En 2022, la Corte Suprema anuló el derecho básico de la mujer al aborto — lo que puso a todas las mujeres en la categoría de ciudadanas de segunda clase sin el derecho básico a controlar cuándo y si tener un hijo. Desde entonces, los fascistas han estado trabajando para socavar todo acceso al aborto.
El lunático anticientífico, Robert F. Kennedy Jr., está a cargo del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS). Bajo su vigilancia, el HHS anunció que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) estaba lanzando su propia “revisión de evidencia” sobre si la píldora abortiva mifepristona es segura1. El HHS afirma que estaba compelido a actuar por “estudios recientes que plantean preocupaciones sobre la seguridad de la mifepristona”. De lo que realmente están hablando es de algo de un “grupo de expertos” antiaborto de extrema derecha con vínculos con la Fundación Heritage.
Este informe falso afirma que casi el 11 por ciento de las mujeres estudiadas experimentaron un “evento adverso serio” debido al uso de mifepristona, mucho más alta que la tasa del 0.5 por ciento encontrada en estudios clínicos anteriores. Pero este informe no se adhiere a ningún lineamiento científico y no se revisó por pares ni se publicó en una revista científica. Y los llamados efectos secundarios “adversos serios” son tan vagos que podrían interpretarse como cualquier cosa. Para colmo, los investigadores supuestamente “objetivos” detrás de este informe también están liderando el esfuerzo por prohibir el medicamento abortivo. (Para un estudio más completo de cómo este informe es totalmente anticientífico, consulte esta publicación de Jessica Valenti en Substack “Aborto, todos los días”).
Lo cierto es que más de 100 estudios científicos han demostrado, una y otra vez, durante décadas, que las píldoras abortivas son un método seguro y eficaz para interrumpir un embarazo.
El aborto con medicamentos ahora se usa en casi dos tercios de todos los abortos en los Estados Unidos. En los estados donde el aborto está básicamente prohibido, las mujeres pueden recibir píldoras abortivas por correo postal de proveedores en estados donde el aborto sigue siendo legal. Ahora hay 22 estados y el Distrito de Columbia donde el aborto es legal que han aprobado “leyes de escudo para el aborto” que protegen a estos proveedores contra las amenazas de enjuiciamiento por parte de los estados donde el aborto está prohibido2.Como resultado, el número de abortos en los Estados Unidos ha aumentado desde 2022. Esta situación es inaceptable para los fascistas cristianos que se proponen una prohibición total del aborto en todo el país. Ahora, el régimen fascista de Trump se encamina hacia limitar severamente, o incluso terminar, el uso del aborto con medicamentos — mientras afirma que es por la “seguridad” de las mujeres.
Hoy, más de 62 millones de mujeres y niñas viven bajo prohibiciones del aborto en los estados. ¿Cuántas de estas mujeres ya han sido obligadas a tener hijos en contra de su voluntad, truncando su vida y sueños, reduciéndolas a procreadoras e incubadoras? Aquellos estados donde el aborto está prohibido no solo han eclipsado sueños sino también vidas. Las mujeres que viven en los estados donde el aborto está prohibido tienen casi el doble de probabilidades de morir durante el embarazo, el parto o poco después de dar a luz, en comparación con las mujeres que viven en los estados donde el aborto es legal y accesible.
Y no solo van tras las píldoras abortivas, sino tras los anticonceptivos. Recientemente, bajo órdenes del régimen de Trump, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) destruyó 10 millones de dólares en píldoras anticonceptivas y otros anticonceptivos que iban a ir para las mujeres en los países de bajos ingresos. En una declaración al New York Times, la USAID dijo: “El presidente Trump está comprometido a proteger la vida de los niños no nacidos en todo el mundo. La administración ya no suministrará anticonceptivos abortivos bajo el disfraz de ayuda extranjera”.
¡Esto es una mierda extremadamente peligrosa! Primero, ¡los fetos no son “niños por nacer”! Y las mujeres no son incubadoras. En segundo lugar, no existe un “control de la natalidad abortivo”. Un abortivo es una sustancia que induce el aborto. Anticonceptivos, o el control de natalidad, se utilizan para prevenir el embarazo — no terminarlo.
La “jueza” fascista cristiana de la Corte Suprema, Amy Coney Barrett, opinó sobre esto recientemente, cuando fue entrevistada en la televisión. Le preguntaron sobre el estado de los anticonceptivos como la píldora del día después, el DIU y si están protegidos por ley. Ella dijo que el control de la natalidad y el tratamiento del aborto espontáneo se dejan en manos de los estados individuales — lo que implica que esos estados podrían prohibirlos, al igual que prohibieron los abortos.
Los fanáticos fascistas cristianos, que juegan un papel importante en el régimen de Trump y su base en la sociedad, durante mucho tiempo han tenido en la mira la prohibición del aborto y el control de la natalidad. La esclavización de las mujeres es un elemento central de la agenda general supremacista blanca, anti-LGBTQ, odia-inmigrantes, anti-ciencia de los fascistas... una agenda que ya están dispuestos a imponer por medio de la violencia y el terror abiertos. Cuesta trabajo imaginar cuánto mayor será el daño a las mujeres y las niñas si estos fascistas cristianos no son expulsados del poder antes de que den un paso más. Es por eso que tenemos la tremenda responsabilidad de actuar con urgencia para detenerlos — mientras todavía tenemos una oportunidad.
¡Las mujeres no son incubadoras! ¡Los fetos no son bebés! ¡El aborto no es homicidio!
¡Maternidad forzada = esclavización femenina!