Bob Avakian escribe que una de las tres cosas que tiene “que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor: Las personas tienen que reconocer toda la historia propia de Estados Unidos y su papel en el mundo hasta hoy, y las correspondientes consecuencias terribles”. (Ver "3 cosas que tienen que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor").
En ese sentido, y en ese espíritu, “Crimen yanqui” es una serie regular de www.revcom.us. Cada entrega se centrará en uno de los cien peores crímenes de los gobernantes de Estados Unidos, de entre un sinnúmero de sanguinarios crímenes que han cometido por todo el mundo, de la fundación de Estados Unidos a la actualidad.
La lista completa de los artículos de la serie Crimen Yanqui
EL CRIMEN
El 15 de septiembre de 1963, una bomba explotó antes de los servicios dominicales matutinos en la Iglesia Bautista de la Calle 16 en Birmingham, Alabama. La bomba la plantaron miembros locales del Ku Klux Klan (KKK). Cuatro niñas murieron y otras veinte personas resultaron heridas.
En los momentos justo antes de las muertes, las niñas charlaban alegremente y enderezaban sus elegantes vestidos blancos. Era el Día de la Juventud y la emoción llenaba el aire; ellas iban a participar en el servicio dominical para adultos. Addie Mae Collins, de 14 años, y Denise McNair, de 11 años, se preparaban para cantar en el coro de la iglesia. Carole Robertson y Cynthia Wesley—ambas de 14 años —iban a ser acomodadoras. Addie Mae ayudaba a Denise a atar la faja del vestido. Pero antes de que ellas pudieran terminar, la bomba estalló. Se dio minutos antes de las 11, con efecto de tumbar los miembros de la congregación al suelo. Cuando la bomba explotó bajo las escalinatas de la iglesia, los fieles buscaron seguridad debajo de los bancos y se protegieron unos a otros de los escombros que caían. En el sótano, las cuatro niñas resultaron muertas. Sarah Collins, la hermana de Addie, sobrevivió, pero perdió un ojo en la explosión.
La indignación por el incidente y el enfrentamiento violento que siguió entre las personas que protestaban por el atentado y la policía que trataba de reprimirlas atrajo la atención nacional sobre la ardua y a menudo peligrosa lucha por la justicia para los afroamericanos, lo cual no solo continuó por las siguientes décadas, sino que se intensificó de muchas maneras. Dos menores afroamericanos más murieron en las protestas, y al final la Guardia Nacional fue movilizada para “restaurar el orden.”
El dinamitazo contra la Iglesia Bautista de la Calle 16 ocurrido el 15 de septiembre de 1963 fue el tercer ataque con bomba en 11 días, después que una corte federal ordenara la integración del sistema escolar de Alabama.
Al enterarse del atentado con bomba a la iglesia, el reverendo Martin Luther King Jr. envió un telegrama al gobernador de Alabama George Wallace, un acérrimo y declarado segregacionista, diciéndole abiertamente: “Usted tiene las manos manchadas de la sangre de nuestras niñas pequeñas”. El brutal ataque y la muerte de las cuatro niñas sacudieron a la nación y llamaron la atención internacional sobre la violenta lucha por los derechos civiles en Birmingham. Muchos blancos estaban tan indignados por el incidente como los negros y ofrecieron servicios y condolencias a las familias. Más de 8.000 personas acudieron al funeral de las niñas en la Iglesia Bautista de la Sexta Avenida, del Reverendo John Porter.
La injusticia racial en Birmingham y en Estados Unidos en 1963
A lo largo del movimiento de derechos civiles de las décadas de 1950 y 1960, Birmingham fue un sitio importante de protestas, marchas y sentadas que a menudo se toparon con la brutalidad policial y la violencia de parte de ciudadanos blancos. Era tan común que los supremacistas blancos pusieran bombas caseras en hogares e iglesias que a la ciudad a veces se le decía “Bombingham”.
En los meses previos al dinamitazo en la Iglesia Bautista de la Calle 16, Birmingham se había convertido en el punto focal de la lucha por los derechos civiles. La ciudad estaba muy familiarizada con la violencia racial. Tanto los afroamericanos como los blancos moderados habían sido aterrorizados durante mucho tiempo por el KKK.
Años atrás, el ministro de Birmingham Fred L. Shuttlesworth fundó el Movimiento Cristiano por los Derechos Humanos en Alabama (ACMHR) para enfrentar directamente al racismo y la segregación en la ciudad. En la primavera de 1963, el grupo de Shuttlesworth unió fuerzas con el Dr. Martin Luther King Jr. y su Conferencia de Liderazgo Cristiano del Sur (SCLC), la organización más grande y más conocida que luchaba por igualdad de derechos en ese momento. Juntos, los dos hombres formularon un plan que convocaba a protestas por meses para poner fin a la segregación en Birmingham.
