El 28 de abril, el heroico proveedor de abortos, el Dr. LeRoy “Lee” Carhart, uno de los pocos médicos que practicaban abortos a mujeres en etapas avanzadas del embarazo en Estados Unidos, murió a los 81 años de cáncer del hígado. El Dr. Carhart fue un defensor abierto, desafiante y valiente de la capacidad de las mujeres para controlar su vida. Hasta las últimas semanas de su vida, continuó practicando abortos en sus Clínicas CARE para el Aborto y la Excelencia Reproductiva en Bellevue, Nebraska y Bethesda, Maryland.

En la escuela de medicina, el Dr. Carhart vio lo que significaba que las mujeres no tuvieran acceso al aborto seguro y legal, a solicitud. En una entrevista radiofónica con Sunsara Taylor en 2011, el Dr. Carhart explicó: “Empecé en un mundo donde el aborto no era legal. Cuando fui a la escuela de medicina en Filadelfia, eso fue antes de Roe contra Wade... Puedo recordar como residente de cirugía general y como estudiante de medicina, al trabajar en los departamentos de urgencias... donde me entrené y veía a la innumerable cantidad de mujeres jóvenes que pudieron sobrevivir el tiempo suficiente para llegar a la sala de urgencias y ser admitidas. Fui a las salas donde, en el mejor de los casos, las mujeres habían perdido su fertilidad y gran parte de su capacidad para ser normales, debido a colostomías y bolsas de orina, y sé qué tan desesperada e importante está el derecho a decidir para una mujer. Y sé dónde terminaremos si el aborto vuelve a ser ilegal”.

En 1985, el Dr. Carhart abrió una clínica médica de emergencia de servicio ambulante en Nebraska. Cuando una enfermera, que también era paciente, le pidió que le ayudara a practicar abortos, tomó capacitación avanzada y agregó el aborto como parte de su práctica: practicaba abortos a tiempo parcial. En 1991, el mismo día que Nebraska aprobó una ley que exigía que los padres de familia fueran informados cuando una menor solicitaba un aborto, se quemaron los edificios de su granja, lo que causó la muerte de 17 caballos, su gato y su perro, y la destrucción de la casa familiar. Recibió una carta que decía que esto se debía a que practicaba abortos.

Ante este asalto violento y peligroso, el Dr. Carhart redobló su determinación. Más tarde dijo con desafío y humor: “Querían que dejara de hacerlo de tiempo parcial, así que la única respuesta obvia fue que debería hacerlo de tiempo completo”.

En 2000, le dijo a Linda Greenhouse del New York Times: “Simplemente pensé, si dejo que esto me moleste, sabrán lo que se necesita para molestarme, y no voy a permitir que eso suceda”. La salud de las mujeres se convirtió en mi vida”. Luego pasó a entrenar a cientos de médicos en la práctica del aborto.

El Dr. Carhart enfrentó hordas de manifestantes contra el aborto y amenazas de muerte, pero nunca retrocedió. A fines de la década de 1990, comenzó a ayudar a su amigo cercano y colega, el Dr. George Tiller en Wichita, Kansas, a proveer abortos tardíos para mujeres con complicaciones del embarazo que amenazaban a la vida y anomalías fetales incompatibles con la vida. Después de que el Dr. Tiller fuera asesinado en 2009, el Dr. Carhart regresó después de solo una semana de duelo, decidido a brindar este servicio vital para las mujeres.

Reconoció la necesidad médica de los abortos y no pidió disculpas por lo que esto significaba para la vida de las mujeres. Cuando las fuerzas antiaborto lo llamaron “abortista” como una forma de ataque, él lo abrazó, dijo: “No tengo ningún problema en que me llamen abortista. Estoy orgulloso de ello. Debe ser una especialidad médica reconocida. Nos hemos dejado marginar durante demasiado tiempo”.

Sobre el nombre de su clínica que destaca la palabra “aborto”, dijo: “Nombré la clínica así porque aborto es una palabra, y no es una palabra mala. No estoy tratando de ser áspero, pero un tercio de todas las mujeres en Estados Unidos abortarán durante su vida, y no hay razón para no decir la palabra”. (La verdadera cifra es una de cada 4 mujeres, ¡pero su argumento se mantiene!)

En 2013, la gira “Viajeros por la Libertad Pro Derecho al Aborto” hizo una escala en la clínica del Dr. Carhart en Bellevue, Nebraska. El Viaje por la Libertad Pro Derecho al Aborto fue una gira organizada por Alto al Patriarcado, que recorrió los estados del Sur y el Oeste donde el aborto estaba bajo ataques más fuertes, a fin de ponerse de pie y defender el derecho al Aborto a Solicitud y Sin Pedir Disculpas. En la pared de su clínica colgaba una manta que decía “Dr. Carhart es un héroe”, con las firmas de personas que se convirtieron en participantes con Alto al Patriarcado que eran parte de la defensa de su clínica contra un asedio de los fanáticos antiaborto en 2011.

El Dr. Carhart tenía claridad acerca de lo que está en juego en la lucha por el aborto. En su entrevista de 2011 con Sunsara Taylor, dijo: “Nadie más que la mujer que se ha encontrado en esta situación tan desesperada puede entender la importancia de esta decisión...”. Al comentar por qué las fuerzas contra el aborto a nivel nacional están tan decididas a eliminar este derecho al aborto, dijo: “Los hombres quieren controlar la fertilidad de las mujeres y las mujeres saben qué tan importante lo es su vida para sí mismas. Creo que las mujeres de hoy no quieren ser ciudadanas de segunda clase. Quieren disfrutar de todos los derechos y privilegios que el mundo tiene para ofrecer. El objetivo de los ‘antis’ es negarles a las mujeres esos mismos derechos. [La negación del] aborto es un vehículo que están usando para causar un daño mucho mayor”.

Sunsara Taylor, co anfitriona de El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos! ha sido una luchadora de larga trayectoria por el derecho al aborto y la liberación de las mujeres. Desde mediados de los años 1990, ha venido haciendo sonar la alarma sobre la emergencia en torno al derecho al aborto y organizando protestas de masas para defenderlo. Al reflexionar sobre la vida del Dr. Carhart, dijo:

“El Dr. Lee Carhart era un héroe. Sabía que las mujeres necesitaban acceder al aborto para llevar una vida plena y saludable. Y entendía visceralmente que el motivo del asalto al derecho al aborto es un deseo de controlar y subordinar a las mujeres. El hecho de que él estaba dispuesto a arriesgarse a la vida para practicar abortos es un testimonio de su coraje y conciencia. Que haya tenido que hacer frente a este riesgo es una denuncia a la sociedad patriarcal en la que vivimos y al peligroso fascismo cristiano que está en ascenso. La anulación del derecho de las mujeres al aborto el año pasado por parte de la Corte Suprema repleta de fascistas hace que sea aún más urgente que las personas conozcan y emulen el legado de valentía y desinterés de Lee”.