Esclavización femenina en la “Tierra de los libres”, O una nueva sociedad con el ¡ABORTO A SOLICITUD Y SIN PEDIR DISCULPAS! (vídeo en inglés)
Ya ha pasado un año desde que la Corte Suprema fascista arrebató a las mujeres su derecho fundamental al aborto.
Millones de mujeres en Alabama, Texas, Kentucky, Oklahoma, Idaho y otros nueve estados ahora viven sin el derecho al aborto. Ahora es de rutina que los hospitales se nieguen a atender a las mujeres que están sufriendo un aborto espontáneo, mandándolas a desangrarse en estacionamientos y tinas de baño al riesgo de infección, infertilidad y hasta la muerte. Todos los días hay mujeres que están obligadas a tener hijos contra su voluntad. Las tienen al borde de la desesperación. Las tienen atrapadas con sus abusadores. Las obligan a abandonar sus estudios. Les privan de sus sueños. Les dicen la sociedad y las leyes que el propio cuerpo no les pertenece. Su seguridad no cuenta para nada. Su biología es su destino. Al igual que en la Edad de las Tinieblas. Ya, los fascistas cristianos vienen presionando por una prohibición nacional del aborto. Ya, los jueces fascistas han resucitado códigos legales arcanos del siglo diecinueve e incluso del dieciséis, sentando las bases para erradicar los contraceptivos y hacer cosas peores. Y todo esto tan sólo es el comienzo.
¡Nadie que tenga corazón que late, nadie que diga respetar a las mujeres, nadie que tenga una pizca de compasión por nuestras hijas y por la justicia en general, puede seguir conformándose con esto!
Pero, reconózcanlo: esto es precisamente lo que los demócratas —y sus apéndices serviles en el llamado “movimiento” pro derecho a decidir— están diciendo que ustedes hagan. Les dicen que se preparen para alguna “lucha a la larga” de décadas de duración. Les dicen que celebren una que otra iniciativa de referendo electoral de retaguardia que protejan el derecho al aborto para algunas mujeres en algunos estados, a la vez que se hacen de la vista gorda ante los millones de mujeres que pierden este derecho y el monstruo implacable fascista cristiano que viene cobrando fuerza. Esto se parece a la “estrategia” de subir a las cubiertas superiores de un barco que naufraga — y hacerse de la vista gorda ante los que se ahogan abajo además de ignorar la realidad de que pronto también usted se ahogará.
Esto no sólo es inadmisible, ¡es completamente ilusorio! Y desperdicia un tiempo el que no podemos darnos el lujo de desperdiciar.
Se avecina el cambio radical. Ya está en camino. El derecho al aborto ya se ha ido. Se libra toda una guerra contra la gente LGBTQ. Supremacistas blancos y fascistas ya han entrado en una batalla armada contra la “transferencia pacífica del poder” y Trump promete “tomar represalias”. Mientras tanto, el planeta arde y los demócratas vienen librando agresivamente una guerra de sustitutos en Ucrania contra Rusia y amenazan a China.
La sociedad como la hemos conocido se está desgarrando.
El líder revolucionario Bob Avakian (BA) ha analizado:
No es posible resolver estas divisiones en el marco que ha existido, y que ha mantenido la articulación de las cosas, durante casi 150 años, desde poco después del fin de la Guerra Civil de Estados Unidos que condujo a la abolición de la esclavitud — no es posible resolverlas sobre la base de la “democracia” capitalista que ha sido la forma “normal” de gobierno capitalista (dictadura)
Este rumbo, si se permite que continúe, avanza en una veloz marcha hacia un verdadero desastre.
Pero BA también ha analizado que debido a que ellos no pueden gobernar de la misma forma de antes, es posible que los acontecimientos en sí pongan en duda fuertemente una buena parte de lo que las personas antes daban por sentado. Así que esta situación también encierra una oportunidad más grande de arrancarle algo verdaderamente emancipador — una revolución real. Esto se debe a que se están sacudiendo y desgarrando la vida de millones de personas y sus suposiciones sobre Estados Unidos — siendo un ejemplo de esto la anulación del derecho al aborto.