En mayo de ese año, después de semanas de marchas, sentadas, boicots, huelgas de buses y vigilias de oración por la comunidad negra, se alcanzó un acuerdo entre los líderes del gobierno local, los empresarios blancos, los líderes afroamericanos y grupos de derechos civiles. La ciudad ahora comenzaría a trabajar activamente hacia la integración. El acuerdo no cayó bien a los segregacionistas, entre los más violentos de los cuales se encontraba el notorio KKK.
Los disturbios estallaron durante los meses de verano, y cada noche los noticieros revelaron al resto de los Estados Unidos hasta qué punto los racistas del Sur como el Gobernador George Wallace y el Comisionado de Seguridad Pública de Birmingham, Eugene “Bull” Connor, lucharían para mantener segregado al Sur.
¿Por qué esa Iglesia?
La Bautista de la Calle 16 era una iglesia grande y prominente ubicada en el centro de la ciudad, a pocas cuadras del distrito comercial de Birmingham y del Ayuntamiento. Desde su construcción en 1911, la iglesia había servido como pieza central de la comunidad afroamericana, como centro social y sala de conferencias que también sirvió como lugar de reunión para líderes de derechos civiles. Debido a su tamaño, ubicación e importancia para la comunidad, la iglesia sirvió como sede para reuniones y manifestaciones de masas de derechos civiles a principios de la década de 1960.
Los miembros del KKK habían llamado rutinariamente con amenazas de bomba con la intención de interrumpir las reuniones de derechos civiles y los servicios religiosos en la iglesia. En abril de 1963, Birmingham era la ciudad más segregada de los Estados Unidos. Precisamente por esta reputación como bastión de la supremacía blanca, los supremacistas blancos respondieron con violencia cuando por fin Birmingham empezó a reconocer la injusticia racial. Los miembros del Klan quienes hicieron explotar la bomba querían aterrorizar a la comunidad negra y mantener la supremacía blanca en un momento en el que la segregación legal estaba bajo ataque en el país.
Nunca se hizo justicia
La oficina del FBI en Birmingham inició de inmediato una investigación, pero tardó hasta 1965 para que el jefe del FBI en Birmingham escribiera un memorando a J. Edgar Hoover en que señaló a cuatro hombres —Thomas Blanton, Robert Chambliss, Bobby Frank Cherry y Herman Cash— como los principales sospechosos por este atentado con bomba. La investigación finalizó en 1968 sin presentar ninguna acusación. Aunque Chambliss fue condenado por poseer explosivos, no se presentaron cargos en la década de 1960 por el atentado con bomba a la iglesia.
En 1971, el fiscal general de Alabama, Bill Baxley, recién elegido, reabrió el caso, solicitando evidencia al FBI y ganando la confianza de los testigos que se habían mostrado renuentes a testificar. Los investigadores descubrieron que, si bien el FBI había acumulado evidencia contra los atacantes, por órdenes de Hoover ellos no habían divulgado las pruebas a los fiscales del condado y nadie fue acusado. Robert Chambliss fue declarado culpable de asesinato el 14 de noviembre de 1977; sin embargo, pasarían décadas antes de que los otros sospechosos fueran juzgados por sus crímenes. Herman Cash murió en 1994, sin haber sido procesado nunca por el asesinato de las cuatro niñas.
LOS CRIMINALES
El KKK: Thomas Blanton, Robert Chambliss, Bobby Frank Cherry y Herman Cash. Los cuatro eran miembros de los Chicos del Puente del Río Cahaba del Este de Birmingham, un grupo disidente del capítulo Eastview Klavern #13 del Ku Klux Klan.
George Wallace, el entonces gobernador de Alabama, un segregacionista confeso, declaró lo siguiente en su toma de posesión en enero de 1963: “Segregación ahora, segregación mañana y segregación para siempre” y creó el clima que llevó a los asesinatos. Luego, una semana antes del atentado, Wallace dio una entrevista al New York Times, en la cual dijo que creía que Alabama necesitaba “algunos funerales de primera clase” para parar la integración racial. Wallace fue uno de los principales enemigos de la desegregación, y Birmingham tuvo uno de los más fuertes y violentos capítulos del Ku Klux Klan (KKK) con su apoyo. Wallace formó toda su carrera política sobre la supremacía blanca y la segregación y fue elegido cuatro veces gobernador de Alabama. Después del ataque con bomba a la iglesia Bautista de la Calle 16, el Gobernador Wallace envío la policía y la policía estatal para dispersar a los manifestantes justamente enfurecidos. En los choques resultantes, los manifestantes no retrocedieron. Muchos fueron arrestados y dos jóvenes afroamericanos resultaron muertos. Luego se movilizó a la Guardia Nacional para suprimir las protestas.
