“Todos los días sentimos angustia por nuestros familiares, vecinos y seres queridos. Nos asfixiamos… ¡estamos muriendo! Todos los días lloramos la muerte de alguien más. Niñas asesinadas. Niños hechos pedazos. Todos se han ido. Pongan fin a esta guerra, no podemos soportarlo más”.

— La reacción de un palestino ante un ataque con misiles de un dron israelí contra el campo de refugiados de Maghazi, en el centro de Gaza, 12 de octubre de 2024

Un año de “exterminio”

Durante un año entero, Israel libró lo que un informe de las Naciones Unidas llama una guerra de “exterminio” en Gaza. Es decir, un crimen contra la humanidad que en esencia es “la imposición intencional de condiciones de vida [como] la privación del acceso a alimentos y medicinas, calculadas para provocar la destrucción de una parte de una población”. (Énfasis añadido) (Consulte en adelante en el recuadro “La Comisión de Investigación de la ONU condena, pone al descubierto el crimen de ‘exterminio’ cometido por Israel” otra información sobre este informe.)

Este genocidio ya ha matado, como mínimo, a 42.000 personas en Gaza, probablemente unas 120.000. Entre ellas, como mínimo, 17.000 niños. Otros 50.000 niños han quedado huérfanos o han sido separados de sus familias. ¡Miles de niños han perdido extremidades! 625.000 niños han perdido un año entero de escuela.

Cerca de un millón de refugiados debido a la violencia israelí viven ahora en una franja de playa de Gaza en Al Mawasi que Israel llama una “zona segura”. Pero no está “segura”: Israel la ha atacado al menos 18 veces. Está infestada de aguas residuales, insectos que transmiten enfermedades y la gente vive en tiendas de campaña en condiciones de calor y frío. Según Médicos Sin Fronteras (MSF): “el acceso al agua, la atención médica y la seguridad es ya casi inexistente…”.

Sin embargo, todavía está “más seguro” que el resto de Gaza, una zona virtual de fuego indiscriminado para el ejército sionista (las FDI, o las Fuerzas de “Defensa” Israelíes) que, entre otros crímenes, dispara a niños pequeños en la cabeza como práctica habitual. (Véase el testimonio de los testigos y las radiografías aquí.)

El “Plan de los Generales” para la limpieza étnica

Ahora Israel ha lanzado un nueva ola de genocidio. Se inició en el norte de Gaza (incluida la ciudad de Gaza), donde antes vivían más de un millón de personas. Alrededor de 400.000 de ellas siguen viviendo ahí. Han sobrevivido a los asaltos israelíes que destruyeron casi el 70 por ciento de todos los edificios en el norte, junto con carreteras, escuelas, centros médicos, cultivos y panaderías. Sobrevivieron a una terrible hambruna el verano pasado.

El 1º de octubre de 2024, las fuerzas israelíes bloquearon todos los suministros de ayuda humanitaria que iban al norte. Poco después, el Programa Mundial de Alimentos anunció que ya no podía distribuir alimentos a las familias. Todos los grupos de distribución de alimentos pequeños también suspendieron su trabajo.

El 6 de octubre, Israel ordenó que casi 400.000 palestinos evacuaran el norte de Gaza y se dirigieran a la “zona humanitaria” de Al Mawasi. La BBC informa: “El mensaje central es que las FDI seguirán utilizando ‘mucha fuerza… durante mucho tiempo”. En otras palabras, no esperen regresar pronto”.

De manera amplia, se les considera a este “mensaje” como el comienzo de la implementación de lo que se conoce como el “Plan de los Generales”, un plan impulsado por Giora Eiland (ex jefe de seguridad nacional) y otros líderes militares y políticos israelíes, para desalojar completamente el norte de Gaza a todos los palestinos y declararla una “zona militar cerrada”. Después de eso, todos los palestinos serían considerados “combatientes enemigos” (¡incluso más de lo que lo son ahora!).

El objetivo declarado es aislar y destruir lo que queda de Hamas en el norte, para luego probablemente trasladar ahí a colonos israelíes. Y los palestinos exiliados nunca regresarían.

Ante esta situación, hasta ahora la mayoría de la gente se ha quedado o se ha trasladado a lo que esperan que sean zonas más seguras del norte de Gaza. Algunos se quedan porque están discapacitados o son demasiado pobres como para emprender la interminable travesía de una zona “segura” a otra, acechados por la sed y el hambre, bajo la mirada —y a veces las balas y las bombas— de los invasores… para ser expulsados de nuevo unas semanas o meses después.

Pero también tiene un firme desafío, nacido de la opresión israelí, aparentemente interminable y despiadada. Una joven explicó la obstinada negativa de ella y sus padres, hermanos, sobrinos y sobrinas a irse: “Nos negamos a huir sólo para morir humillados. La muerte es muerte, ya sea que muramos aquí o en otro lugar. Así que muramos con dignidad en nuestro hogar”.

