Ejército de las Criadas en frente del Departamento de Trabajo durante la protesta “Fuera Trump”, 5 de noviembre de 2025. Foto: @joeflood
No se pueden romper todas las cadenas menos una. No se puede decir que uno quiere eliminar la explotación y la opresión, pero quiere que persista la opresión de la mujer por el hombre. No se puede decir que uno quiere liberar a la humanidad, pero mantener a una mitad esclavizada por la otra.
— Bob Avakian, Lo BAsico 3:22
Hay una razón por la cual las fuerzas fascistas en Estados Unidos han convertido la subyugación de las mujeres en uno de los puntos más contundentes que definen su programa. A su parecer, el derecho de la mujer de controlar su propio cuerpo, vida y futuro —especialmente el derecho al aborto— representa una amenaza a todo el orden patriarcal, fascista cristiano por el cual están luchando tan incansablemente para imponer. Los avances por los cuales las mujeres lucharon tan duro durante las últimas décadas constituyen una amenaza existencial para la visión de esas fuerzas de un “Estados Unidos con Grandeza”.
Y sí tienen razón. La liberación de la mujer es incompatible con la sociedad opresiva de dominación masculina, blanca y cristiana.
En Lo BAsico 3:22, Bob Avakian continúa:
La opresión de la mujer está íntimamente ligada a la división de la sociedad en amos y esclavos, explotadores y explotados, y acabar con todo esto es imposible sin liberar completamente a la mujer.
Por eso, lo que está en juego en la batalla sobre el aborto, los contraceptivos y la libertad femenina es nada menos que el futuro de emancipación humana en sí. Y por eso los fascistas han apostado todo, en su avance hacia la pesadilla al estilo de El Cuento de la Criada para millones de mujeres y niñas.
La implementación del Proyecto 2025: La arquitectura de la esclavización femenina en movimiento
“Maternidad forzada = Esclavización femenina”. En la protesta de Las Criadas, Los Ángeles, 2024. Foto: @revcomcorps_la
El Proyecto 2025 constituye la visión y el plan abarcalotodo de los fascistas para Trump 2.0 y la forma en que consolidarán a martillazos un Estados Unidos totalmente fascista. Una parte importante del Proyecto 2025 contiene un programa integral para reestructurar el gobierno federal para que la maternidad forzada se convierta en la ley, la cultura y el orden moral impuesto — de manera administrativa y judicial.
• Reconfigurar elementos centrales del gobierno, incluido el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés), al instalar a fascistas y purgar el lenguaje. El Proyecto 2025 explícitamente insta a transformar al HHS (y otras agencias) para que prioricen “la protección de la vida del nonato”, que purguen de las directrices tales términos como “género”, “salud sexual y reproductiva” y “equidad sanitaria”, y asciendan rápidamente a personal con ideología antiaborto. Este proceso ya está en marcha: múltiples agencias federales —entre ellas HHS, los Centros de Control de Enfermedades y la Oficina de Administración de Personal— han empezado a quitar o alterar semejante lenguaje en sus materiales públicos y documentos internos de acuerdo con órdenes ejecutivas y directrices internas. Su estrategia es de encajar los propósitos ideológicos en el propio funcionamiento de las agencias gubernamentales a tal extremo que se pueda transformar reglas, la priorización de su imposición, y prácticas reglamentarias sin la necesidad de nueva legislación.
Protesta contra los ataques a la mifepristona. Foto: Seattle, 23 de marzo de 2024.
• Atacar a la píldora abortiva (mifepristona) por medio de revisiones y litigios. El Proyecto 2025 identifica como central la revocación o neutralización de la aprobación de la mifepristona por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Mifepristona es el medicamento que se usa para provocar el aborto; su seguridad se ha comprobado repetidamente. En contradicción con esos hechos, el régimen de Trump ha lanzado nuevas “revisiones” del etiquetado y la aprobación de mifepristona — acciones administrativas que de ahí se pueden aprovechar para imponer nuevas restricciones (o justificarlas más adelante)— al mismo tiempo que los estados dirigidos por fascistas siguen presentando demandas para que la FDA revierta su expansión del acceso al medicamento de 2023. Estas revisiones se basan en un motivo político obvio y amenazan la forma más accesible al aborto para millones de mujeres.