Eugene “Bull” Connor, el comisionado de policía del municipio, un demócrata sureño, era un firme defensor de las políticas sociales racistas y tenía triste fama por su disposición a utilizar la brutalidad contra manifestantes radicales, sindicalistas y ciudadanos negros. Connor, a cargo de la policía y los bomberos de la ciudad, apoyó al Ku Klux Klan cuando atacaron a los luchadores negros por la libertad
En la primavera de 1963, los departamentos de policía y bomberos de Connor, compuestos cien por ciento de blancos, estaban cada vez más ansiosos por esta presencia de los negros en las calles de Birmingham y arrestaron a King y a otros líderes negros. Durante la primera semana de mayo, Connor ordenó que usaran mangueras contraincendios de alta presión y perros policías contra los manifestantes, e incluso desplegó un tanque blindado armado del departamento de policía. Las famosas imágenes de estos encuentros borraron de una vez para siempre la imagen de Birmingham como el “Pittsburgh del Sur”.
J. Edgar Hoover, jefe del FBI. A pesar de haber sido informado de los cuatro sospechosos del atentado de 1965, Hoover bloqueó formalmente todo proceso federal pendiente de los sospechosos, y se negó a divulgar a los fiscales estatales o federales toda evidencia que sus agentes hubieran obtenido. En 1968, el FBI cerró formalmente su investigación sobre el atentado, sin presentar cargos contra ninguno de los sospechosos nombrados. El archivo fue sellado por orden de Hoover.
LA COARTADA
Cuando Hoover se enfrentó a personas que buscaban justicia por los asesinatos, él justificaba la inacción del FBI diciendo: “La posibilidad de un proceso en una corte estatal o federal es remota”.
EL VERDADERO MOTIVO
Entre 1525 y 1866, 12.5 millones de personas fueron secuestradas desde África y enviadas a las Américas por medio del comercio transatlántico de esclavos. Solo 10.7 millones sobrevivieron al horroroso viaje de dos meses.
Los afroamericanos han soportado siglos de esclavización, explotación y desigualdad. Cuandoquiera que se pusieran de pie contra la crueldad y exigieran justicia, se enfrentaban a contramedidas opresivas de estadounidenses supremacistas blancos y racistas, de la forma más brutal y violenta.
La inmensa brutalidad contra las personas esclavizadas en su vida cotidiana se refleja vívidamente en la llamada historia orgullosa de los Estados Unidos. El atentado con bomba a la Iglesia Bautista de la Calle 16 de Birmingham es un ejemplo de esta crueldad, donde pequeñas niñas fueron dinamitadas a sabiendas y luego la multitud enfurecida por esos nefandos asesinatos fue silenciada por la fuerza de la Guardia Nacional. Los asesinos escaparon a la justicia por mucho tiempo. El FBI, el gobernador de Alabama y la Fiscalía General del Estado de Georgia se hicieron de la vista gorda ante el acto terrorista, y los perpetradores y todas las instituciones a cargo evadieron la responsabilidad.
Las disparidades raciales, económicas, y educativas están profundamente arraigadas en las instituciones de Estados Unidos. Aunque la Declaración de Independencia establece que “todos los hombres son creados iguales”, la democracia estadounidense ha excluido históricamente —y a menudo violentamente— a ciertos grupos. El racismo sistemático está profundamente arraigado en la sociedad estadounidense y el futuro del racismo en este sistema parece sombrío.
Referencias
Birmingham Church Bombing [Atentado con bomba a iglesia de Birmingham], History.com editores, actualizado el 25 de enero de 2021
“158 Resources to Understand Racism in America” [158 recursos para entender el racismo en Estados Unidos], Meilan Solly, revista Smithsonian, 4 de junio de 2020
“16th Street Baptist Church bombing” [Atentado con bomba a la Iglesia Bautista de la Calle 16], Chelsey Parrott-Sheffer, Britannica.com, 30 de julio de 2009
“Four Girls Forever Lost: 57 years ago, 16th Street Baptist Church bombing awakened nation to deadly consequences of hate” [Cuatro niñas perdidas para siempre: Hace 57 años, el atentado con bomba a la Iglesia Bautista de la Calle 16 despertó a la nación ante las consecuencias mortales del odio], Tafeni English, Southern Poverty Law Center, 15 de septiembre de 2020.
“4 Little Girls Died In The 16th Street Baptist Church Bombing In 1963. A 5th Survived” [Cuatro niñas rsultaron muertas en el ataque con bomba a la Iglesia Bautista de la Calle 16 en 1963. Una quinta sobrevivió], WBUR.org, 30 de abril de 2019
America Sees the Truth, an account of the 16th Street Bombing [Estados Unidos ve la verdad, un recuento del ataque con bomba de la Calle 16], entrada en el blog del Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana, Instituto Smithsoniano.
Eugene “Bull” Connor, Biography.com