Asedio de hospitales y campos de refugiados

El 7 de octubre se iniciaron los bombardeos. Las perspectivas de poder huirse se volvieron infinitamente más peligrosas. Las fuerzas israelíes concentraron su atención —como ya lo habían hecho anteriormente— en el campo de refugiados de Jabaliya, al norte de la ciudad de Gaza, donde entre 50.000 y 100.000 personas se apiñaban en un espacio de aproximadamente 800 metros cuadrados. Algunos habitantes, que ya habían sido considerados “destruidos” a causa de las bombas y los soldados israelíes en ataques anteriores, se habían quedado y volvieron otros que habían huido. Ahora las fuerzas israelíes declararon (sin pruebas) que las fuerzas de Hamas se estaban “reagrupando” en el norte de Gaza, incluida en Jabaliya.

Israel amenazó con “ataques sistemáticos y la destrucción radical de [supuestas] estructuras terroristas”… y cumplió su amenaza. El lunes 7 de octubre de 2024, 15 personas murieron en un ataque aéreo contra un campamento de tiendas de campaña. El martes 8, los ataques aéreos dejaron al menos 18 muertos. El miércoles 9, soldados armados irrumpieron en el campamento con una postura de “disparar a cualquiera que se mueva”. Los tanques rodearon a Jabaliya. El jueves 10, 22 personas murieron ahí. El viernes 11, decenas de casas fueron voladas por robots con explosivos. El Ministerio de Salud de Gaza informó que hasta la noche del viernes 11, 200 personas habían resultado asesinadas en el norte.

Los ataques también se intensificaron en el centro de Gaza. Democracy Now! informa que el 8 de octubre, el campo de refugiados de Bureij, cerca de Deir al-Balah, fue bombardeado y murieron 25 personas, entre ellas al menos cinco niños. El 8 de octubre, una escuela que se utilizaba como centro de refugiados en Deir al-Balah fue bombardeada y murieron 28 personas.

El 8 de octubre, los soldados rodearon los tres hospitales que aún operan a duras penas en la zona (Kamal Adwan, Indonesio y Al Awda) y exigieron que evacuaran a su personal y a sus pacientes, entre los que había niños pequeños conectados a respiradores, ancianos en diálisis y 80 lisiados de guerra en cuidados intensivos. Estos pacientes no podían ser trasladados de forma segura y, en cualquier caso, no podían encontrar tratamiento cerca.

Según se informa, “las fuerzas israelíes habían rodeado el hospital Kamal Adwan y habían abierto fuego contra su oficina administrativa”. El director del hospital se negó a cerrar el Kamal Adwan y a evacuarlo, declarando: “He estado aquí desde que se inició el genocidio y estoy decidido a seguir ayudando a mi gente”. Finalmente, el grupo Ayuda Médica para Palestina (MAP) pudo sacar a algunos de los niños, ¡pero las ambulancias fueron detenidas en los retenes de control de las FDI! El 12 de octubre, la situación en estos hospitales se calificó de “catastrófica”. MAP advirtió: “El mundo debe actuar antes de que Gaza sea borrada por completo”.

En un intento de “justificar” sus chocantes ataques a hospitales que atienden a una población enorme y desesperada, Israel esgrimió su argumento habitual: que Hamas está utilizando hospitales (o escuelas, o edificios residenciales, o lo que sea que acaban de volar) como “centros de comando”.

Aquí nada más tenemos que decir que estas afirmaciones son completamente inútiles: Israel no permite que ninguna fuerza independiente investigue sus afirmaciones; prohíbe casi por completo que los periodistas no palestinos entren a Gaza y está asesinando a los periodistas palestinos a un ritmo espantoso (al menos 128 muertos hasta ahora, según el Comité para la Protección de los Periodistas). Nunca explica siquiera qué es un “centro de mando” (¿quizá un militante con un teléfono móvil?)… Y aunque fuera cierto en algunos casos, esto no puede justificar para nada la matanza de decenas, cientos y miles de hombres, mujeres y niños inocentes. ¡Y no obstante, todos los medios estadounidenses pro Israel toman con seriedad estas afirmaciones!

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Después de leer las historias en este artículo sobre la continua matanza apoyada por Estados Unidos en Gaza —que, por horrorosas que sean, toca tan sólo la superficie de lo que Israel ha hecho en tan sólo una semana de genocidio… ¿es posible que alguien realmente niegue la verdad de esta “provocación oportuna” de parte del líder revolucionario Bob Avakian?

Lo que sigue es un complemento a mi declaración de que: Después del Holocausto, lo peor que le ha pasado al pueblo judío es el estado de Israel.

Israel ha hecho algo verdaderamente increíble — ¡Israel ha conseguido convertir a judíos en nazis!

Esta es la conclusión terrible pero inevitable que hay que extraer de toda la historia de Israel, en su opresión asesina del pueblo palestino y las actuales acciones genocidas de Israel, junto con las declaraciones de altos funcionarios del gobierno israelí, así como de los partidarios de Israel, al intentar justificar todo esto.

También hay que decir que nada de esto pudo haber sucedido sin el apoyo total e inquebrantable del imperialismo estadounidense a los continuos crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra por parte de Israel: su limpieza étnica del pueblo palestino, su régimen de apartheid sobre ellos durante generaciones y ahora la intensificada matanza genocida en Gaza y la creciente violencia de los colonos ilegítimos, respaldados por el ejército israelí, contra el pueblo palestino en Cisjordania.