“Quiero decirles a todos mis colegas presentes lo que les dije a mis compañeros republicanos en esa sala anoche. No creo que haya coincidencias en un asunto como este. Creo que las Escrituras, la Biblia, son muy claras. Que Dios eleva a los que tienen autoridad. Él le elevó a cada uno de ustedes. A todos nosotros. Y creo que Dios ha ordenado y permitido que se presente aquí cada uno de nosotros en este momento específico en este tiempo. Esta es mi creencia”.
— Mike Johnson, en su primer discurso como presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos
El 25 de octubre, después de varias semanas de acaloradas disputas, nominaciones fallidas y amargas acusaciones, los republi-fascistas del Congreso eligieron por unanimidad a Mike Johnson como nuevo presidente de la Cámara. (Un republi-fascista estuvo ausente el día de la votación.) Esta es una de las posiciones más poderosas en el gobierno de Estados Unidos. La Constitución de los Estados Unidos coloca al Presidente de la Cámara en segundo lugar en la línea de sucesión a la presidencia, inmediatamente después del Vicepresidente.
Esto significa que Johnson, que aplica una interpretación literal de la Biblia (alguien que cree que cada palabra de la Biblia es cierta) y un fascista acérrimo que niega la pérdida de Trump en las elecciones de 2020, será presidente si por alguna razón o por alguna causa, Biden y la vicepresidenta Kamala Harris fueran incapaces de hacerlo. La perspectiva de un presidente fascista cristiano abiertamente fanático está, como dice el refrán, a un par de latidos de distancia.
Una maniobra fascista por el poder
Hace aproximadamente un mes, un pequeño núcleo duro de republi-fascistas en el Congreso inició una medida para destituir a Kevin McCarthy (él mismo un fascista) de su puesto como presidente de la Cámara. Esto no tuvo precedentes en la historia de Estados Unidos. También lo fue la amarga lucha de tres semanas para reemplazar a McCarthy. Terminó con una victoria total para los fascistas más agresivos, afirmadores del MAGA (“Make America Great Again” / “Hacer que Estados Unidos Vuelva a Tener Grandeza”) negacionistas de la pérdida electoral de Trump, con el apoyo total de todos los republicanos de peso.
La amarga batalla que duró tres semanas no fue un pleito de niñatos entre “conservadores acérrimos” y “republicanos tradicionales”, como la retrataron los grandes medios de comunicación. Son fascistas, todos y cada uno. Ninguna persona decente tenía “gallo en el resultado de esta pelea”. Pero nadie debería permanecer indiferente ante la lucha misma.
Johnson no solo apoyó esquemas para impedir que Joe Biden tomara la presidencia después del triunfo electoral de Biden en 2020. Fue uno de los arquitectos de los esfuerzos de los republicanos del Congreso por anular las elecciones e instalar a Donald Trump como presidente. Por encima de todo, esto y el respaldo de Trump lo convirtieron en un candidato poderoso que reunió a diferentes elementos de los republicanos enfrentados.
La elección de Johnson como presidente de la Cámara significa que los republicanos fascistas cristianos dominan y controlan dos partes clave del gobierno federal: la Corte Suprema y la Cámara de Representantes. También dominan por completo numerosos gobiernos estatales en todo el país y ocupan una posición poderosa dentro del poder judicial federal, las fuerzas armadas y otras instituciones.
No tienen ninguna intención de conformarse con esto. Se han empecinado en recuperar la presidencia, de una forma u otra, en las próximas elecciones programadas para noviembre de 2024 o incluso posiblemente antes. Están posicionándose para la “gran toma del poder” — una reconfiguración fascista cristiana de la sociedad entera. Con el control en manos de los fascistas de la dirección de la Cámara de Representantes, la presidencia (en caso resultar elegido Trump), y la Suprema Corte, esto se aproximaría mucho al control completo del gobierno estadounidense.
