16 de julio de 2002, Oakland, Tennessee. Captado en video: policías tiran la puerta abajo a patadas y persiguen a Brandon Calloway, un joven negro, a través de la casa. Sin piedad, le dan una golpiza brutal con porras y descargas de pistola eléctrica Taser. ¿El “delito”? Ser un hombre negro que supuestamente no se detuvo en una señal de alto y luego se alejó a 32 millas por hora (51 km/hr) en una zona de 20 millas por hora.
¿Quién es Brandon Calloway? Este hombre de 25 años había jugado béisbol desde que tenía tres años y hasta la escuela secundaria, donde se destacó académicamente. Era miembro de la Sociedad Nacional de Honor apasionado por la ingeniería y se graduó de la Universidad de Tennessee el año pasado con una licenciatura en ingeniería eléctrica. Produce música y dirige su propio negocio.
Pero para los cerdos policías, Brandon Calloway era solo un “hombre negro corriendo”. Un video muestra a los policías siguiéndolo cuando entra en la casa de su padre. Uno está balanceando un bastón, otro tiene un arma desenvainada.
Después de que la policía derribó la puerta de la casa, la novia de Calloway capturó en video lo que sucedió: los cerdos se precipitan y persiguen a Calloway por un tramo de escaleras y Calloway intenta esconderse detrás de un sofá. Los policías le disparan con el Taser y él corre escaleras abajo. Los policías continúan persiguiéndolo y luego lo golpean y le disparó otra vez con el Taser. En el video, se escucha a una mujer gritando, rogándoles a los policías que “dejen de golpear” a Calloway y preguntándoles: “¿Por qué lo persiguen y lo golpean? No tiene arma. No hay arma”. Se escucha a Calloway gritar: “¡Estoy sangrando!”
Los cerdos arrojan a Calloway al suelo, boca abajo, y lo esposan. Un cerdo pone su bota en el cuello de Calloway. Una mujer grita: “Quítate de su cuello”. Al ver el video, no se puede evitar pensar en el cerdo de Minneapolis que asesinó a George Floyd poniendo su rodilla en el cuello de Floyd mientras sus compañeros policías ayudaban en el asesinato y mantenían alejados a los transeúntes. Más tarde, después de ver el video de su maltrato, Brandon Calloway dijo: “Es un poco difícil de ver. Pero es gratificante… saber que quedó grabado en video”.
Después de la golpiza, Calloway fue arrestado, detenido y acusado de evadir el arresto, alteración del orden público, no detenerse en una señal de alto y exceso de velocidad.
Andre Wharton, el abogado de Calloway, describió lo que le sucedió a su cliente, que mide aproximadamente 1,65 metros y pesa unos 55 kilogramos, como “despiadado e intolerable”. Él dijo: “No tratamos a los animales así; pero ciertamente no tratamos a los seres humanos así… tienes un oficial, apenas dos años después del incidente de George Floyd, que está poniendo su pie en el cuello de un sospechoso claramente inmovilizado en ese momento”.
Calloway necesitó puntos en ambos lados de la cabeza y tenía heridas “por todo” el cuerpo. Continúa sufriendo “dolores de cabeza y de ojos constantes”, tiene problemas para concentrarse y de su memoria, y dice que se ha sentido fuera de contacto con la realidad. Dice: “Sigo preguntando a la gente si esto es un sueño... Realmente estoy traumatizado”. El padre de Calloway, Edward Calloway, dijo que su hijo tiene un “trauma psicológico severo”.
Una y otra vez, los policías de Estados Unidos justifican su brutalidad y terror contra las personas diciendo que “temían por sus vidas” y, de manera similar, los cerdos que brutalizaron a Calloway afirmaron que “había metido la mano en su bolsillo”. Los cerdos ni siquiera afirman haber visto un arma real mientras perseguían a Calloway, pero lo golpearon hasta dejarlo ensangrentado y luego lo arrestaron con cargos descaradamente falsos. Los verdaderos criminales aquí son los cerdos salvajes y todo el sistema al que sirve y protege la policía.