En el curso de la semana pasada, la lucha en curso para detener “Cop City” [Ciudad Policial], un enorme centro de entrenamiento policial en Atlanta, ha sido azotada por una intensa represión policial con implicaciones ominosas aún más allá de esta importante y justa lucha. Tras el asesinato policial del manifestante Manuel “Tortuguita” Terán en febrero, se detuvieron a más de tres docenas de personas en un festival pacífica de protesta contra Cop City el 5 de marzo. ¡Muchos de ellos se encuentran encarcelados bajo cargos de “terrorismo interno”, que conlleva penas de hasta 35 años de prisión y condenas mínimas de cinco años!

Manifestantes acusados de “terrorismo interno” — culpabilidad por asociación y castigo colectivo

El pasado domingo 5 de marzo, el movimiento Defend the Forest (Defender el Bosque) inició una Semana de Acción con la celebración de un festival de música “para toda la familia” —hasta incluía un “castillo hinchable” para los niños— en el Parque Intrenchment Creek (también conocido como Parque del Pueblo Weelaunee, por el pueblo indígena cuya tierra fue en su día). Más de 1.000 personas asistieron para apoyar la lucha y pasar un buen rato.

A más o menos una milla de distancia, un grupo de activistas enmascarados lanzaron fuegos artificiales y piedras para hacer retroceder a la policía que vigilaba la obra de Cop City, tras lo cual se quemaron o se dañaron varios equipos de construcción. (Ningún policía resultó herido y no se produjeron detenciones en el lugar).

Más tarde ese mismo día, la policía hizo una redada ¡en el festival! Según testigos, apuntaron al castillo hinchable, tiraron a personas al suelo y amenazaron con disparar. Arrestaron a treinta y cinco asistentes, 23 de ellos acusados de “terrorismo interno”, ¡entre ellos un abogado con su gorra verde brillante de “Observador Legal” para identificarse! Junto con las detenciones anteriores de manifestantes de Cop City, esto elevó a 42 el número de personas acusadas de “terrorismo interno”. Y a todos menos a uno de los 23 recién acusados se les denegó la libertad bajo fianza.

La “historia oficial”, publicada por la policía y difundida por los medios de comunicación convencionales (de la clase dominante) de todo el país, insinuaba que las detenciones se habían producido en el lugar donde supuestamente se había producido el vandalismo contra el equipo de construcción. Aunque ese fuera el caso, los cargos de “terrorismo interno” que conllevan décadas de cárcel habrían sido draconianos e indignantes. Pero como tuiteó The Atlanta Solidarity Fund (Fondo de Solidaridad de Atlanta; ASF por las siglas en inglés): “El comunicado oficial de la policía da a entender cuidadosamente que las detenciones que realizaron tuvieron lugar en la obra de Cop City. Esto no ocurrió”.

La naturaleza real de las detenciones fue aún más escalofriante. La policía hizo una redada en el festival de música a más de una milla de distancia. Todas las detenciones por supuesto “terrorismo interno” se llevaron a cabo de forma indiscriminada en ese festival, en algunos casos basándose en afirmaciones de que el barro en los zapatos de los asistentes al festival era prueba de que habían participado en la acción en la obra.

Esta redada esencialmente indiscriminada de personas en un festival formaba parte de una pauta de utilizar la “culpabilidad por asociación” en combinación con las leyes de “terrorismo interno”. En respuesta a anteriores detenciones por “terrorismo interno” de manifestantes de Cop City, una carta del 3 de marzo iniciada por Human Rights Watch (Observatorio de Derechos Humanos) y firmada conjuntamente por más de 60 grupos jurídicos, de derechos civiles, de derechos humanos, antibelicistas y otros denunciaba que: “En lugar de alegar un incidente específico [de un delito cometido por la persona detenida], las órdenes de detención enumeran delitos supuestamente cometidos por [otros] miembros de Defend the Atlanta Forest” y luego utiliza “pruebas” como “dormir en una hamaca con otro acusado” para demostrar que la persona detenida está asociada con Defend the Atlanta Forest.

El verdadero propósito y la naturaleza de estos cargos indiscriminados de “terrorismo interno” en contra de los asistentes al festival se hizo evidente en un tweet del Atlanta Solidarity Fund: “Quieren responsabilizar a todos los participantes en el movimiento de cualquier cosa que alguien haga en nombre de la defensa del bosque. Si una persona quema una excavadora, quieren encarcelar a todos los manifestantes por incendio provocado... La estrategia del castigo colectivo extremo está diseñada para asustar a los manifestantes y hacerlos callar, pero también para hacer que el movimiento se riñe entre sí. Quieren que los activistas se centren en condenarse y vigilarse unos a otros para que la policía no tenga que hacerlo”.

El proyecto South River Forest contra Cop City

Durante dos años, la lucha para detener la construcción de Cop City se ha librado en la zona de Atlanta. El centro se está construyendo en el terreno boscoso de una antigua “prison work farm” (granja de trabajo penitenciario), es decir, un campo de trabajo para esclavos.

