El Club Revolución del Área de la Bahía de San Francisco ha estado distribuyendo ampliamente y forcejeando profundamente con la proclama “Somos los Revcom (Comunistas Revolucionarios)”. Desde el Primero de Mayo, cuando anunciamos la publicación nacional de esta Proclamación, hemos llevado este mensaje a varios festivales, un mercado de pulgas y un mercado sobre ruedas de productos agrícolas. Hemos hecho todo esto con la orientación estratégica de la cita de Bob Avakian “Todo depende de gestar un pueblo revolucionario…”.

El mismo Primero de Mayo, el Club leyó en voz alta la Proclamación recién impresa como parte de nuestra orientación del día. Se enfatizó que la Proclama será una de las principales herramientas de organización (y un acelerante) de la ofensiva de primavera y verano para poner la revolución en el mapa. Nos dispusimos a hablar con todos, pero con la vista puesta en las personas que la Proclama identifica en el párrafo inicial: “A toda persona que ya no soporte este mundo tal como está…”. Ese día conocimos a muchas personas reflexivas que se sintieron atraídas por la concentración y la marcha, y por nuestro mensaje revolucionario directo. Entre ellos, un estudiante internacional de mentalidad revolucionaria que se emocionó hasta las lágrimas tras la marcha y dos personas que se animaron a conocer más de cerca el Club Revolución.

Al día siguiente, una de ellas se unió a unos cuantos miembros del Club en una discusión programada sobre la Proclama y se hizo miembro en el acto tras repasar los Puntos de Atención para la Revolución. Se continuó una conversación que surgió en el trayecto del metro de vuelta a casa tras el Primero de Mayo. Un miembro más reciente del Club, que se activó en torno al Día Internacional de la Mujer y la gira de Sunsara contra la demencia “woke” (concienciada), expresó la duda de si “el objetivo último de abolir definitivamente las guerras entre los seres humanos” es posible, ya que “siempre ha habido guerras y conflictos entre los seres humanos”. Hablamos del alcance total de la futura sociedad comunista, de cómo por necesidad sólo puede hacerse a escala mundial con la abolición final de las “4 Todas”. Y que por medio de esto, las propias guerras ya no serían necesarias y no están intrínsecamente ligadas a la naturaleza humana. Por otra parte, surgió la cuestión de la existencia de armas nucleares y de las armas de destrucción masiva. La gente tenía dudas en cuanto a la viabilidad práctica de desmantelar estas armas bajo el socialismo, pero principalmente la conversación giró en torno a “fines y medios”. Que hasta las formas de lucha de los revolucionarios, y la defensa de un futuro estado socialista, tienen que ser coherentes con el objetivo de la emancipación humana. Que estas armas no son compatibles con ese objetivo por lo extremadamente devastadoras e indiscriminadas que son. Nos adentramos en la política escrita en el proyecto de Constitución de no utilizar nunca estas armas y de dedicar recursos a desmantelarlas de forma segura.

Otra cuestión planteada se relacionó con nuestro enfoque estratégico de “Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución”. Alguien preguntó por qué no dice primero “Transformar al pueblo” y luego “Luchar contra el poder” con ese pueblo ya transformado. Se les dijo que ambos procesos no son independientes, que hay que transformar a las personas a la vez que tomamos partido con las personas y las defendemos contra ataques injustos. Y que la lucha contra el poder adopta distintas formas, como tomarnos las calles el Primero de Mayo, que es donde esta persona nos conoció. En una conversación en el núcleo dirigente tras esta discusión, hablamos de que la lucha contra el poder sirve concretamente de terreno fértil y de acelerante para transformar al pueblo. Y que el pueblo no puede transformarse en lo fundamental si sale derrotado y acepta atropellos aún peores.

