La historia se caracteriza por períodos extendidos de cambio aparentemente gradual, interrumpidos por ráfagas de turbulencia y puntos de viraje que alteran la historia mundial de manera radical. El viejo orden se deshilacha y se desgarra. A menudo, con guerras mundiales y revoluciones reales.

Estamos viviendo en medio de unos de esos momentos. El futuro de la humanidad pende de un hilo.

El genocidio cae del cielo sobre Palestina con el apoyo total del gobierno de ustedes. Más de veintitrés mil palestinos masacrados. La inanición, enfermedades y el invierno helado acechan a los sobrevivientes. 

Las guerras de este sistema se propagan, mientras su funcionamiento cotidiano aplasta vidas y destruye espíritus a nivel mundial.

Este sistema acecha a la humanidad con amenazas existenciales: una guerra nuclear y el calentamiento global. El petróleo y el gas alimentan las economías mundiales mientras la “energía verde” es presa a las máximas de las ganancias y otros imperativos que impulsan este sistema del capitalismo-imperialismo.

El capitalismo-imperialismo es un sistema mundial que está arraigado en relaciones económicas explotadoras, relaciones sociales y políticas opresivas, de la dominación de naciones, pueblos y géneros enteros — y de las anticuadas ideas y la moral correspondientes, e impone todo ello. No es posible reformar este sistema. Hay que derrocarlo.

“Necesitamos una revolución. Cualquier otra cosa, en última instancia, es una tontería”. — Bob Avakian

Aquí, en Estados Unidos, la polarización y las divisiones son infranqueables. El centro casi no se mantiene, y los de arriba —demócratas y republicanos— se desgañitan entre sí.

Se trituran las normas democráticas liberales. Las instituciones gobernantes “respetadas” como la Corte Suprema pierden legitimidad. Otras, como el Congreso, son una farsa fascista. Las nociones sagradas de esforzarse por una “unión más perfecta” parecen delirantes, y en cambio, se habla de una guerra civil en ciernes.

Los propios campus universitarios están divididos. Protestas justas contra el genocidio en Gaza avalado por Estados Unidos hieren a los opresores e inspiran al mundo. Cacerías de brujas por parte de fascistas, de la mano con exalumnos multimillonarios reaccionarios, vilipendian a los estudiantes y derriban a presidentes universitarias, equiparando el antisionismo justo con el antisemitismo tóxico. Los fascistas se pavonean por haber “arrancado la cabellera” negra a Claudine Gay de Harvard, acusándola del supuesto “plagio”, alborotando la rabia supremacista blanca de los MAGA (siglas en inglés de “Hacer que Estados Unidos Vuelva a Tener Grandeza”) y represalias anti intelectuales. 

Por todas partes, fascistas violentos MAGA merodean y cobran iniciativa, en una lucha por imponer la supremacía blanca abierta, la xenofobia antiinmigrante, la esclavización teocrática fundamentalista cristiana de las mujeres y el terror anti-LBGTQ. Al borrar derechos básicos como el aborto, los fascistas MAGA procuran amarrar a martillazos su visión de pesadilla, sea tras un triunfo “legítimo” en las elecciones de 2024, en el caso de que se celebren, o por la violencia extralegal. 

“Todo esto es la realidad y nadie puede escapar a esta realidad. O la cambiamos radicalmente, de manera positiva, o todo cambiará de manera muy negativa...” — Bob Avakian

Y aquí hay algo lo que muchas personas no ven, pero que Bob Avakian ha analizado: Esta realidad fea y peligrosa también conlleva una oportunidad mayor de una REVOLUCIÓN REAL.

No es posible resolver las escisiones cada vez más antagónicas en el seno de la clase dominante, el desenmarañamiento social y la trituración de las normas aglutinantes y las profundas divisiones arraigadas en la fea historia de Estados Unidos, dentro del marco que ha mantenido la articulación de Estados Unidos desde poco después de la Guerra Civil. ¡Dos países no pueden continuar dentro de uno solo indefinidamente! Por todas estas razones, nos encontramos en un momento poco común cuando ¡se realza la posibilidad de hacer una revolución emancipadora real!

Cuando los amos de los esclavos se pelean entre sí, se abre una brecha mucho más grande ¡para que los esclavos irrumpan al paso y se liberen!

