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Primer acto: La modesta súplica de los “progresistas”
El 24 de octubre, Pramila Jayapal, presidenta del “Caucus progresista del Congreso”, publicó una carta a Joe Biden. Le instó a negociar con Vladimir Putin, presidente de Rusia, a poner fin a la guerra en Ucrania. Rusia invadió criminalmente a Ucrania, y Estados Unidos, al igual que criminalmente, ha utilizado esa invasión para llevar a cabo una guerra de sustitutos, armar y guiar cada vez más a las tropas ucranianas, en palabras del secretario de “Defensa” de Estados Unidos Lloyd Austin , para “debilitar” estratégicamente a Rusia. Ahora bien, Jayapal no pidió un ALTO inmediato a esta guerra; ella, tan “razonablemente”, solo solicitó que Estados Unidos librara la guerra con el acompañamiento de lo que equivaldría a una hoja de parra de “negociaciones” para demostrar que sí estaba haciendolo por la “paz” (y, repetimos, no para “debilitar” estratégicamente a los rusos).
Y seamos claros. Según los informes, esta guerra ya ha matado a decenas de miles de personas , desplazado a millones y planteado muy directamente la amenaza de la posibilidad de una guerra nuclear al más alto nivel en 60 años. Ciertamente, si su objetivo fuera terminar con la matanza y, aún más, con el peligro extremo de una guerra nuclear que esta guerra está pesentando, sería muy bueno terminar con esto lo antes posible, algo que, salvo una victoria decisiva de un lado u el otro, implicaría alguna forma de negociación.
La carta fue firmada por 30 congresistas, entre ellos Alexandria Ocasio-Cortez, Cori Bush, Ro Khanna e Ilhan Omar. La carta declaró su apoyo para continuar “el apoyo militar y económico que Estados Unidos ha brindado a Ucrania”, pero pidió combinar eso “con un impulso diplomático proactivo, redoblando esfuerzos para buscar un marco realista para un alto el fuego”.
Acto dos: los de arriba asestan una paliza política, los “progresistas” se escabullen para hacer “aclaraciones”
El Segundo Acto fue muy breve. A penas se dio a conocer la carta, otros demócratas respondieron con “ furia ” y “ feroz repudio ” al llamado a las negociaciones. Como uno tuiteó : “¿Cómo se pone fin a una guerra? Ganándola rápido. ¿Cómo se gana rápido? Dándole a Ucrania armas para derrotar a Rusia”.
En cuestión de horas , Jayapal “ aclaró ” su posición, diciendo: “Estamos unidos como demócratas en nuestro compromiso inequívoco de apoyar a Ucrania en su lucha por su democracia y libertad frente a la invasión rusa ilegal y escandalosa, y nada en la carta argumenta por un cambio en ese apoyo”.
Acto tres: “Progresistas” obligados a comer mierda y a arrastrarse sobre la panza
Incluso esta aclaración cobarde no fue suficiente para la dirigencia democrática. Sería necesario humillarlos públicamente.
Al día siguiente, Jayapal se sintió obligada a retractar incluso este llamado débil a favor de por negociaciones mientras continúa la guerra, diciendo que: “el Caucus Progresista del Congreso retira su reciente carta a la Casa Blanca con respecto a Ucrania”.
Dicho sea de paso, si te preguntas dónde estaba San Bernie durante todo esto, tenía la cabeza metida firmemente en el culo de la dirigencia demócrata, diciendo que la carta estuvo mal y que el Caucus tenía razón al retirarla.
¿Cuáles lecciones es posible sacar de esta situación?
- Estados Unidos no “busca la paz fervientemente” en Ucrania; está persiguiendo sus intereses imperialistas. Su objetivo no es la paz, sino, como admitió el secretario de Defensa de Estados Unidos, “debilitar” estratégicamente a Rusia.
Esta guerra ya ha cobrado decenas de miles de vidas y ha desplazado a millones. Se cierne la amenaza de una guerra nuclear y los líderes de ambos lados han amenazado con hacerla. Esta guerra es un Enfrentamiento Imperialista, NO “los Buenos Contra los Malos”. Ucrania NO es un campo de batalla entre la democracia y la autocracia, es una zona de conflicto de rivalidad imperialista entre el imperialismo ruso y el imperialismo estadounidense y occidental.
- Los demócratas NO son el “partido de la paz”, son el partido de crímenes de guerra y de crímenes contra la humanidad.
Veamos los hechos: de Hiroshima a Vietnam a la campaña de aviones no tripulados de Obama, nos han demostrado una y otra vez que no dudan en absoluto a la hora de matar a millones de personas para el bien del imperio estadounidense. Y ahora, bajo la dirigencia del Partido Demócrata, Estados Unidos está llevando al mundo al borde del precipicio de una guerra nuclear, ¡y sus autodenominados “progresistas” están a bordo con eso! ¡Este partido “amante de la paz” ni siquiera permite hablar, en sus propias filas, sobre negociaciones para poner fin a esta guerra!
¡Desde hace mucho que debieron de dejar de ser la cola del burro demócrata!
- Estos “progresistas” representan a este sistema, no están luchando por “la gente”. Si pudieras darles a estos “progresistas” un suero de la verdad, el más inteligente entre ellos te admitiría que sin la dominación estadounidense del mundo, se desmoronaría todo el proyecto “progresista” de un “reparto más equitativo de la riqueza”. Este imperio se basa en la riqueza obtenida por la brutal explotación de cientos de millones de personas en todo el mundo, desde los niños mineros del Congo que hacen posible los “teléfonos inteligentes” que tanto quieren en los países imperialistas a las trabajadoras de Bangla Desh en jornales por centavos en las maquiladoras de la costura que te dan tu moda rápida. Estos “progresistas” quieren tener una tajada del sistema; los comunistas revolucionarios quieren derrocarlo. Confiar en estos “progresistas” para poner fin a esta guerra solo seguiría facilitándola.
Estos “progresistas” traea a la mente unas letras de Bob Dylan: “ Saqueamos en costas distantes, ¿por qué mi parte no es igual a la tuya? ”
Conclusión: Urge cambiar radicalmente toda esta dinámica — a favor de los intereses de la humanidad, y no los intereses de los imperialistas rivales en contienda
Como escribió Bob Avakian :
Todo esto pone de relieve por qué es vitalmente importante que las masas de personas, en Estados Unidos, y en otros países que se alinean con él, así como en Rusia —que las masas de personas en todas partes— se despierten ya por fin y completamente, que reconozcan la realidad y la profunda importancia de lo que está en juego, y que actúen de acuerdo con nuestros verdaderos intereses — los intereses de toda la humanidad: exigiendo que SE PONGA FIN a esta guerra en Ucrania, y a la injerencia (directa e indirecta) de los imperialistas de ambos lados en esta guerra, antes de que no sólo inflija aún más sufrimiento al pueblo de Ucrania sino que posiblemente se intensifique hasta un conflicto mucho más terrible que cause masiva destrucción y muerte, a un nivel mucho mayor, e incluso posiblemente represente una amenaza a la propia existencia de la misma humanidad.