El siguiente mensaje es de Bob Avakian Oficial en Substack, y la traducción del inglés al español hecha por revcom.us. Escuche en inglés y lea en español los mensajes mediáticos de @BobAvakianOfficial
Vuelvo para seguir abordando la revolución: cómo, en la situación que ahora se está intensificando rápidamente, una revolución que integre a millones de personas podría triunfar en concreto.
En mi último mensaje (Número Diez), abordé el enfoque básico y algunos principios básicos para guiar a las fuerzas de combate revolucionarias al enfrentar y derrotar a las poderosas fuerzas armadas de represión de este sistema, a medida que se creen las condiciones que lo hagan posible. Y llamé la atención sobre el hecho de que en revcom.us se halla la declaración muy importante, La revolución: Desarrollar las bases para jugárselo el todo por el todo, con una verdadera oportunidad de ganar — Orientación estratégica y enfoque práctico, y una serie en cinco partes: Revolución: Una verdadera oportunidad de ganar, donde abordo más extensamente y a fondo el enfoque estratégico que podría hacer que fuera posible que esta revolución triunfe en concreto.
Aquí voy a seguir examinando la relación entre la situación general en desarrollo y la posibilidad de que una revolución tenga verdaderas posibilidades de ganar.
En Estados Unidos ahora mismo existe una crisis creciente y divisiones profundas y amargas entre los de arriba.
Una gran parte de la población, y un sector importante de la clase dominante, representado por el Partido Republicano, se ha vuelto fascista: sobre una base abierta y agresiva de supremacía masculina y otras relaciones opresivas — que se niega a aceptar el resultado de las elecciones en caso de que no ganen, decididos a destripar y pervertir “el estado de derecho”, pisotear los derechos de la gente y adoptar lo que equivale a una dictadura capitalista sin tapujos, dispuesta a utilizar la violencia no sólo contra masas de personas sino también contra sus rivales en la clase dominante. Este sector fascista de la clase dominante ya no cree en lo que han sido las “normas aglutinantes” —el conjunto regulador de creencias y procesos— de este sistema, y las ha abandonado más o menos abiertamente.
El otro sector de la clase dominante, representado por el Partido Demócrata, está tratando de mantener la forma “democrática” por medio de la cual este sistema ejerce el poder político —una dictadura real— sobre las masas de personas en Estados Unidos, para poder mantener su sistema de explotación brutal y opresión asesina, apuntalado por matanzas en masa, que esta clase dominante continúa llevando a cabo en todo el mundo.
Las elecciones presidenciales de este año, 2024, serán un eje agudo de la lucha entre estos partidos de la clase dominante —demócratas y republicanos—, una lucha que es muy probable que se zafe de los límites de la “manera habitual” en que ejercen el poder sobre el pueblo y mantienen en marcha todo su sistema.
Esto podría conducir a choques armados entre los dos sectores opuestos de la clase dominante, que incluso podrían convertirse en una confrontación militar a gran escala — un nuevo tipo de guerra civil. En todo caso, este tipo de crisis profunda al interior del sistema gobernante seguramente afectará a todas las partes de la sociedad y a todas las instituciones importantes de este sistema, incluidas sus fuerzas armadas — con el verdadero potencial para grandes escisiones en esas instituciones.
Los fascistas en Estados Unidos en su conjunto no son tan numerosos como aquellos que se oponen a los fascistas, pero estos fascistas están impulsados por un fanatismo irracional, azuzado por la noción de que no valdrá la pena vivir en Estados Unidos, si no toman medidas extremas para revertir el sentido en que se encaminan las cosas. También tienen mucha iniciativa porque los fascistas constituyen un sector importante de la clase dominante, quienes dominan instituciones muy importantes, incluida la Corte Suprema, y también están dispuestos a actuar fuera de los “procedimientos normales” de este sistema y movilizar a fanáticos violentos para obtener sus objetivos.
Al mismo tiempo, en la mayoría de las personas que se oponen a este fascismo, demasiadas todavía aceptan “la manera en que siempre han sido las cosas”, aferrándose a la esperanza de que “de alguna manera las cosas se solucionarán como siempre lo han hecho” — mientras que muchos también están abrumados por la creencia de que no se puede hacer nada para cambiar el rumbo tan negativo de las cosas. El Partido Demócrata tiene un bárbaro temor a movilizar a las masas de personas de la manera que sería necesaria para derrotar decisivamente a los fascistas, porque los demócratas temen a que esto podría llevar a que las cosas “se salgan totalmente de control”, amenazando a todo su sistema.
