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Entrevista al Dr. Mohamad Abdelfattah en El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos!

“Se trata de una guerra contra los niños”

A continuación presentamos una transcripción de una entrevista que Alan Goodman le hizo al Dr. Mohamad Abdelfattah, un médico de una unidad de cuidados intensivos (UCI) del sur de California y un organizador del Condado de Orange por la Justicia en Palestina. El Dr. Abdelfattah describe la experiencia de servir en el Hospital Europeo de Gaza (EGH) en Gaza durante tres semanas en mayo. La entrevista se emitió en el episodio 199 de la semana pasada de El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos! 

Alan Goodman le hace una entrevista al Dr. Mohamad Abdelfattah sobre la situación en Gaza: “Se trata de una guerra contra los niños”. (vídeo en inglés)

Alan Goodman: Muchísimas gracias por tomarse el tiempo de su día muy ocupado y su importante trabajo, Dr. Abdelfattah. Para describir para nuestra audiencia, usted estaba en Gaza en el Hospital Europeo de Gaza, hasta mediados de mayo. ¿Puede retratar para nuestra audiencia lo que le paso a usted ahí?

Dr. Mohamad Abdelfattah: Claro que sí, gracias por invitarme. Entramos en Gaza el 1º de mayo y el hospital está muy cerca en coche desde la frontera. Una vez que cruzamos a Gaza, tuvimos que esperar la luz verde de las autoridades israelíes antes de que pudiéramos avanzar...

International medical workers entering Gaza, May 2024

 

Trabajadores médicos internacionales entran a Gaza, mayo de 2024. Dr. Mohamad Abdelfattah a la derecha.    Foto: Dr. Mohamad Abdelfattah

AG: Pasaron por el cruce de Rafah de Egipto a Israel, ¿verdad?

Dr. Mohamad Abdelfattah: Correcto, así que pasamos a Rafah en el lado egipcio a Gaza, en el lado palestino. Así que, una vez que cruzamos las autoridades israelíes tienen que darnos una ruta desconflictuada, lo que significa que hay una ruta que han aprobado, que reconocen que no nos pondrán en la mira. Y esto nos permitió viajar desde la frontera hasta el hospital. Así que, esperamos de unos 45 minutos a una hora en el autobús a la espera de la luz verde. Una vez que nos dieron la luz verde, entramos a Gaza y...

AG: Quiero interrumpirle de nuevo, disculpas por eso. Pero para que consta, ser certificado para viajar por una ruta desconflictuada, significa que no hay actividad militar ahí, pero eso no ha sido una garantía del 100 por ciento de seguridad para los trabajadores médicos. ¿Estoy en lo cierto?

Dr. Mohamad Abdelfattah: Totalmente correcto. Por lo tanto, estas rutas desconflictuadas se han utilizado en el pasado para cualquier viaje de médicos extranjeros, convoyes extranjeros. Y esta ruta de hecho se usó durante el desastre, catástrofe de los trabajadores de Cocina Central Mundial. Tenían una ruta desconflictuada pero no obstante los atacaron. Mientras estábamos en el EGH [Hospital Europeo de Gaza] —podemos abordar este tema en adelante—un convoy de la ONU fue enviado a nuestro hospital por una ruta desconflictuada, y lo atacaron. Así que siempre estuvo en el fondo de nuestra mente que sí, esto está en coordinación con las autoridades israelíes, pero no obstante no quiere decir que sea 100 por ciento seguro, y siempre existe un riesgo.

Confronting an Israeli tank while entering Gaza

 

Se enfrentan a un tanque israelí al entrar a Gaza.    Foto: Dr. Mohamad Abdelfattah

Así que eso siempre estaba en nuestra mente. Pero una vez que nos dieron la luz verde, el autobús comenzó a avanzar a Gaza. Y tan pronto como entramos a Gaza, es muy evidente — era una noche muy oscura, por la noche, y no había ninguna electricidad — por donde quiera que yo mirara, oscuridad, nada más. Y lo que recuerdo es haber visto a niños fuera de sus casas destruidas con sus teléfonos celulares. Pude ver que sus caras estaban iluminadas en sus teléfonos, y están sentados allí en la oscuridad viendo sus teléfonos. Y vi a muchos niños, muchos familiares sentados fuera de sus hogares en la oscuridad. Eso fue muy, muy surrealista simplemente al ver cuánta oscuridad había. Nunca antes había visto un lugar tan oscuro.

