13 de marzo de 2023. El 6 de marzo, salió la noticia de que la administración Biden está considerando restablecer una política de detención de familias enteras de migrantes que ingresan a Estados Unidos por la frontera de México. La detención de familias fue uno de los aspectos más despreciados de la política fronteriza y migratoria bajo Obama. Luego, el régimen fascista de Trump y Pence lo llevó a abismos aún más profundos de malicia: en 2019, casi 250.000 niños con familias estuvieron bajo detención federal. Ahora, la administración Biden está considerando volver a detener a familias, junto con algunas otras medidas de la era Trump que Biden y Kamala Harris denunciaron una vez como “crueles y despiadadas”. Y esto es solo una parte de una nueva ronda masiva de represión antiinmigrante que la administración Biden ha estado preparando febrilmente con anticipación de que termine el 11 de mayo la medida llamada Título 42.
Biden resucita las políticas de asilo de Trump y desarrolla otras políticas
Tanto las leyes de Estados Unidos como las leyes internacionales reconocen el derecho de las personas a solicitar asilo. Pero el régimen de Trump utilizó una disposición del código de salud pública de Estados Unidos llamada Título 42 para impedir que los refugiados solicitaran asilo en la frontera sur de Estados Unidos con el falso pretexto de proteger a Estados Unidos contra la propagación de la Covid-19. Esto resultó en la “expulsión” de millones de personas, expulsadas a la fuerza de Estados Unidos sin siquiera la apariencia de una audiencia legal. Biden continuó utilizando a gran escala el Título 42. De los más de 2.6 millones de personas expulsadas por el Título 42, en su mayoría ocurrieron durante la presidencia de Biden.
Siempre se supuso que el uso del Título 42 iba a ser temporal. Cuando parecía que podría terminar para fines de 2022, los republi-fascistas aullaron que el Estados Unidos bajo Biden pronto sería “abrumado por ilegales”, lo que provocaría un “caos total” en la frontera. Encabezados por el fiscal general fascista cristiano de Texas, los fascistas de 19 estados presentaron un “recurso de emergencia” para impedir que la administración Biden anulara el Título 42. Un congresista fascista llevó a cabo lo que llamó una “investigación de supervisión”, y concluyó que Biden “creó una crisis en la frontera” y que: “Desde el primer día en el cargo, el presidente Biden ha hecho más para reabrir la frontera a los inmigrantes ilegales y estimular la industria del contrabando de personas”.
De hecho, Biden ha presidido continuos escalamientos de los ataques contra los inmigrantes. Un botón de muestra: además de las cantidades masivas de expulsiones fronterizas, casi tantos haitianos fueron deportados en el primer año de la administración Biden que en los 20 años anteriores bajo tres distintas administraciones. Y ahora, además de la posibilidad de volver a detener a familias, Biden está resucitando otra política de la era Trump conocida como “prohibición de tránsito”, que haría que las personas no pudieran solicitar asilo en Estados Unidos si no lo hicieron primero en los países por los que atravesaron en su camino a Estados Unidos.
Pero la administración Biden no solo ha prorrogado e intensificado las políticas de Trump, sino que ha estado desarrollando y preparando nuevos medios para llevar a cabo la represión del estado policial a gran escala, sin ser tan abiertamente odioso como el fascista Trump. Alejandro Mayorkas, jefe del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Biden, ha dejado muy claro que Estados Unidos ha estado preparándose para masivas deportaciones, expulsiones y represión fronteriza en general, “con o sin el Título 42”. El DHS desarrolló una “declaración de preparación” que Mayorkas llamó un enfoque “a nivel de todo el gobierno” para cuando termine 42. Contiene:
- “Recursos crecientes” en la frontera, lo que significa más agentes golpeadores de la Patrulla Fronteriza, con armas cada vez más poderosas.
- Aumentar la “eficiencia del procesamiento”, lo que significa deportar y expulsar a las personas más rápidamente.
- “Administrar consecuencias” por entrada ilegal, lo que significa más arrestos y más enjuiciamientos de más personas.