Aquí entran las fuerzas para la revolución: sacar a la luz claramente la realidad de lo que está pasando, y por qué, y explicar vivamente la única solución positiva a todo esto; actuar, urgente y decisivamente, para cambiar todo el alineamiento, toda la “polarización” en la sociedad —repolarizar rápidamente las cosas en un sentido que sea cada vez más favorable para la revolución— ganar a masas de personas, desde todas las partes de la sociedad, para romper con todo este sistema y pasarse al lado de la revolución.
Hace falta que las fuerzas para la revolución se pasen a primer plano en la lucha contra los fascistas — y hacerlo no con el objetivo de conservar, o restaurar, la forma “democrática” de este sistema asesinamente opresivo del capitalismo-imperialismo, sino con el objetivo estratégico de hacer caer este sistema entero y crear algo mucho mejor.
A medida que avance la lucha, para derrotar a las fuerzas que buscan conservar, o restaurar, este sistema empapado de sangre, de una forma u otra, sería posible ganar a un número aún más grande de personas desde diferentes partes de la sociedad para que se unan a la revolución, entre ellas muchos que habían formado parte de las fuerzas armadas y otras instituciones clave de este sistema.
En mi mensaje anterior (Número Diez) enfaticé lo siguiente: un factor importante en todo esto es la contradicción de que entre las filas de las fuerzas armadas de este sistema hay grandes cantidades de personas que se ha reclutado del pueblo negro, los latinos, las mujeres y otros oprimidos, mientras que esa opresión está integrada en el propio sistema del capitalismo-imperialismo por el que se supone que esas personas deberían estar combatiendo. Esta contradicción es una parte importante de la base para ganarse hacia la revolución a muchas personas que comienzan formando parte de las fuerzas armadas de este sistema, a medida que se desarrollen las cosas y se derroten los esfuerzos por aplastar la revolución, así dando lugar a una dinámica cada vez más favorable para la revolución.
Todo esto dispondrá de una situación extremadamente complicada, pero que conlleva no sólo la posibilidad de que las cosas se vuelvan aún más terribles que la “vida normal” bajo este sistema, sino también el potencial de arrancar algo profundamente positivo a todo esto: una revolución emancipadora real — EN EL CASO DE QUE los revolucionarios, y cantidades cada vez más grandes de personas organizadas en las filas de la revolución, capten firmemente esta posibilidad y actúen con osadía, con una determinación con fundamentación científica, para aprovechar esta situación poco común.
Para enfatizar nuevamente un tema crucial: la posibilidad de que las fuerzas de la revolución ganen una lucha total para poner fin a este sistema depende, ante todo y en lo fundamental, de gestar un pueblo revolucionario, de entre los más amargamente oprimidos, y de entre todas partes de la sociedad, que primero cuente con miles y luego con millones de personas, como una poderosa fuerza revolucionaria, organizada desde el principio y de forma consecuente con una perspectiva que abarca todo el país, impactando a toda la sociedad y cambiando los términos de la manera en que las masas de personas ven las cosas y la forma en que cada institución tiene que responder.
Con miles de personas organizadas en las filas de la revolución, ahora, se podría ganar a millones para la revolución; y al ganarse a millones de personas para la revolución, podría haber una verdadera posibilidad de que esta revolución triunfe.
En la situación que continúa desarrollándose en sentidos cada vez más intensos, un movimiento revolucionario con una poderosa influencia y fuerzas organizadas entre los más oprimidos, y en todas las partes de la sociedad, tiene una verdadera oportunidad de emprender, y ganar, la lucha por esta revolución emancipadora, sobre la base de la comprensión y enfoque estratégico que he abordado en estos mensajes.
Esto tiene seriedad — y para aquellos que tengan seriedad, les insto una vez más a que visiten revcom.us y exploren las obras que mencioné al principio de este mensaje: La revolución: Desarrollar las bases para jugárselo el todo por el todo, con una verdadera oportunidad de ganar — Orientación estratégica y enfoque práctico, y una serie en cinco partes: Revolución: Una verdadera oportunidad de ganar.