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Y además, tenemos a los “medios noticiosos” de la clase dominante. Hay medios, como el “Noticiero” Fox (me cuesta decirlo), que representan al sector fascista de la clase dominante — cuyo propósito es imponer una dictadura capitalista franca sin el estado de derecho, con una hostilidad abierta hacia otros sectores de la propia clase dominante, a los cuales estos fascistas consideran como enemigos, y con una despiadada represión contra los inmigrantes, los negros, los musulmanes, las mujeres y la gente LGBT — contra todos los cuales cuya degradación y criminalización es esencial bajo el programa fascista de “hacer que Estados Unidos vuelva a tener grandeza”. Mentir, y distorsionar la realidad sistemáticamente, es una función y misión de estos medios de comunicación. Por otro lado, tenemos al New York Times, Washington Post, CNN, MSNBC, etc., que representan al sector “tradicional” de la clase dominante que promueve “normas” de gobernanza y “principios y procedimientos democráticos” que en realidad encarnan y facilitan la dictadura capitalista, pero a la vez disfrazan esta dictadura. Estos medios “tradicionales” cuentan una parte de la verdad, una parte del tiempo —cuando sirva a su interpretación de los intereses de la clase dominante— y mienten y tergiversan una buena parte del tiempo, cuando quiera que estimen que eso sirve a esos intereses.
Las divergencias y conflictos entre estos diferentes sectores de la clase dominante se han agudizado con el ascenso del régimen fascista de Trump y Pence. Pero, incluso con estas divergencias, todos representan al mismo sistema del capitalismo-imperialismo, y específicamente al imperio estadounidense de explotación. Y como escribí en EL NUEVO COMUNISMO: “No son vehículos para darles información a las personas acerca de las cosas importantes en la sociedad y en el mundo — y ciertamente no son ‘objetivos’, si eso significa presentar la realidad tal como es, ni tampoco son ‘una prensa libre’ en el sentido de no estar obligados y controlados por intereses poderosos. De hecho son la maquinaria de propaganda de la clase dominante capitalista imperialista”.
Todos estos representantes de este sistema dicen hablar en nombre del pueblo e insisten en que lo que hacen, y las formas en que este sistema funciona, están acordes con “la voluntad del pueblo”. Sí, “la voluntad del pueblo” —¡exactamente como este sistema la ha formado! — por la naturaleza y las dinámicas de las relaciones económicas y las relaciones sociales, y por la influencia del sistema político y la cultura dominante que sirven para reforzar estas relaciones económicas y sociales.