Estaba a una distancia de 10-15 minutos en coche desde Gaza antes de entrar en el Hospital EGH, antes de llegar. Tuvimos unos tres autobuses con nosotros llenos de nuestros colegas. Habíamos unos 19 colegas y 250 piezas de equipaje. Así que teníamos mucho equipaje. Trajimos suministros médicos, sandalias, libros, dulces para los niños, libros para colorear para los niños, productos de higiene femenina, una variedad de suministros que sabemos que son muy escasos en Gaza.

Entrance to the Emergency Room, European Gaza Hospital

 

La entrada de la sala de urgencias del Hospital Europeo de Gaza.    Foto: Mohamad Adbelfattah

Y tan pronto como lleguemos al hospital, se nota de inmediato a los cientos de niños, miles de niños en realidad. El hospital en sí, nos dijeron que cuando llegamos, estaba albergando a 30,000 personas. Así que, 30,000 hombres, mujeres y niños que huyeron de sus hogares varias veces durante esta guerra, cuatro o cinco veces han estado yendo a diferentes zonas que consideraban seguras. Y así buscaban refugio en el Hospital Europeo de Gaza. Por lo que hay niños en todas partes.

Tan pronto como nos bajamos a pie fuera del autobús, se nos acercan montones de niños. Saltaron, nos dieron abrazos, están dando cinco, dicen bienvenidos a Gaza, sonriendo... con ganas de conocer nuestros nombres y aprender sobre nosotros. Nos rodearon, literalmente acudieron a montones hacia nosotros. Fue un saludo realmente agradable, un cálido saludo de los niños. Y luego fuimos a los dormitorios, y de hecho los niños ayudaron a descargar cada maleta. Así que había como un tren de niños que descargan cada maleta, cada una de las 250 piezas de equipaje que trajimos, una por una. Y estaban ayudando a descargar nuestro equipaje. Para ser sincero, fue una escena increíble.

Y eso es lo que inmediatamente se nota fuera del hospital: estos niños. Todos están muy delgados. Todos están desnutridos, se puede saber al simplemente mirarlos. Su ropa, hay agujeros en su ropa. Se puede saber que no se han bañado durante varios días, tal vez incluso varias semanas. Muchos de ellos están descalzos, no tienen ningún zapato en absoluto. Y están, me entiendes, tranquilos, están sonriendo, están jugando. Me entiendes, los niños son resilientes, por lo que ni siquiera se puede saber que hay una guerra en marcha a pesar de escuchar las bombas y los drones en el fondo.

Así que todo esto es antes de entrar al hospital. Una vez que entramos en el hospital, simplemente vimos una escena caótica. Para repetir, es un refugio y un hospital. Por lo que, cada centímetro del hospital tiene un ser humano presente: las familias que buscan refugio, hombres, mujeres y niños en cada centímetro del hospital separados simplemente por las delgadas sábanas blancas que cuelgan del techo. Y así, en cada corredor hay una sábana, y hay un espacio angosto en el centro del corredor donde los médicos y los pacientes intentan navegar por el hospital. Así que estás viendo niños entrando y saliendo de las sábanas. Hay muchos sonidos: las personas que hablan, las mujeres están cocinando. Hay personas enfermas ahí, es un hospital: las personas están tosiendo, los bebés están llorando. Así que es una especie de escena que nunca he visto antes en un hospital, no es algo que se esperaría en un hospital. Y así, mi primer día recuerdo que fui a la sala de urgencias y...

AG: ¿Puedo preguntar algo antes de pasar a la sala de urgencias? La increíble resiliencia, quiero decir, estoy seguro de que hay un caos como usted describe, pero es abrumador simplemente para mantener su humanidad en esas condiciones.