Los MAGA están en ascenso, los demócratas se atienen a las reglas
Los demócratas continúan actuando como si todo esto fuera “normal” y siguen las reglas del BEB: la basura electoral burguesa. Su estrategia electoral para detener el embate fascista se parece a la de postular a candidatos contra los republicanos en un puñado de “distritos indecisos” y así “retomar la Cámara”. Un sentimiento común (y ridículo) entre los demócratas fue que Johnson “no es parte de la corriente principal del pensamiento político o jurídico”, como lo dijo un congresista demócrata, y que esto dañaría a un “Partido Republicano que se hunde” en las elecciones (programadas) del próximo año. Esto indica el nivel de negación y de ilusiones manifiestas en las que se involucran demasiadas personas, al estilo de los alemanes “decentes” que, cuando Hitler y los nazis subieron al poder, pensaron: “Ah, Hitler no es nada que nos preocupe, ni siquiera durará todo el verano”.
Matt Gaetz, quien encabezó la campaña para expulsar a McCarthy, aclaró el significado del ascenso del hasta entonces poco conocido Mike Johnson. Después de que Johnson tomara la presidencia de la Cámara, Gaetz se jactó de que los “MAGA están en ascenso … pasar de Kevin McCarthy al MAGA Mike Johnson muestra el ascenso de este movimiento [fascista] y dónde reside en realidad el poder en el Partido Republicano…”
Joe Biden se reunió cordialmente con Johnson poco después de su ascenso a presidente de la Cámara, una reunión que Johnson describió como “productiva”. Él dijo: “Disfruté mi visita con el presidente”. La repugnante camaradería entre Biden y un tipo que ayudó a orquestar un golpe de estado contra él demuestra que no hay límite para las desesperadas esperanzas de los demócratas de tratar de mantener la articulación de un marco que los republi-fascistas están destruyendo implacablemente.
Y todo esto es otra indicación de que, como lo escribió Bob Avakian, las divisiones y luchas como estas al interior de los gobernantes y entre éstos no pueden resolverse dentro del marco que ha mantenido la articulación de este país desde el fin de la Guerra Civil en 1865:
sólo es posible resolver la crisis y las profundas divisiones de la sociedad con medios radicales, de un tipo u otro — ya sea medios radicalmente reaccionarios, mortíferamente opresivos y destructivos o medios revolucionarios radicalmente emancipadores.
Un fascista cristiano de núcleo duro
Johnson es un fascista cristiano. Se describe a sí mismo como “un cristiano, un esposo, un padre, un conservador de por vida, abogado de derecho constitucional y propietario de una pequeña empresa, en ese orden”. Se basa en una interpretación literal de la Biblia — cree que cada palabra de la Biblia es cierta. Su objetivo es imponer una teocracia fundamentalista cristiana — un gobierno manejado según reglas religiosas y gobernado por autoridades religiosas. El 26 de octubre, cuando se le preguntó sobre los comentarios odiosos que hizo sobre las personas LGBTQ, Johnson replicó: “Soy un cristiano que cree en la Biblia. … vaya a buscar una Biblia de su estante y léala; esa es mi concepción del mundo. Eso es lo que creo y por eso no pido disculpas por ello”.
Como Bob Avakian (BA) escribió: “[C]on profunda razón y justificación, hay que decir que la interpretación textual de la Biblia es un horror. Y hay que plantear la pregunta fundamental: ¿es lo que la Biblia presenta acerca de la gente y sus relaciones —cómo esas relaciones deberían ser y según los decretos de Dios, cómo tienen que ser— la clase de mundo que queremos?” En este artículo, BA describe numerosas atrocidades defendidas en la Biblia, como la esclavitud, la dominación masculina sobre las mujeres, la homosexualidad como una “abominación” que merece la muerte y muchos otros horrores.
