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BOB AVAKIAN 
REVOLUCIÓN #50: 
Las condenas por delitos mayores de Trump, su ridícula pose de “víctima” y este sistema completamente podrido.

En mensajes futuros, como indiqué anteriormente, abordaré cuestiones importantes de estrategia y tácticas revolucionarias, incluida la orientación en torno a las elecciones bajo este sistema.

Pero primero, es necesario sacar a relucir alguna verdad importante en relación con las recientes condenas por delitos mayores de Donald Trump. La cobertura en revcom analiza este tema más a fondo. Aquí me voy a centrar en la siguiente cuestión crucial: ¡nadie —y especialmente nadie que haya sido realmente maltratado por este sistema— debería permitir que se deje manipular como bobo debido a las poses de Trump con las que se hace pasar por una supuesta “víctima” (o, como él dice ridículamente, un “prisionero político”) de este sistema!

En el reciente juicio que terminó con sus 34 condenas por delitos mayores, Trump recibió todo tipo de trato especial favorable que ninguna persona común y corriente habría recibido. Casi cualquier otra persona habría sido encarcelada durante el juicio si hubiera seguido “en desacato al tribunal” como lo hizo Trump muchas veces.

En cuanto a la deplorable pose de Trump como “víctima de este sistema”, porque ha sido juzgado y condenado por múltiples delitos mayores: debería ser obvio que no todos los que infringen las leyes de este sistema, y resultan pillados y condenados, son de alguna manera luchadores contra la opresión. Las cárceles de Estados Unidos están llenas de nazis y otros supremacistas blancos y maníacos fascistas, que son versiones en pequeño de lo que Trump se propone hacer a escala gigante, con todo el poder del gobierno de Estados Unidos como su arsenal de opresión y terror.

Israel cuenta con el apoyo total de Biden y los demócratas en el genocidio que está perpetrando contra el pueblo palestino, que incluye la matanza de más de 15.000 niños palestinos. Al mismo tiempo, Trump y los republicanos son rabiosos partidarios de esta matanza genocida de los palestinos. Y Trump ha dejado claro que no dudaría en llevar a cabo una violencia masiva contra los oprimidos, y contra las personas que se levantan contra la opresión y la injusticia en Estados Unidos.

Con todo esto, surge una pregunta importante: ¿por qué algunas personas que deberían tener mejor criterio —y en particular personas a los cuales este sistema han jodido fuertemente— se dejan convencer por esta actuación ridícula de Trump de ponerse de pie contra la persecución? Parte de la respuesta es que a algunos de aquellos que se dejan convencer que realidad les agrada la “pose gansteril” de Trump. Y digámoslo tal como es: a algunos hombres, incluso algunos a los cuales este sistema ha jodido feamente, les agrada el hecho de que Trump sea un supremacista masculino patriarcal, misógino de gran calibre —un odiador, un opresor y un expoliador de las mujeres— algo de lo que él se jacta.

Y luego se tiene la cultura dominante que el sistema gobernante en Estados Unidos promueve, incluida la cultura dominante del Hip Hop —con su adoración a la plata, junto con una misoginia flagrante—, que es una expresión de los “valores” podridos de este pútrido sistema capitalista-imperialista.

El hecho de que Trump anda alardeando de ser “multimillonario” lo convierte en un “héroe” y un “modelo a seguir” para algunas personas que han llegado a corromperse al extremo de proponerse ganar “mucha plata” de cualquier manera que puedan — sin importarles un bledo lo que les está pasando a las personas cuyos cuerpos los están utilizando y de los que están abusando para crear esa riqueza. (¡Observen cómo Snoop Dogg, que no hace mucho elogió a Trump, ahora ha celebrado el hecho de que su esposa, Shante, haya abierto un club de striptease! ¡Celebrar la explotación y degradación sexuales de mujeres —por parte de una mujer “que posee” esta explotación y degradación— es algo que Trump realmente podría aceptar! Pero es algo que debería provocar náuseas y repugnancia para todos los que odian la opresión y la degradación).

Para que quede claro, no culpo a los millones de mujeres (y niñas) que están literalmente esclavizadas en el tráfico sexual internacional y la explotación sexual en general, ni a aquellas a que la desesperación las impulsa y que no ven otra salida salvo ser degradadas de esta manera. Pero esto definitivamente no tiene nada de celebrar — es algo que hay que barrer, junto con todo el sistema que se nutre de esta e innumerables otras maneras en que trata a las personas como si fueran cuerpos descerebrados para usarse y de los cuales abusarse. ¡Para las niñas y las mujeres, para la gente en general, existe una manera completamente diferente y mucho mejor en la que podríamos vivir y relacionarnos entre nosotros!

Para que quede claro nuevamente, ciertamente no estoy condenando a todos aquellos que forman parte del Hip Hop; y, aunque han sido muy pocos, no estoy ignorando a aquellos cuya intención es de transmitir mensajes positivos, hasta liberadores, por medio del Hip Hop y a aquellos que han adoptado buenas posiciones pública y enérgicamente — incluida una posición firme contra el genocidio que Israel está perpetrando sobre el pueblo palestino, con el apoyo total de Estados Unidos. Como he llamado la atención antes (en mi artículo Estado de emergencia: Cadenas sobre las personas que desesperadamente necesitan estar libres, que está disponible en revom.us): el Hip Hop “podría y debería ser una voz poderosa para la liberación”. Pero eso no es lo que se promueve. Al contrario, la influencia de este asqueroso sistema del capitalismo-imperialismo, y el control general de las cosas por parte de los poderes gobernantes de este sistema han pervertido esta forma de arte creativo.

En mensajes futuros, voy a denunciar de forma más amplia y profunda la degradación en la que la gente se ha dejado envolver — y si no te agrada que yo lo diga, pues más vale que examines cuáles son tus propios valores. Pero ahora mismo es importante centrarnos en la siguiente cuestión fundamental: el conflicto entre Trump y los republicanos, por un lado, y Biden y los demócratas, por el otro, es una lucha sobre quién debería ejercer el poder de este sistema, cómo se debería ejercer ese poder sobre las masas de personas de Estados Unidos, y cómo hay que imponer el imperio estadounidense de explotación brutal y destrucción masiva de personas y del medio ambiente en todo el mundo.

Los intereses de las masas de personas —en Estados Unidos y en todo el mundo— están en oposición directa y fundamental a ambos lados en ese conflicto al interior de la clase dominante. Es una revolución para derrocar este sistema entero y crear algo mucho mejor, la que represente los intereses reales, fundamentales de las masas de personas. Y todos aquellos que han sido objeto del maltrato y abuso de este sistema, y todos los que quieren ver un fin a la injusticia y a la opresión, deberían trabajar activamente por eso — especialmente ahora, cuando (como he explicado en estos mensajes, especialmente los números del Ocho al Once) este es un “momento poco común” en el que esta revolución no sólo se necesita con urgencia sino que es posible.

Próximamente: estrategia y tácticas revolucionarias, y cómo eso está relacionado con las elecciones bajo este sistema — en particular las elecciones de 2020 y las venideras elecciones de este año.