El acaparamiento federal del poder en Washington, D.C. es un cambio que afecta al país entero, pues se ha dado la realidad peligrosa de que un tirano ha desplegado a tropas armadas en las calles de la capital. En Washington, D.C., se siente como una ocupación, al actuar contra la gente la migra y los agentes federales, y al disparar el número de tropas de la Guardia Nacional, algunas ya armadas. En zonas altamente transitadas y turísticas y cerca de los palacios del poder, la Guardia Nacional mantiene una presencia visible. Si andas de paseo en el malecón popular del Embarcadero un sábado por la noche, cada cinco minutos ves una bola de Guardias Nacionales o DEA y otros agentes federales.
En las comunidades, ICE les cae en cualquier momento, sembrando terror, agarrando a algún individuo, metiéndolo a fuerzas en un carro y llevándoselo. Agentes federales patrullan las estaciones del Metro a pie. Durante las tardes ponen retenes donde paran a conductores por detallitos como cristales tintados. En algunos vecindarios negros, patrullas del DPM (Departamento de Policía Metropolitano) quedan estacionadas en cada cuadra con las luces relampagueantes durante horas. En la noche, manadas de agentes federales y del DPM hostigan a residentes negros por sentarse en las gradas de su casa o caminar por la calle o jugar básquet, y los detienen por cositas como un vaso vacío que huele a alcohol.
Esta ocupación también ha provocado chispas de resistencia que no se daban antes. La resistencia en Los Ángeles allanó el camino para que las personas impidan que ICE y los agentes federales simplemente secuestren a las personas en las calles. Las marchas encabezadas por Refuse Fascism (Rechazar el Fascismo) han contribuido a un ambiente de negarse a aceptar esto. Y el movimiento Liberar DC, en pro de convertir a la capital en estado, ha activado a las personas a resistirse al acaparamiento del poder. Repetidamente, las personas graban cuando vean a los agentes de ICE y a veces les gritan. En una ocasión, se congregaron casi cien personas que exigían a los agentes de ICE que se fueran y les obligaron a abandonar el lugar. Han protestado en los retenes y han puesto letreros que advierten sobre retenes frecuentes y presencia de ICE. Organizaciones se han activado y dirigen pequeñas protestas, marchas, vigilias, patrullas, etc. Jolly Good Ginger, un veterano militar con muchos seguidores en las redes sociales, ha iniciado un plantón de veteranos que se niega a levantarlo hasta que no quiten a las fuerzas armadas de las calles, y aquellos veteranos vienen patrullando y hablando con las tropas de la Guardia Nacional sobre su derecho de desobedecer ordenes ilegales.
Tiktok en inglés: Varios veteranos exponen sus objetivos.
Si bien son menos los actos de resistencia directa a la represión contra la juventud y los vecindarios negros, sí se han dado algunos notables. Algunos jóvenes negros están posteando videos en que hablan contra la interrogación, registros y hostigamiento policiales ilegítimos al momento en que ocurran. Algunos han empezado a grabarse videos en que se burlan de los agentes federales por joder a la gente por cualquier cosita. Cuando Rechazar el Fascismo encabezó protestas y marchas a través de algunos de esos vecindarios, la respuesta abrumadora era de apoyo y alegría, y algunos residentes se sumaron en el acto.
El acaparamiento del poder por parte de Trump se ha hecho en nombre de combatir la delincuencia, aunque en la capital ha disminuido su índice anterior de delincuencia de manera significativa, a una menor a la de muchos “estados rojos”. El racismo real y flagrante que impulsa esta acaparamiento del poder se expresa a cada paso — al decir Trump que la policía debe “darles una paliza sonora” a las personas y al amenazar con ocupar otras ciudades con alcaldes negros y grandes poblaciones negras, al mismo tiempo que viene restaurando monumentos a la Confederación esclavista y destripando a museos, como una parte de restaurar por ley la supremacía blanca abierta, con todo el terror que eso implica.
La alcaldesa de Washington, D.C., Muriel Bowser, se inclinó ante Trump en una rueda de conferencia repugnante en que expresó su aprecio (¡!) del “aumento” de la policía federal por disminuir el índice de la delincuencia. Pese a sus intenciones, llevar a las personas a aceptar el argumento falso de que esto se trata de la delincuencia allana el camino para la represión tipo estado policial y violencia contra los negros y los inmigrantes. No es posible aplacar a un régimen fascista y acomodarse con él. A Trump, Miller y Bannon1 les impulsa una creencia arraigada en el racismo más vil y en la necesidad de vencer rápidamente a su oposición en el Partido Demócrata y las instituciones que lo apoyan, y a las masas de personas en su base, lo que requiere eliminarlos como fuerza política viable de manera rápida y despiadada. En cuanto a lidiar con fascistas de ese tipo, el camino ya está muy allanado, desde el acomodamiento a la cooperación, desde la cooperación a la complicidad, y de ahí a la traición total. Bowser tiene que abandonar a toda prisa ese camino con todas sus consecuencias feas.
Mientras tanto, otros en el gobierno capitalino están expresándose en contra de la conformidad de Bowser, como en concejal municipal que le dijo al Washington Post respecto a Bowser: “No sé qué estrategia sea esa, pero no es una estrategia que va a funcionar”.
Es urgente que se ponga claro que este acaparamiento del control no se trata de la delincuencia sino de instaurar la supremacía blanca abierta y un gobierno fascista. En este momento, los nuevos e-mensajes de Bob Avakian (REVOLUCIÓN #130 y #131) son un soplo de aire fresco y da una dirección muy necesitada; hace falta entrarles y repartirlos en todas partes.