Dr. Mohamad Abdelfattah: Así es. Las personas más resilientes que yo jamás haya conocido. De nuevo, los niños que juegan como si nada esté pasando. Hay personas que reciben un corte de pelo en el complejo del hospital, están haciendo bromas. Cada aspecto de la vida es difícil: encontrar comida, encontrar agua, encontrar un baño limpio. O sea, no hay baños limpios, encontrar un baño en general, simplemente poder cargar su teléfono celular, simplemente poder encontrar algún tipo de espacio tranquilo... no tienen nada de eso. Cada aspecto de la vida ha estado bajo ataque. Y para que, quiero decir, de inmediato, fue una lección para mí, qué tan bendecidos somos en este país [Estados Unidos] — que hay todas estas cosas que damos por sentado, la gente allá no tiene nada de eso. Así que eso fue muy evidente. Y simplemente verlos así, no sentados ahí con tristeza, llorando y quejándose y con ira, y nada más se parecía muy normal, eso fue increíble para mí. Pensé que estas personas han estado en condiciones tan horribles durante ocho meses, no pude entender cómo parecen ser normales o cómo están funcionando tan normales — pues eso muestra qué tan resilientes son.

Alan Goodman: Así que, pasemos ahora a lo que usted experimentó. ¿Cuál es su especialidad como médico y qué tipo de trabajo estaba haciendo como médico en el hospital?

Dr. Mohamad Abdelfattah: Claro. Aquí en Estados Unidos soy un médico de una UCI, y mi papel en esta misión era ayudar en la unidad de cuidados intensivos en el EGH y también pasé tiempo en la sala de urgencias. En mi primer día quería ir a ver la sala de urgencias, para ver qué capacidades tenían. E inmediatamente, me quedé sacado de onda por cuántas personas están en la sala de urgencias, estaba a rebosar, pacientes en el suelo, muchos pacientes en cada cama. Había una sala de resucitación donde van los pacientes críticos y entré en esa sala y noté inmediatamente a los niños, había un niño de año y medio, que estaba sosteniendo su brazo y gritando, llorando incontrolablemente de dolor. Y miré su brazo y veía en todo su antebrazo, se estaba despellejando la piel, tenía una quemadura severa y estaba gritando por su padre. Y eso fue difícil para mí, como tengo un hijo, un hijo de más o menos su edad. Y literalmente junto a él había otra bebé, de unos dos meses de edad, en los brazos de su madre y llorando descontroladamente. Y su pie estaba... había una gran laceración, un gran corte en su pie y se podían ver las capas musculares de su pie, era una herida muy profunda. Esto era de metralla y era una niña probablemente de unos cuatro meses de edad llorando. Tenía rizos en el cabello y fue una escena devastadora, que inmediatamente... que lo primero que vi fueron niños, víctimas de esta guerra.

Y para hablar francamente, esa fue la tendencia constante. El primer día me abrumó y tuve que irme, yo les decía, lo siento, no puedo ayudar aquí. Había otro médico de urgencias que estaba con nuestro grupo; él ya estaba ahí, así que estaba cuidando a los pacientes, y le dije mire, lo siento, tengo que irme.

Así que fui a la UCI, y en la UCI hubo otra escena que no estoy acostumbrado a ver, que el monitor de la UCI estaba sonando constantemente, las alarmas pitando. Por lo general, en una UCI tradicional, cuando se oye una alarma en un monitor, es una situación de emergencia, es un desastre, la gente responde. Pero a lo largo de la UCI las alarmas están sonando continuamente y eso es porque los monitores, los propios sensores, están defectuosos, por lo que no están captando con precisión las señales correctas. Así que suenan constantemente y el personal no toma esas alarmas en serio porque saben que están defectuosas. Así que tan pronto como entro en la UCI, algo que escucho son alarmas de los monitores.

