5 de junio de 2023
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El domingo 4 de junio, la conocida prisionera de conciencia y activista de los derechos humanos iraní Narges Mohammadi, de la que hace poco el New York Times publicó un perfil, informó de que el estado de salud de su compañera prisionera política Nahid Taghavi se había deteriorado gravemente y requería atención médica inmediata.
Mohammadi llama la atención sobre el hecho de que “los funcionarios del poder judicial [iraní] presionan a los presos enfermos hasta el máximo límite posible, al extremo de la pérdida de la salud, el tormento y la privación”. La vida de la prisionera política Nahid Taghavi está en peligro..... ¿Hasta cuándo continuará este hostigamiento?”.
La hija de Taghavi, Mariam Claren, le declaró a la Campaña Internacional de Emergencia (CIE): “Estamos profundamente preocupados por el informe de Narges Mohammadi acerca de la salud de mi madre. Si la República Islámica no mata a la gente en la calle o la ahorca, la deja morir lentamente en la cárcel. Pido a todas las personas del mundo que sean la voz de mi madre y la voz de todos los prisioneros políticos en Irán. ¡Exijan la libertad de mi madre! ¡No confíen en sus gobiernos! La historia y los últimos acontecimientos nos han demostrado que a los llamados gobiernos democráticos sólo les importan los negocios, no el pueblo”.
“Llamamos a un clamor mundial para exigir que se pongan en libertad de inmediato a Nahid Taghavi con permiso médico para que pueda recibir un tratamiento adecuado”, afirma Dolly Veale, vocera de la CIE. “Negarle atención médica es una forma de tortura que el régimen teocrático e inhumano de Irán lleva a cabo sistemáticamente”.
Nahid Taghavi: detenida, encarcelada y ahora torturada médicamente
Nahid Taghavi es una ciudadana germano-iraní de 68 años de edad que padece diabetes e hipertensión. Tras su detención en octubre de 2020, fue interrogada durante unas 1.000 horas, todas ellas sin asistencia letrada.
Amnistía Internacional declaró que ella y el ciudadano británico-iraní Mehran Raoof, también detenido entonces, eran presos de conciencia, “recluidos únicamente por ejercer pacíficamente sus derechos a la libertad de expresión y asociación”. Amnistía llama a su liberación inmediata e incondicional.
En agosto de 2021, tras una farsa de juicio, fue declarada culpable junto con Raoof, que también sigue detenido, y fue condenada a 10 años y ocho meses de prisión. En 2022, Taghavi fue puesta en libertad con un breve permiso médico, pero fue obligada a regresar a prisión antes de poder completar el tratamiento médicamente necesario.
Mohammadi informa de que Taghavi “sufre tanto que se le nota claramente el dolor en la cara. Se levanta de la cama con dificultad, va al hospital, le inyectan un analgésico fuerte y vuelve a su cama. Estoy acostumbrada a ver a Nahid varias veces al día con un paquete de cigarrillos y una taza de café en el patio, con el rostro abierto lleno de amor y conversaciones profundas y agudas”.
Taghavi “pasó doscientos veinte días en una pequeña celda solitaria, a solas, con tres mantas”, escribe Mohammadi, y “la ausencia de luz, aire, espacio para moverse, la pésima calidad de los alimentos, la privación de atención médica y sanitaria y el historial de presiones del disco lumbar, mentales y nerviosas, y la continua presión de los interrogatorios provocaron que se agudizaran su disco lumbar y su disco cervical, diabetes incontrolable e hipertensión”.
Lea la declaración completa de Narges Mohammadi, en persa.
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La vida de los prisioneros políticos en Irán pende de un hilo — ¡Tenemos que ACTUAR ya!
Este Llamamiento de Emergencia de la Campaña Internacional para Liberar a los Prisioneros Políticos en Irán, lanzado en marzo de 2021 en Estados Unidos, ha sido respaldado por más de 5.000 personas de 50 países, entre ellos Alemania, Reino Unido y Francia. Entre los firmantes figuran ex presos políticos iraníes, familiares de presos actuales, el movimiento A Quemar la Jaula/A Liberar a los Pájaros en Europa y destacadas voces de conciencia como Shirin Ebadi, Cornel West, Noam Chomsky, Gloria Steinem, Ariel Dorfman, Jody Williams, Daniel Ellsberg, Judith Butler y Raymond Lotta. Salió en la contraportada del número de verano de 2021 de The New York Review of Books, así como en el número de verano de 2022 de la revista Ms. y se ha traducido al persa, turco, francés, español y alemán.
Apoye el Llamamiento de Emergencia para Liberar a los Prisioneros Políticos en Irán
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A continuación presentamos una traducción del tuit de Narges Mohammadi al español hecha por voluntarios de revcom.us; las aclaraciones editoriales de parte de los voluntarios de la CIE figuran entre paréntesis.
Los funcionarios del poder judicial hostigan y privan de libertad a la “presa enferma” hasta el máximo límite posible, al extremo de perder la salud.
La prisionera política y activista de los derechos humanos, Narges’ Mohammadi, en una carta desde la prisión de Evin, informa del estado de salud de la prisionera política con doble nacionalidad [Nahid Taghavi], como crítico. Escribe:
“Se trata de la segunda vez que veo a Nahid Taghavi, de 68 años de edad, en tal estado. Sufre tanto que se puede ver claramente el dolor en su cara. Se levanta de la cama con dificultad, va al hospital, le inyectan un fuerte analgésico y vuelve a su cama. Estoy acostumbrada a ver a Nahid varias veces al día con un paquete de cigarrillos y una taza de café en el patio [de la prisión] con el rostro abierto y lleno de amor, en profundas y agudas conversaciones. Ha [soportado] este dolor durante 220 días de aislamiento.
Nahid es egresada de la Universidad de Florencia (Italia). Fue detenida en la calle en octubre de 2020 y trasladada a las celdas de aislamiento del pabellón 2-A [en la prisión de Evin] de la IRGC [Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica]. Pasó doscientos veinte días en una pequeña celda solitaria, a solas, con tres mantas (una bajo la cabeza, otra bajo el cuerpo y otra en la cara).
La ausencia de luz, aire, espacio para moverse, la pésima calidad de la comida, la privación de atención médica y sanitaria [a pesar de su] historial de presiones sobre su disco lumbar, mentales y nerviosas, [además de] la continua presión de los interrogatorios provocaron la agudización de su disco lumbar y su disco cervical, diabetes incontrolable e hipertensión.
Nahid estuvo privada de acceso a un médico especialista hasta febrero de 2022. [Mientras tanto, sus dedos dejaron de funcionar. Numerosas pastillas de la enfermería de la prisión empeoraron su estado día a día y, finalmente, en julio de 2022, la enviaron a que le pusieran inyecciones de cortisona en las articulaciones del cuerpo, una inyección muy dolorosa. Tras meses de retraso, es decir, meses de dolor y tortura, el segundo tratamiento se produjo finalmente en abril de 2023.
Estos días, Nahid vuelve a sufrir sequedad en los dedos y fuertes dolores en el cuello, espalda y manos, a pesar de la orden médica forense [que se adjuntó] al [dictamen] judicial, de que no debía estar en un entorno lleno de ansiedad y estrés.
En ambas ocasiones, tras inyecciones muy difíciles y dolorosas de cortisona en las articulaciones, Nahid fue trasladada de la cama del hospital a la cama de la prisión. ¿Cuánto durará este tormento?”.
Narges Mohammadi, 3 de junio de 2023