Hay un conflicto muy agudo ahora dentro de Estados Unidos sobre si se puede siquiera hablar de la historia de la esclavitud de alguna manera concreta, con ataques y esfuerzos de los fascistas supremacistas blancos para callar cualquier discusión seria de este tema, y especialmente de sus horrores concretos, siendo un eje particular de este conflicto la educación pública. A veces estas personas de hecho ¡dicen que la esclavitud no era tan mala! — o insisten: “Ah, la esclavitud, eso pasó hace mucho tiempo. Yo no tenía nada que ver con eso. Eso ya pasó, desde hace mucho. No tiene nada que ver con lo que está pasando ahora. Ya dejen de quejarse de cosas que ya desde hace mucho pasaron y se acabaron”. Pero cuando hablamos de Estados Unidos, por horrorosa que era la esclavitud en realidad, no se trata de la esclavitud como parte de la historia antigua nada más.

En 2003, abrí el discurso Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es hablando de las “postales del ahorcado”, que se refiere a la primera estrofa de una canción de Bob Dylan. Piensen en la verdadera historia de Estados Unidos. Piensen en lo que ocurría durante casi 100 años, después de la conclusión de la Guerra Civil y el período muy breve de la Reconstrucción, en la en que se dio un intento de permitir que el pueblo negro ganara algunos derechos concretos — situación que se echó por tierra y revocó con el nacimiento del Ku Klux Klan y el terror sistemático en el Sur, lo que la clase dominante entera de Estados Unidos aceptó, e institucionalizó, como parte del “compromiso” que hicieron en los años 1870. Piensen en lo que esto significa: Durante casi 100 años, no solamente fueron linchados miles de negros, sino que muchos blancos se congregaron en masa en muchos de estos linchamientos, en un ambiente festivo de día de campo. Y después, cuando los cuerpos quedaron ahorcados y a menudo quemados, muchos de estos blancos se les acercaban y cortaban partes de cuerpo de la persona linchada, como recuerdos, en un ambiente de carnaval.

¿A esto se refiere Biden cuando dice que Estados Unidos ha servido de inspiración para el mundo? (Recientemente dijo que Estados Unidos ha servido de inspiración para el mundo durante más de 200 años — período que abarca la esclavitud, con sus horrores muy reales, así como la segregación “Jim Crow”, el terror del Ku Klux Klan y los miles de linchamientos a los que he aludido aquí.)

Y eso no es todo. Se tomaban fotos y se confeccionaron tarjetas postales que se vendían por todo el país — postales de los linchamientos. Piensen en lo que eso significa.

Por lo que respecta a la depravación, no podemos encontrar nada de lo que hicieron Hitler y los nazis que era peor que eso. El Dr. Mengele nazi iba a los campos de concentración y hacía experimentos grotescos en los cuerpos de judíos presos ahí. Y eso es horrible. Es parte de una de las peores atrocidades en la historia de la humanidad, el Holocausto (la matanza sistemática de millones de judíos por los nazis). Pero, una vez más por lo que respecta a la depravación, incluso después de la esclavitud, lo que ocurría durante casi 100 años en este país no es menos horroroso —cabe en la misma categoría con las atrocidades nazis— mientras siempre nos dicen que “este es el país que tiene la mayor grandeza en el mundo, este es el líder del mundo libre, es una fuente de inspiración para la gente del mundo entero”.

Y el trato al pueblo negro en particular en Estados Unidos, así como lo de la eugenesia que surgió en este país —la que promovía la idea de que no se debe permitir que reproduzcan las personas consideradas “inferiores” de una forma u otra, incluidas las personas deshabilitadas, porque degradaba la calidad de la población humana— esa eugenesia y ese racismo genocida en Estados Unidos servían de modelo para lo que hicieron los nazis, en particular a los judíos. Piensen en eso: al tiempo que nos dicen de la gran inspiración que ha sido este país… al parecer era una gran inspiración para los nazis.

Y ni eso es todo. Aún tras la eliminación del sistema “Jim Crow” de segregación y discriminación sistemática que tenía su centro en el Sur pero que en realidad existía por todo el país durante casi 100 años —incluso tras el fin de esa segregación y discriminación legal abierta, con todo su terror—, sigue la horrorosa opresión del pueblo negro, así como de otra gente de color.

Hoy, en vez de los Ku Klux Klan vestidos de sotana y capucha blancas, ahora son los agentes de policía vestidos de azul (aunque quizá algunos de ellos todavía estén metidos en el Ku Klux Klan) los que asesinan a negros una y otra vez, así como a latinos e indígenas. Es un hecho que desde 1960, más negros fueron asesinados por la policía que los miles de negros linchados en el período después de la Guerra Civil hasta 1960. Y eso, junto con la encarcelación en masa, en particular de negros y también de latinos, es una concentración de su opresión general.

Por fin, desde los años sesenta ha surgido una oposición a nivel de toda la sociedad a toda esta atrocidad racista — una oposición en la que grandes números de blancos, y otros, especialmente jóvenes, acompañaron a las masas del pueblo negro. Pero, a pesar de esa oposición tan masiva —lo que se ha expresado repetidamente, una vez más de manera masiva en 2020—, la opresión y terror racista, efectivamente de dimensiones genocidas, sigue y sigue. ¿Por qué? Porque están integrados en este sistema del capitalismo-imperialismo, que gobierna en Estados Unidos y domina al mundo en su conjunto.

Esta es la realidad de un país y un sistema los cuales, según nos dicen, debemos celebrar como una gran inspiración. Y esto es sólo una parte de los horrores de este sistema — al mismo tiempo que es, de un sentido concreto, una concentración de esos horrores.

¡¿Cómo podría negar cualquier persona decente que necesitamos una revolución para derrocar este sistema?!

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