
Soldados ucranianos se preparan para disparar obús M777 suministrado por Estados Unidos en Kárkov, julio de 2002. Foto: AP
La semana pasada, una ofensiva del ejército ucraniano se saldó con la derrota de las fuerzas rusas que ocupaban la región de Járkov, en el noreste de Ucrania. Esta rápida ofensiva, que se lanzó a principios de septiembre y cobró impulso más o menos una semana después, según se informa, ha posibilitado que Ucrania recuperara unos 5.000 kilómetros cuadrados de territorio, incluidos muchas aldeas y varias ciudades y pueblos importantes, que Rusia había ocupado durante meses.
Según el New York Times: “A medida que los soldados ucranianos incursionaban en zonas del noreste durante el fin de semana, las fuerzas rusas se desmoronaban. En algunos lugares alrededor de Járkov, las tropas rusas simplemente se fueron caminado de la batalla, dejando atrás equipo y municiones, según los funcionarios de defensa de Estados Unidos”1.
Una ofensiva “Made In USA”
Sobre el terreno, quizá los soldados ucranianos llevaran a cabo esta ofensiva, pero, según los informes, fueron en gran medida los imperialistas estadounidenses los que no sólo los armaron, sino que los organizaron y dirigieron, de forma muy estrecho y con un efecto devastador. Fue una clara demostración, no del poderío del ejército ucraniano, sino del hecho de que se trata de una guerra de sustitutos muy peligrosa entre los imperialistas estadounidenses y sus aliados, por un lado, y el imperialismo ruso, por otro.
Desde que se inició la guerra, Estados Unidos le ha suministrado a Ucrania unos 15.800 millones de dólares en ayuda militar, con la promesa de otros 2.700 millones este mes ¡y otros 600 millones tan sólo en esta semana! 2
Esta ayuda ha llegado en forma de armamento avanzado que ha sido decisivo para poner en jaque a las fuerzas rusas y ahora derrotar a una parte de ellas. El armamento suministrado por Estados Unidos incluye misiles antitanque Javelin, misiles tierra-aire Stinger, misiles teledirigidos con radar, 126 obuses avanzados y más de 800.000 proyectiles de artillería, así como lanzacohetes móviles.
“Armas específicas, como el Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad (HIMARS por sus siglas en inglés), están teniendo un efecto desproporcionado en el campo de batalla”, informa el New York Times. “Cada uno de los cohetes guiados por satélite disparados por estos vehículos de lanzamiento, llamados GMLRS [una forma de munición de racimo], contiene una ojiva con 90 kilos de explosivos y las fuerzas ucranianas los han utilizado en las últimas semanas para destruir más de 400 depósitos de armamento rusos, puestos de mando y otros objetivos, dijeron funcionarios estadounidenses”3
A lo largo de la guerra, Estados Unidos le ha proporcionado a Ucrania inteligencia en tiempo real sobre puestos de mando, depósitos de municiones y enlaces clave en las líneas militares rusas, lo que ha posibilitado que los ucranianos “pusieran en la mira a las fuerzas rusas, mataran a generales de alto rango y las obligaran a trasladar los suministros de municiones más lejos de las líneas del frente rusas”4.
Según un informe, las armas, la inteligencia y lineamientos en el campo de batalla de parte de Estados Unidos “ayudaron a Kyiv a infligir a las fuerzas de Moscú un número altísimo de bajas, quizá decenas de miles de muertos en combate”5.
Participación directa de Estados Unidos en inteligencia compartida, visión estratégica y “asesoramiento” para los ucranianos
Todo este armamento, inteligencia compartida y planeación directa por parte de Estados Unidos se intensificó significativamente durante este verano cuando Ucrania y sus partidarios sintieron la necesidad de un avance dramático para contrarrestar los movimientos de Rusia y para asegurar el continuo apoyo internacional para la guerra.

Aviones no tripulados Matrice suministrados por Estados Unidos para que el ejército ucraniano los utilice para vigilancia en Kyiv, 2 de agosto de 2022. Foto: AP
Según informes del New York Times, los ucranianos habían planeado una ofensiva en el sur, pero los militares estadounidenses realizaron un simulacro de guerra y concluyó que acabaría en derrota, y propuso una alternativa hacia el noreste que evaluaba que pudiera prosperar. Durante este periodo se celebraron estrechas discusiones y reuniones de estrategia, en algunos casos diarias, entre funcionarios y militares estadounidenses y ucranianos. “El plan que surgió de las discusiones del verano se basó en gran medida en la inteligencia y el armamento de alta tecnología de Estados Unidos”6.
