Mientras al primer ministro Netan-nazi, o sea Benjamín Netanyahu, le aplaudía repetidamente una sesión bipartidista del Congreso, se intensificó el genocidio israelí respaldado y financiado por Estados Unidos, la promoción y defensa de ese genocidio siendo el motivo de la visita de Netan-nazi.
Esto no es un genocidio por negligencia o por accidente, sino una política asesina consciente y activa del gobierno israelí. De nuevo, totalmente armado, financiado y respaldado por el gobierno estadounidense.
Éstas son sólo algunas de las pesadillas que están cayendo sobre el pueblo de Gaza.
UNO: Masacres y evacuaciones masivas
El invierno y la primavera pasados, el ejército israelí bombardeó intensamente toda la franja de Gaza, desde la ciudad de Gaza en el norte hasta Jan Yunis en el sur. Más de 40.000 personas han muerto (probablemente muchas más, enterradas bajo los escombros) y más de 90.000 han resultado heridas. Israel ha convertido a la mayor parte de la población en refugiados, obligados a abandonar sus hogares y buscar desesperadamente un lugar seguro para dormir y donde conseguir algo de comida, agua y ayuda médica, cosas que son cada vez menos disponibles. Muchos acamparon entre los escombros de los edificios bombardeados; otros se apiñaron en escuelas, hospitales y campos de refugiados de la ONU que esperaban que estuvieran a salvo del ataque israelí.
Pero ningún lugar es seguro en Gaza. Los bombardeos y las masacres no han cesado. Esta semana, Israel lanzó una nueva ola de ofensivas militares contra estas ciudades medio en ruinas, obligando a cientos de miles de personas a huir por la tercera, cuarta u octava vez.
Jan Yunis y Al-Mawasi
El lunes 22 de julio, Israel ordenó la evacuación de gran parte de Jan Yunis y alrededor del 15% de una “zona humanitaria”, Al-Mawasi. Al-Mawasi es un tramo de playa desolada de 14 kilómetros sin instalaciones sanitarias ni médicas y con poco acceso a alimentos y otras ayudas en la que 1,8 millones de personas se vieron obligadas a hacinarse. A pesar de su clasificación como “zona humanitaria”, Israel ha atacado Al-Mawasi repetidamente: tiendas incendiadas y personas masacradas, entre ellas niños.
Israel afirmó que “pequeños grupos” de combatientes de Hamás se habían reagrupado allí y obligaron a unas 180.000 personas a huir, algunas a lo que quedaba de esa “zona humanitaria”, otras a ciudades más al norte, intensificando su sufrimiento hasta el límite de su resistencia.
Palestinos evacuan Jan Yunis en Gaza, 26 de julio de 2024. IG @palestineonaplate
Pero el ejército israelí casi no avisó con antelación. Munadil Abu Younes, que ha sido desplazado ocho veces, informó a The Guardian: “Las fuerzas israelíes nos informaron de la orden de evacuación al entrar en la zona”, dijo. “Apenas tuvimos tiempo de recoger nuestras cosas, la mayoría de la gente huyó sin llevarse nada. En las anteriores órdenes de evacuación nos daban uno o dos días, pero esta vez no tuvimos ni siquiera media hora”.
En apenas unas horas, mientras miles huían hacia quién sabe dónde, Israel lanzó un ataque total contra Jan Yunis, atrapando a cientos de civiles en la zona de guerra. Aviones y tanques israelíes atacaron más de 30 lugares.
Younes describió la escena: “Encontramos gente corriendo, a toda máquina para escapar como si hubiera llegado el día del juicio final. Las balas caían a nuestro alrededor como lluvia y mucha gente resultó herida…”
El Monitor Euromediterráneo de Derechos Humanos calificó esto como “todo parte de la campaña de desinformación de los medios de comunicación y de las tácticas de guerra psicológica de Israel, ya que desde hace varias semanas se han producido ataques militares continuos contra personas desplazadas por la fuerza y contra sus tiendas de campaña en esta zona, lo que ha resultado en cientos de muertos y heridos”.
