
El Club Revolución en la protesta en Washington, D.C., contra el ataque de la Corte Suprema al aborto, 1º de diciembre de 2021.
El 1º de diciembre, la Corte Suprema de Estados Unidos escuchó los argumentos orales sobre si permitir o bloquear una ley de 2018 de Misisipí que prohíbe los abortos después de las 15 semanas de embarazo, sin excepción por violación o incesto. Normalmente, una ley como esta sería anulada inmediatamente porque viola abiertamente la propia decisión histórica de la Corte Suprema de 1973 en el caso Roe contra Wade, que protegía el aborto en todo el país hasta las 22-24 semanas de embarazo. El hecho de que la Corte Suprema aceptara conocer esta impugnación revela que está dispuesta a considerar la posibilidad de restringir radicalmente, si no poner fin en toda su extensión, a las protecciones del aborto establecidas en el fallo Roe contra Wade. Ahora, las preguntas y los argumentos presentados por los “jueces” abiertamente fascistas que ahora constituyen la mayoría de la corte (Clarence Thomas, Samuel Alito, Neil Gorsuch, Bret Kavanaugh y Amy Coney Barrett) hicieron que casi todos los comentaristas serios que cubrían estas audiencias concluyeran que los jueces parecen dispuestos a dar un mazazo a las protecciones del aborto existentes.
La decisión de la corte sobre este caso no se emitirá hasta dentro de varios meses (probablemente en junio o julio de 2022).
Si la Corte Suprema anula por completo el fallo Roe contra Wade, más de 20 estados ya tienen prohibiciones del aborto aprobadas que entrarán inmediatamente en vigor. Pero aunque la corte no anulara completamente Roe contra Wade y en su lugar “sólo” mantuviera la prohibición de Misisipí de una manera que socavara seriamente Roe contra Wade, el movimiento fascista cristiano para penalizar todos los abortos en todas partes ganaría un serio impulso y una libertad legal mucho más amplia para hacer su daño.
Sea como sea, ya se ha hecho un daño tremendo con los argumentos fascistas que se destacaron y normalizaron en esta audiencia. Y los resultados de un fallo negativo no sólo los sentirán las mujeres en Estados Unidos, pero, dada la influencia de este país, repercutirá en la vida de las mujeres de todo el mundo.
Debido a que hay tanta confusión y actitudes defensivas sobre lo central e importante que es el derecho de las mujeres al aborto a solicitud y sin disculpas, queremos poner al descubierto y refutar la lógica fascista odia-mujer de algunos de los argumentos más escandalosos presentados por los fascistas de la Corte Suprema.
1. ¡Los fetos NO son personas! No tienen derechos y no deberían tenerlos.
Durante esta audiencia Alito, Thomas y Kavanaugh hablaron en diferentes sentidos sobre la necesidad de tomar en consideración los “intereses” del feto como tal.
Tenemos que tener una cosa en claro. No existe, ni debería existir, ningún concepto legal de que un feto tenga derechos independientes. Eso es un concepto extraño y perjudicial. El feto no es una persona hasta que nazca y pueda vivir/sobrevivir fuera del vientre de una mujer. Por eso decimos “Aborto a solicitud y sin pedir disculpas”, y que la decisión sobre abortar o no la puede tomar únicamente la mujer en cuyo cuerpo el feto crece.
Pero en realidad, esta narrativa sobre los “intereses del feto” y los “derechos del feto” no es más que una tapadera y una distracción del verdadero problema: LA ESCLAVIZACIÓN DE LAS MUJERES. Porque no hay ningún mundo en el que se restrinja el aborto que no ejerza una grotesca violencia física, emocional, social y psíquica sobre las mujeres, convirtiéndolas en incubadoras, en máquinas de hacer bebés, secuestrando sus cuerpos, su seguridad, su vida, su posición social, sus relaciones de por vida y mucho más.
Es críticamente importante tener claro todo esto porque ya se está preparando el establecimiento de un estatus legal constitucional de “personería fetal”. Esto le daría al feto —desde el momento de la concepción— una protección de igualdad bajo la XIV Enmienda y les quitaría a las mujeres el derecho de abortar (y francamente de usar ciertos tipos de control de la natalidad) en todos los 50 estados.

Mujeres con pantalones ensangrentados en la protesta por el derecho al aborto en la Universidad de California-Los Ángeles.
2. ¡La opción de la adopción no es un sustituto del aborto! ¡Obligar a las mujeres a PARIR y luego a renunciar a la patria potestad es una forma bárbara de esclavización femenina!
Amy Coney Barrett hizo la escandalosa afirmación de que tener que llevar a término un embarazo no supone realmente una gran carga. ¿Por qué? Ahora hay leyes de “refugio seguro” que permiten que una mujer renuncie —es decir, deje— al recién nacido en cualquier estación de policía o de bomberos, para que se dé en adopción “sin penalidades”.
Ella lo expresó así:
Me parece que [el argumento] enfoca la carga de forma mucho más limitada. No cabe duda de que hay una vulneración a la autonomía corporal, para la que tenemos otro contexto como el de las vacunas. Sin embargo, no me parece que el embarazo y luego la paternidad formen parte de la misma carga, por lo que me parece que la decisión, más centrada, sería entre, digamos, la posibilidad de abortar a las 23 semanas, o que el estado requiera que la mujer continúe 15, 16 semanas más, y que luego ponga fin a la patria potestad al concluir el embarazo.
