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¡Empeñarse en la revolución, promover la producción!  Cuestiones de concepción y método, Algunos puntos sobre la nueva situación

Aferrarnos a los principios básicos... ¡pero que no nos ate el convencionalismo ni la superstición!

Nota de la redacción: Esta es la octava entrega de pasajes de una importante charla de Bob Avakian, presidente del PCR, grabada en la primera parte del año pasado: "¡EMPEÑARSE EN LA REVOLUCIÓN, PROMOVER LA PRODUCCIÓN!, Cuestiones de concepción y método, Algunos puntos sobre la nueva situación". Hemos editado el texto e insertado las notas.

Quisiera recalcar un principio que señala la Declaración del Movimiento Revolucionario Internacionalista acerca de la relación dialéctica entre aferrarse a los principios básicos de nuestra ideología (conocida hoy como marxismo-leninismo- maoísmo) y nuestros principios políticos estratégicos, y a la vez aplicarlos creativa y no dogmáticamente. Esto se aborda también en la conclusión de Las contribuciones inmortales de Mao Tsetung *, donde se habla específicamente de la relación entre basarse firmemente en nuestros principios básicos, defenderlos y aplicarlos, en un momento dado, y estar abiertos a aprender nuevas cosas y a profundizar constantemente esos principios y nuestra comprensión y capacidad de aplicarlos.

De igual modo, el número especial del OR sobre la nueva situación ( "Los grandes retos de la nueva situación") toca el mismo tema y su importancia en relación con los grandes cambios demográficos, de composición de clase y "configuración social" en muchos países del mundo, sobre todo en vastas regiones del tercer mundo, el destierro del campesinado, que es arrojado a las ciudades por fuerzas que lo "empujan y jalan" hacia las zonas urbanas (mejor dicho, las villas de miseria), y las implicaciones de todo eso para el proceso revolucionario. Y dice algo polémico: no basta simplemente con asumir los principios básicos del marxismo-leninismo-maoísmo (MLM) ni basta con aplicarlos creativamente. Hace falta conocer más a fondo la realidad, lo cual obviamente no implica abandonar nuestros principios sino aplicarlos con la mente abierta a aprender nuevas cosas. Como dijo Mao, ¡que no nos ate la superstición ni el convencionalismo! Y entonces el gran reto es manejar correctamente la relación dialéctica entre aferrarnos a nuestros principios básicos y, a la vez, aplicarlos creativamente y estar abiertos a aprender nuevas cosas, lo que a veces implica reexaminar algunos aspectos de dichos principios.

He aquí un aspecto sumamente importante de nuestra metodología y concepción del mundo, y su aplicación al proceso revolucionario. Como ya mencioné, en algunas charlas y reflexiones Mao recalcó que es común (incluso históricamente es una regla general) que la verdad, especialmente nuevas verdades, estén en manos de una minoría, y esta es otra contradicción que tenemos que tomar muy en cuenta: los que plantean nuevas verdades (o nuevos aspectos de la verdad) por lo general tienen que navegar contra el convencionalismo y la superstición (o sea, la actitud de aceptar ciegamente lo convencional) y desafiar el orden establecido.

Y eso es particularmente complejo, nuevamente, porque además del fenómeno general, en relación con (o en oposición al) orden establecido burgués (o feudal o de otro sistema opresor), lo mismo ocurre en nuestras propias filas, de diversos modos, algunos distintos y otros muy parecidos. O sea, en el movimiento comunista y en el proceso de la revolución proletaria mundial el mismo fenómeno se da muy concretamente y eso, entre otras cosas, hace que sea un proceso difícil y complejo.

Repito, la verdad no está siempre --de hecho, muchas veces no está-- en manos de la mayoría. Las nuevas verdades, casi por definición, están en manos de una minoría, y en el movimiento comunista existe el convencionalismo e incluso la autoridad establecida, aun cuando no tengamos el poder, y de manera mucho más concentrada cuando lo tenemos. He aquí otra contradicción que hay que reconocer metodológicamente y tomar muy en cuenta; hay que bregar muy seriamente con ella porque si no la manejamos correctamente, las nuevas verdades acabarán siendo suprimidas mucho más de lo necesario, lo cual será muy dañino. Digo "más de lo necesario" porque como ya señalamos, toda verdad nueva tiene que luchar por ser reconocida, toda cosa nueva tiene que luchar contra lo viejo; es una ley. Pero a lo que voy [BA se ríe] es que no debemos hacer que sea más difícil. No debemos empeñarnos en que la lucha sea más dura. Por lo contrario, debemos manejar consciente y más correctamente esa contradicción.