Anteriormente se había designado el lugar como un componente clave de un nuevo gran parque (South River Forest [Bosque del Río Sur]). En 2017, el Ayuntamiento de Atlanta votó a favor de incorporar ese plan a la Carta Municipal. South River Forest se planificó para ser un parque para las zonas circundantes, principalmente pobres y negras, que durante décadas habían “sido literalmente un retrete y un cubo de basura para gran parte de la ciudad y el condado, con vertederos en abundancia y aguas residuales sin tratar vertidas en los cursos de agua”. Según algunos, iba a convertirse en “el mayor bosque urbano del país”. El proyecto también incluía la limpieza del río y los arroyos gravemente contaminados, así como la creación de empleo para los habitantes de la zona. Se trataba, pues, de una reforma modesta que no habría cambiado la naturaleza opresiva del sistema en su conjunto, pero que habría mejorado algo la vida de algunas personas y el medio ambiente de la zona.

Pero todo eso se vio superado por las necesidades del sistema. South River Forest fue repentina y bruscamente abandonado en favor de Cop City en abril de 2021, no mucho después del levantamiento de protesta en todo el país provocado por los asesinatos policiales de George Floyd y Breonna Taylor. Una vez terminada la revuelta, en gran medida las falsas promesas de “reforma policial” fueron puestas de nuevo en almacenamiento, y la creación de fuerzas policiales más grandes y mortíferas volvió a estar a la orden del día... incluso en ciudades como Atlanta, donde los demócratas negros y los “progresistas” ocupan los puestos de liderazgo.

Los funcionarios de la ciudad afirman que Cop City representa la voluntad del pueblo. De hecho, los funcionarios de la ciudad han podido crear poco apoyo popular para Cop City, y en su lugar la policía del condado y del estado ha sido cada vez más represiva y violenta. Han llevado a cabo repetidas redadas de policías militarizados en los campamentos de protesta, apuntando con armas, disparando gases lacrimógenos, ejecutando detenciones y asesinando a Tortuguita el 18 de febrero. Los policías (que no han presentado la grabación de la cámara corporal del disparo) afirman —sin pruebas creíbles— que Tortuguita les disparó primero. Pero una autopsia independiente concluyó que Tortuguita tenía las manos en alto cuando le dispararon, y que recibió al menos 13 disparos. (Tortuguita no era binario respecto al género).

La ley de “terrorismo interno” de Georgia: una herramienta para la represión fascista de la disidencia

La definición de “terrorismo” bajo la ley de “terrorismo interno” de Georgia es amplia, vaga y tiene implicaciones peligrosas para cualquier protesta y disidencia positivas. Sostiene que “el terrorismo” es un intento de “inutilizar o destruir infraestructuras críticas, una instalación estatal o gubernamental” con la intención de “alterar, cambiar o coaccionar la política del gobierno”.

¡Casi cualquier cosa podría ser formulada como un intento de “inutilizar... infraestructuras críticas” con la intención de “alterar, cambiar” la política del gobierno! Piénselo. Manifestantes marchando por las calles sin permiso podrían ser interpretados como “inutilizar” (obstruir el tráfico) “infraestructuras críticas” (carreteras o autopistas). La famosa marcha por el derecho al voto en Selma en 1965 “inutilizó” (bloqueó) el puente Edmund Pettus: ¡”terrorismo”!

Y así de amplio es como se está aplicando la ley. A finales de enero, Grist (una organización de medios de comunicación pro medio ambiente) revisó 20 órdenes de detención por “terrorismo interno” y dijo que “ninguno de los detenidos y acusados de cargos de terrorismo está acusado de herir gravemente a nadie. Nueve no han cometido ninguna acción ilegal específica más allá de un delito menor de violación de la propiedad”. Reflexione sobre eso: ¡los manifestantes acusados de nada más que violación de propiedad se enfrentan a cargos de “terrorismo interno” y a décadas de cárcel!

La lucha en torno a Cop City es muy importante por derecho propio y debería recibir un apoyo aún más enérgico y amplio. Más allá de eso, si el sistema logra hacer que se mantengan estos cargos de “terrorismo interno”, y si no enfrenta una poderosa ola de oposición, eso será una luz verde para las legislaturas, tribunales, policías y otros ejecutores de la injusticia fascistas. El International Center for Non-Profit Law (Centro Internacional de Derecho No Lucrativo) señala que 39 estados han promulgado proyectos de ley antiprotesta y otros 20 están pendientes, incluidos proyectos de ley que redefinen de forma amplia los disturbios, conceden inmunidad civil a los conductores que atropellan a los manifestantes con sus coches y/o utilizan estatutos antiterroristas contra los manifestantes.

Si este tipo de ley tiene “éxito” en aplastar la resistencia en Georgia, este nivel de represión se normalizará cada vez más, y nos encontraremos en una posición mucho más difícil en términos de luchar contra este sistema criminal del capitalismo-imperialismo, y de luchar para deshacernos de él.