Ése es exactamente el tipo de mundo que Mike Johnson y otros fascistas cristianos no sólo quieren sino que están implementando activamente, aquí y ahora. Él ha escrito que la homosexualidad es “inherentemente innatural”, un “estilo de vida peligroso” que posiblemente podría destruir “el sistema democrático entero”. Apoya una prohibición total a escala nacional del aborto. Durante décadas ha buscado poner fin al “divorcio sin asignación de culpas”, que permite que una de las partes de un matrimonio inicie un divorcio sin tener que comprobar algo como adulterio o violencia. Las leyes de divorcio sin asignación de culpas fueron aprobadas en su mayoría en los años 1960 y 1970, y “fueron monumentales en la promoción de la independencia financiera, social y profesional de las mujeres, así como la seguridad de ellas”. Johnson cuestiona la ciencia bien establecida sobre el cambio climático y ha “votado en contra de docenas de proyectos de ley y enmiendas climáticas”. (La gente debería leer el artículo de BA y el libro del que proviene la cita, ¡Fuera con todos los dioses! Desencadenando la mente y cambiando radicalmente el mundo, para obtener un desenmascaramiento más completo de los horrores que estos fascistas cristianos están persiguiendo.)
Un LLAMADO DE ATENCIÓN “tardío” a que se organice con urgencia para la revolución
Ya es tarde, la elección de Mike Johnson es un salto significativo hacia un futuro terrible.
Debido a los grandes cambios en Estados Unidos y en el mundo en general, una parte de la clase dominante, representada por el Partido Republicano, se ha vuelto fascista: ya no creen en lo que han sido las “normas” del gobierno capitalista “democrático” en este país, ni se sienten obligadas por éstas. Y el otro sector de la clase dominante, representada por el Partido Demócrata, no tiene ninguna respuesta concreta a esta situación — excepto procurar mantener la “forma habitual” en que el dominio opresivo de este sistema se ha impuesto a lo largo de cientos de años, a la vez que los fascistas están decididos a hacer pedazos esas “normas” y gobernar con medios más abierta y agresivamente opresivas, sin el tradicional disfraz de la supuesta “democracia para todos”.
La elevación del fascista Mike Johnson a presidente de la Cámara subraya la importancia de tener una comprensión científica de este momento extremo y peligroso que, debido a ese carácter extremo, también encierra el potencial de un futuro radicalmente diferente y mucho mejor. Unos tiempos en que la posibilidad de una toma y reconfiguración fascista total del gobierno se presagia como una posibilidad, pero otra posibilidad es de repolarizar la sociedad ahora hacia la revolución, hacia derrocar el sistema entero y reemplazarlo por una sociedad bajo la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte. Esta revolución se hace más posible precisamente por la intensidad de las contradicciones del sistema que están engendrando todos los horrores que la humanidad está experimentando y los horrores aún más aterradores que se avecinan. Como Bob Avakian escribió recientemente:
Esta posibilidad quizá no se evidencie, y generalmente no se evidencia en lo inmediato, y por el contrario lo que con más frecuencia se ve fácilmente en la superficie es la forma en que, a corto plazo, la situación está agravándose.
La cuestión es que únicamente es posible entender todo esto correctamente, y actuar en consecuencia, con un método y enfoque consecuentemente científico.
Una de las cosas más importantes que este método y enfoque científico deja en claro es lo siguiente: las revoluciones se vuelven posibles, en el sentido más fundamental, como resultado de la intensificación de las contradicciones del sistema opresor, que conduzcan a puntos de viraje cruciales, proporcionando oportunidades poco comunes para avances revolucionarios importantes, con el potencial de abrir el camino para la victoria de la revolución. Y las perspectivas para una revolución dependen en gran medida de si las fuerzas conscientes para esta revolución no solo llevan a cabo un trabajo y lucha revolucionarios consecuentes, sino más específicamente si reconocen —y sobre esa base actúan con audacia y con determinación con una fundamentación científica, para aprovechar al máximo— estos puntos de viraje cruciales y oportunidades muy poco comunes.