Con el comienzo de la temporada de festivales de verano, también hemos tenido cierta experiencia invitando a la gente a participar en discusiones programados en nuestros puestos de eventos. Se trata de discusiones informales en los que la gente puede explorar la Proclama y conocer al Club Revolución. En una discusión así en un festival del libro, se nos unió alguien que nos conoció el Primero de Mayo. Se animó, revisó los Puntos de Atención y se unió al Club Revolución ahí mismo, en el puesto. Invitamos a gente a lo largo del día en estos actos con pequeños volantes, y también hicimos llamadas el día anterior para invitar a contactos más amplios. Más tarde ese día, se nos unió una joven pareja que acabábamos de conocer y que al principio manifestó estar totalmente de acuerdo con la necesidad de una revolución, pero a lo largo de la discusión defendió la necesidad de “dar de comer primero a la gente” y que los colectivos agrícolas locales son la forma de acabar con el capitalismo. Un revolucionario veterano la retó a pensar en quién posee los grandes medios de producción (tierras, fábricas, recursos, etc.). Y a pensar en cómo este enfoque satisfaría las demás necesidades de la gente (ropa, vivienda, medicinas, etc.). O cómo este enfoque abordaría las desigualdades geográficas entre estos diferentes colectivos agrícolas localizados. Algunos de los miembros más recientes del Club expresaron cierto acuerdo con el planteamiento de intentar satisfacer las necesidades de la gente dentro del sistema existente a fin de ganar las personas hacia la revolución. Luchamos sobre la necesidad de tener la vista puesta más alto que intentar conseguir reformas en pequeña escala dentro del sistema a cierto nivel local, y que esta revolución tiene sus vista puesta en la emancipación de toda la humanidad. Intentamos reconducir la conversación hacia la Proclama, pero la pareja no estaba interesada en continuar la conversación después de haber sido interpelada. Este intercambio nos inspiró para sostener con los miembros del Club discusiones más sistematizadas sobre cuestiones clave y formas de pensar que mantienen a la gente atrapada en este sistema, ya que nos dimos cuenta de que las personas están entendiendo las cosas de formas muy disparejas. Programamos la primera de una serie de discusiones para el fin de semana siguiente en nuestro puesto del Festival de Jazz Malcolm X.

Cuando bregamos con el objetivo de organizar a miles, y luego a millones, de personas en este movimiento, y la oportunidad única que tenemos en este momento poco común de hacer una revolución, nos dimos cuenta de la importancia de que las masas de personas hicieran suya la Proclama. Esto nos ha llevado a adoptar un nuevo enfoque: desafiar a las personas que están más interesadas en esta revolución, y que tienen un fuego para sus adentros contra la opresión, a hacer un donativo de 2 dólares por un paquete de 5 Proclamas que lleven a otros, se mantengan en contacto con nosotros, compartan su experiencia de llevarla a otros, junto con las preguntas y conversaciones que tuvieron. Esto permite a la gente del común contribuir económica y políticamente a poner la revolución en el mapa, al tiempo que les capacita sobre cómo trabajar colectivamente con este movimiento. El precio de 2 dólares por un paquete de 5 desplegados es algo que la mayoría de las personas puede permitirse, pero ya es una contribución y, a veces, un sacrificio. La revolución requiere fondos, y si no queremos ser trabajadores sociales sino dirigir a las masas a emanciparse a sí mismas, necesitamos crear la cultura de no sólo dar cosas gratis sino de que la gente apoye continuamente este movimiento para la revolución y anime a otros a hacerlo. Ya mero estamos empezando a asumir este reto y esperamos adquirir más experiencia al respecto. Esta puede ser una forma clave de identificar a líderes potenciales para la revolución, personas lo suficientemente audaces como para ser las primeras en asumirlo en un momento en el que en la superficie las cosas parecen estables, pero por debajo están a punto de estallar. Hasta ahora hemos tenido una experiencia limitada, pero tenemos la intención de hacer un seguimiento con todos los que han tomado paquetes hasta ahora y evaluar nuestro enfoque. Y a medida que los nuevos miembros del Club adquieran más confianza —basada científicamente en evidencia— en la necesidad y la posibilidad de la revolución, esto les habilitará para desafiar más eficazmente a las masas para que adopten este enfoque.

Como otra forma de recaudación de fondos que hemos discutido antes a nivel local, al entrar en los días más cálidos del verano, hemos empezado a llevar botellas de agua con pegatinas de El Show RNL a cada excursión para pedir a cambio un donativo de 2 a 3 dólares. ¡Nos ha parecido una forma fácil de que la gente contribuya a nuestros objetivos de recaudación de fondos, al tiempo que promovemos la valiosa orientación de El Show RNL semanal y la hidratación! Hasta ahora nos hemos visto obstaculizados por un tiempo inusualmente frío.

