El siguiente mensaje es de Bob Avakian Oficial en Substack, y la traducción del inglés al español hecha por revcom.us. Escuche en inglés y lea en español los despachos mediáticos de @BobAvakianOfficial
Esta posición mía ha sido eje de cierta confusión sincera, pero también de ataques pseudorrevolucionarios simplones. Típica de esta línea de ataque es la siguiente declaración que alguien hizo en relación con mi mensaje número Treinta y Siete: “Un verdadero comunista no apoyaría a Biden, lo cual usted hizo en 2020. Trump es una horrenda opción, pero el hecho [de que] usted apoyó a Biden es triste y convierte a usted en una vergüenza para el movimiento”.
Dejaré de lado la acusación de ser una “vergüenza” para “el movimiento”, porque no se trata de una cuestión “personal”, sino que abarca cuestiones de profunda importancia en relación con si se puede, y cómo se puede, llevar a cabo una revolución para derrocar este monstruoso sistema del capitalismo-imperialismo y crear algo mucho mejor — y porque no me interesa para nada ser parte de ningún “movimiento” que no se ocupe, y de hecho se le oponga, a lo que implica y es necesario, en realidad, para hacer esa revolución.
Se trata de la diferencia fundamental entre lidiar con la necesidad —especialmente las situaciones complejas y las contradicciones difíciles— la que uno va a enfrentar en el curso de llevar adelante la lucha por una revolución emancipadora real y, por otro lado, alardes infantiles “de izquierda”, sectarismo mezquino y dogmatismo quebradizo, lo que no reconoce esas contradicciones, o no las analiza científicamente ni las aborda con seriedad.
El hecho de que, por primera vez en la historia de Estados Unidos, un ex presidente, Donald Trump, haya llegado a condenado de delitos mayores, es (entre otras cosas) un reflejo de las contradicciones muy agudas, y cada vez más agudas al interior de este país — y, a su vez, el proceso y la condena contra Trump han agudizado aún más las contradicciones al interior del país en general, y además al interior de la clase dominante del país. Esto está estrechamente relacionado con por qué fue correcto votar por Biden en 2020 y por qué no sería correcto volver a votar por Biden, algo que abordaré con más detalle en mis siguientes mensajes.
Pero primero, como antecedente importante, es muy relevante repasar algunas experiencias de la historia de la revolución comunista, primero en Rusia y luego en China, donde los líderes de esas revoluciones insistieron en políticas y acciones que defendían, o incluso implicaban suscribir acuerdos formales con fuerzas burguesas y reaccionarias — y la manera en que eso no “traicionó” a esas revoluciones sino que, de hecho, fue crucial para obtener su triunfo final. Así que, en los mensajes que siguen, comenzaré con esa importante historia y luego iré directamente a la cuestión de por qué fue correcto votar por Biden en 2020, y por qué sería muy incorrecto volver a votar por Biden ahora.
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