Hay una furia latente de millones de mujeres (y hombres) acerca del precipicio en el que nos encontramos de que la Corte Suprema quite uno de los derechos más básicos de las mujeres, el derecho al aborto. Al mismo tiempo, muchas personas que estaban al tanto de la decisión de Texas ni siquiera saben que la decisión de la Corte Suprema está a tan sólo unos meses de distancia. Esto se debe, en gran parte, a que el Partido Demócrata y quienes están amarrados con ellos en los movimientos de derechos de la mujer y reproductivos no están haciendo sonar la alarma. ¿Por qué? Porque se han rendido antes del hecho y por lo tanto se están preparando para un “Estados Unidos post-Roe”. La presunta “resistencia” está llamando a no resistirse, por estar tan esclavizad@s al sistema que están dispuest@s a esclavizar a las mujeres.

Esto ha sido un punto de contienda en una facultad de derecho donde la gente que SÍ sabe lo que está sucediendo con el fallo de la Corte Suprema se está acomodando con que se rinda esta decisión. Un contingente de la población estudiantil que está “concienciado” a propósito no “responde” a los desafíos a esta lógica mortal los que ha venido haciendo el Club Revolución al asumir el llamamiento de RiseUp4AbortionRights.org (De Pie Por el Derecho al Aborto).

Para provocar el debate que se necesita, el Club Revolución saturó el campus con un par de artículos provocadores: Colgamos ganchos de ropa en las aulas, en los comedores y en las estatuas de todo el campus. Y colgamos una famosa foto de Gerri Santoro que en los años 1970 se convirtió en un símbolo de la lucha por el derecho al aborto. Esta foto muestra gráficamente el horror de los abortos chapuceros, cuando el aborto era ilegal, y las peligrosas medidas a las que recurrían las mujeres desesperadas para interrumpir sus embarazos.

Después de que esta foto se colgara en la facultad de derecho, el contingente “concienciado” empezó a hacer correr el rumor de que había una foto perturbadora colocada por la “gente de Bob Avakian” que era desencadenante para la gente. Hicieron correr la voz de que si la gente veía la foto, debía quitarla.

Para la otra semana, la foto se volvió a colgar, esta vez con un reto escrito y firmado por un miembra de la Gira “Revolución” y egresada de la universidad:

¿Te ha “desencadedad@” ver la foto de Gerri Santoro en 1964 muerta en el suelo en un charco de su propia sangre? Su muerte fue causada por un aborto ilegal chapucero que tuvo que obtener antes de Roe. ¿Te molesta más haber tenido que ver esta foto que la realidad? La realidad de que éste es el futuro para millones de mujeres y niñas, si no salimos a las calles para impedir que la Corte Suprema anule Roe antes de esta primavera. Si te molesta más tener que ver esta imagen, pues está optando por apartar la vista de esta realidad, optando por no hacer nada al respecto y optando por la esclavización de las mujeres. ¿No estás de acuerdo? ¿Crees que es necesario retirar esta foto? Pues, ven a debatirlo. Porque el hecho es que TOD@S necesitan hacer frente a la realidad de que cuando el aborto es ilegal, se mueren mujeres. Y sobre esa base, TOD@S l@s que tienen corazón para la humanidad necesitan actuar ahora. Ustedes son estudiantes de derecho: presenten sus argumentos y respáldenlos con evidencia. ¡¡Nosotros lo haremos!! Reúnanse con los revcom en el patio de la facultad de derecho.

A la hora anunciada para el debate, la ex estudiante se apostó en el centro del patio con una versión ampliada de la foto de Gerri Santoro y una ampliación sobre la protesta del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Otra compañera fue repartiendo la carta por todas las mesas. Algun@s la tomaron con interés, otr@s trataron de ignorarla, un par de mesas de personas estaban indignadas.

Nadie se acercó a debatir o discutir nada de esto. La ex estudiante habló para que tod@s pudieran oírla, primero leyendo su carta e invitando a la gente a acercarse. Luego, después de esperar unos minutos, abordó la “ignorancia” acerca de lo que está cayendo sobre millones de mujeres, y dio a la gente la sensación de salirse de lo acostumbrado y entrar a las calles con un amplio movimiento de personas decididas a detener el avance de la bomba de tiempo de la esclavización femenina. La conversación se detuvo en las mesas del patio donde la gente come, estudia y se reúne. Se podía ver una cierta polarización en torno a este tema: algunas personas que expresaban su acuerdo, otras que se empeñaban en faltarle el respeto a la oradora, otras que se limitaban a escuchar atentamente y algunas que mantenían la cabeza agachada en sus computadores.

Después, recorrimos el patio para hablar con todos los grupos de personas sentadas.

Lo que ocurrió fue muy interesante: por un lado, se dieron algunas discusiones serias con personas que participaban con seriedad y determinaban formas de participar, y por otro lado, una negativa ridícula y patente a discutir o debatir, repetida uniformemente por el contingente “concienciado”.

Algunas de las personas que participaron no estaban convencidas de que la resistencia de masas pueda cambiar realmente lo que está sucediendo. Estaban enfurecidas por la posibilidad de que la Corte Suprema anule Roe y, al mismo tiempo, defendían soluciones que ellas mismas saben que no se acercan en absoluto a lidiar con este asunto, porque su modo de pensar está encerrado en una caja de supuestos cambios “electorales” y no saben qué hacer.