Esto es muy difícil --¡nuevamente!-- porque casi todas las ideas revisionistas se han disfrazado de aplicación creativa del marxismo, de una manera de bregar con una nueva realidad. Por ejemplo, Jruschov dijo que "aplicaba creativamente el marxismo-leninismo" cuando planteó "las 3 tesis pacíficas" (la coexistencia pacífica, la transición pacífica al socialismo y la competencia pacífica entre el socialismo y el capitalismo), pero en realidad esas tesis revisionistas destriparon los principios fundamentales de nuestra ideología y nuestra orientación estratégica de conquistar el poder y avanzar al comunismo. Por eso es complejo. Muchas cosas surgen y proclaman ser nuevas verdades cuando en realidad no lo son, pero si nos ponemos a suprimir toda cosa nueva que se contraponga al convencionalismo, y aquí me refiero al convencionalismo del propio movimiento comunista, será mucho más difícil hacer un análisis correcto.

Concepción del mundo revolucionaria científica vibrante

Y eso está relacionado con la cuestión de la distinción fundamental entre la ciencia y la religión (y la superstición en general), y particularmente entre el MLM y toda ideología anticientífica y fundamentalmente conservadora o reaccionaria. El MLM se opone fundamentalmente a la religión en general y particularmente al dogma religioso y a todo método rígido e inflexible en cualquiera de sus manifestaciones, incluso en el propio movimiento MLM. El MLM es en esencia, y debe ser en su aplicación, la metodología y concepción del mundo revolucionaria científica más viva, vibrante, crítica y creativa. Y el dogmatismo religioso de cualquier tipo, o cualquier método o enfoque de esa laya, es totalmente ajeno al MLM. Se contrapone completamente a nuestra metodología y nuestros objetivos generales.

Eso, a su vez, está relacionado con algo que mencioné antes, algo que dijo Marx (si mal no recuerdo en "El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte"): la revolución proletaria avanza, levantándose tras sus derrotas, sacudiéndose, quitándose el polvo y sujetándose a la crítica. Eso se aplica a la práctica, o sea, cuando sufrimos derrotas y tenemos que levantarnos y avanzar nuevamente, pero es importante comprender que también se aplica a cuestiones de teoría, metodología y concepción del mundo.

De igual modo es preciso comprender los fundamentos de nuestra metodología y concepción del mundo, digo, comprender que corresponde a la posición e intereses de clase del proletariado. Y eso lo expresamos en una frase polémica de "Grandes objetivos y gran estrategia"** cuando hablamos de "la posición parecida a dios que tiene el proletariado". ¿Qué onda? O sea, acabamos de decir que hay que rechazar el dogmatismo religioso y, ¡salgo con esta frase: "la posición parecida a dios que tiene el proletariado"! Pero la formulamos así a propósito para expresar que el proletariado en su desenvolvimiento histórico ocupa una posición que le permite comprender la amplia perspectiva histórica y las relaciones internas del capitalismo, y ubicarlas y ubicar las contradicciones del capitalismo en el contexto del desarrollo de la humanidad y alumbrar el camino hacia su emancipación de todas las relaciones opresoras y explotadoras. Eso le corresponde al proletariado por su posición en la sociedad y porque, incluso en el capitalismo, se desenvuelve como fuerza motriz, como la base sobre la cual la sociedad se va desarrollando.

Sin una clase que ocupe esa posición objetiva, que realice producción socializada (como clase, aunque algunos proletarios no trabajen en un momento dado o incluso por largos períodos de tiempo) y a la vez ocupe una posición estratégica y de gran importancia en la sociedad capitalista, digo, sin la clase proletaria, que ocupa esa posición en la sociedad, no podría haber una revolución proletaria, pues tales factores le dan el potencial de levantarse, tumbar el sistema y transformar completamente la sociedad de acuerdo a los principios de colectividad y cooperación, no con el fin de eliminar o suprimir la individualidad sino en aras de fomentarla más en el marco de mayor colectividad y cooperación.

