Entrevistador: Además de la migración en masa provocada por guerras y conflictos, el caos climático es un importante factor impulsor; y, no obstante, no existen leyes o políticas internacionales concretas para lidiar con los refugiados climáticos.
¿Cómo tomará en cuenta un nuevo comunismo a los migrantes y refugiados?
BA: El imperialismo está estrechamente relacionado con la “crisis de los refugiados” más amplia: Estados Unidos está apuntalando a regímenes brutalmente represivos y está patrocinando a “escuadrones de la muerte” en su llamado “patio trasero” en América Central; la agroindustria imperialista y los acuerdos comerciales fraguados por Estados Unidos como el TLCAN arruinan la agricultura de subsistencia; invasiones y ocupaciones encabezadas por Estados Unidos, tales como en Afganistán e Irak, han diezmado y desestabilizado sociedades y economías; rivalidad imperialista en Siria y Libia. Y ahora se tiene la invasión rusa a Ucrania, que está generando millones de refugiados ucranianos — una guerra que también se caracteriza por la creciente injerencia de Estados Unidos y sus “aliados” en armar y de otras formas ayudar a las fuerzas armadas de Ucrania, y el creciente peligro de un enfrentamiento militar directo entre Estados Unidos-la OTAN y Rusia, con consecuencias potencialmente catastróficas que representarán una amenaza existencial para la humanidad.
Se proyecta que durante los próximos 30 años, unos 200 millones de “refugiados climáticos” huirán de los fenómenos meteorológicos extremos y de la degradación ambiental en marcha. Unos ocho millones de personas sufren actualmente de inseguridad alimentaria en el “corredor árido” que se extiende desde el sur de México a través de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.
Los imperialistas no tienen respuestas a esta situación, aparte de otros horrores: detenciones brutales, campos de detención de miseria y crueldad indescriptibles, separaciones de familias, control fronterizo que engendra redes de tráfico de migrantes que se transforman en tráfico para trabajos forzados y explotación sexual.
Tienes toda la razón en que no existen leyes y protecciones internacionales que lidien con esto, es decir, de una manera seriamente humanitaria. Las leyes vigentes son las leyes de los dominadores imperialistas del mundo: regular y militarizar las fronteras para salvaguardar los intereses imperiales y súper-explotar a los inmigrantes que sí cruzan hacia los territorios imperialistas y que son obligados a “vivir en la sombra” sin derechos. Es una manifestación de nuestros tiempos que la frontera entre Estados Unidos y México y el Mediterráneo se han convertido en cementerios para migrantes y refugiados, que los campos de refugiados se han convertido en terrenos de reclutamiento para el “comercio sexual” global.
El programa chovinista de tachar de chivos expiatorios, etiquetarlos y aplicarles el genocidio apuntado contra los inmigrantes ha sido un punto central de movilización del movimiento fascista y del régimen fascista de Trump y Pence en Estados Unidos (y fuerzas fascistas similares en otros países). Los fascistas han aprovechado el aumento del número de personas desterradas de los países del tercer mundo que han emigrado a Estados Unidos y a países de Europa —quienes en muchos casos traen consigo tradiciones religiosas y otras expresiones culturales significativas que son distintas a lo que ha sido la “cultura tradicional” predominante, y en algunos casos efectivamente la “cultura tradicional” singular— a fin de promover la xenofobia como importante elemento y fuerza impulsora de crecientes movimientos fascistas.
En oposición a todo eso, como se explaya en la Constitución de mi autoría:
La Nueva República Socialista en América del Norte tiene la orientación de darle la bienvenida a los inmigrantes de todo el mundo quienes tengan un deseo sincero de contribuir a las metas y objetivos de esta República, según lo establecido en la presente Constitución y en las leyes y políticas que se establezcan y se promulguen en conformidad con la presente Constitución. [Artículo II, Sección 3,H]
Y en ella también se detallan políticas concretas que expresan vivamente esta orientación básica.
Por supuesto, no es posible resolver las condiciones severas y cada vez más desesperadas de las masas de personas que son obligadas, y cada vez más serán obligadas, a migrar no solo dentro de los países sino a lo largo del mundo, únicamente con las políticas y acciones de ningún país en particular, incluso la sociedad liberadora prevista en esta Constitución. Esta es otra dimensión importante de por qué la orientación fundamental del nuevo comunismo, y de la sociedad socialista que se propone crear por medio de una revolución, es internacionalista, y hacer avanzar la lucha revolucionaria contra el dominio del imperialismo capitalista, y contra todas las fuerzas opresoras, en todo el mundo, tiene que ser la orientación más básica de esa nueva sociedad. Y esta orientación fundamental no meramente se proclama, ni meramente debe proclamarse, sino que de hecho hay que manifestarla vivamente en las políticas y acciones prácticas de las fuerzas revolucionarias y de la sociedad radicalmente nueva y emancipadora la que están luchando por crear. Al mismo tiempo, una vez más, la revolución en Estados Unidos, mediante el derrocamiento de esta tan poderosa clase dominante capitalista imperialista, asestará un tremendo golpe y brindará inspiración a los miles de millones de personas amargamente oprimidas en el mundo y a todos aquellos, en todas partes, que anhelan un mundo sin el dominio de explotadores y opresores y sin el tremendo sufrimiento que éstos infligen a las masas de la humanidad y sin la amenaza existencial que su sistema representa para el futuro de la humanidad.