Los noticieros están bombardeando a los estadounidenses acerca de israelíes muertos, heridos o tomados de rehenes en la incursión del 7 de octubre contra Israel por parte de Hamás (véase la cobertura anterior en revcom.us). Los medios de comunicación están prestando atención especial a los estadounidenses muertos y desaparecidos, como si la vida de los estadounidenses fuera más importante que la vida de los demás. Para que quede claro, los asesinatos gratuitos de Hamás a no combatientes, incluidos niños, fueron crímenes de guerra y de ninguna manera es permisible defenderlos. Pero ahora el sufrimiento en Israel, y los crímenes de Hamás1, se están utilizando para “justificar” y programar a la gente de Estados Unidos para que apoye lo que ya es una matanza genocida mucho más grande de toda la población de más de dos millones de personas de Gaza que durante 15 años han estado encerradas en una prisión al aire libre, privadas de medios para sobrevivir y sometidas a repetidas masacres por parte de Israel. Y para que sea cómplice de cosas mucho peores que Israel amenaza con desatar en cualquier momento contra más de dos millones de palestinos no combatientes aterrorizados, que sufren desesperadamente y están indefensos en Gaza.
Es urgente que cualquier persona con un mínimo de humanidad haga frente a esta realidad y se le oponga enérgica y activamente.
Escalada de terror, asesinatos en masa, matanza de bebés — por parte de ISRAEL en Gaza
Una semana después de la incursión de Hamás, James Elder, portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, informa de que 2.215 palestinos han muerto en una semana de bombardeos israelíes sobre Gaza. El número de muertos en Gaza ya duplica el número que se registró en Israel. Y el número de muertos registrado en Gaza (donde las bombas israelíes han devastado o destruido la frágil infraestructura civil de Gaza e incluso la capacidad de contar los muertos) incluye a más de 700 niños.
“Las imágenes y las historias son claras”, afirma Elder. Esos niños y esas historias no aparecen en las noticias. Pero deténgase, escuche, visualice y sienta lo que Elder describe a continuación: “[N]iños con quemaduras horrendas, heridas de mortero y miembros perdidos. Y los hospitales están totalmente desbordados para tratarlos”. Imagina y siente el terror, el dolor. La desgarradora tristeza de sus familias.
El informe de Elder continúa: “Los niños y las familias de Gaza prácticamente se han quedado sin alimentos, agua, electricidad, medicinas y acceso seguro a los hospitales, tras días de ataques aéreos y cortes en todas las rutas de suministro”. Y “la única central eléctrica de Gaza se quedó sin combustible el miércoles por la tarde, dejando sin electricidad, agua y tratamiento de aguas residuales. La mayoría de los habitantes ya no pueden obtener agua potable de los proveedores de servicios ni agua doméstica mediante las tuberías”.
Israel no se limita a cortar toda el agua, los alimentos, el combustible y la electricidad al prohibir que nada de eso llegue a Gaza (que depende totalmente de Israel). Elder informa de que “Al menos seis pozos de agua, tres estaciones de bombeo de agua, un depósito de agua y una planta desalinizadora que abastecen a más de un millón de personas han resultado dañados por los ataques aéreos”.
Israel le dijo a la población que evacuara el norte de Gaza y luego bombardeó un convoy de 70 civiles, en su mayoría mujeres y niños, que intentaban hacerlo.
No hay nada “colateral” en estas muertes de civiles. Se trata de una matanza en masa conscientemente genocida por parte de Israel, con el apoyo financiero y militar del imperialismo estadounidense y con la justificación de parte de todas las figuras importantes de la clase dominante estadounidense, demócratas criminales de guerra y republicanos fascistas por igual.
Y todo esto ocurre después de 15 años de matanzas periódicas (vea la tabla) por parte de Israel, y un bloqueo brutal y sádico bloqueo israelí (y egipcio) con aval de Estados Unidos que ha cortado los alimentos, el agua, los suministros para la construcción, el combustible, la electricidad y los suministros médicos, y ha dejado a la inmensa mayoría de la población de Gaza dependiente de las escasas raciones de alimentos de los organismos internacionales.
Una vez más, hagamos una pausa y pensemos en esto. Están matando de hambre a dos millones de personas. Y el gobierno de Estados Unidos lo está facilitando y avalando.
