El lugar de las mujeres en Alemania y en el mundo de hoy —y si se aprietan las cadenas que las someten, o si surgirá una fuerza capaz de hacerlas añicos— sigue sacudiendo la escena política aquí. Al menos 10.000 mujeres y muchos hombres asistieron a una o varias de las cinco o seis manifestaciones distintas del Día Internacional de la Mujer en Berlín, y miles más en todo el país. Muchos de los asistentes estaban movilizados por profundos sentimientos de solidaridad con el poderoso levantamiento en Irán que se encendió con el asesinato de Mahsa Amini por “llevar mal el cabello”. Muchos también están profundamente preocupados por el continuo ascenso de fuerzas fascistas despiadadamente misóginas en Alemania y en todo el mundo, y la elección de un gobierno fascista en la vecina Italia en el otoño de 2022 alimenta el presentimiento sobre lo que podría ocurrir en Alemania, donde 78 diputados de la fascista Alternativa para Alemania se sientan en el Bundestag.
El turbulento panorama europeo, afectada especialmente por el sangriento baño de sangre en Ucrania, a tan sólo unos cientos de kilómetros de distancia, suscitó un vigoroso debate sobre opiniones políticas e ideológicas en contienda. Una oradora en una concentración de entre 4.000 y 5.000 personas proclamó con orgullo que con el establecimiento del gobierno de coalición de Alemania, que incluye al Partido Socialista Democrático (SPD) y Die Grüne (Partido Verde), con una ministra de Asuntos Exteriores verde, por fin Alemania tiene una “política exterior feminista”, lo que, según ella, queda demostrada por la intensificación de las críticas de Alemania a los mulás que gobiernan en Irán. Así que olvida que Alemania es uno de los principales arsenales del esfuerzo bélico encabezado por Estados Unidos y la OTAN en Ucrania, la que presencia a miles de ucranianos metidos en la máquina de guerra rusa como mera carne de cañón para debilitar a uno de los principales rivales de los imperialistas occidentales; olvida que Alemania está aumentando dramáticamente su gasto en armas para impulsar la matanza; olvida que la “preocupación” de Alemania por las mujeres iraníes tiene como único objetivo someter a Irán a la dominación occidental, o que los crueles burdeles de escala industrial alemanes están llenos de inmigrantes de todo el Medio Oriente y del mundo; olvida todo eso porque hay una mujer al mando, ¡así que es “feminista”! Otra manifestación anunciada como “internacionalista revolucionaria” llamaba a oponerse a la guerra en Ucrania y atrajo a varios miles de mujeres —pero excluyó expresamente a los “hombres cis”.
Un contingente multinacional de revolucionarias entró en esta turbulenta escena con dos pancartas que llamaban a Romper las cadenas, Desencadenar la furia de las mujeres como una fuerza poderosa para la revolución, en alemán, inglés y persa, y distribuyó más de 3.000 volantes que impugnaban duramente al sistema capitalista-imperialista de ser la fuente de la opresión de las mujeres y llamaban a una revolución para alcanzar un tipo de sociedad radicalmente nueva, basada en el nuevo comunismo del que es autor Bob Avakian. La declaración del Partido Comunista de Irán (marxista leninista maoísta) en persa y alemán; la declaración del Grupo del Manifiesto Comunista Revolucionario (RCMG) en alemán, persa e inglés; y un volante que promocionaba la entrevista en tres partes con Bob Avakian se distribuyeron en grandes cantidades. Se discutió intensamente sobre la guerra, lo que ocurre ahora en Irán y el camino a seguir, cómo detener el ascenso de los fascistas en Alemania — y, por encima de todo, ¡si realmente sería posible derrocar el sistema existente y crear un mundo radicalmente nuevo y emancipador!