El Monitor continuó: “Después de llevar a cabo un asesinato en masa premeditado esta mañana, el ejército israelí lanzó docenas de redadas, cinturones de fuego y bombardeos de artillería contra casas, calles y reuniones de personas desplazadas. Miles de estas personas huyeron a las calles presas del pánico, buscando un lugar seguro que no existía... Además de los bombardeos aéreos y los disparos desde aviones cuadricópteros, el ejército israelí emplea bombardeos de artillería directos e indiscriminados contra los civiles”.
Para el viernes, al menos 129 personas habían muerto, muchas de ellas a manos de francotiradores israelíes que, según un periodista de Al Jazeera en Jan Yunis, “disparaban a cualquiera que se moviera”.
“Sucesos con bajas en masa” abruman al Hospital Al-Nasser
El primer día del asalto (22 de julio), llevaron al hospital Al-Nasser a setenta palestinos muertos y más de 200 heridos. Que 200 heridos lleguen a cualquier hospital constituye una crisis, pero Nasser ya estaba desesperadamente superpoblado y escaso de suministros: ni jeringas, ni colchones, ni desinfectante. La siguiente es una descripción de un “suceso con bajas en masa” similar en Al-Nasser el 13 de julio, lo que nos da una idea de lo que probablemente esté sucediendo allí ahora. (Este informe es del Dr. Javid Abdelmoneim, de Médicos Sin Fronteras/ Médecins Sans Frontières).
El Dr. Abdelmoneim escribe: “Había sangre por todas partes en el suelo y tuve que arrodillarme para ver a los pacientes en el suelo. Los pacientes estaban tirados por todos lados porque no quedaban camas”. Describe el flujo de pacientes. Primero fue una niña de tres años con sus padres preocupados:
Estaba respirando, así que debe estar bien, pensé. Pero cuando le quité el vendaje, me di cuenta de que todo su muslo izquierdo estaba pelado hasta el hueso. Me volví hacia el siguiente paciente: una mujer cubierta de polvo. Cuando me acerqué a ella, ella me miró y traté de sonreír e interactuar con ella. Ella respiraba normalmente; tenía los ojos abiertos, yo no podía ver sangre por ninguna parte. Pero cuando le quité el vendaje, salió un gran trozo de intestino.
Y así siguió y siguió durante más de cuatro horas.
Mientras tanto, Israel afirmó que este tsunami de sufrimiento estaba justificado porque (según ellos) “eliminaron a varios terroristas”.
Deir al-Balah
El 27 de julio, en Deir al-Balah, en el centro de Gaza, aviones israelíes atacaron una escuela de niñas donde se refugiaban miles de refugiados. Israel afirmó (sin pruebas, como siempre) que la escuela era un “centro de mando de Hamás”. Al menos 30 personas murieron y más de 100 resultaron heridas, en su inmensa mayoría mujeres y niños. CNN informó sobre la escena en el cercano Hospital Al-Aqsa: cadáveres en el suelo de la morgue, pacientes siendo tratados en el suelo de la abarrotada sala de urgencias, un niño muerto con la palabra “no identificado” escrita en su estómago.
También se informó de ataques en la ciudad de Gaza en el norte. Israel está dejando claro que su ofensiva está lejos de terminar. De modo que el mismo ciclo de ataques militares contra objetivos civiles, y cientos de miles de personas obligadas nuevamente a huir, se está imponiendo nuevamente a un pueblo que ya está enfermo, hambriento y exhausto al borde de los límites humanos.
DOS: Israel está librando una guerra contra los niños
El Dr. Mark Perlmutter es un cirujano estadounidense que se ofreció como voluntario para trabajar en el Hospital Europeo en el sur de Gaza en mayo pasado1. Perlmutter dijo al programa Sunday Morning de CBS que trató a muchos niños baleados por francotiradores israelíes: “...disparados tan perfectamente en el pecho, que no podría colocar mi estetoscopio sobre su corazón con mayor precisión, y directamente en el costado de la cabeza, en el mismo niño”.