No se trata de algo de poca monta obligar a alguien a ser madre cuando no decide serlo, y no se trata de ningún “consuelo” posteriormente tener la opción de regalar el bebé a otro. Por mucho que se quiera embellecer esto, se asemeja a la situación de El cuento de la criada, una visión de las mujeres cuya función principal es ser una incubadora para otra persona. Más allá del hecho de que el embarazo implica un peligro para la salud de la mujer1, la experiencia de ser obligada a llevar a término un embarazo no deseado, a procrear y luego a renunciar a un hijo del que no puede cuidar y/o que no deseaba, constituye la tortura emocional.
Especialmente en estos tiempos de análisis del ADN y la ausencia de privacidad, esta carga indebidamente impuesta es una que las mujeres jamás podrán dejar completamente atrás. Por encima de todo esto, se tiene el peso de milenios de juicio y estigma social patriarcal impuesto a las mujeres que se consideran “malas madres”. Y todo eso no sólo afecta a la mujer individual así coaccionada, pero que pende como una amenaza sobre la vida y los sueños de todas las mujeres en todas partes.
El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos!, Episodio 81, en inglés:
SE ANUNCIA: NUEVO DISCURSO DE BOB AVAKIAN;
La Corte Suprema en posición para poner fin al aborto y esclavizar a las mujeres; y otros temas
3. Los derechos fundamentales NO deben “dejarse en manos de la gente”
Kavanaugh argumentó que lo que hace que el aborto sea tan difícil es que es necesario “equilibrar” los “intereses” del feto con los intereses de la mujer. Ya hablamos de la realidad de que los fetos no tienen intereses. En esta parte queremos hablar de hacia dónde llevó Kavanaugh este argumento. Dijo que, dado que este tema es tan controvertido, debería dejarse que “la gente” en los diferentes estados tome la decisión.
¡No! ¡Los derechos fundamentales no deberían estar a debate!
En Estados Unidos, hemos presenciado lo que ocurre cuando la cuestión de los derechos fundamentales se deja en manos de la “gente”. Esa es exactamente el tipo de situación de los “derechos de los estados” que existía en el Sur durante décadas bajo las leyes segregacionistas del Jim Crow, que impusieron la segregación por ley y privaron al pueblo negro de derechos básicos.
Además, el hecho que las mujeres tengan el derecho al aborto en realidad no lo determinará “la gente” en algún sentido abstracto. En ausencia de protecciones en todo el país, esta cuestión determinarán las legislaturas de los estados — muchas de las cuales los fascistas ya tienen en cautiverio y/o muchas de las cuales favorecen institucionalmente el poder de los conservadores extremos y fascistas. Kavanaugh y sus colegas jueces fascistas en esta y otras cortes saben exactamente lo que están haciendo al plantear esto: dar luz verde para hacer trizas la libertad de todas las mujeres.
4. La anulación de Plessy contra Ferguson (“Separados pero iguales”) AMPLIÓ los derechos de los negros. Anular Roe contra Wade EVISCERARÍA los derechos de las mujeres.
Brett Kavanaugh afirmó, en sus audiencias de confirmación en el Senado, que Roe contra Wade era “ley establecida”. Pero el 1º de diciembre, insinuó descaradamente que Roe contra Wade nunca fue correcto y, por lo tanto, no vio ninguna razón por la que no debería ser anulado.
Kavanaugh reforzó su argumento enumerando un montón de decisiones tomadas por la Corte Suprema que fueron anuladas posteriormente porque la corte decidió que estaban equivocadas. En particular, mencionó el caso Plessy contra Ferguson, una decisión tomada en 1896 que legalizó la segregación por raza en instalaciones e instituciones públicas como trenes, autobuses, escuelas, baños y fuentes de agua. Esto se basó en la teoría jurídica de que “separados pero iguales” no privaba a los negros de sus derechos bajo la XIV Enmienda. Esa decisión de la Corte Suprema condujo a décadas de terror del Jim Crow para imponer lo que era clara e intencionadamente desigual, hasta que finalmente se anuló por ley, en la decisión de 1954 en el caso Brown contra el Consejo de Educación de la Corte Suprema. No se hizo ningún argumento de que Plessy contra Ferguson era una terrible decisión que debiera haberse anulado mucho antes de 1954. No obstante, Kavanaugh, Alito y el fiscal general de Misisipí, en su conjunto, utilizaban ese caso de manera dolosa como argumento para anular Roe contra Wade.
¡Lisa y llanamente no existe ninguna comparación válida entre Plessy contra Ferguson y Roe contra Wade! Plessy le privó de sus derechos a todo un sector de la sociedad, mientras Roe contra Wade amplió y protegió los derechos de las mujeres a ser seres humanos llenos, y a no ser metidas a fuerzas en la maternidad en contra de su voluntad.
Conclusión
El flagrante desprecio por las mujeres como plenos seres humanos, en todas las declaraciones y preguntas de estos “jueces” que están emperrados en anular estos derechos, debería ser una llamada de atención para toda la sociedad. Esta amenaza sin precedentes en contra del aborto se impulsa por el afán fanático de controlar y esclavizar a las mujeres, de hacer añicos la independencia y la libertad que el acceso al control de la natalidad y al aborto ha proporcionado a las mujeres. Una corte y un sistema que ensalcen a jueces fascistas y den credibilidad al tipo de lógica odio-mujer que pregonan es un sistema completamente ilegítimo y es necesario deshacernos de él. En otro artículo (en inglés, próximamente en español), comentamos que hay que responder a este momento de peligro sin precedentes y aprovecharlo, como parte del trabajo para hacer caer este sistema y crear un nuevo sistema. En conclusión, queremos canalizar a nuestros lectores a la realidad de que existe una Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian, que establece la visión y el marco concreto para una sociedad radicalmente diferente que es posible crear por medio de una revolución real. De manera importante, eso incluye un enfoque radicalmente diferente de los derechos e intereses fundamentales de la mitad de la humanidad que nace mujer.