Del 10 al 19 de octubre, las Fuerzas de “Defensa” de Israel (FDI), apoyadas y armadas por Estados Unidos, llevaron a cabo una ola creciente de masacres y otros crímenes contra el pueblo palestino en Gaza.
Los propios israelíes afirman que se ha hecho añicos su supuesto “objetivo” — la organización fundamentalista islámica Hamas. No obstante, esto no les ha impedido desplegar el aparato militar más poderoso del Medio Oriente contra cientos de miles de civiles palestinos hambrientos, sin hogar y sin armas. Tampoco les ha impedido atacar a hospitales, escuelas, pozos de agua y plantas de tratamiento de aguas residuales, y otros objetivos que se supone que están “fuera de los límites” de los ataques militares1.
Lo siguiente es tan sólo algo de lo que ocurrió en este período:
Masacre en el centro de Gaza
Jueves 10 de octubre: Las FDI atacaron a una escuela en Deir Al Balah (en el centro de Gaza) que albergaba a refugiados. Veintiocho personas resultaron muertas. Los supervivientes heridos fueron trasladados al cercano Hospital de los Mártires de Al Aqsa.
Uno de los heridos que estaban recibiendo tratamiento en Al Aqsa era Shaban Al Dalou, un estudiante de ingeniería informática de 19 años de edad que intentaba mantener con vida a sus padres, dos hermanas y dos hermanos en condiciones imposibles en la desolación de destrucción israelí. Shaban, gravemente herido, seguía conectado a una vía intravenosa cuatro días después.
No olviden a Shaban Al Dalou; volveremos sobre su destino en breve.
En los días siguientes, Israel intensificó sus ataques en todo el centro de Gaza.
El sábado 12 de octubre, las FDI llevaron a cabo un ataque aéreo contra el campo de refugiados de Nuseirat, cerca de Deir Al Balah. (¡Pensemos un momento en la perspectiva y la naturaleza de un ejército que bombardea a personas desesperadas que viven en tiendas de campaña!) Entre los muertos, una familia de ocho personas: una madre, un padre y seis hijos. El más pequeño tenía ocho años.
Luego, el domingo 13 de octubre, las FDI atacaron nuevamente, en esta ocasión bombardeó la escuela Mufti en Nuseirat, que se había convertido en un campo de refugiados, así como en un centro de vacunación contra la polio2. Otros 22 palestinos resultaron muertos y muchos resultaron heridos.
Ahora pueden imaginar la escena en el hospital Al Aqsa: las camas repletas de pacientes y otras personas en el suelo, en lucha por su vida. Los refugiados y familias desamparadas abarrotan cada espacio disponible. Los médicos trabajan las 24 horas del día sin insumos adecuados... Y sí, las Fuerzas de Defensa de Israel, que el lunes 14 de octubre bombardearon Al Aqsa. El bombardeo provocó un incendio que se propagó a las tiendas de campaña, en su mayoría hechas de material inflamable, que rodeaban al hospital. Cuatro personas murieron inmediatamente, docenas más sufrieron quemaduras horribles, y muchas sucumbieron en los días siguientes.
Uno de los muertos fue Shaban Al Dalou, de Deir Al Balah. El fuego alcanzó primero a sus hermanas; su padre corrió a llevarlas a un lugar seguro. Luego se acercó a la cama de Shaban, que estaba en llamas. Shaban murió ahí; su madre y su hermano menor también murieron, y sus dos hermanas están al borde de la muerte.
El padre de Shaban dijo: “Cada vez que me cierro los ojos, veo a mi esposa y a mi hijo en llamas”.
El norte de Gaza: “Un genocidio dentro de un genocidio”
Y no crean que el ejército israelí sólo cometió masacres en el centro de Gaza. No. En el mismo período (principios y mediados de octubre), las FDI han estado cometiendo crímenes aún más terribles en el norte de Gaza.
El 1º de octubre, las FDI acordonaron el norte de Gaza y se negaron a dejar entrar alimentos, agua, medicinas u otros suministros humanitarios durante al menos 12 días. Después de eso, bajo presión internacional, se ha permitido la entrada de un total de quizás 100 camiones. Pero según los grupos humanitarios, los 400.000 habitantes del norte de Gaza necesitan 500 camiones al día para evitar el hambre. Un alto funcionario de la ONU advirtió que “los suministros para la supervivencia se están agotando”. E incluso desde que se permitió la entrada de este goteo de camiones, se les niega la entrada a 50 especialistas médicos que se necesitan con urgencia.
