La realidad ahora es que el sector fascista de la clase dominante, representado y concentrado en el Partido Republicano, está activa y agresivamente metida en maniobras “de dos puntas” para plasmar y consolidar un gobierno fascista. Estas “dos puntas” son: corromper y controlar el proceso electoral y las instituciones gubernamentales centrales; y la amenaza y el uso de la violencia, incluso mediante la movilización de turbas violentas. Estos fascistas se apoyan, por ahora, principalmente en la primera punta, pero con la segunda (la violencia) como “acompañamiento” a ésta — lo que podría convertirse en su principal medio, de resultarles necesario. En cualquier caso, si lo logran, todo el poder del gobierno —incluido el poder ejecutivo de la presidencia, los tribunales y el aparato jurídico, las cárceles, así como la policía y las fuerzas armadas— se ejercerá para aplastar a cualquier oposición efectiva al gobierno fascista e imponer a la fuerza su programa de “restaurar” la “grandeza” mitológica de Estados Unidos sobre la base de la supremacía blanca agresiva, la supremacía masculina cruda y brutal y la supresión de las personas LGBT, la xenofobia (el odio y persecución a los extranjeros e inmigrantes, particularmente aquellos que provienen de lo que Trump describió infamemente como “los países pozos de mierda”), la afirmación forzosa y ostentación chovinista del dominio estadounidense y “la superioridad de la civilización occidental”, junto con el rechazo deliberado a la ciencia y el método científico, especialmente en los casos en que interferiría con el saqueo irrestricto del medio ambiente, así como de la gente.
***
[E]stas observaciones mías, de hace ya varios años, no solo tienen una gran importancia en general y en todo momento, pero también son especialmente importantes ahora:
Los fundamentalistas religiosos de todo tipo a propósito hacen proselitismo en la cárcel y lanzan un mensaje ideológico muy fuerte…. Para nada es cierto que las personas “pierdan la religión” únicamente al reemplazarla con otra religión en alguna forma. Pero tiene que haber otra explicación del mundo y la existencia y por qué está como está, y cómo podría ser diferente…. Si quieres conseguir que la gente rompa con porquerías —no sólo con las cosas por las cuales terminan en el bote, sino las necedades en las que se meten, en la sociedad—, hay que tener un núcleo ideológico sólido muy fuerte que llevarles…. [T]iene que ser coherente y sistemático. Tiene que dar una explicación del mundo — y en nuestro caso sí podemos explicarlo de una manera científica. Esa es una ventaja que tiene el comunismo en comparación con la religión, aunque la religión tiene ciertas ventajas a corto plazo…. Pero nosotros tenemos la ventaja de realmente tener la capacidad de explicar la realidad de modo que tenga sentido para la gente. Eso es algo muy poderoso.
No debemos subestimar la importancia de hacer mucho trabajo ideológico, no sólo con los presos sino en general, para realmente ayudar a la gente a ver el mundo de una forma totalmente diferente — tal y como está en realidad: de tomar las piezas de este rompecabezas que están fuera de lugar y no encajan — es como ver la realidad con un caleidoscopio raro, tal como la mayoría de las personas la ven. Y todas estas diferentes ideologías y programas burgueses y reaccionarios, y otras cosas, incluidas varias creencias religiosas, las interpretan de manera errónea. Pero la ideología comunista y su aplicación al mundo es una manera de tomar la realidad y hacer que tenga sentido para la gente.
Al mismo tiempo, ganarnos a la gente básica, y en particular a los jóvenes, hacia la revolución también requiere hacer avances críticos adicionales en lo que he llamado la “cuestión de George Jackson” — el problema planteado agudamente por George Jackson, un prisionero que se convirtió en un revolucionario militante asociado con el Partido Pantera Negra durante el auge de lucha de la década de 1960, y que bregaba a fondo con la cuestión de la posibilidad revolucionaria, antes de ser asesinado por las autoridades. Para un esclavo que no espera vivir más allá del mañana, dijo Jackson, la idea del cambio gradual, y de una revolución en cierto futuro lejano, no tiene sentido ni atractivo.
Esto adquiere un significado particular y especial en un momento poco común como el actual, un momento en el que la revolución en realidad podría ser posible, específicamente no en un futuro lejano y vago, pero en medio del torbellino de acontecimientos y conflictos cada vez más agudos que están dándose en este mismo momento.
