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¡Empeñarse en la revolución, promover la producción! Cuestiones deconcepción y método, Algunos puntos sobre la nueva situación

Aceptar la realidad tal y como es... y transformarla

Nota de la redacción: Esta es la séptima entrega de pasajes de una importante charla de Bob Avakian,  grabada en la primera parte del año pasado: "¡EMPEÑARSE EN LA REVOLUCIÓN, PROMOVER LA PRODUCCIÓN!, Cuestiones de concepción y método, Algunos puntos sobre la nueva situación". Hemos editado el texto e insertado las notas.

He tocado algunos temas relacionados con el materialismo y la dialéctica, con manejar los planos de la realidad, con el principio básico de que el marxismo "solo puede abarcar pero no reemplazar"* las distintas esferas y ramas de las artes, las ciencias y las actividades prácticas y teóricas en general. Lo ilustra desde otro ángulo una cuestión que surgió durante nuestra polémica con los mencheviques** de nuestro partido, incluso después de la escisión del partido por nuestro apoyo a la línea revolucionaria en China y nuestro rechazo al golpe.

En una ocasión, como parte de la polémica sobre la investigación científica, escribimos en respuesta a los mencheviques que la verdad tiene carácter de clase. Ahí nosotros mismos caímos en el pragmatismo e instrumentalismo.*** Más adelante criticamos esta formulación y sacamos importantes lecciones del error, la esencia del cual está en combinar distintas cosas en una sola. Por un lado, se require la metodología y concepción del mundo de una clase, el proletariado --la ideología del MLM-- para captar la verdad, comprender la realidad, del modo más amplio y sistemático. Por otro lado, como he venido recalcando, la verdad en sí carece de carácter social o de clase.

No existe "la verdad proletaria" ni "la verdad burguesa"; tampoco "la verdad de la política de identidad". La verdad es la verdad, y ya. La verdad es un reflejo fiel de la realidad objetiva, de su movimiento y desarrollo. No tiene carácter social ni de clase. Sacamos una importante lección de ese error: reconocimos más profundamente que la realidad objetiva existe independientemente de nosotros o de cualquier individuo, grupo o partido, aunque tenemos que aplicar nuestra metodología y concepción del mundo cabalmente para comprender y transformar esa realidad, y para manejar correctamente la relación entre el comprender y el transformar. Repito, apliquemos nuestra metodología y concepción del mundo para comprender la realidad más completamente, pero no por eso supongamos que en un momento dado tenemos entre manos la verdad respecto a todo.

A propósito, he seguido de cerca (tanto como puedo) el debate sobre la enseñanza de la evolución y el creacionismo en Estados Unidos. Primero, en Kansas, discutieron si las escuelas públicas iban a enseñar el creacionismo parejo con la evolución. Ahora el debate recrudeció en Ohio, donde quieren enseñar las idioteces del creacionismo en la forma menos cruda del "artífice inteligente": la noción de que la realidad y la vida son tan complejas que no es posible que se hayan creado o desarrollado sin un "artífice inteligente". El debate está al rojo vivo en el consejo escolar de Ohio (no sé cómo se resolverá) sobre presentar esa idea parejo con la evolución o no (es decir, la evolución sin artífice inteligente, la cual es la única manera de presentarla).****

Respecto a este debate, leí algo que me llamó la atención y que viene al caso del principio que vengo recalcando. Un científico dio testimonio a favor de la evolución y contra el "artífice inteligente". No es marxista, no es comunista (supongo, no parece), pero hizo una afirmación muy importante: que la ciencia significa aceptar la realidad tal y como es, gústenos o no. Eso se aplica a la ciencia en general, pero también a nuestra metodología y concepción del mundo científica. Para mí esta afirmación dio en el blanco. Claro que para nuestro punto de vista, no solo materialista sino materialista dialéctica, eso no quiere decir aceptar la realidad en un sentido pasivo, sino captar la naturaleza interna de la realidad, su movimiento y cambio, y la interrelación de las formas diferenciadas de materia en movimiento, para transformarlas. No aceptamos pasivamente la realidad, pero no podemos transformarla sin conocer y tratarla tal y como es, por más desagradable que sea en un momento dado y por más que quisiéramos que no fuera así.