• Recortar la infraestructura sanitaria — Fondos1 para el Título X, Medicaid, Planned Parenthood (Planificación Familiar). Una parte del Proyecto 2025 tiene por objeto recortar el financiamiento federal a las redes de clínicas y servicios de planificación familiar y permitir que los estados y las reglas federales excluyan de programas públicos a proveedores tales como Planned Parenthood. Ese plano ya se ha convertido en acciones legislativas y administrativas en 2025: han congelado o tienen en la mira subvenciones para el Título X y otros fondos para la planificación familiar, y el Congreso aprobó lenguaje presupuestario que les privaría del reembolso por Medicaid a algunos proveedores conectados con el aborto (aunque los tribunales han bloqueado unas partes de esa ley hasta ahora). Algunos estados y el ejecutivo federal está persiguiendo activamente reglas y medios de imponerlas para reducir los fondos a las clínicas que proveen contraceptivos, detección de cáncer y tratamiento de infecciones de transmisión sexual. Se trata de una estrategia intencional de degradar la fuerza laboral sanitaria más amplia y de mayoría femenina, y de eviscerar y criminalizar la atención médica para mujeres que se necesita para su independencia sexual.
• Eliminar la telemedicina y criminalizar el acceso remoto. El Proyecto 2025 explícitamente recomienda prohibir de nuevo el aborto por telemedicina y la distribución de píldoras por correo postal. Catorce estados ya han tomado medidas para prohibir las recetas por telesalud o han restringido el envío por correo postal de medicamentos abortivos, lo que ha producido un régimen de acceso de alto costo e irregularidad geográfica que reproduce el objetivo del Proyecto 2025 de prácticamente imposibilitar el acceso al aborto para mujeres de bajos ingresos y las que viven en zonas rurales. El efecto neto es de convertir un servicio médico seguro y descentralizado en una actividad que conlleva el riesgo de cargos graves en los tribunales en extensas regiones del país.
• Estrategias judiciales y de cumplimiento para “personería fetal”. El Proyecto 2025 y las iniciativas estatales alineadas promueven la lógica de la supuesta “personería fetal” — de que un feto cuenta con derechos legales más allá de la mujer de cuyo cuerpo el feto forma una parte— lo que abre paso para el procesamiento criminal a mujeres embarazadas bajo estatutos como la exposición de un menor al peligro, homicidio imprudente, o incluso el homicidio.
• Convertir el presupuesto federal en un arma. Durante el cierre del gobierno por 43 días y las negociaciones presupuestarias subsiguientes, los líderes republicanos exigieron la eliminación de cobertura del aborto en todos los planes de ACA2 a nivel nacional — incluso en los estados donde el aborto es legal e incluso donde los estados lo financian con sus propios fondos. Era el primer intento federal importante de abolir la cobertura del aborto en todo Estados Unidos independiente de las leyes estatales. Refleja a la perfección el mandato del Proyecto 2025 de aprovechar las fuentes de financiación federal como arma para eliminar el aborto a nivel nacional.
• Socavar la posición económica y profesional de las mujeres. El plano fascista se propone disminuir la posición económica y social de las mujeres al atacar las instituciones que sostienen el estatus profesional y del trabajo remunerado de la mujer. Hace unos días, el Departamento de Educación tomó medidas para estrechar la definición de “título profesional” que se utiliza para acceder a préstamos y programas, un cambio que efectivamente excluye a muchos campos en que predominan las mujeres (en particular, enfermería de posgrado, salud pública y programas de salud aliados), de los topes mayores sobre los préstamos y protecciones. Este cambio reducirá el acceso al entrenamiento avanzado, empeorará la escasez de personal, y afectará mucho los ingresos y la independencia de las mujeres. Esta reclasificación administrativa concuerda con la intención más amplia del Proyecto 2025 de reducir la movilidad económica de las mujeres y la base profesional que apoya la salud reproductiva y materna.
¡No! ¡Cierre el hocico, CERDITO! Rodeemos la Casa Blanca con cinta amarilla de escena del crimen el 24 de noviembre.
• Normalizar la deshumanización de las mujeres. El programa también se basa en reconfigurar la manera en que la sociedad habla del embarazo: la definición de mujeres embarazadas como “recipientes”, “portadoras” o “incubadoras” (palabras las que la retórica antiaborto ha usado desde hace mucho) pinta de ordinarias las acciones legales y médicas coercitivas, y convierte a la mujer en incubadora, lo que legitima la restructuración fascista de las leyes.
Las ambiciones del Proyecto 2025 ya se están plasmando a nivel estatal, y la rama ejecutiva federal está poniendo en marcha la caja de herramientas la que recomienda (estudios, cambios de personal, señales de agencias reguladoras) para tratar de consolidar a martillazos la maternidad obligatoria con la maquinaria del estado. El objetivo no es “reducir los abortos” ni “proteger a los bebés” sino es cambiar la propia definición de la humanidad de las mujeres a los ojos de la ley. Al parecer de ellos, no meramente basta con restringir la libertad e independencia de las mujeres — hay que aniquilarla.