Aquí, de nuevo, se trata de la cuestión decisiva de qué tanto se acumulen las fuerzas organizadas de la revolución y qué tanto éstas tengan un impacto en todo esto, por el camino de la revolución que se necesita con tanta urgencia.
Para atraer a las masas de personas, y en particular a los jóvenes básicos, la revolución tiene que convertirse en una fuerza creciente, organizada, disciplinada, audaz e intrépida que, por medio de su método con una fundamentación científica, su visión panorámica, su programa y objetivos emancipadores, y sus acciones, es un polo cada vez más poderoso que atraerá a estos jóvenes — y a los luchadores para la revolución desde todos los sectores de la sociedad.
Hay muchísimo por hacer, y con urgencia, lo que requiere una verdadera valentía y corazón, al trabajar para esta revolución: difundir poderosamente el mensaje sobre esta revolución, desafiar a las personaspara que le entren en esta revolución, reclutarlas y organizarlas en esta revolución — yendo en contra de todas las necedades y rompiendo con toda la mierda en la que la gente está envuelta que va en contra de sus propios intereses reales — haciendo el trabajo que hay que hacer para transformar la manera de pensar de la gente, y sus acciones — tomando posición contra las fuerzas que están oprimiendo a la gente, emprendiendo la lucha que hay que librar contra las atrocidades de este sistema — haciendo todo eso para prepararse, y para tener la base, para librar la lucha total para finalmente derrocar este sistema, tan pronto como se hayan gestado las condiciones necesarias para ello.
Y, a medida que la revolución crezca de esta manera: hay muchísimo por hacer, y con urgencia, lo que requiere verdadera audacia y corazón, para hacer frente a los fascistas, y a cualquier otra fuerza opresora, en sus acciones para amenazar e intimidar, brutalizar e incluso matar gente. Déjenme aclarar que no llamo a lanzar ataques no provocados e injustificados a nadie; pero existen un derecho, y una necesidad —y existe la responsabilidad— de defender a las personas que están oprimidas y brutalizadas bajo este sistema, y a aquellos que representan y defienden lo que es justo, y los que están bajo ataque debido a eso.
En los seis Puntos de Atención para la Revolución —los que son los principios básicos en los que se basan y por los que luchan los Clubs Revolución, una forma esencial de organización para esta revolución— el último punto es lo siguiente:
Nosotros trabajamos por un derrocamiento concreto del presente sistema y un camino mucho mejor que deje atrás los destructivos y brutales conflictos que existen hoy entre las personas. Dado que tenemos seriedad, en esta etapa no iniciamos la violencia y nos oponemos a toda violencia contra la gente y entre las personas.
Sí, esto es algo muy serio: acometer un derrocamiento concreto de este sistema y un futuro mucho mejor. Y, sí, una buena parte de esto es superar la forma en que las personas que ya están jodidas, en tantos sentidos, por este sistema, resultan envueltas en otra forma adicional en que este sistema las joden: peleándose y matándose entre sí. Eso tiene que terminar.
Pero no es necesario que simplemente se detenga. Las personas que han resultado envueltas en todo eso tienen que convertirse en parte de algo realmente positivo — necesitan convertirse en parte de las fuerzas para la revolución que se necesita ahora con tanta urgencia.
La frustración y la ira que tantas personas sienten, especialmente tantos jóvenes básicos, porque pueden sentir que la vida bajo este sistema no les ofrece nada bueno — que, desde el momento en que nacen, están encerrados y rodeados por fuerzas que los consideran y los tratan como objetos ajenos de temor y odio — y que aquellos que tienen el poder los ven como escoria que no se merecen nada más que una patada en el culo y una bala en la nuca — pues, es necesario recanalizar esta frustración y enojo hacia la lucha contra el sistema que los trata de esta manera, y les ha robado a ellos, y a tantas personas como ellos en todo el mundo, una vida digna y un futuro digno, o cualquier futuro en absoluto.
Una vez más, hay muchas cosas que exigen, con urgencia, gran valor y audacia para hacer lo que hay que hacer: ser parte de levantarse contra este sistema y prepararse para ir hasta el final con la revolución tan pronto como sea el momento indicado — y, como una parte importante de eso, apoyar, y defender, a las personas que constantemente están sometidas a ataques injustos contra sus derechos y su propio ser.