Es un sistema sin respuestas excepto la represión violenta
Los republi-fascistas son abiertamente racistas. Insultan y vilipendian a personas provenientes de lo que Trump llamó “países pozos de mierda”. Culpan falsamente a los inmigrantes por el enorme problema de la drogadicción en Estados Unidos, y dicen que Estados Unidos está “perdiendo la guerra” en la frontera, a medida que la militarizan a extremos dementes, y con sus brutales puercos policías y armamento moderno para impedir que gente empobrecida la cruce. Azuzan a sus turbas fascistas con frenesíes de odio y amenazas de violencia contra los inmigrantes.
Los demócratas se presentan a sí mismos como partidarios de políticas de asilo e inmigración que sean “ordenadas, seguras y humanas”, como dijo Biden, a medida que implementan e intensifican muchas de las mismas medidas que los fascistas de Trump. Los enfoques y “respuestas” similares de estos dos sectores amargamente opuestos de la clase dominante de Estados Unidos indican que el sistema capitalista-imperialista que ambos sectores representan NO tiene respuesta a lo que llaman una “crisis de inmigración”, ninguna respuesta que de hecho obedece a los intereses de la humanidad.
Habrá que decidir
El 5 de marzo, se encontró a 343 personas de Guatemala, Ecuador, El Salvador y Honduras en un tráiler abandonado en el estado mexicano de Veracruz. Entre ellos había 103 niños no acompañados. Todos estaban tratando de llegar a Estados Unidos. Se encuentran entre los innumerables millones de seres humanos desesperados de todo este hemisferio y de todo el mundo, los que un sistema imperialista que ha devastado sus países de origen obliga a abandonar sus hogares y su vida1.
Bob Avakian: ¿Por qué viene gente de todo el mundo?
A medida que se acerca el fin del Título 42 en mayo, quizá se inicie un movimiento masivo hacia la frontera de parte de migrantes como esas personas desesperadas en Veracruz. Casi seguramente los republi-fascistas aprovecharán esto para tratar de crear una gran crisis política para la administración Biden, azuzar aún más el vil sentimiento antiinmigrante que tiene en sus garras a decenas de millones de personas en Estados Unidos y así promover de manera general su agenda fascista. El gobierno federal, bajo la dirección de Biden (junto con el gobierno estatal de Texas y posiblemente justicieros fascistas por toda la frontera), implementará una política de masivas expulsiones, deportaciones y detenciones. Todo esto es una expresión del hecho de que la frontera entre Estados Unidos y México es un punto focal y una divisoria sísmica social de una crisis del imperialismo, no una crisis de inmigración.
Como escribió Bob Avakian en Algo terrible, O algo verdaderamente emancipador: Crisis profunda, divisiones crecientes, la inminente posibilidad de una guerra civil — y la revolución que se necesita con urgencia, Una base necesaria, una hoja de ruta para esta revolución, semejante situación “puede hacer que haya más receptividad en la población a cuestionar —en un sentido real puede obligar a la gente a cuestionar— la manera en que han sido las cosas, y si tienen que seguir siendo así. Y es mucho más probable que esto ocurra si las fuerzas revolucionarias están en la sociedad entre las personas arrojando una luz sobre la realidad más profunda de lo que está ocurriendo, y por qué, y explicando que SÍ QUE EXISTE una alternativa a vivir así”.
Las fuerzas para la revolución deben plantear audazmente la pregunta de POR QUÉ existe una situación tan demente e inhumana, lo que hay que hacer al respecto y cuál es la solución. Todavía no se ha determinado hacia dónde conducirá este conflicto, y lo que harán las masas de personas, en Estados Unidos y en otros en Sudamérica, Norteamérica y Centroamérica, será una gran parte de determinar el resultado. Las palabras de Bob Avakian resuenan de manera contundente:
“…tenemos dos opciones: o vivir con todo eso — y condenar a las generaciones del futuro a lo mismo, o a cosas peores, si es que siquiera tengan un futuro — o, ¡hacer la revolución!”