Varias personas con conocimiento de la lucha por el derecho al aborto en América Latina estaban mucho más dispuestas a estar de acuerdo en que tenemos que salir a las calles a luchar para mantener la legalidad del aborto, en lugar de tratar de confiar en los canales que no van a llegar a ninguna parte. Se alegraron de que alzáramos la voz, de que llamáramos a la gente a salir las calles, y expresaron que era realmente bueno que estuviéramos presentes para “agitar las cosas”.

Algun@s estudiantes coincidieron en que el silencio sobre este tema en la sociedad es un verdadero problema. Reconocieron que no basta con estar “por el derecho a decidir”. Si la gente no actúa ahora, es cómplice en quitarles los derechos más básicos a las mujeres, como primer paso de un embate fascista más grande si la gente se conforma con esto. Hablamos con ell@s de lo que ELL@S tienen que hacer para romper el silencio y la aceptación de esto saliendo a las calles. Y lo que pueden hacer para que tod@s en la facultad de derecho tengan que tomar una posición al respecto. Hablamos de cómo conseguir que se debata este tema en sus aulas, de cuales de los clubes en los que están deberían apoyar el llamamiento de Rise Up 4 Abortion Rights, la difusión de los pañuelos verdes y de muchas otras cosas.

En este sector de personas, también había ganas de ver a la gente debatir realmente sus diferencias, lo que resultó ser la línea divisoria más aguda que se expresó entre l@s estudiantes de derecho en este día.

En una de las mesas, se discutió honestamente sobre l@s estudiantes que se quejaban de estar “desencadenad@s” por la foto. Un@ de l@s participantes consideró que se trataba de una forma de rehuir a lidiar con el verdadero problema. Otra persona opinó al principio que hace falta tener en cuenta las diferentes situaciones de las personas y a qué son sensibles. La mayoría de l@s estudiantes de primer año de derecho consideraron que era necesario mostrar la realidad de cómo eran las cosas antes de Roe. Querían saber cómo habían cambiado las cosas en los años 1970 y estaban de acuerdo en que era necesario salir a la calle.

Cuando pasamos a hablar con una mesa cercana, nos recibieron con un coro de “No tenemos que hablar con ustedes. Váyanse”. Cuando les retamos que eso suponía presentar un argumento o que lo respaldaban con evidencia, se limitaron a gritar más fuerte: “No queremos hablar. Váyanse a la mierda”. Al observar esto, las personas con las que acabábamos de hablar —incluida la persona que pensaba que debíamos ser considerad@s con la situación de la gente—, se enfurecieron y dijeron que la gente debería estar dispuesta a argumentar lo que piensa, por no hablar de tener cierta decencia humana básica. L@s estudiantes consiguieron más pañuelos y se los pusieron en la cabeza y en los brazos como respuesta.

Mientras un contingente de estudiantes trabajaba de forma detestable y activa para crear una atmósfera para intentar que la gente rechazara a l@s revolucionari@s e ignorara el llamamiento que se necesitaba urgentemente para que la gente se pusiera de pie por el derecho al aborto, su negativa a argumentar siquiera una posición con algún contenido que no fuera “están desencadenando a la gente” fue una denuncia ante l@s demás estudiantes de que no tienen ningún argumento salvo convertir en un principio que no tienen ninguno.

En ALGO TERRIBLE, O ALGO VERDADERAMENTE EMANCIPADOR: Crisis profunda, divisiones crecientes, la inminente posibilidad de una guerra civil — y la revolución que se necesita con urgencia, Una base necesaria, una hoja de ruta básica para esta revolución, el líder revolucionario y autor del nuevo comunismo Bob Avakian dijo:

Aquí tengo que decir: Basta de “las personas concienciadas” que actúan como si en realidad los oprimidos (o, como suelen decir, los “marginados”) fueran seres frágiles que necesitan constantemente la protección de “espacios seguros”, para que no se desmoronen ante la mera aparición de un fenómeno “desencadenante”. Y ¡¿desde cuándo se supone que las universidades y otras instituciones sean lugares en que uno está “seguro” — no solo contra la violencia física de un tipo u otro, y contra agresiones verbales abiertamente amenazadoras o claramente degradantes, sino también contra las ideas, declaraciones y demás que simplemente hacen que uno se sienta incómodo?! ¿Cómo vas a “cambiar el mundo” si corres peligro de desmoronarte por cosas como esa? Una vez más, de Esperanza para la humanidad:

[E]n cualquier lucha real para lidiar con cualquier opresión real, frente a los poderosos ejecutores de esa opresión, tendremos que enfrentar la posibilidad de un verdadero sacrificio, incluida la posibilidad de ataques físicos. Y si uno cree que puede crear pequeños enclaves seguros, y que de alguna manera esto conducirá a algún tipo de cambio significativo en la sociedad, pues tiene muchas ilusiones y delirios.

Esta incursión en la facultad de derecho comenzó a polarizar las cosas y a sacudir la parálisis. Se necesita mucho más de esto.