Perlmutter añade: “Ningún niño pequeño recibe dos disparos por error del ‘mejor francotirador del mundo’”. (Énfasis añadido)
El equipo de CBS entrevistó a más de 20 médicos más que habían trabajado en Gaza. Respaldaron el informe del Dr. Perlmutter.
Sin embargo, esto es sólo una pequeña parte de un panorama horripilante.
Peligrosas enfermedades cutáneas se propagan entre los niños desplazados de Gaza. Credito: Middle East Eye
En diciembre, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) declaró que Gaza era “el lugar más peligroso del mundo para ser niño”. UNICEF señaló los 14.000 o más niños muertos, la falta de agua potable, servicios sanitarios básicos e incluso papel higiénico. Señaló que cientos de miles de niños de Gaza están gravemente heridos o enfermos.
Desde entonces, las cosas han empeorado aún más.
Según Sunday Morning, “cientos de miles de niños necesitan atención médica” que no está disponible porque “Israel ha destruido la mayoría de los hospitales de Gaza”. Israel bloquea en todo momento las organizaciones que intentan evacuar a niños heridos o enfermos a otros países. Tareq Hailat, del Fondo de Ayuda a la Infancia Palestina, dice que su grupo sólo ha logrado sacar a 200 niños. Miles de personas están en listas de espera, pero desde que Israel tomó y cerró el cruce de Rafah hacia Egipto, las evacuaciones médicas son “casi imposibles”.
Cuando se le preguntó qué sucede con los niños enfermos que no reciben atención, Hailat respondió: “Lamentablemente, la verdadera respuesta es que se están muriendo. No es lo mismo una pierna rota aquí en Estados Unidos que una pierna rota en Gaza. Una pierna rota en Gaza significa que lo más probable es que te amputen esa pierna, lo que significa que lo más probable es que contraigas una infección después de esa amputación, lo que probablemente significa que vas a morir”.
Pregúntese: ¿cuál podría ser la intención detrás de obstruir las evacuaciones de niños enfermos de una zona de guerra? ¿Cuál es la intención detrás de someter a cientos de miles de niños a los peligros físicos de la guerra, la enfermedad y el hambre, y también al trauma profundo y desgarrador de ver a amigos, familiares, padres masacrados, hechos añicos por bombas, acribillados por armas automáticas, enterrados en edificios derrumbados?
Una vez más, esto no es negligencia, sino matanza genocida consciente.
TRES: Gaza es un campo de exterminio
Durante décadas, desde que quedó bajo la ocupación ilegal israelí, Gaza fue conocida como “la prisión al aire libre más grande del mundo”, porque ni a personas ni a bienes se les permitía entrar o salir sin el permiso israelí.
Ahora con la invasión israelí, Gaza se ha convertido en el campo de concentración más grande del mundo2 donde las condiciones de la vida diaria impuestas deliberadamente llevan a un gran número de personas al borde de la muerte, o más allá.
Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, el ochenta y tres por ciento de Gaza se encuentra ahora bajo órdenes de evacuación (sujeto a ataques militares) o se considera una “zona prohibida” para los palestinos (lo que significa que se les puede disparar sin aviso por estar allí). Esto significa que la mayoría de los aproximadamente dos millones de habitantes de Gaza se ven obligados a vivir en menos de una quinta parte de su territorio.
Las condiciones en estas áreas “más seguras”, como las de los campos de concentración nazis, equivalen a personas que enfrentan una muerte lenta, por hambre, enfermedades no tratadas, agua contaminada, agotamiento y terror.
Y estas condiciones mortales siguen empeorando. La ONU informa que la producción de agua de Gaza es una cuarta parte de los niveles previos a la invasión, debido a la destrucción israelí de las instalaciones de bombeo y tratamiento de agua. Y la Organización Mundial de la Salud está “extremadamente preocupada” por un posible brote del virus de la polio, altamente infeccioso, que se ha encontrado en las aguas residuales que corren por muchos campos y ciudades de refugiados3.
Los gobernantes de Estados Unidos son criminales monstruosos
Todo esto es lo que los gobernantes estadounidenses —demócratas y republicanos— aplaudían en los pasillos del Congreso.
Y si usted no actúa para detener esto, es cómplice de esto.