Ya no es el momento de conformarnos con tropos electorales como “el menor de dos males”, o de luchar desesperadamente por la preservación del pasado. ¡NO! Lo que hace falta es hacer caer todo el armazón monstruoso, derrocar el sistema entero del capitalismo-imperialismo al cual lo representan tanto los demócratas criminales de guerra como los republicanos fascistas. Este es nuestro momento, de los millones y millones de los cautivos y súbditos de este sistema —los amargamente oprimidos y todos aquellos a los que les repugne el orden actual— para tener una oportunidad de una forma mucho mejor de vivir.

Esta opción es para ahora, ante una temporada electoral de 2024 que se perfila como algo decisivo. NO por las “opciones” actuales que el sistema ofrece, entre el Genocida Joe y el fascista MAGA Trump, sino porque es probable que por medio de eso, se intensifiquen las escisiones profundas entre ellos — y por toda la sociedad. Las tormentas que se aproximan sacudirán cada vez más la sociedad —y la vida de todos— y echarán por tierra cada vez más las falsas ilusiones mortales de la “normalidad”. Para tener una verdadera oportunidad de influenciar y dirigir a millones de personas hacia el camino de arrancar un futuro emancipador a todo esto, hace falta una fuerza creciente y organizada para la revolución AHORA, que la propague y luche para hacerla avanzar.

Esta revolución entra en lid con una gran fortaleza que nunca ha existido en la historia: la dirección de Bob Avakian (BA), el pensador y líder revolucionario más importante en el mundo de hoy, el arquitecto de un marco totalmente nuevo de emancipación humana, el nuevo comunismo.

BA es amado, y es odiado, y por las mismas razones — más que todo, porque se ha entregado, sin transigir, por una revolución real, contra todos los atajos, medidas indecisas y callejones sin salida los que enmarañan a los “movimientos sociales” en la actualidad.

Si usted tiene seriedad, quiere saber: ¿De verdad se necesita una revolución, con todo lo que esto encierra? ¿Qué va a reemplazar esto? ¿Cómo se podría derrotar este sistema poderoso con su aparato represivo? ¿Cómo podríamos cobrar fuerzas rápidamente desde los pocos que somos hoy hasta los millones de personas revolucionarias y los miles de fuerzas organizadas que hacen falta?

Para comenzar, vea sus entrevistas recientes (youtube.com/therevcoms). En estas entrevistas, BA se abre el corazón y comparte su vida, su método científico y estrategia revolucionaria, su programa, para que todos aprendamos y actuemos sobre ello. El nuevo comunismo de BA rompe decisivamente con la idea tóxica de que “el fin justifica los medios”. BA insiste en que nuestros métodos y moral revolucionarios concuerden en toda su extensión con el objetivo final de la emancipación completa. La humanidad de este camino, y la humanidad de esta persona —BA— brillan en estas entrevistas. ¡Nos enorgullecemos de llamarlo nuestro líder!

BA escribió la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, una visión y plano concreto para una sociedad radicalmente diferente. Nunca ha existido un documento fundador y gobernante como esta Constitución. Es un futuro por el cual vale la pena luchar.

Con un sistema económico, político y social radicalmente diferente, esta Constitución establece el marco para superar siglos de opresión, explotación y divisiones sociales antagónicas, como parte de un proceso mundial. Al sacar lecciones de una amplia gama de la experiencia social humana, desencadenará y fomentará un disentimiento, efervescencia intelectual y política y participación de masas sin precedentes en la búsqueda de la verdad y como parte de cambiar el mundo de manera radical y emancipar a la humanidad. El método y enfoque cabalmente científico del nuevo comunismo de BA —y esta Constitución— son importantes avances necesarios que sientan las bases, el enfoque y las políticas para resolver obstáculos y contradicciones espinosos sobre este camino.

Esto difiere radicalmente a la Constitución estadounidense. Engendrado en la esclavitud de los negros y el genocidio contra los pueblos indígenas, aquel documenta consagra una perspectiva de los explotadores sobre la libertad, y los explotadores lo utilizan para dictar sobre nosotros, y para explotar y dominar a la gente del mundo, al día de hoy.