Simplemente al mirar a la UCI, lo que era muy obvio era la cantidad de niños en la UCI. Yo soy un médico de una UCI para adultos; no trato a niños. Pero en la unidad de cuidados intensivos del EGH hay una cama para adultos y justo al lado de él hay un niño. Así que la mayoría de las víctimas en la UCI de los enfermos eran niños de todas las edades, desde los cuatro meses de edad hasta los 10, 11 y 12 años, conectados a ventiladores con quemaduras severas, lesiones horribles causadas por explosivos donde tienen metralla en todo el cuerpo, extremidades amputadas debido a la severidad de sus lesiones. Los pacientes con quemaduras, cuando hay heridas de quemaduras, hay que envolver esas heridas en vendas y cambiarlas con mucha frecuencia. Sin embargo, debido a la falta de personal y recursos, no era posible cambiar estas vendas a diario, se vuelven infectadas. Por lo tanto muchas vendas de las heridas se están supurando, supuran fluidos, sangre y líquidos amarillos se supuran de esas vendas. Y lo que se nota son las moscas volando por la UCI, hay moscas que se posan en esas heridas y luego vuelan a los pacientes de al lado. Por lo tanto, no hay control de infecciones en la UCI. Las bacterias, bacterias muy agresivas y resistentes, se están propagando por toda la UCI. No tienen jabón de manos —el personal, los médicos, las enfermeras no tienen jabón de manos para lavarse las manos—, por lo que no hay manera de impedir que este tipo de bacterias se propaguen. Todos los ventiladores, lo que observamos mientras estábamos ahí, están contaminados con bacterias muy resistentes. Así que cuando alguien necesita un ventilador, lo que se nota después de unos días es que hay que batallar con una neumonía muy agresiva porque los ventiladores están contaminados con esa bacteria. Así que, para hablar con sinceridad, es una escena horrible.

Dr. Mohamad Abdelfattah, a surgeon from California, operates on a victim of Israeli bombing at the European Gaza Hospital (EGH) in Gaza, May, 2024

 

El Dr. Mohamad Abdelfattah, un cirujano de California, le practica una operación a una víctima de un bombardeo israelí, en el Hospital Europeo de Gaza (EGH) en Gaza, mayo de 2024.    Foto: Mohamad Abdelfattah

AG: Nada más quiero explicar algo para nuestra audiencia: que toda esta increíble escasez... y en caso de que alguien se pregunte, esas 150 maletas no eran su equipaje personal, contenían insumos médicos esenciales a los que usted se refiere — pero esto es una escasez hecha por el hombre. No es que la comunidad médica mundial no tenga insumos de repuesto que podrían entregar. Ni siquiera es que muchos de esos insumos no estén esperando en los camiones. Es que hay un bloqueo a su entrada, ¿estoy en lo cierto?

Dr. Mohamad Abdelfattah: Cien por ciento. Se trata de una catástrofe intencional artificial, una catástrofe humanitaria. Un detalle que olvidé mencionar, cuando se ingresa a Rafah desde Egipto, hay que pasar por Rafah. Y lo que se nota son cientos, tal vez hasta miles, de camiones de ayuda parados ahí: camiones grandes llenos de ayuda humanitaria, insumos médicos que han estado esperando durante semanas para entrar a Gaza. Y hay tantos camiones, kilómetros de camiones en una fila a la espera de entrar.

Así que, para ser franco, la situación me sacaba de onda, porque sé que nos permitieron traer alrededor de 10 maletas cada una, y estaba tratando de meter todo lo que pudiera en esas 10 maletas: todos los insumos médicos, hasta todos los insumos no médicos, barras de proteínas, tratábamos de traer fórmula para bebés. Tratábamos de traer todo lo que pudiéramos. Y nos limitaba el peso de cada maleta: cada una con las 50 libras [23 kilos] que era el tope que no podíamos rebasar por cada maleta mientras viajábamos con las aerolíneas. Así que las llenamos hasta el tope. Y nada más al saber que justo afuera, a unos pocos kilómetros fuera de Gaza, hay tantos camiones con mucha más ayuda que puede llegar a la gente de Gaza cuya entrada no se permite, que se le está bloqueando intencionalmente. Fue muy frustrante.

E incluso una vez que entré en Gaza y comencé a distribuir los insumos que teníamos, no teníamos suficientes, se nos estaban agotando. Me refiero incluso a las sandalias para los niños que trajimos — se les repartiéramos, y veríamos que habría cinco niños más detrás de ellos que quieren sandalias. Y no teníamos suficientes, lo que es realmente devastador porque condujo a algunos problemas entre los niños. Los niños se estaban peleando entre sí por un par de sandalias.

Y así, ha sido difícil de aceptar cada aspecto de esta guerra. He notado que esta es una guerra contra los niños. Le diré que los niños están pagando la peor parte de esta guerra, de aquellos que están afuera que no tienen rutina. No hay escuelas, no han asistido en una escuela durante ocho meses. Están deambulando por los pasillos del hospital, están jugando, no tienen rutina en su vida. Los vi jugando a la 1-2 am. Se sabe que todos están desnutridos, no reciben suficiente nutrición. Y así que todo esto va a tener consecuencias...