Se dan ataques continuos contra personas y movimientos que se rebelan contra la opresión racista.
Se dan amenazas, y ataques físicos, contra los funcionarios y proveedores de atención médica, los funcionarios de gobiernos locales (¡y sus familias!), así como contra los empleados en las tiendas, etc., cuando promueven e implementan las medidas tan necesarias que salvan vidas, como las mascarillas y los mandatos de vacunación para hacer frente a la continua pandemia de la Covid. Se dan ataques a los miembros de las juntas escolares por adoptar estas medidas básicas de salud y también por cosas como aprobar la enseñanza de alguna verdad sobre la supremacía blanca que siempre ha existido en Estados Unidos, o permitir derechos para las personas trans.
Se dan amenazas, hostigamiento y ataques contra las mujeres que solicitan abortos, y contra las clínicas y el personal médico que trabajan para proveer esos abortos, junto con la embestida cada vez más grande al derecho al aborto por parte del partido republicano-fascista, y por parte de aquellos que éste ha colocado en los tribunales.
Se dan ataques brutales y a menudo asesinos contra personas LGBT.
Se dan acciones continuas, inclusive la amenaza o el uso de la violencia, para una vez más impedir que los negros y otros oprimidos siquiera ejerzan lo que se supone que son derechos básicos, como el voto. (Con un método y enfoque científico, es posible, así como importante, oponerse activamente a los intentos de negar a las personas el derecho al voto y, al mismo tiempo, convencer a las personas de que tengan que canalizar sus esfuerzos, no a votar por representantes de este sistema que las está oprimiendo, pero más bien hacia trabajar para acumular las bases para derrocar todo este sistema.)
Hay que oponerse poderosamente a todos estos ataques contra las personas y sus derechos, y hay que proteger y defender activamente a las personas que están del lado bueno de esto, en los casos en que sufren embates de amenazas e incluso ataques físicos directos.
Se tiene que impedir que la policía brutalice y de plano mate a sangre fría a la gente. Recordemos lo que dijeron algunas personas que presenciaron, e incluso grabaron, la cruel ejecución a cámara lenta de George Floyd: se angustiaban sobre si debieran haber hecho más, si debieran haber actuado para detener ese escandaloso asesinato de un hombre negro indefenso. Ahora, una vez más, lo que señalo concuerda con el punto 6 de los seis Puntos de Atención para la Revolución — y, en lo que digo aquí, no llamo a lanzar ningún ataque contra nadie. Pero no existe ningún derecho para ninguna persona, inclusive la policía, a simplemente matar a alguien — y sí existe un derecho y deber de defender y proteger la gente contra los ataques injustos a sus derechos, y a su propia vida.
Imagínese si, en estos diferentes tipos de situaciones, hubiera una fuerza de revolucionarios con núcleo sólido, incluidos los jóvenes básicos, cuya presencia en una formación disciplinada y organizada dejara en claro que no se iban a tolerar ataques injustos a las personas. Pero es necesario que esto no simplemente se imagine — hay que desarrollarlo como una parte importante del proceso general de prepararse para una revolución, y acumular fuerzas organizadas para ella.
Hay que emprender este proceso de manera seria y científica — sin intentar, en ningún momento dado, hacer lo que aún no existe una base para hacer, pero con un trabajo activo para crear las condiciones en las que lo que antes no era posible, se vuelva posible, a medida que las filas organizadas de la revolución sigan creciendo y fortaleciéndose como una fuerza disciplinada. Emprendido de esta manera, este proceso puede tener un efecto cada vez más dinámico — con “reverberaciones” e impacto mucho más allá de la situación inmediata, atrayendo a más personas a esta revolución... lo que, a su vez, hará que sea posible ejercer un impacto aún más grande.... y atraer a fuerzas aún más grandes.
Todo esto es una parte importante del enfoque general que he explayado en el curso de este discurso, que pondrá condiciones para que sigan creciendo las que hoy son las pequeñas fuerzas organizadas de esta revolución —cada vez más a pasos agigantados— en fuerzas numéricas y en fuerza organizada e impacto sobre la sociedad en su conjunto. Es necesario retar a cada vez más personas y posibilitar que se conviertan en parte de este proceso.