Hace muchos años un camarada dirigente, que posteriormente fue líder de los mencheviques, dijo algo (que por cierto puso de relieve su pragmatismo): "Hablamos del proletariado, pero si analizáramos que los dentistas son la fuerza clave de la revolución socialista, tendríamos que ver cómo ganarlos a jugar ese papel". ¡Chale! [BA se ríe] Me cae que no, o sea, bien podemos ganar a unos cuantos dentistas al MLM, pero la verdad como grupo, van a estar entre los últimos. Y el chiste es que aunque los ganáramos como grupo al MLM, no ocupan una posición en la sociedad que les permita hacer la revolución proletaria. Ni tampoco lo ocupa un grupo aislado de ideólogos MLM. En cambio el proletariado sí ocupa una posición que le permite hacer la revolución, o sea, que le permite ser la fuerza principal que dirija a las amplias masas a hacer la revolución, y precisamente por eso hablamos de la posición "parecida a dios" que tiene el proletariado.

Pero nuevamente aquí se destaca la contradicción entre eso y la necesidad de que la vanguardia del proletariado se una a la lucha actual del proletariado y le infunda su metodología y amplia concepción del mundo revolucionaria y la transforme en una lucha revolucionaria consecuente, y a través de tal proceso transforme la misma vanguardia y a la larga, pasando por el proceso histórico-mundial de alcanzar el comunismo en todo el mundo, llegue al momento en que el estado y la propia vanguardia se extingan porque se han transformado completamente las contradicciones subyacentes que hacían necesaria una vanguardia. Evidentemente dicho proceso encierra contradicciones sumamente agudas, y los anarquistas dirán: "Bueno, eso jamás sucederá porque los que lleguen al poder jamás querrán soltar las riendas". Esa es una tendencia muy real. Mao dijo que uno de los problemas de la sociedad socialista es que los funcionarios del gobierno se vuelven peces gordos y luchan por defender sus intereses. También dijo que los seres humanos tenemos el defecto de mirar a los demás por encima del hombro. Pero no malinterpretemos ese comentario; no quiso decir que eso sea inherente a la naturaleza humana ni que esta sea inmutable. Más bien señalaba que de las divisiones sociales surge una concepción ideológica correspondiente. Pero en todo caso se trata de un problema muy grueso.

Volviendo a una cuestión que ya tocamos ***: ¿por qué financiamos el disentimiento bajo la dictadura del proletariado? Porque nuestro proyecto no puede prescindir de él y por eso le damos cierta prioridad, aunque tengamos problemas muy apremiantes en un momento dado, a la vez que buscamos manejar correctamente todas las prioridades. De igual modo, ¿por qué nos empeñamos en acabar con la base de la vanguardia y su papel especial?; ¿por qué nos empeñamos en acabar con la necesidad de un ejército, un cuerpo especializado de hombres y mujeres armados? En otras palabras, ¿por qué tenemos el objetivo estratégico de acabar con esas cosas? Porque concuerda con nuestras metas fundamentales, con nuestro punto de vista, metodología y concepción del mundo, con lo que nos proponemos. Recapitulando, el problema fundamental no es no querer soltar las riendas del poder, como si fuera inherente a la naturaleza humana; más bien radica en las contradicciones materiales objetivas y la concepción de clase, no en un sentido estrecho ni economicista sino en el sentido más cabal. Es un problema de metodología y concepción del mundo y, de acuerdo a ella, del punto de vista estratégico que captamos, planteamos y llevamos a la práctica y por lo cual luchamos. Estas contradicciones recorren todo el proceso, y nos tocará bregar con ellas a lo largo del avance hasta el comunismo.

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Notas:

* Nota: RCP Publications publicó el libro Las contribuciones inmortales de Mao Tsetung de Bob Avakian (una recopilación de artículos que salieron de abril de 1978 a enero de 1979) el Primero de Mayo de 1979. [Regrese al artículo]

**"Grandes objetivos y gran estrategia", pasajes de una obra inédita de Bob Avakian, que salieron en el Obrero Revolucionario Nos. 1127-1142, del 18 de noviembre de 2001 al 10 de marzo de 2002. [Regrese al artículo]

*** Se abordó en "Valorar el disentimiento... ¿por qué?" en el No. 1184 del OR[Regrese al artículo]