AG: Quisiera mencionar algo respecto al problema de desnutrición porque he visto informes de otros médicos que las personas, los niños en particular, no pueden recuperarse de heridas que en una situación normal, dicen que yo me iría a la sala de urgencias, me pondrían puntas en la herida y luego mi piel se sanaría, pero no lo hacen. Y también las mujeres que intentan amamantar a los bebés simplemente no tienen la ingesta calórica para poder mantener un cuerpo de verdad. Estoy seguro de que usted puede expresarlo con los debidos términos médicos ...

Dr. Mohamad Abdelfattah: Por supuesto, y los notamos en la UCI. Con estos pacientes con quemaduras severas, se requieren mucha nutrición, mucha suplementación nutritiva agresiva en la UCI. Así que, si estuvieran en una UCI en Estados Unidos, proporcionaríamos una nutrición muy agresiva por medio de tubos de alimentación y simplemente nos cercioráramos de que estuviéramos alcanzando esos números, esas calorías todos los días. Mientras que en Gaza, el hospital no proporciona alimentos para estos pacientes. El hospital no tiene comidas para dar a cada paciente. Básicamente, lo que tuvimos que hacer es alentar a las familias: por favor, comience a alimentar a su ser querido. Y no pueden obtener comida — es difícil para ellos obtener comida. No hay forma de mantenerse al día con los requisitos nutricionales para pacientes con quemaduras severas. Así que, sí, las heridas no se están curando y conducen a infecciones crónicas, debilidades crónicas difíciles, a largo plazo en su vida, y muchas personas se mueren debido a sus heridas. Eso es lo que vi.

Como médico de una UCI, quiere estabilizar a alguien que es inestable. Y así hacíamos eso en Gaza, pero después de 24 a 48 horas se están muriendo de infecciones. Por lo que, para mí fue muy frustrante porque no vi que nuestros esfuerzos tuvieran un gran efecto. Para ser franco, la mortalidad en nuestra UCI en Gaza, probablemente era del 70 al 80 por ciento. Así que no muchos estaban sobreviviendo. La mortalidad promedio en una UCI estadounidense es de aproximadamente 9-10 por ciento. Así que muchos de estos pacientes que estábamos ayudando, o pensamos que estábamos ayudando en Gaza, con el tiempo iban a morir de infección. Y así, fue muy difícil para nosotros, especialmente los médicos de la UCI, médicos de la UCI con otros grupos que estaban con nosotros. Y para nosotros, queríamos hacer todo lo que estuviera a nuestra alcance para estos pacientes, queríamos tener un buen resultado. Y no ver buenos resultados fue difícil.

AG: Nada más quiero, tal vez a manera de conclusión, apreciar todo eso y responder a lo que usted dice — además y quizás de aún más importancia, que lo que en concreto usted pudo hacer para tratar a la gente, es hacer lo que está haciendo ahora mismo. Que está llevando al mundo a lo que el pueblo palestino está sometido en Gaza. Y lo vemos de verdad en el hospital porque aquí es donde vemos todo lo que se está haciendo a las personas, incluida, para repetir, una hambruna hecha por el hombre.

Dr. Mohamad Abdelfattah: Sí.

AG: Así que, todo eso es parte del escenario. Y quiero apreciar mucho su valor tanto para ir como también lo que está haciendo ahora para alzar la voz y decirle a la gente, tal como usted está haciendo en este momento, qué pasa. Y yo retaría a las personas en Estados Unidos a que —hablo por mi cuenta, no estoy poniendo palabras en la boca de usted—, reconocieran que es su propio gobierno, de los Estados Unidos, lo que en lo fundamental facilita todo esto en los ámbitos diplomático, económico y militar. Y por eso, todos aquellos que escuchan esta entrevista tienen una responsabilidad de encontrar formas de actuar en Estados Unidos en consecuencia para detener esto. Así que de verdad quisiera agradecerle, y ¿tiene algo que quisiera agregar?