Emulación de los nazis
El objetivo de los bombardeos y el bloqueo israelíes es toda la población de Gaza, a la que el gobierno israelí no considera seres humanos.
Ello no es una hipérbole. No es “propaganda” desde la “perspectiva palestina”. Y no es simplemente sacar la conclusión obvia del hecho de que Israel está privando a más de dos millones de palestinos de lo esencial para vivir. Es la declaración “que conste” del ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, como el razonamiento del asedio israelí a Gaza.
A los dos días del bloqueo israelí, Gallant anunció un “asedio total” contra Gaza y lo justificó diciendo: “Luchamos contra animales humanos y actuamos en consecuencia”. En la medida en que se informó de esto en los medios de comunicación estadounidenses, hubo intentos de darle una interpretación como si tal vez Gallant sólo estuviera hablando de que Hamás eran “animales”. Pero Gallant dejó claro quiénes eran los objetivos y a quiénes se refería: “Estamos imponiendo un asedio total a Gaza”, dijo Gallant. “No habrá electricidad, ni alimentos, ni agua, ni combustible. Todo estará cerrado”. Y estos no son los desvaríos de una figura menor o de segundo nivel del gobierno fascista de Netanyahu. Se trata del ministro de “Defensa” de Israel.
Biden, del Partido Demócrata de los Crímenes de Guerra en Masa2, supervisa la matanza
Tras el ataque de Hamás, Biden declaró: “En este momento, hablemos con tamaña claridad: Tomamos partido con Israel. Tomamos partido con Israel”. Y, que “[N]os aseguraremos de que Israel tenga lo que necesita para cuidarse de sus ciudadanos, defenderse y responder a este ataque”. Biden le dijo a Netanyahu que Estados Unidos mantendrá “su apoyo inmarcesible a Israel”.
Ante el bombardeo israelí de Gaza y las amenazas de invasión, Biden avaló una respuesta “rápida, decisiva y abrumadora” al ataque del 7 de octubre por parte de Israel. Y mientras el mundo observaba (en la medida en que salía en las noticias) la insoportable devastación en Gaza, día tras día Biden ha repetido el mantra “Tomamos partido con Israel, tomamos partido con Israel”. Al emular un reportaje inventado del “Noticiero” Fox, Biden le dijo a un grupo de judíos pro-sionistas que “de hecho nunca pensaba que iba a ver y a tener imágenes confirmadas en que terroristas decapitan a niños”. (La historia que Biden difundió desde Fox, de que 40 niños israelíes fueron decapitados, sigue en Fox. Proviene de fuentes israelíes y sigue difundiéndose por las redes sociales aunque, a pesar de los esfuerzos de Israel y de las fuentes proisraelíes por producirla, no hay evidencia de que ocurriera nada parecido. La Casa Blanca admitió posteriormente que Biden no había visto tales fotografías ni ninguna otra evidencia de que el incidente hubiera ocurrido).
Inmediatamente, mientras Israel iniciaba un embate vengativo a Gaza, Biden envió al menos dos cargamentos de municiones a Israel en la semana transcurrida desde el 7 de octubre. Ese armamento incluye interceptores para el sistema de defensa antiaérea israelí Cúpula de Hierro, que permite a Israel participar en “intercambios” de misiles abrumadoramente unilaterales con Hamás. Incluye bombas de racimo (prohibidas por más de 120 países, pero no por Estados Unidos o Israel, debido a que son armas de matanza y mutilación en masa indiscriminada3). Esas bombas de racimo se montan en bombas teleguiadas que permiten apuntar con precisión para hacer más eficaz la matanza en masa.
Desde el ataque del 7 de octubre, el secretario de Defensa de Biden, Lloyd Austin, ha estado en contacto casi diario con el jefe militar de Israel y ha encabezado el rápido y masivo traslado de barcos estadounidenses, apoyo de inteligencia y otros activos militares a Israel y la región. Esto incluye un “Grupo de Ataque” de barcos con misiles teledirigidos, aeronaves militares, cantidades masivas de municiones, escuadrones de aviones de combate y tecnología de “inteligencia” para guiar la matanza de Israel. Este nivel de presencia militar es suficiente para destruirlo todo en Gaza muchas veces. Pero incluso más allá de eso, se está posicionando en el caso de que la crisis actual estalle en una guerra regional, o se extienda aún más en espira4.