Las Fuerzas de Defensa de Israel también se niegan a dejar salir a todos: según Médicos Sin Fronteras (MSF), “nadie puede entrar ni salir; a cualquiera que lo intente le disparan”.
También cabe señalar que Israel, que niega el acceso independiente a Gaza a los periodistas no palestinos, sigue asesinando a periodistas palestinos3. El viernes 9 de octubre, Fadi Al Wahidi, un camarógrafo de Al-Jazeera, recibió un disparo en el cuello por parte de un francotirador de las FDI en el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de Gaza, que las FDI consideran un semillero de resistencia. Fadi está ahora en coma, al borde de una parálisis total. Tan sólo dos días antes, el periodista y profesor Omar Al Balawi fue asesinado por las FDI.
La muerte de Fadi Al Wahidi por disparos fue tan sólo una parte del ataque de las FDI del viernes en Jabalia: al menos otros 20 palestinos murieron y decenas resultaron heridos. El lunes 14 de octubre, las FDI regresaron, esta vez lanzaron un ataque aéreo contra un centro de distribución de ayuda humanitaria. Diez personas murieron y al menos 30 resultaron heridas.
El 15 de octubre, el periódico israelí liberal Ha’aretz escribió que “muchos habitantes [del norte de Gaza] están denunciando el hambre y una grave escasez de suministros básicos debido a la falta de ayuda que llega a la zona. Mahmoud, que vive con su familia en Jabalia, en el norte de Gaza, y se niega a evacuar, le dijo a Ha’aretz que en algunos vecindarios no hay agua potable ni ninguna infraestructura, y los habitantes sienten que viven con el tiempo prestado”.
El jueves 17 de octubre, Ha’aretz informó de otro ataque adicional contra el campamento sitiado de Jabalia, en el que murieron 19 personas y decenas resultaron heridas. Las FDI lo describieron como un “ataque selectivo” contra un “complejo de Hamas… que anteriormente era el predio de la escuela Abu Hassan”. (Énfasis añadido.)
Hay una pizca de verdad en esta afirmación: una vez que las Fuerzas de Defensa de Israel lo hagan volar, ya no será una escuela.
El viernes 18 de octubre, Ha’aretz informó de que “el partido Likud del [primer ministro] Netanyahu había hecho circular una invitación a un acto titulado ‘En preparación para el reasentamiento de Gaza’ y que los organizadores habían organizado una gira cerca de la frontera de Gaza el viernes”. (Énfasis en el original). ¡Es una “invitación” para completar la limpieza étnica-genocidio de los palestinos y trasladar a los colonos israelíes a reemplazarlos ahí!
El sábado 19 de octubre, las FDI atacaron nuevamente a Jabalia. Atacaron al Hospital Indonesio, uno de los tres hospitales en funcionamiento en la zona. Las FDI cortaron la electricidad a todas las instalaciones, lo que inmediatamente puso en peligro la vida de docenas de pacientes. Luego bombardearon el segundo y tercer piso del Hospital Indonesio.
En el campamento de Jabalia, los tanques destruyeron caminos y casas. Los habitantes afirman que las FDI destruyen decenas de viviendas cada día.
En este ataque murieron al menos 32 personas, de las cuales al menos 20 eran mujeres y niños (dado que la ideología fundamentalista reaccionaria de Hamas prohíbe que las mujeres combatan, “mujeres y niños” significa por definición “no combatientes”. Por supuesto, muchos, la mayoría o tal vez todos los hombres muertos también eran no combatientes).
Más tarde ese mismo día (sábado), las FDI lanzaron un asalto devastador sobre Beit Lahiya, otro pueblo en el norte de Gaza, mató a 73 personas y dejó heridas a más de 100. El bombardeo fue tan intenso que el suelo tembló y los edificios repletos de gente se derrumbaron, atrapando a muchas personas bajo los escombros. Los equipos de rescate no pudieron llegar a las zonas más afectadas.