Varias personas del festival de jazz se llevaron paquetes e hicieron donativos, y muchas otras se llevaron ejemplares individuales. Los principales organizadores de este evento eran buscavidas del rumbo metidos en la política de identidad y dueños negros de pequeños negocios. Pudimos experimentar de primera mano la manera en que estas tonterías “woke” (concienciadas) mantienen a la gente alejada incluso de escuchar la verdad si proviene de la “identidad equivocada”. Algunas personas que empezaban a acercarse al puesto al ver la palabra “revolución” se pararon en seco y se dieron la vuelta susurrando algo sobre los “blancos” mientras miraban al variado grupo de revolucionarios. Uno de los grupos a los que nos acercamos con la Proclama se negó a hablar con nosotros diciendo: “¡No queremos hablar con colonizadores europeos blancos en el festival Malcolm X! Fuera de nuestras narices”. Para muchos de los miembros del Club, el nivel de ignorancia fue sorprendente, pero nos sirvió de experiencia para mantenernos firmes y luchar por la verdad aunque sea impopular.

Terminamos el día con una sesión a fondo programada sobre la Proclama. Aunque abordamos la totalidad de la Proclama, en particular el segundo párrafo sobre el momento poco común y mucho sobre los elementos que la definen, dedicamos la mayor parte del tiempo a definir las características básicas de nuestro programa. Nos centramos en la sección central con “derrotar... abolir... establecer...”. Y una gran parte de la conversación se centró en la “derrota…”, tanto la seriedad de hacerlo como en la posibilidad cada vez mayor de que se produzca, con la agudización de las divisiones en la sociedad y entre los gobernantes. Al final de la conversación, la gente dijo que comprendía mejor de qué se trataba, aunque no estuviera totalmente convencida de la evidencia. Alentamos este proceso de exploración y programamos un discusión para la semana siguiente sobre el artículo de BA sobre la Constitución de los Estados Unidos y otra discusión sobre la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte.

Aunque nos hemos topado con mucho desprecio ignorante y calumnias cobardes “woke” (concienciadas) (por ejemplo, gritan “¡culto!” y huyen en un mercado sobre ruedas de productos agricolas), también hemos descubierto que sí hay personas en la sociedad que se preocupa por el futuro de la humanidad y del planeta, y que esta revolución puede conectarse con ellas. Y hemos trabajando de forma sistemática a la hora de mantenernos en contacto con esas personas y de encontrar formas de organizarlas de maneras grandes y pequeñas. Por ejemplo, el propietario de un restaurante del Medio Oriente que, por casualidad, habló con un miembro del Club quien fue a comer ahí y, por separado, lo abordó un equipo que estaba sondeando los negocios locales en busca de donativos. Mediante estas conversaciones, repitió en múltiples ocasiones que el problema es el capitalismo y que está de acuerdo en que necesitamos una revolución. Nos dijo que quería conocer más y que quería contribuir y ponernos en contacto con un grupo cultural que conoce.

Al darnos cuenta que una colecta de 2 dólares por botellas de agua no va a generar suficientes fondos para una revolución de millones de personas, el Club está organizando un almuerzo de barbacoa para recaudar fondos para que coincida con esta transmisión en vivo, y el dueño de este restaurante donó varias bandejas para nuestro uso. Nos aseguraremos de volver a hablar con él para dejarle saber que su aporte forma parte de algo muy grande y explorar con él el contenido de la Proclama. Y, en general, seguimos apoyándonos en la iniciativa de masas de personas, en gente nueva, para llevar a cabo cada elemento de esta parrillada, de modo que adquieran la experiencia de trabajar en equipo por un objetivo común. También hemos integrado nuestros discusiones habituales en la planificación de la comida, como ver clips de la Entrevista con BA durante la reunión de planificación de la parrillada y la Constitución para la Nueva República Socialista combinada con la preparación de los ingredientes y el adobo de las carnes el día antes del evento. Tendremos más que decir sobre esta parrillada y la transmisión en vivo después.

En general, estamos adoptando varias formas nuevas de hacer las cosas con una experiencia limitada. No es fácil, pero confiamos en que, si perseveramos en este enfoque, gestaremos un núcleo sólido de revolucionarios junto con una presencia y una base de apoyo construidas sobre los cimientos indicados. La recaudación de fondos de verdad es una forma clave con la cual la gente puede formar parte de este movimiento. ¡Nos proponemos poner la revolución en el mapa este año junto con otros en todo el país y recaudar grandes fondos para hacerlo!