Todo eso surge directamente de lo que Bob Avakian escribió en 2020 (“Los fascistas de hoy y la Confederación: Una línea directa, una conexión directa entre toda la opresión”):
Lo que realmente está en juego es que el aborto, y el control de la natalidad, ayudan a proporcionar a las mujeres una cierta independencia, una libertad para decidir si tener hijos y cuándo tenerlos — y, sí, una cierta libertad para participar en relaciones sexuales de su propia elección, sobre la base de su propio deseo y volición, sin tener que preocuparse por embarazarse cuando no haya querido o no haya decidido hacerlo. Es esta relativa independencia y libertad la que suscita un frenesí entre los fascistas cristianos, porque va en contra de la disminución del papel de las mujeres a “compañeras de apoyo” de los esposos e incubadoras de niños para los esposos en las familias patriarcales dominadas por los hombres, y a la posición subordinada y oprimida de las mujeres en la sociedad en general.
Sin transigir, sin “puntos en común”, sin ilusiones: La libertad de la mujer como el punto álgido en la lucha contra el fascismo
BOB AVAKIAN
REVOLUCIÓN #133
Sí, este fascismo de Trump y MAGA realmente es así de malo. Y, si no se expulsa pronto del poder, esto se pondrá mucho peor.
Lea en español, o vea en inglés, el e-mensaje Revolución #133 de Bob Avakian.
El objetivo de los fascistas cristianos no es “retocar” las leyes sino transformar la sociedad de acuerdo con su interpretación textual de la Biblia, envuelta en la supremacía blanca y el chovinismo pro estadounidense. Su visión de la sociedad depende de la subyugación de las mujeres, la reinstitucionalización de la maternidad forzada, la restauración de las relaciones patriarcales en la familia, y el aplastamiento de todo desafío a los roles tradicionales de género. No se trata de una “guerra cultural”. Se trata de un choque entre dos futuros fundamentalmente opuestos.
El líder revolucionario Bob Avakian previó este enfrentamiento venidero hace 40 años. En 1985, escribió:
La cuestión general de la posición y el papel de la mujer en la sociedad se presenta cada día más agudamente en las extremas circunstancias de hoy — esto es un polvorín en Estados Unidos hoy. No se puede concebir la resolución de todo esto salvo de la manera más radical y mediante formas extremadamente violentas. La cuestión que pende es: ¿será una resolución radical reaccionaria o una resolución radical revolucionaria, implicará reforzar las cadenas de esclavitud o destruir los eslabones más decisivos de esas cadenas y abrir la posibilidad de realizar la eliminación completa de todas las formas de dicha esclavitud?
Ante los estragos intensificados del régimen fascista de Trump, se está volviendo cada vez más claro que: el Partido Demócrata no puede ni va a ponerle un alto. Están canalizando la indignación de la población hacia sus campañas electorales y esperanzas falsas mientras las mujeres sangran. Negocian de acuerdo con los términos de los fascistas mientras se clausuran las clínicas. Tratan de “ser amables” y “atenerse a las normas” con aquellos que creen que las mujeres son ciudadanas de segunda clase.
En su declaración contundente, “La lucha por el derecho al aborto y por la emancipación de las mujeres”, BA escribe:
El ataque al derecho al aborto es una acción para intensificar aún más la ya horrenda opresión de las mujeres, al negarles el control sobre su vida y sobre su propio cuerpo, al reducirlas a incubadoras de niños, cruelmente subordinadas a los hombres y a una sociedad supremacista masculina patriarcal. La maternidad obligatoria constituye, en efecto, la esclavización femenina. Cualquier cosa que diluya o distraiga de esta verdad esencial ayuda objetivamente a este ataque fundamental contra la mitad de la humanidad que es femenina — socava la lucha por su emancipación, y por la emancipación de la humanidad en su conjunto de cualquier forma de opresión y explotación.
Ante una fuerza dispuesta a eviscerar a la sociedad civil, desafiar a las cortes, amañar las elecciones y usar el poder del estado para imponer su dominio fascista, no existe un “terreno intermedio”.
Existe únicamente una forma de ponerle un alto al régimen fascista de Trump que está implementando estos horrores ahora y tiene planeados muchos más.
Millones de personas tienen que alzarse — en protestas decididas, sostenidas y no violentas de masas— y negarse a abandonar las calles hasta que sea derrotado el régimen fascista de Trump. Es la forma en que se ha puesto un alto al fascismo en otras partes del mundo. Es la forma en que hay que ponerle un alto en Estados Unidos.
El Llamamiento de RefuseFascism.org (Rechazar el Fascismo) por “La Caída del Régimen Fascista de Trump” concluye con estas palabras poderosas: “El futuro no está escrito. CUÁL FUTURO NOS TOQUE DEPENDE DE NOSOTROS.”
Si no actuamos, dicha falta de acción se escribirá sobre el cuerpo de las mujeres — con dolor, degradación y sufrimiento. Cualquier futuro digno de vivirlo tendrá que pasar por la lucha contra el fascismo que viene rápidamente apretando sus garras sobre la sociedad. No dejemos que aquellos escriban nuestro futuro. Respondemos al Llamamiento de Rechazar el Fascismo: Acudamos a Washington, D.C. y sumémonos a la lucha por esta demanda urgente y unificadora:
¡QUE SE LARGUE EL RÉGIMEN FASCISTA DE TRUMP YA!