Un comentarista del Washington Post resumió sin rodeos la perspectiva imperialista sobre la guerra:
Ucrania es la mejor herramienta que tiene Estados Unidos para golpear y empantanar a los militares rusos para que no puedan proseguir con la agresión en otros lugares y, tal vez, para asestar a Putin una derrota de la que no se recuperará pronto.
“Estamos pagando a otro país para que combata en una terrible guerra en su propio territorio para no tener que combatir en una guerra peor en el territorio de un aliado de la OTAN”, me dijo Frederick Kagan, del American Enterprise Institute. “Eso es una manera de decirlo así con mucha sangre fría, ¿no le parece?”7
Los peligros de una escalada como resultado de la “victoria” de Ucrania
El New York Times calificó este viraje de los acontecimientos como “el golpe más devastador para Rusia desde su humillante retirada de Kyiv”, pero su repercusión final en la guerra para nada es clara8. La región de Járkov representa aproximadamente un 5% del territorio ucraniano. Rusia sigue ocupando alrededor de una quinta parte del territorio ucraniano, incluida la mayor parte del este y el sur de Ucrania. Los combates continúan, y un portavoz ruso ha declarado que seguirá combatiendo “hasta que todos los objetivos de Rusia se hayan alcanzado”9.
Lo que sí está claro es que esta nueva situación ha representado nuevas contradicciones para todas las partes, y un nuevo peligro de una escalada adicional de esta guerra ya muy peligrosa. Y algunos comentaristas influyentes en Estados Unidos están llamando a emprender semejante escalada.
Una columna del 13 de septiembre de Bret Stephens del New York Times10 es un ejemplo escalofriante — escandaloso. P.e., Stephens alaba el avance de Ucrania, no como un fin en sí o por crear una ventana para negociar un fin del conflicto 11, sino por “crear una ventana única para más avances decisivos”.
Stephens sostiene que para lograr estos “avances decisivos”, será necesario armar a Ucrania de forma aún más agresiva, inclusive con “cazas de combate avanzados, grandes aviones no tripulados de combate, helicópteros de transporte que puedan trasladar fuerzas especiales para atacar detrás de las líneas rusas, así como cohetes y misiles que puedan atacar a radios más largos, posiblemente dentro de Rusia”.
Stephens propone una retirada total de las fuerzas rusas: “Sería inmoral y miope permitir que Putin mantenga cualquier territorio que ha ganado desde que se inició la guerra”. Y cita con aprobación al general retirado Stanley McChrystal: “‘No deberíamos dejar que Rusia salga de esto con nada que se parezca a una victoria’”.
Stephens reconoce el peligro de arrinconar a Rusia de modo que “el Kremlin despliegue armas nucleares de campo de batalla para evitar la derrota y aterrorizar al resto del mundo”. Y su respuesta es una combinación de aconsejar a Biden que empiece a advertir a Rusia respecto a las severas consecuencias escaladoras de hacerlo 12, pero en general concluye: “A medida que la guerra entre en una nueva fase, inevitablemente traerá nuevos peligros. Ningún peligro es más grave que el de no prevalecer. Todo el mérito es de Biden por entenderlo y actuar en consecuencia”.