Han salido noticias de que Estados Unidos está surtiendo información detallada (lo que implicaría al menos una cantidad importante de dirección) a la invasión terrestre que Israel se dispone a lanzar contra Gaza.
Con su apoyo total a la matanza de Israel, Biden “lleva la antorcha” del Partido Demócrata como partido de crímenes de guerra masivos y crímenes contra la humanidad. Ese historial abarca desde la incineración de unos 150.000 civiles japoneses en Hiroshima y Nagasaki, pasando por la matanza en masa de civiles (sí, incluidos bebés) en Vietnam, hasta el aval de Obama al bloqueo mortal que Israel impuso a Gaza tras su masacre de 2008-2009, y la masacre de 2014 del pueblo de Gaza.
Apoyo incondicional a un activo irremplazable para el imperio estadounidense
Si hubiera algo que se puede decir sobre el “mundo libre” que Biden dice defender, sería lo siguiente: ningún crimen es tan obsceno, ni tan horroroso, como para que se exculpe si sirve a los intereses del imperio estadounidense. Y eso se aplica con creces a Israel. ¿Por qué? Porque Israel es un activo estratégico irremplazable para el imperio estadounidense en una parte del mundo de crucial importancia para sus intereses imperialistas.
El actual asedio genocida contra Gaza se suma a 75 años de discriminación continua y creciente al estilo del apartheid5, deshumanización, terror y genocidio contra el pueblo palestino en Gaza y en todo lo que hoy es Israel y los territorios palestinos que ocupa ilegalmente. Al vivir bajo un brutal bloqueo israelí, antes del actual asedio, el 45% de la población de Gaza estaba desempleada y el 80% dependía de la ayuda alimentaria internacional para no morir de hambre, según datos palestinos y de la ONU.
Y no, Estados Unidos no está apoyando a Israel en todo esto porque “los judíos” o “los sionistas” (donde eso se utiliza para describir al pueblo judío) controlen a Estados Unidos o al mundo. Se debe a que Israel es un “activo” único e irreemplazable para los gobernantes de Estados Unidos, en un mundo donde el capitalismo-imperialismo de Estados Unidos está chocando con imperialistas rivales en Rusia y China, y con rivales regionales como Irán sobre quién dominará a un mundo de explotación, opresión, devastación ambiental y locura6.
Existe un grupo de cabilderos israelíes que ejerce una enorme influencia en determinadas cuestiones de política. Pero la cola no mueve al perro aquí. En otras palabras, el “cabildo israelí” tiene este tipo de influencia en primer lugar debido a que el papel de Israel no sólo es útil sino esencial para la postura estratégica del imperialismo estadounidense. Y esto sigue siendo cierto, aun cuando las contradicciones ligadas a esa dependencia de Israel han salido cada vez más a la luz en los últimos años. (Vea más información sobre la naturaleza y el papel de Israel y la opresión de todo el pueblo palestino en El caso de Israel: ¿Bastión de Ilustración O matón para el imperialismo?, un número especial de Revolución en revcom.us).
¡No a otras Nakba!
Israel se creó y existe sobre la sangre y los huesos del pueblo palestino expulsado de su patria en la Nakba (catástrofe en árabe) en 1948.
Al cierre de esta edición, al parecer Israel está a punto de invadir a Gaza por tierra. De antemano, Israel ha exigido que la mitad de la población de Gaza, privada de alimentos, agua, combustible o atención médica, huya de alguna manera de la mitad norte de Gaza hacia el sur, donde las condiciones son igual de desesperadas. Con la amenaza explícita de que cuando Israel invada, la política será de disparar a todo lo que se mueva.
En un artículo de opinión en el New York Times, Rashid Khalidi, profesor de estudios árabes modernos en la Universidad de Columbia, plantea que la lógica de lo que los portavoces oficiales israelíes han declarado como su objetivo, tal vez indique una segunda Nakba. Cita declaraciones como la de un general de división reservista, Giora Eiland, que escribió en un periódico israelí: “Crear una grave crisis humanitaria en Gaza es un medio necesario para lograr el objetivo”. Eiland añade: “Gaza se convertirá en un lugar donde ningún ser humano puede existir”. Y una declaración del general de división israelí Ghassan Alian, según la cual en Gaza “no habrá electricidad ni agua. Sólo habrá destrucción. Queríais el infierno; tendréis el infierno”.
