
No quiero que nadie me obligue a vacunarme.
El artículo de Howard Bryant en ESPN.com, “Novak Djokovic is a profile in selfishness, and sports leaders are failing us all” [Novak Djokovic es un retrato del egoísmo, y los líderes deportivos nos están fallando a todos], habla de la negativa de Djokovic a vacunarse contra la Covid, de los intentos de impedirle competir en el torneo de tenis del Abierto de Australia por no estar vacunado, y de mucho más. (Nota: Este artículo se escribió el 12 de enero de 2022, antes de que Djokovic fuera expulsado de Australia).
Bryant compara a Djokovic con otros deportistas antivacunas de alto perfil: Aaron Rodgers, mariscal de campo de los Green Bay Packers, y Kyrie Irving, de los Brooklyn Nets de la NBA, que no sólo se han negado a vacunarse contra la Covid, sino que han adoptado posturas públicas al respecto muy perjudiciales. Bryant también habla de LeBron James, de los Los Ángeles Lakers, que sí se vacunó pero ha difundido información errónea y perjudicial en relación a la Covid-19.
Lo que me ha parecido interesante es que Bryant no se limita a denunciar a estos deportistas. Habla de los sacrificios realizados por personas de todo el mundo para evitar que no sólo ellos mismos, sino también otros, se contagien de Covid. Y lo contrapone a estos “atletas de alto perfil (que) han decidido que el único nombre que importa es el que figura en la parte posterior de sus camisetas”. A ellos Bryant contrapone los deportistas que han defendido la justicia social y deportistas como el gran tenista Andy Murray, que dijo: “...la razón por la que todos nosotros nos vacunamos es para cuidar al público en general”. Pero, escribe Bryant, lo que ha sucedido es que esos atletas heroicos que defendían la justicia social “han sido sustituidos por el jugador de la era de la pandemia que sólo está comprometido con sí mismo, sin la carga de la comunidad o la responsabilidad hacia los demás, utilizando plataformas vanagloriadas para difundir la pseudociencia, para elevarse y separarse”.
Analiza cómo Estados Unidos bajo Trump manejó la Covid, “denigrando el uso de la máscara como una herramienta para los débiles, y lo que es peor, un símbolo del fascismo, posicionando la pandemia como un engaño, incluso mientras el sistema de atención médica se sobrecargó y el Parque Central [de la Ciudad de Nueva York] sirvió como una morgue portátil”.
Un tema importante que recorre todo el artículo es que Aaron Rodgers está promocionando el libro de Ayn Rand, La rebelión de Atlas [original en inglés, Atlas Shrugged], una tontería anticientífica, anticomunista, elitista, individualista y capitalista que promueve lo de “joder a los demás antes de que te jodan a ti”. Aprendí que Bryant ve este libro como una metáfora del egoísmo e individualismo de estos atletas antivacunas y cómo Bryant utiliza las palabras “Atlas” y “Shrugged” para informar de este punto.
Con respecto a la pandemia, Bryant sitúa las ligas deportivas profesionales en este mundo de Ayn Rand, donde “El deporte adoptó la retórica política divisiva de la eficacia de las vacunas por encima de la salud, de lo personal por encima de lo colectivo, guiado por el espectro del momento existencial”. En opinión de Bryant, el deporte no sirvió como un “ejemplo, sino un acelerador de las divisiones, un reflejo de lo anticientífico, del cinismo, de la pandemia como la política”.
Creo que este artículo es una lectura importante, ya que hay mucho que aprender aquí. Léalo.
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