Dr. Mohamad Abdelfattah, a surgeon from California with colleagues, at the European Gaza Hospital (EGH) in Gaza, May, 2024

 

El Dr. Mohamad Abdelfattah con sus colegas, en el Hospital Europeo de Gaza (EGH) en Gaza, mayo de 2024.    Foto: Dr. Mohamad Abdelfattah

Dr. Mohamad Abdelfattah: Lo aprecio. Quiero decir que se me estaba comiendo vivo, para ser franco mientras estaba en Gaza, nada más era la idea de ser un contribuyente estadounidense, al saber que mis dólares de contribuyente están pagando por estas armas, estas municiones que están lanzando sobre estos niños. Y sé que esta guerra es, tanto como lo es de Netanyahu, una guerra de Biden. Él ha estado suministrando las armas que continúan esta guerra, ha estado proporcionando una cobertura internacional para cualquier tipo de crítica a la conducta israelí de esta guerra. Y así él está permitiendo que esta guerra progrese y continúe — y puede terminar esta guerra con una sola llamada telefónica. Y por eso, como estadounidenses, necesitamos hacer estas preguntas, como qué estamos sacando de esta guerra.

Tengo pacientes en Los Ángeles, en un zona muy desatendida de Los Ángeles, que no pueden darse el lujo a pagar sus inhaladores: los inhaladores que estoy tratando de recetarles para controlar su enfermedad pulmonar crónica, no pueden pagarlos. Y por eso, su enfermedad pulmonar está progresando. Tienen miedo de ir a la sala de urgencias porque están preocupados por las facturas médicas. Y por eso tenemos enormes problemas con nuestro sistema de atención médica en Estados Unidos. Tenemos problemas con los préstamos estudiantiles. Tenemos problemas con la vivienda, hay personas sin hogar en nuestro país. Tal como este dinero que estamos enviando a Israel para bombardear a estos niños, pues se puede usar aquí en nuestro propio país para mejorar la vida de nuestros propios ciudadanos estadounidenses. Y por eso poner fin a esta guerra es una responsabilidad que corresponde a cada estadounidense. Es una guerra injusta. Estos padres y madres, no tienen forma de proteger a sus hijos.

Una última historia, solo quiero hacerle saber o explicarle que mientras estaba en la UCI, conocimos a una familia a la que se les dijo que evacuara una zona específica en Rafah, mientras estábamos ahí, e ir a Al Mawasi. Al Mawasi es una zona por la playa donde muchos de estos refugiados de Rafah fueron a vivir en tiendas de campaña ahí. Esto se consideró una zona segura.

Así que, esta familia dejó su casa y se fue a Al Mawasi. Y en este día en particular hacía mucho calor, por lo que su hijo de entre 11 y 12 años de edad fue a nadar con sus amigos porque está justo en la playa, cerca de Al Mawasi. Y mientras estaban nadando, cayeron bajo los disparos israelíes. Y había unos cinco niños nadando en ese momento, comenzaron a entrar en pánico y nadar en diferentes sentidos. Y este niño cayó al fondo del mar y terminó ahogándose. Así que lo llevaron al EGH y lo examinamos en la sala de urgencias, él era azul. Y falleció. Se podía ver que tenía arena en los dedos.

Y eso simplemente demuestra que no hay una zona segura en Gaza, que ninguna zona es segura. Y me lo dijeron una y otra vez, que las personas ahí no confían en las autoridades israelíes cuando les dicen que se muden a otras zonas. Pero quieren intentarlo, esperan que esta sea una zona segura, y resulta que no es una realidad segura para ellas. Y por lo tanto, no hay ninguna zona segura en Gaza, estos padres y madres ni siquiera pueden proteger a sus hijos. El derecho más básico de un padre o madre es que desea proteger a su hijo, y no puede hacerlo.

Y por eso es una guerra injusta, y nada más suplicaría a todos los que escuchen a que hagan de su parte para ayudar a poner fin a esta guerra.

AG: Bueno, gracias por eso. Y sí, y deberíamos aceptar eso como un reto. Así que gracias de nuevo por su tiempo, de veras aprecio su valor de ir allá y también sé que está trabajando duro para compartir lo que aprendió y lo que experimentó allá, y todos deberíamos inspirarnos en eso. Así que, gracias de nuevo por su tiempo.

Dr. Mohamad Abdelfattah: También agradezco su tiempo, gracias por invitarme.

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