Y, escribe Khalidi, que en caso de una segunda Nakba, “Estados Unidos sería así un socio de Israel en la creación de un futuro para los palestinos que sólo ofrece periódica muerte, destrucción y desposesión y subyugación o expulsión permanente”.
Cuestiones a las que hay que hacer frente y en torno a las que hay que actuar:
La realidad es que cualquier guerra emprendida por Israel se definirá inevitablemente por el hecho de que Israel se construyó, y existe, sobre la sangre y los huesos del pueblo palestino, y sólo puede seguir existiendo como estado sionista imponiendo un interminable escalamiento de estado de terror y muerte contra la población palestina en su conjunto. Y, por tanto, será una guerra contra toda la población palestina.
No se puede permitir que los gobernantes de Estados Unidos lo hagan, ni que lo hagan en nuestro nombre. Las personas con conciencia (o las personas con las que es posible luchar para que adquieran conciencia) deben salir a la calle y denunciar lo que está haciendo Israel. Deben aprender todo lo que puedan sobre la historia de esta opresión y su origen, lo que incluye lo que tiene la naturaleza esencial de Estados Unidos la que impulsa el apoyo de Estados Unidos a Israel.
Hay mucha gente que levanta la cabeza, mucha gente que quiere actuar de un modo que vaya en contra de la opresión del pueblo palestino y de este terrible genocidio que ahora se le está infligiendo. A esa angustia y a esa justa ira hay que darles una dirección en una forma que se base en el verdadero problema real y en la verdadera solución. Hay que unirse con las personas en lucha y, cuando sea necesario (cuando se propongan caminos equivocados), hay que luchar con ellas, con el objetivo de DETENER en concreto este horror que está en marcha hoy.
Todo esto tiene que estar imbuido de la comprensión de que únicamente una revolución real total, que desarraigue todo este sistema y lo sustituya por algo totalmente diferente y mucho mejor, puede hacer frente con sentido a lo que Estados Unidos le hace al mundo. Esa revolución se propondría en lo fundamental, desde el primer día, desmantelar el imperio estadounidense y poner fin a los horribles crímenes que comete, apoya y patrocina, ya sea abiertamente o por debajo de la mesa. Y esa revolución respaldaría una revolución REAL contra el imperialismo y una VERDADERA emancipación para las masas de personas en todos los rincones sobre este sufrido planeta.
Bob Avakian sobre la venganza y por la emancipación de TODA la humanidad (vídeo en inglés)
Echar la culpa a las impotentes masas palestinas para legitimar su matanza
El presidente israelí Isaac Herzog, celebrado por los gobernantes de Estados Unidos como una voz de la razón y la supuesta conciencia moral de Israel, declaró: “No es cierta esta retórica de que los civiles no son conscientes, no están implicados. Es absolutamente falsa. Podrían haberse sublevado. Podrían haber luchado contra ese régimen malvado que se apoderó de Gaza en un golpe de estado”. Y: “Es una nación entera en el mundo la que es responsable”. Con el corolario obvio de que hace falta que “una nación entera” sea el objetivo de la matanza de Israel.
En la CNN, al ex general estadounidense Wesley Clark (que en su día fue candidato a la nominación del Partido Demócrata para la presidencia, y está alineado políticamente con los demócratas) le preguntaron: “Usted sabe que se avecina una potencial invasión terrestre después de que se hayan dado múltiples ataques desde el aire. ¿Cómo se lidia con esto sobre el terreno? ¿Si se es un civil? ¿Qué implica esto en un lugar que quizá sea una de las zonas más pobladas, densamente pobladas del mundo?”.
La respuesta de Clark: “Esto [el ataque del 7 de octubre de Hamás] fue un acto terrorista. Fue una matanza el sábado pasado. Se hizo deliberadamente para provocar lo que los israelíes no tienen más remedio salvo hacer. No pueden vivir con esto. No pueden permitir que esta amenaza persista en la frontera de su país. Así que todos sabían lo que iba a pasar, especialmente Hamás. Así que creo que la condena comienza con la condena a Hamás. Esta es una organización que fue creada con el propósito expreso de eliminar a Israel. Así que la gente que votó por Hamás sabía por lo que estaba votando”.
En otras palabras, la gente de Gaza pidió que se le masacrara, y se lo merece. Y por cierto: usted, Wesley Clark, comandante asesino en masa de los soldados estadounidenses asesinos de bebés en Vietnam, ¿está incluyendo a los 700 niños que Israel ya ha asesinado entre los que sabían lo que pedían cuando su vida fue aplastada por las bombas israelíes?
