Les habla Bob Avakian — REVOLUCIÓN — número Ochenta y Seis.

Mientras Kamala Harris y Donald Trump se enfrentan encarnizadamente por quién será el jefe del sistema del capitalismo-imperialismo que gobierna en Estados Unidos y que domina en el mundo en su conjunto, existe este horror muy real que saca a la luz una vez más la naturaleza verdaderamente monstruosa de este sistema: más de 500 millones de niños han muerto innecesariamente, de hambre y enfermedades prevenibles, tan solo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial (en 1945), debido a la forma en que este sistema del capitalismo-imperialismo ha dominado el mundo y los correspondientes efectos en las masas de personas en todo el mundo, especialmente en el tercer mundo de América Latina, África, el Medio Oriente y Asia. Durante esos años, Estados Unidos ha ocupado la posición más poderosa al interior de todo este monstruoso sistema, y tiene la mayor responsabilidad por este crimen verdaderamente horrible contra la humanidad.

Ésta es la realidad de este llamado “país con la mayor grandeza en el mundo” — por mucho que intenten mantenerla oculta a la gente.

Tómese un minuto para pensar en lo siguiente: más de 500 millones de niños —más de medio mil millones— se mueren a una edad temprana debido a este sistema y a su dominación del mundo, ¡y Estados Unidos es el mayor responsable!

¡Y tanta gente quiere dejarse envolver en la votación para decidir cuál grupo de asesinos en masa encabezará el gobierno de Estados Unidos y este imperio estadounidense de saqueo en masa de la gente así como del medio ambiente!

¿En serio? ¿Es este un sistema, y un mundo, del que cualquier persona decente quisiera formar parte, o soportar en cualquier sentido?

¡No! Aunque dejáramos de lado todos los demás horrores que causa este sistema —cosa que, por supuesto, no podemos hacer en la vida real—, la terrible cifra de muertes innecesarias de niños causadas por este sistema sería en sí motivo suficiente para barrer este sistema de la faz de la tierra y reemplazarlo por un sistema mucho mejor, por medio de una revolución real, a la mayor brevedad posible.

(Una última nota: sobre el cálculo de las cifras de muertes de niños. Anteriormente, había utilizado la cifra conservadora de 350 millones de niños que se habían muerto de hambre y enfermedades prevenibles desde 1945 — lo que, por supuesto, sería verdaderamente horroroso en sí. Pero, al analizar esto más a fondo —y tomando el promedio definitivamente bajo de 7 millones de niños que se han muerto al año desde 1945— esto en realidad resulta en más de 500 millones. Y, aunque, según la Organización Mundial de la Salud, la cifra se ha disminuido en las últimas tres décadas aproximadamente —de más de 12 millones de niños menores de 5 años que murieron en 1990—, sigue siendo cierto que ahora alrededor de 5 millones de niños mueren innecesariamente al año. Y, una vez más, el número total, desde 1945, es en realidad más de 500 millones).