Una tercera guerra mundial e idioteces peligrosas
Este es exactamente el tipo de dinámica mortal y demente de la que el líder revolucionario Bob Avakian advirtió en su análisis del 28 de abril de 2022, UNA TERCERA GUERRA MUNDIAL E IDIOTECES PELIGROSAS:
Pero se tiene una realidad crucial en conexión con todo esto: en esta guerra —donde los imperialistas rusos han invadido a Ucrania, y por su lado los imperialistas estadounidenses (y sus “aliados” de la OTAN) están respaldando a Ucrania y armándola fuertemente—, ambos lados están profundamente comprometidos a un “gane” en esta situación. Por parte de los imperialistas estadounidenses, su objetivo, y lo que para ellos constituye un “gane” necesario, es conseguir que Rusia sea derrotada en Ucrania, y así debilitar de manera importante a Rusia y a su capacidad de desafiar a la posición dominante del imperialismo estadounidense en el mundo. Para los imperialistas rusos, su objetivo es precisamente desafiar esa dominación estadounidense, y un objetivo clave e inmediato es impedir que Ucrania ingrese a la OTAN y asegurarse de que Ucrania no se convierta en una pieza del “cerco” de Rusia por Estados Unidos-la OTAN, que ya ha avanzado mucho (en que varios países que están cerca de Rusia o que de hecho colindan con Rusia, ya son miembros de la OTAN). Comprometidos profundamente los dos bandos a sus objetivos, y ya fuertemente involucrados en la guerra en persecución de estos objetivos (con Rusia directamente en guerra en Ucrania, y Estados Unidos-la OTAN fuertemente involucrados, aunque por ahora indirectamente), esto significa que, siempre que sean estos imperialistas en contienda los que impongan los términos, ningún lado puede retroceder fácilmente. (Una vez más, siempre que sean estos imperialistas en contienda los que impongan los términos, y que la gente, de todos los lados, no actúe efectivamente, con grandes masas de personas, de modo que se impongan diferentes términos, que correspondan a sus propios intereses, en oposición a los intereses de los imperialistas de cualquier de los bandos.)
Si ningún lado retrocede — ¿¡qué pasará!?
Si no es probable que ningún lado en este conflicto entre imperialistas retroceda y acepte la derrota, ¿qué implicará eso — y, específicamente, qué implicaría si de hecho Estados Unidos-la OTAN se involucrara directamente en un conflicto militar con Rusia, y si esto en efecto resultara en reveses serios para Rusia? ¿Putin y los imperialistas rusos simplemente dirían: “Bueno pues, ustedes ganan, nos damos por vencidos, nos batimos en retirada hasta Rusia”? ¿¡Realmente creería cualquier persona seria y pensante que eso tenga probabilidades de darse!? Pues no, en esa situación la respuesta muchísimo más probable de Putin-los imperialistas rusos sería intensificar la guerra, muy posiblemente con el uso de armas nucleares, más probablemente no las bombas nucleares más poderosas (al principio) sino “armas nucleares tácticas”, las cuales podrían usar no solamente en Ucrania sino también en el territorio de los países de la OTAN que se habían involucrado en la guerra (quizá incluidos no sólo los países cerca de Ucrania sino también los países en Europa occidental, como Francia, Alemania y el Reino Unido).
Bob Avakian concluye:
Todo esto pone de relieve por qué es vitalmente importante que las masas de personas, en Estados Unidos, y en otros países que se alinean con él, así como en Rusia —que las masas de personas en todas partes— se despierten ya por fin y completamente, que reconozcan la realidad y la profunda importancia de lo que está en juego, y que actúen de acuerdo con nuestros verdaderos intereses — los intereses de toda la humanidad: exigiendo que SE PONGA FIN a esta guerra en Ucrania, y a la injerencia (directa e indirecta) de los imperialistas de ambos lados en esta guerra, antes de que no sólo inflija aún más sufrimiento al pueblo de Ucrania sino que posiblemente se intensifique hasta un conflicto mucho más terrible que cause masiva destrucción y muerte, a un nivel mucho mayor, e incluso posiblemente represente una amenaza a la propia existencia de la misma humanidad.
Vea la manera en que la Nueva República Socialista en América del Norte abordaría los temas manejados en este artículo, en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian. En particular, las siguiente partes:
Artículo I, Sección 2
C. La defensa y la seguridad.3. La Nueva República Socialista en América del Norte no desarrollará y no utilizará armas nucleares ni otras armas de destrucción masiva. Librará una lucha resuelta y polifacética para liberar al mundo de todas estas armas, y lo hará como parte de la lucha mayor y general para derrotar y desmantelar todos los estados y fuerzas imperialistas y reaccionarios y avanzar hacia la realización del comunismo en todo el mundo, lo que por fin hará que sea posible hacer realidad los deseos y los sueños de un mundo sin guerras que han tenido innumerables seres humanos en el largo desfile de la historia, y los intereses fundamentales de la humanidad.