del partido, que sigue siendo muy necesario, ni el hecho de que eso plantea contradicciones muy concretas que pueden llevar a que la revolución dé marcha atrás; no se puede pasar por alto ni un aspecto ni el otro sino que hay que lidiar con ambos sistemáticamente. Luego aborda los principios y métodos de hacerlo. Y al ver/oír las grabaciones de varias entrevistas, se me hizo que hasta cierto punto no le hemos entrado directamente a esta cuestión ni hemos profundizado lo suficiente, que le hemos dado rodeos en algunas de las entrevistas. No basta con decir que vamos a movilizar a las masas y concientizarlas. Eso lo hicieron en China en gran medida, de una manera nunca vista, pero no evitaron que la revolución diera marcha atrás. Y algunas personas, incluso gente honesta, lo van a plantear porque tienen esa duda, y desde luego [BA se ríe], oportunistas y voceros burgueses lo van a plantear. Por todas esas razones, y especialmente porque es una contradicción muy concreta que debemos abordar y seguir abordando, tenemos que responder directamente sin rodeos. No quiero decir que los compañeros dieran rodeos a propósito, pero a lo mejor no captaban firmemente la necesidad de entrarle directamente y lo más profundamente posible a esa contradicción.

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Nuevamente en este contexto quisiera recalcar la importancia de lo "concreto", es decir, de dar ejemplos concretos a fin de ilustrar cuestiones básicas y generales, ligando lo particular y lo universal, y demostrando que lo universal reside en lo particular. Naturalmente, hay que hacer todo eso sin caer en el empirismo, es decir, sin reducir lo universal a lo particular. (Un ejemplo de eso sería decir que necesitamos la revolución para acabar con la brutalidad policial. Ciertamente, es una de las razones, o sea, la necesidad de acabar con la brutalidad policial es algo particular que ilustra lo universal --que necesitamos una revolución y por qué la necesitamos y cómo la revolución solucionará ese problema--, pero no es la totalidad de por qué necesitamos la revolución ni se debe reducir a eso).

Repito, es muy importante ser concretos, y me parece que eso falta en algunas de las entrevistas (de las cuales leí resúmenes o vi videos o oí grabaciones). O sea, a veces nos atoramos un poco porque no sabemos dar un ejemplo muy concreto y contundente. Y, además de las otras cosas que hemos señalado, hay que tener algunos ejemplos "archivados" , por decirlo así [BA se ríe], que podamos sacar en el momento apropiado. Mejor dicho, es bueno pensar en eso de antemano y de hecho tenerlo presente todo el tiempo, o sea, ir ensayando, por decirlo así, todo el día. Claro, todo mundo tiene otras responsabilidades y tareas, pero los que desempeñan el papel de voceros en un nivel u otro deben ensayar constantemente, preparándose para las cosas que pueden surgir: ¿qué voy a decir si plantean esto o lo otro?; ¿cuál es un buen ejemplo para ilustrar esto? Pero por mucho que ensayemos, hay que ser buenos para "improvisar" e ir mejorando cada vez más porque siempre surgen cosas y no se puede preparar todo de antemano. Y también tenemos que ser buenos para aprender, sobre todo cuando tropezamos [BA se ríe]; tenemos que levantarnos y aprender de esa experiencia para que la próxima vez lo hagamos mejor, porque esas cosas van a suceder.

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Por otra parte, cuando se plantean cuestiones, declaraciones y discrepancias en un debate hay que pasarlas rápidamente "por el tamiz" y determinar lo esencial de la pregunta, planteamiento o critíca. Es importante captar lo más pronto posible la contradicción esencial o principal que plantean. Por ejemplo, volviendo a la "manzana gigantesca" de "¿qué es el comunismo?", es necesario ver rápidamente cómo entrarle, cómo "le damos el primer mordisco". Hay que analizar lo esencial, contestar en seguida con una especie de "instantánea" concisa y contundente, y luego ir elaborando en la medida posible conforme se vayan desenvolviendo las cosas.