Muchos heridos trasladados al Hospital Kamal Adwan “murieron debido a una severa falta de recursos, insumos médicos y personal especializado en las instalaciones”, según el director del hospital.
¿Es de extrañar que el enviado de Palestina ante la ONU dijera que “lo que está pasando ahora en el norte de Gaza es un genocidio dentro del genocidio”?
Peligro creciente de hambruna
El jueves 17 de octubre, la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (IPC) dio la voz de alarma sobre el peligro de que la hambruna azotara a toda Gaza4. Utilizando una escala de cinco puntos, la IPC determinó que el 86 por ciento de los habitantes de Gaza (alrededor de 1,8 millones de personas) enfrentan niveles de crisis de hambre de “Fase 3”, que pueden deteriorarse rápidamente hasta el nivel más alto (peor), la Fase 5, que significa “hambre catastrófica”. Y esto puede convertirse en muertes en masa por inanición si no hay una intervención importante. Ya, el seis por ciento de la población (alrededor de 120.000 personas) se encuentra en la Fase 5, y se espera que esa cifra se duplique en los próximos dos meses.
A los medios de comunicación les gusta llamar a todo esto “crisis humanitaria”, un lenguaje que hace que suene como un desastre natural, como los desastres causados por un terremoto o una sequía. Pero en realidad, es el resultado de una acción deliberada de los israelíes para matar de hambre y quebrar a la población. Prueba de ello son los cientos de camiones repletos de suministros que están alineados fuera de los puestos de control israelíes, a los que se les impide entrar a Gaza; la matanza de trabajadores humanitarios, incluido el ataque de las FDI al convoy de ayuda de World Central Kitchen en abril, en el que murieron siete miembros del personal; los frecuentes ataques de Israel a los centros de distribución de alimentos y el cierre del norte de Gaza a principios de octubre, que describimos antes.
¡No se puede darle la espalda!
Dicho sin rodeos, Israel está llevando a cabo un genocidio —la expulsión, destrucción o asesinato del pueblo palestino de Gaza— ante nuestros propios ojos… Todos necesitamos hacer frente a esta realidad y actuar para ponerle fin.
Aquí cabe reflexionar y actuar en torno a REVOLUCIÓN #4 @BobAvakianOfficial, donde Bob Avakian aborda una cuestión crucial:
Sé que algunas personas dicen: “¿por qué debería preocuparme cosas como Palestina? Aquí mismo ya tenemos suficientes problemas que debemos abordar”.
En primer lugar deberías preocuparte porque eres un ser humano. Y la realidad es que las cosas nunca se arreglarán —y las masas de personas nunca saldrán del infierno en el que se encuentran— mientras este sistema del capitalismo imperialismo siga gobernando a la gente en Estados Unidos y dominando al mundo.
El problema para la gente en todas partes es ESTE SISTEMA. Este sistema del capitalismo imperialismo que es el impulso detrás de la matanza de personas en Palestina es el mismo sistema que está causando tanta miseria para las masas de personas en Estados Unidos. Quita derechos básicos, trata a grupos enteros de personas como “de segunda clase” y menos que humanos. Mantiene a muchos en condiciones desesperadas y causa que muchos recurran a actos desesperados. Envenena la mente de las personas con la pútrida cultura y los “valores” depravados de este sistema: “hazlo por el yo y al diablo con los demás”… “consigue lo que quieres como puedas”… “persigue tus sueños”, mientras caminas sonámbulo por la verdadera pesadilla. Distraer y desmoralizar a la gente con callejones sin salida y objetivos asfixiantes. Aterrorizar a la gente con brutalidad y asesinatos por parte de la policía, y encarcelar en masa a personas a las que ya se les niega una vida digna. Todo ello mientras este mismo sistema le roba a la gente en Estados Unidos y en todas partes de un futuro en el que valga la pena vivir, o de plano cualquier futuro, con la destrucción acelerada del medio ambiente y las guerras que amenazan con convertirse en un conflicto total entre potencias con armas nucleares que podrían aniquilar a la humanidad.
Por todo esto, a ti, a toda persona decente, debería importarles —y deberían actuar para hacer algo al respecto— como para hacer lo que más tiene sentido que se podría hacer: ser parte de la revolución para poner fin a este sistema, y a toda la miseria que impone a la gente en todas partes.