Las consecuencias humanas: cinco casos desde la anulación del caso Roe contra Wade
Detrás de cada prohibición, cada audiencia legislativa, cada batalla judicial hay vidas humanas reales — mujeres cuyos cuerpos se han convertido en campos de batalla para un programa fascista de MAGA. Desde la anulación de Roe contra Wade, los horrores se han multiplicado.
Fíjense nada más en los siguientes cinco casos reales:
• Amanda Zurawski —agosto de 2022, Texas— se le negó un aborto medicamente necesario cuando se le rompieron las membranas a las 18 semanas del embarazo; se le desarrolló la sepsis y ella sufrió daños reproductivos permanentes porque los proveedores le negaron la atención bajo la prohibición casi total del aborto en Texas.
• Amber Nicole Thurman —septiembre de 2022, Georgia— se le desarrolló una infección potencialmente mortal después de tomar píldoras médicas abortivas; las demoras y el temor ante el riesgo de cargos en los tribunales causaron una espera de casi 20 horas para una D y C (procedimiento de dilatación y curetaje). La demora causó su muerte, lo que después fue calificada de prevenible.
• Selena María Chandler-Scott —marzo-abril de 2025, Georgia— fue arrestada tras un aborto espontaneo y acusada de encubrir una muerte y abandonar un cadáver, cargos que fueron retirados cuando los examinadores médicos confirmaron que el feto no había mostrado señales independientes de vida.
Adriana Smith Foto: GOFUNDME
• Adriana Smith —mayo-junio de 2025, Georgia— se le declaró la muerte cerebral y por más de 90 días la mantenían con soporte vital en contra de los deseos de su familia, para que el feto pudiera seguir desarrollándose bajo una ley restrictiva, lo que culminó en un parto prematuro. En un sentido literal, usaron el cuerpo de Adriana como incubadora para continuar un embarazo bajo la ley estatal de personería fetal.
ProPublica @propublica: Novedad: ProPublica ha encontrado múltiples casos de mujeres con afecciones subyacentes que fallecieron por no poder acceder a abortos. A Tierra Walker, una madre de 37 años de edad, los médicos le dijeron que no había ninguna emergencia antes de que la preeclampsia la matara.
• Tierra Walker —otoño de 2024, Texas— acaba de salir a la luz este caso del año pasado: una madre de 37 años de edad con una historia conocida de preeclampsia repetidamente solicitó atención abortiva vital, pero no se la dieron los médicos clínicos; ella murió cuando se le agravó la preeclampsia sin que le hicieran el aborto.
Estas son unas pocas de los miles de mujeres afectadas a nivel nacional cuya salud, dignidad, libertad —y para algunas, su propia vida— han sido sacrificadas en la ecuación mortífera fascista cristiana: prohibiciones legales más el temor del procesamiento en los tribunales más la parálisis burocrático equivalen a demoras o negativas en la atención médica, resultados médicos catastróficos, y, en demasiados casos, la muerte.
La criminalización del embarazo: el auge de los procesos judiciales
A partir de la decisión de la Corte Suprema en 2022 que anuló el derecho federal al aborto, Estados Unidos ha visto un fuerte auge de procedimientos criminales relacionados con el embarazo. Han encarcelado a mujeres por abortos espontáneos, por pedir píldoras abortivas en línea, por “poner en peligro químico”, por parto de un niño muerto, por provocar el aborto por su propia cuenta, por no buscar el cuidado prenatal. En septiembre del año en curso, Pregnancy Justice publicó un informe que documenta más de 400 casos criminales en por lo menos 16 estados — un número que se aumenta cada mes.
La mayoría de los enjuiciamientos se basan en estatutos contra poner en peligro a un menor, la negligencia, etc.; muchos se enfocan en mujeres de bajos recursos y de color; algunos alegan el uso de drogas durante el embarazo o abortos espontáneos. Este cambio jurídico abre un vasto terreno nuevo del poder del estado para castigar y controlar a las mujeres.
Así se ve la “personería fetal” en la práctica”:
Desaparece la mujer, y lo que se convierte en el único ser de importancia legal es el feto — una bola de células que no puede sobrevivir fuera del útero. Una mujer embarazada se vuelve una “escena de crimen” potencial. Sus acciones se vuelven delitos graves potenciales. Su cuerpo se vuelve evidencia.
Eso se debe a la lógica fascista según la cual una mujer no es una persona. Es una portadora, una incubadora, un recipiente. Una cosa a la cual hay que monitorear, reglamentar, castigar y sacrificar. Maternidad forzada = Esclavización femenina.