Esta “lógica” —de que los habitantes de Gaza votaron por Hamás, así que “se merecen lo que les espera”— es una justificación explícita para el asesinato genocida en masa de civiles, incluidos los niños que están muriendo ahora, ¡debido a que algunos habitantes de Gaza votaron por Hamás en unas elecciones patrocinadas por Israel hace 15 años! (Vea más información en What Is Hamas? [próximamente en español]).
Y esta lógica, no muy por casualidad, es la lógica invocada por Osama Bin Laden cuando justificó los ataques terroristas de los fundamentalistas islámicos que mataron a civiles en Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001. Bin Laden, al justificar esos atentados, dijo que, puesto que la población de Estados Unidos había elegido a personas que respaldaban los crímenes de Israel y otros crímenes contra los musulmanes, todos ellos eran objetivos legítimos7.
Republicanos de peso han dicho lo mismo, sin molestarse en enmarcar sus llamamientos al genocidio en algo que no sean los intereses estadounidenses.
Nikki Haley, una de las principales aspirantes a la candidatura republicana a la presidencia si Trump quedara fuera del juego, posteó: “Esto no es simplemente un ataque a Israel, es un ataque a Estados Unidos. Que acaben con ellos, @Netanyahu”.
El poderoso senador republicano Lindsey Graham plagió a Hamás, declarando: “[N]os encontramos en una guerra religiosa aquí”8. Simplemente aplicaba esa locura de la Edad de las Tinieblas a los intereses del imperio estadounidense, y añadió: “Estoy con Israel. Hagan lo que tengan que hacer para defenderse; arrasen el lugar”.
La portavoz de Biden vigila a los liberales que no captaron el mensaje: “Aquí no hay dos bandos”
El papel de los demócratas a la hora de generar e imponer un apoyo incondicional a los crímenes de Israel quedó ilustrado en un memorando remitido a los portavoces del Departamento de Estado, puesto al descubierto en el Huffington Post, en el que se les ordenaba que, en las declaraciones que emitieran para moldear la opinión pública, evitaran utilizar términos que hicieran referencia a “desescalada-cese el fuego”, “fin de la violencia-derramamiento de sangre” o “restablecimiento de la calma”.
Deténgase aquí. Ante el masivo derramamiento de sangre, terror y caos traumático, ni siquiera se permite utilizar las frases “desescalada-cese el fuego”, “fin de la violencia-derramamiento de sangre” o “restablecimiento de la calma”. Si esa directiva proviniera de Putin en relación con Ucrania, imagínense la indignación del mismísimo Departamento de Estado de Estados Unidos. Pero es aceptable prohibir cualquier referencia a “poner fin al derramamiento de sangre” porque... es un aliado de Estados Unidos quien lleva a cabo el derramamiento de sangre.
La administración Biden rechazó de inmediato las expresiones de preocupación por la situación en Gaza por parte de “la Escuadra” (un puñado de demócratas “progresistas” en el Congreso). La representante Rashida Tlaib hizo una declaración diciendo: “La incapacidad de reconocer la violenta realidad de vivir bajo el asedio, la ocupación y el apartheid no hace que nadie esté más seguro. Ninguna persona, ningún niño en ningún lugar debería tener que sufrir o vivir con miedo a la violencia. No podemos ignorar la humanidad que hay en los demás”. Y: “Mientras nuestro país proporcione miles de millones en financiación incondicional para apoyar al gobierno del apartheid, este desgarrador ciclo de violencia continuará”.
Esa declaración probablemente representa el sentir de una gran parte de la base del Partido Demócrata. Y casi ni cuestiona la naturaleza y el papel de Israel y la responsabilidad última de Estados Unidos por los crímenes que comete. Pero con una redacción que evocaba la amenaza del secretario de prensa de George W. Bush de que la gente que se oponía a la guerra de Irak debería “tener cuidado con lo que dice”, la portavoz de prensa de Biden, Karine Jean-Pierre, arremetió contra esta declaración (y otras declaraciones similares de la representante Cori Bush), calificándolas de “repugnantes” y “vergonzosas”. Y advirtió a cualquiera que participe en un debate público sobre los crímenes de Israel: “Aquí no hay dos bandos. No hay dos bandos”.