Eso me trae a la mente el golpe revisionista en China. No era nada fácil en ese entonces tomar nuestra posición, aunque parezca así a estas alturas. No solo por la presión que sentimos ni porque ya nos fueran a invitar a China; invitaron a otros y [BA se ríe] a nosotros no. Me acuerdo que otro grupo (¿cómo se llamaba?... antes se llamaba la Liga de Octubre, luego Partido Comunista de Estados Unidos, Marxista-Leninista o algo así). Ellos tomaron la posición contraria: apoyaron el golpe. A ellos sí los invitaron a China, y a nosotros ya no (bueno, fuimos una vez luego luego del golpe, pero no les cayó bien nuestra posición y ahí se acabaron las invitaciones). Me acuerdo de un artículo en el Guardian --un periódico revisionista asociado políticamente con el Partido Comunista pero en apariencia alejado de él-- que se alegraba del golpe y dijo que nosotros tomamos nuestra posición ¡porque no nos invitaron! (Claro, no les importaba que todo fue al revés, que invirtieron el orden cronológico y de causa y efecto). Dijeron que nos opusimos al golpe por resentidos de que no nos invitaron, cuando en realidad publicamos nuestra posición y después dejaron de invitarnos. Pero esta realidad no preocupaba al Guardian .

Total, a donde quiero llegar con todo eso es que nos costó trabajo tomar esa posición, no tanto por esas razones triviales sino porque era difícil aceptar una realidad tan desagradable, volviendo a lo que dijo ese científico. Nadie quería mirar de frente el hecho de que nos arrebataron un tremendo baluarte de la revolución proletaria internacional, un gran faro. No exagero al decir que lo que se sentía al ver el revisionismo triunfar en China era como si nos abrieran el pecho y nos arrancaran el corazón. Estábamos en una encrucijada nosotros y todo el movimiento internacional: ¿vamos a fingir que este sigue siendo un país socialista porque da menos dolor?

Me acuerdo que una vez yo cometí un error pragmático por el estilo, anteriormente, cuando China aún era socialista. Discutía con una militante que había salido del Partido Laboral, que en ese entonces (principios de los años 70) decía que China no era socialista. Los dos nos defendíamos duro, yo le expliqué todas mis razones objetivas de por qué China era socialista, pero se mostraba escéptica. Al fin le dije: "Además, es importante contar con un país socialista". Me contestó: "No es una razón muy buena"; tuve que reconocer en el acto: "Es cierto, es una pésima razón". Pero es fácil caer en ese tipo de pragmatismo; nuestro trabajo sería más "fácil" si pudiéramos afirmar: "Ahí está China, un país socialista. Comprueba que sí se puede, que no es inevitable la derrota ni la reversa de la revolución". Pero, al fin de todo, ¿cuál es el chiste? ¿Qué pretendemos hacer? Si vamos a lograr lo que nos proponemos --lo que China se propuso hasta que le dieron marcha atrás-- tenemos que aceptar la realidad, por desagradable que sea. Este es un punto de orientación y de metodología muy importante.

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Notas:

* "El artículo del número 1180 del OR "El marxismo `solo puede abarcar pero no reemplazar'" analiza ese principio.  [Regrese al artículo]

** Llamamos mencheviques al grupo del PCR que quiso llevar al partido por el camino revisionista, respecto a China y en general, porque, como los mencheviques de la revolución rusa, afirmaron que defendían la revolución y el comunismo pero en realidad tenían una línea opuesta. (En ruso menchevique quiere decir "minoría"; los llamaron así porque eran la minoría opuesta a la mayoría bolchevique en un momento decisivo de la lucha, pero ahora el término se aplica a una tendencia oportunista). [Regrese al artículo]

*** Revolution and Counterrevolution: The Revisionist Coup in China and the Struggle in the Revolutionary Communist Party,USA (Chicago: RCP Publications, 1978).  [Regrese al artículo]

**** El consejo escolar de Ohio autorizó que los distritos escolares escogieran si enseñar la idea del "artífice inteligente" junto con la evolución, con lo que dio su aprobación.  [Regrese al artículo]