Preparar a los representantes del partido

A la vista de todo lo que hemos abordado en esta charla, a nuestros principales y más experimentados voceros se les plantea una cuestión: además de mejorar sus capacidades, ¿cómo pueden preparar y dirigir a otros compañeros? O sea, ¿cómo preparamos y dirigimos a voceros del partido, sobre todo en el trabajo del Borrador del Programa y cómo aprovechamos el proceso de finalizarlo para ese fin? Naturalmente, esta tarea le corresponde al partido en general, pero los que se desempeñan como voceros tienen un papel especial y pueden aportar mucho.

¿Cuáles son los elementos esenciales de esa preparación? Por una parte, conocer los temas lo suficiente para "desmenuzarlos", como señalamos en "Cuestiones estratégicas". Una cosa es captar algo, pero es otra cosa, y requiere un nivel superior, exponerlo. De hecho se da una dinámica dialéctica: a medida que uno logra exponerlo mejor, lo va captando más profundamente. O sea, a medida que logre el salto al nivel superior de desmenuzar las cosas para los demás, va profundizando su propia comprensión. Así que ese es un elemento clave para preparar a nuevos voceros... y seguir aprendiendo nosotros mismos.

También está el aspecto de examinar a fondo cómo aprendemos. Para los voceros experimentados, vale la pena examinar las siguientes cuestiones: ¿cómo aprendiste a hacer esto o lo otro?; ¿cómo aprendiste a dar una charla, hacer agitación y propaganda, escribir un artículo? ¿ Cómo aprendiste esas cosas y cómo sigues aprendiendo aspectos clave de esas cosas y del papel del vocero? En parte, es una cuestión de compartir lo que hemos aprendido y lo que vamos aprendiendo con los compañeros que estamos preparando y dirigiendo, y con todos. Pero también hay que prestar atención a la "deconstrucción" y la "reconstrucción" de lo que hemos aprendido y cómo lo hemos aprendido , es decir, "desarmarlo", examinarlo y "rearmarlo" de tal forma que ayudemos a los demás a aprender. Además de su aplicación a la agitación y propaganda y al papel del vocero que hemos abordado en esta charla, eso es de aplicación universal.

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* Vidas robadas, segunda edición. Este libro documenta más de 2,000 casos de asesinatos policiales. Lo publicó el Proyecto Vidas Robadas, un proyecto de la Fundación Anthony Báez, la Coalición 22 de Octubre y el Gremio Nacional de Abogados. Se lo puede comprar en Libros Revolución (vea la lista en la página 2) o de amazon.com

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Nota de Bob Avakian

En la sección de "Plantear nuestra línea de una manera osada, conmovedora y contundente" que salió en el número 1177, la siguiente oración, y en particular la parte subrayada, podría llevar a conclusiones erróneas: "Nos toca hacer que la gente así lo sienta y demostrar de mil maneras que todos los atropellos, injusticias y contradicciones que desentrañamos señalan la inevitabilidad y la necesidad de la revolución proletaria". Al hablar de la "inevitabilidad", lo que yo quería decir es que esos atropellos, injusticias y contradicciones que desentrañamos deben señalar la conclusión inevitable de que la revolución proletaria es necesaria, un punto muy parecido a lo que escribí en el mismo texto sobre "la inevitabilidad de nuestras conclusiones" o en "Cuestiones estratégicas" (número 1176), donde escribí que "el artículo o la charla, o lo que sea, lleva al público por un proceso que les hace ver conscientemente, que les hace sentir, la inevitabilidad de la conclusión...".

La cuestión de la "inevitabilidad" (o evitabilidad) de la revolución proletaria y el avance al comunismo es muy importante, y he escrito varias veces sobre el tema. Por ejemplo, en la última parte de "Empeñarse en la revolución, promover la producción", que saldrá en el OR en los próximos meses, escribí: "No debemos decir que el comunismo es inevitable en un sentido metafísico, idealista o religioso, en el sentido de que hay algo predeterminado o predestinado que dicte que toda la realidad, y todo el desarrollo histórico humano, lleven, o tienen que llevar, al comunismo... Pero toda la historia humana, con toda su diversidad y complejidad, de hecho ha llevado a la humanidad al umbral del comunismo, ha establecido una base material y social para realizarlo, no solo en este o aquel país sino en todo el mundo... Este es un salto que tiene que dar la humanidad y que en términos históricos está preparada para dar".