13 de marzo de 2023. La semana pasada el alcalde de Nueva York, Eric Adams —el Giuliani negro— organizó un desayuno interfé en el que les dijo a los asistentes, entre los que había varios líderes religiosos: “No me hablen de una separación entre la Iglesia y el Estado”. Y dijo: “El Estado es el cuerpo. La Iglesia es el corazón. Si se quita el corazón, el cuerpo muere”. Y añadió que cuando la Corte Suprema sacó las oraciones de las escuelas públicas, entraron las armas.
Y estas declaraciones no estaban atípicas para Adams. La semana anterior había dado un discurso en un centro católico en que dijo que dios lo había creado a él para este momento en particular en el tiempo y para el papel en particular que ahora ocupa.

Permítanme empezar por esta última declaración. No, alcalde Adams, dios no lo creó para ser el alcalde de Nueva York en este momento. En primer lugar, dios no existe. No, “lo que lo creó para este momento en particular en el tiempo” fue un poderoso sector de las fuerzas que gobiernan a Estados Unidos, los capitalista-imperialistas. Una poderosa avalancha de protestas en todo Estados Unidos y por todo el mundo sacudió a su sistema a raíz de que todos habíamos visto a los policías asesinar a George Floyd. Necesitaban a alguien que pudiera vender a la gente la necesidad de volver a azuzar a sus cerdos policías para apretar las clavijas de la represión a la gente que han encerrado en los ghettos y barrios de Estados Unidos con el fin de lidiar con el “aumento de la delincuencia”. Ya que la gente a la que la policía brutaliza y asesina es desproporcionadamente negra, latina y de color, el rostro negro de Adams era una buena opción para ellos: un Giuliani negro para restaurar muchos de los elementos del programa que presidió el Giuliani original cuando encabezó una racha de represión fascista en la Ciudad de Nueva York.
Adams estaba igual de equivocado cuando dijo que las armas entraron en las escuelas cuando la Corte Suprema les sacó las oraciones. Y de hecho esto es lo principal: que junto con sus policías merodeadores en las calles al igual que Giuliani, quiere la religión en las escuelas para inculcar una mentalidad del esclavo en los jóvenes.
Piénsenlo. Se debe a algo más grande que la supuesta “eliminación de dios” de las escuelas públicas que hizo que las armas inundaran los vecindarios. Se debe al funcionamiento de este sistema capitalista-imperialista. Eso es lo que trasladó las fábricas fuera de los centros de las ciudades y a otras partes del mundo en busca de mayores ganancias y mano de obra que pensaban que sería más fácil de controlar. Esto dejó a grandes sectores de los jóvenes negros y de otras “minorías” sin otro medio viable para sobrevivir que el tráfico de drogas y la actividad pandillera en general. Como esta actividad está “fuera de la ley”, hay que tener armas para participar en ella. Aquellos que manejan este sistema decidieron conscientemente permitirla, limitarla a ciertas zonas de los oprimidos y criminalizarla, y luego utilizar la “guerra contra la droga” para encarcelar a grandes cantidades de negros y latinos.
En esto manipularon ambos lados de la situación: hacer que grandes cantidades de jóvenes fueran esclavos de las drogas y conseguir que se envuelvan en entrar y salir de la cárcel. Ahora, después de las enormes rebeliones contra “el nuevo Jim Crow” de la encarcelación en masa y terror policial, Eric Adams acude para tratar de poner un rostro negro a la reinstauración de todo eso y otras cosas.
Pero vayamos más al grano: analicemos el papel que ha desempeñado el cristianismo en los horribles crímenes que este sistema ha perpetrado contra la gente, tanto históricamente como en la actualidad. Fijémonos en el papel que desempeñó la religión en el robo de las tierras a los habitantes indígenas de este continente y en el genocidio que se perpetró contra ellos. Se justificaron el robo y el genocidio llamándoles paganos no creyentes que no debían ser considerados seres humanos plenos. Y vean la manera en que el cristianismo justificó la esclavización de los negros, con sus versículos bíblicos que dicen que su dios les había mandado que, como descendientes de Cam, los negros debieran ser esclavos debido a alguna maldición que este ser sobrenatural inexistente les había impuesto.

Y vean al tipo de sociedad que están creando los fascistas cristianos con el considerable poder que ejercen hoy. Una sociedad en que quitan el derecho al aborto y hasta el control de la natalidad a las mujeres; en que se prohíbe decir la verdad sobre la historia de Estados Unidos en la escuela o hasta escribir libros y artículos sobre la materia. El estado de Florida manejado por los fascistas cristianos está muy al frente de todo esto, aprobando leyes y promulgando políticas que prohíben o destripan los estudios afroamericanos y de género en las escuelas y abriendo la puerta a demandar a las personas que critiquen a las medidas fascistas que el estado está implementando.

3 de febrero de 2022: Los RevCom saludan a Joe Biden y Eric Adams. “El Joe de la encarcelación en masa bendice al cerdo fanfarrón Eric”.
Dado que Adams a menudo se retracta de semejantes declaraciones después de hacerlas, alguna gente dice que no es más que una forma de complacer a un público que Adams consideraba religioso. En realidad es mucho peor que eso. Adams aprovecha el control que la religión ejerce sobre demasiadas personas, especialmente sobre demasiados negros, para mantenerlos encadenados por la creencia de que algún ser sobrenatural inexistente esté jugando un papel decisivo en su vida. Esto las engaña de modo que acepten la brutalidad, la miseria y la degradación que el sistema les impone como parte del “plan de dios”. Y para acompañar los planes de obligar a la gente a tragarse aún más religión, al volver a meterla en las escuelas.
Allá por los tiempos de la esclavitud, los amos enviaron a predicadores a las chozas de los esclavos para hablarles de la gloria en el cielo que les esperaba al morir después de haber pasado la vida trabajando duro para “massa”, el amo, desde “no se puede ver” en la mañana hasta “no se puede ver” en la noche. La mierda que vende Adams es igual de esclavizador y puro veneno. Hay que denunciar esta mierda teocrática —la que dice que de hecho la religión debería manejar al estado— por lo que es y rechazarla.