Durante más de dos semanas, los escuadrones de golpeadores enmascarados fascistas de Trump han venido aterrorizando a las comunidades inmigrantes y latinas de Los Ángeles. Por todo Los Ángeles, la misma escena: irrumpen en una zona golpeadores enmascarados con grueso blindaje corporal, a menudo blanden armas largas, y con nada más que la palabra de identificación “POLICÍA” en el pecho. Ven a un hombre que se sube a una camioneta con herramientas de jardinería o encuentran a una mujer que vende comida en una mesa de juego, y los levantan, es decir, gente trabajadora común, arrestada por el delito de intentar dar de comer a su familia. A menudo, estos soldados de asalto ni siquiera les permiten a las personas ejercer su derecho legal de llamar telefónicamente a un ser querido o a un abogado. Cientos, quizás miles, han sido secuestrados de esta manera; nadie lo sabe realmente, debido a que estos golpeadores del ICE operan a su antojo.
Esto va mucho más allá de cualquier noción tenue de un “fascismo sigiloso” -- es un “fascismo saltante” ahí mismo en Los Ángeles y pronto en una ciudad cercana. Esto es pura mierda, con sus uniformes de soldados de asalto, sus máscaras, sus gruñidos y sus quejas sobre “ser irrespetados”.
Y estos fascistas de primera línea cuenta con refuerzos: casi 5.000 efectivos de la Guardia Nacional e Infantes de Marina, enviados por Trump en contra de las objeciones del gobernador de California y la alcaldesa de Los Ángeles.
Pero esta batalla tiene dos bandos, y el bando justo —el de las personas calumniadas e injustamente perseguidas— viene cobrando cada vez más fuerza. La gente resiste. Vía redes de autodefensa y grupos comunitarios, y videos virales grabados por transeúntes, la gente se entera y se reúne, grita, protesta y arma un alboroto. Esto no detiene a los fascistas, pero les hace saber que son odiados y los estorban. Hace falta que esta resistencia cuente con apoyo y se multiplique. Veamos estos videos para tener una idea de a qué nos referimos.
Existe un contagio de resistencia, que ahora se extiende mucho más allá de lo que sale en los videos, a mucha gente común.
Este es el momento en que un vehículo policial sin distintivos embiste a miembros de la comunidad. Momentos después, se lanzó gas lacrimógeno, según imágenes grabadas por la alcaldesa de Cudahy, Elizabeth Alcantar
Policía antidisturbios ataca a manifestantes contra el ICE con gas lacrimógeno y granadas aturdidoras
El Departamento de Seguridad Nacional ha declarado que 250 activistas anti-ICE irrumpieron en una oficina local del ICE en Portland después de que los manifestantes se enfrentaran a agentes federales.
Ataques violentos contra rivales en la clase dominante
Video en inglés: Agentes del ICE arrestan a Brad Lander
Esto nos da una idea de lo que aplican reparten a los inmigrantes comunes, o a los transeúntes que quizá objeten o hagan una pregunta, al ver las escenas así del contralor del municipio de Nueva York y candidato a la alcaldía, Brad Lander. En este video, los agentes del ICE lo golpean mientras lo arrestan por acompañar fuera del edificio a un inmigrante después de su audiencia, antes de que el ICE les cayera encima para arrestar a los dos. (Pusieron el libertad a Lander después de cuatro horas, pero al cierre, el inmigrante al que Lander acompañaba, al que éste conocía como “Edgardo”, ha “desaparecido en el sistema”).
Vídeo en inglés: El senador federal Alex Padilla se pronuncia en el pleno del Senado después de su detención por agentes federales.
Aún más inquietantes son los continuos ataques contra el senador californiano Alex Padilla. Padilla intentó hacerle una pregunta a la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, y por este “delito” forcejearon con él y lo tiraron al suelo, lo pusieron boca abajo, lo esposaron y lo sacaron a paso de ganso de la conferencia de prensa. De nuevo, el fascismo clásico. Escuchen al propio Padilla trazar la conexión.
Luego, la situación fue de mal en peor. El vicepresidente J.D. Vance, “el naco profesional”, salió y, mientras criticaba a Padilla por “montar un teatro político”, fingió no recordar el nombre de pila de Alex Padilla y lo llamó “José” Padilla. José Padilla es el nombre de un individuo que fue condenado por complicidad con el terrorismo en la época de George W. Bush. Cuando un periodista le preguntó al portavoz de Vance cómo éste pudo confundir el nombre de Alex Padilla cuando había servido a su lado en el Senado, el portavoz de prensa dijo que Vance “debió haber confundido a dos personas que infringieron la ley”. ¡Esto equipara el intento de Padilla de hacerse una pregunta a Noem con el terrorismo! Al mínimo, hiede fuertemente a un montaje intencional en todo esto y equiparar muy peligrosamente la acción de hacer una pregunta con el terrorismo.
Como hemos señalado antes, si ellos le harán algo así a un miembro de la clase dominante por el mero hecho de intentar defender el estado de derecho o hacer preguntas a un fascista, ¿qué le harán —no, qué le están haciendo— a la gente común?
Esto tiene otra dimensión importante: las posibilidades de poner un alto concreto al fascismo y sacar a un régimen fascista serían muchísimo mayores si existiera un movimiento de masas desde abajo (tal como estamos empezando a ver de una manera distinta en Los Ángeles ahora mismo) y las escisiones dentro de las instituciones de gobierno del sistema (tal como también estamos viendo en California).
La situación que se está agudizando de manera intensa en California —y la amenaza por parte del ICE con “llevar este espectáculo de gira” a Chicago y Nueva York— subraya estos puntos del reciente e-mensaje de Bob Avakian, REVOLUCIÓN #124, “Todo el régimen fascista de Donald Trump está envuelto en una contradicción de su propia creación: las continuas Grandes Mentiras de Trump”:
Lea en español y escuche en inglés este e-mensaje de @BobAvakianOfficial.
Las Grandes Mentiras sobre los inmigrantes, y las acciones brutales sin ley que se llevan a cabo a partir de estas Grandes Mentiras, constituyen un ataque frontal y un ariete en la campaña de este régimen para consolidar su dominio fascista. Al mismo tiempo, sus acciones basadas en estas Grandes Mentiras —de perseguir despiadadamente a los inmigrantes que no son criminales violentos— le están causando grandes problemas al régimen de Trump: masas de gente común, entre ellas grandes números de personas que no son inmigrantes pero que sí creen en los derechos básicos y en tratar a las personas de forma justa y decente, se han indignado por estos ataques contra los inmigrantes y se han movilizado en protesta — como parte de las enormes protestas y resistencia continuas en general contra los atropellos multifacéticos los que perpetran a continuo este régimen fascista y su tiranía sin ley en curso.
Ya basta — de hecho, las cosas ya han ido a los extremos, y sin derrotar a este fascismo y sin sacarlo pronto, en realidad será muy tarde.
Ya nos está encima el momento: hace falta ya un gran aumento cualitativo de la resistencia implacable contra este régimen fascista, volviéndose aún más masiva y sostenida —que movilice a muchos millones de personas— con acciones no violentas pero con una férrea determinación en torno a la crucial exigencia unificadora de que ¡se larguen Trump y su régimen fascista— YA!: con el objetivo de nada menos que parar en seco el funcionamiento de este régimen fascista y crear las condiciones para que sea sacado del poder.