Hoy, el mundo entero permanece al margen mientras presencia una hambruna innecesaria, que pone cuando menos a cientos de miles de personas en riesgo directo de morir de hambre.
No se debe a que no haya comida. La comida está ahí, en las filas de camiones justo fuera de la zona azotada por la hambruna.
No se debe a que no haya nadie disponible para distribuir la comida. Los voluntarios para hacerlo también están ahí, aunque los bombardeos masivos e indiscriminados que se producen todos los días están matando a muchos de ellos.
Las fotografías de los niños que lloran por comida también están ahí, por lo que nadie puede decir que no lo sabía.
El problema es el bloqueo impuesto por Israel (y respaldado por Estados Unidos) que ha causado lo que ahora es la peor situación de hambre en el mundo... una situación que rápidamente se encamina hacia una hambruna e inanición en masa.
Un informe israelí pone al descubierto la hambruna forzada
Un informe del 8 de enero de la organización israelí de derechos humanos B’Tselem1 —el Centro de Información Israelí por los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados— se titula “Israel está matando de hambre a Gaza”. El informe documenta que “El hambre en Gaza no es un subproducto de la guerra sino un resultado directo de la política declarada de Israel” (énfasis en el original).
Las afirmaciones y citas a continuación provienen de y están documentadas en el informe de B’Tselem2:
Gaza ya estaba sumida en una crisis humanitaria antes de la guerra, principalmente debido al bloqueo de 17 años de duración por parte de Israel. Alrededor del 80 por ciento de la población dependía de la ayuda humanitaria. Alrededor del 44 por ciento de los hogares padecían inseguridad alimentaria y otro 16 por ciento corría riesgo de sufrir inseguridad alimentaria. Y ahora, sólo se permite la entrada a una fracción de la cantidad de alimentos de la que entraba antes de la guerra.
Israel ha destruido sistemáticamente la capacidad del pueblo de Gaza para producir alimentos. “La mayoría de los campos de cultivo se han destruido y, de todos modos, es peligroso acceder a zonas abiertas durante la guerra. Panaderías, fábricas y bodegas de alimentos han sido bombardeados o clausurados por falta de suministros básicos, combustible y electricidad”.
En este momento, “todos en Gaza está pasando hambre. Alrededor de 2,2 millones de personas sobreviven día a día con casi nada y habitualmente pasan el día sin comer. La búsqueda desesperada de alimentos es implacable, y generalmente en vano, dejando a la población entera, incluidos bebés, niños, mujeres embarazadas o lactantes y ancianos, con hambre”. Si la situación continúa, para el 7 de febrero de 2024, al menos uno de cada cuatro habitantes de Gaza (más de 500.000 personas) “enfrentará escaseces extremas de alimentos, hambre y agotamiento”.
Los pocos alimentos que logran entrar a Gaza son muy difíciles de distribuir debido a los constantes bombardeos, carreteras destruidas, frecuentes cortes de comunicaciones y los refugios desbordados por cientos de miles de personas desplazadas que está apiñados en zonas cada vez más pequeñas.
Detrás de los crímenes contra la humanidad: un sistema criminal que hay que derrocar lo antes posible
Los dirigentes de Israel han dejado claro, en sus acciones y en sus declaraciones3, que su objetivo es bombardear, aterrorizar, torturar, matar de hambre y aplastar o exiliar al pueblo palestino de su patria, desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo.
Los pleitos ampliamente difundidos de Biden con los gobernantes de Israel y sus falsas acusaciones sobre algunos de los crímenes más escandalosos de Israel han ido de la mano con un aumento masivo de la financiación y la ayuda militar a Israel, incluido el envío de más de 5.000 bombas de 900 k, algunas de las armas más destructivas del planeta4. Biden tampoco ha movido un dedo para detener esta terrible hambruna, que nuevamente está a la vista de todo el planeta.
Las torturas y sometimiento al hambre contra el pueblo de Gaza a manos de Israel (y, sí, de Estados Unidos) son totalmente intolerables. Es necesario que haya muchísima más resistencia desde todos los rincones de la sociedad a que estos crímenes se cometan en nuestro nombre. Y con eso, tiene que haber un examen mucho más profundo de la manera en que esto se conecta con otros crímenes que Estados Unidos comete (y ha cometido) en todo el mundo... las causas más profundas... y qué hay que hacer con seriedad para detenerlo.
Un lugar para comenzar: estudiar, y difundir, esta entrega de Bob Avakian.
Vídeo en inglés | Texto en español aqui.