Arrancar un futuro justo y liberador a esta situación es posible, pero se requiere una revolución real y nada menos. Se requiere abolir y desmantelar el sistema existente del capitalismo-imperialismo y sus instituciones de gobierno. Se requiere remplazar todo esto con un nuevo sistema socialista tal como se establece en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte. Consideren solamente una porción de lo que harán posible esta nueva Constitución y sociedad. Se garantizarán los derechos de la gente LGBTQ y de las mujeres. El gobierno de esa nueva república socialista protegerá y harán cumplir estos derechos, incluidos los derechos fundamentales al aborto y los contraceptivos.
Esta Constitución enfatiza —en su propio texto— que la opresión de las mujeres surgió de la mano con todas las relaciones entre los seres humanos basadas en la explotación, la que ha estado integrada en esas relaciones durante miles de años. Esto incluye al Estados Unidos imperialista bajo el cual estamos obligados a vivir hoy. Y esta Constitución pone en claro que uno de los objetivos más importantes de esta nueva sociedad revolucionaria es arrancar de raíz esta opresión. A ver, ¡nombren si puedan cualquier otro documento fundador que haga tan siquiera algo cerca de eso!
Pero, si no hacemos una revolución, si no establecemos una nueva sociedad, la pesadilla ante nosotros sólo se agravará.
Así que ahora, a un año de que se robó el derecho al aborto a las mujeres con cosas mucho peores en camino, hágase la pregunta:
¿Seguirá conformándose con un sistema que permite que las mujeres y niñas se conviertan en propiedad obligadas a tener hijos contra su voluntad?
O, ¿luchará por una revolución y un nuevo sistema donde por ley se les garantice el derecho al aborto y los contraceptivos a solicitud y sin pedir disculpas, por la razón que sea y en las circunstancias que ella decida?
¿Seguirá conformándose con una sociedad donde cazan y hasta matan a los doctores por proveer abortos, o los aterrorizan por atender a jóvenes trans?
O, ¿luchará por una sociedad nueva donde los doctores y todo el sistema de atención médica se guíen por la ciencia, las buenas prácticas médicas y las necesidades de sus pacientes?
Pregúntese: ¿Seguirá conformándose con una sociedad que trata a los niños como si fueran un castigo a las mujeres por atreverse a tener relaciones sexuales? Sabe de lo que estoy hablando, “Si ella no quería tener un bebé, pues ¡no hubiera abierto las piernas!”
O, ¿va a luchar por un tipo de sociedad radicalmente diferente con una cultura radicalmente diferente y liberadora? Donde se traer los niños a este mundo porque son queridos. Donde se les vea como el futuro —y se les trate como la responsabilidad— de la sociedad en su conjunto. ¿Y donde se luche por una cultura en la que personas de todos los géneros y orientaciones sexuales participen en las relaciones sexuales sin estigma ni coacción y sobre la base del respeto mutuo y el placer compartido?
Y, en serio, hágase la pregunta: ¿Seguirá agachando la cabeza mientras este sistema permite que los fanáticos fascistas cristianos y otros opresores utilicen las palancas del poder estatal para pisotear la voluntad de la gente e imponer códigos morales obsoletos que esclavizan a las mujeres, restauran la supremacía blanca abierta, desencadenan una represión genocida contra los inmigrantes y otras depravaciones?
O, ¿no se conformará con nada menos que una revolución real y un sistema y una sociedad completa y radicalmente nuevos, donde la furia y la determinación de mujeres y niñas para arrancar de raíz la subyugación milenaria cuenten con el aval de las leyes y las cortes y la cultura y el gobierno en su conjunto? Y, donde cuente con el mismo apoyo la lucha por superar la supremacía blanca, la xenofobia y todas las relaciones y modos de pensar atrasados entre las personas? ¿Elevará las aspiraciones de la gente, y no se conformará con nada menos que una sociedad y un sistema nuevo que proteja y nutra el derecho más fundamental de todos — el derecho de las masas de personas de debatir y configurar el rumbo de la sociedad hacia la eliminación de la injusticia y la opresión en todas partes del mundo?
Se trata de un futuro u otro. De un sistema u otro. Sin nada de en medio.
Cada día en que usted se quede en los márgenes o desperdicie su tiempo con los mezquinos retoques que los demócratas venden, o simplemente se obsesione consigo mismo, pues la pesadilla sigue avanzando. Se está haciendo añicos la vida de las mujeres. Se están prohibiendo los libros. Los nazis están aterrorizando a los jóvenes trans y a otras personas. El planeta está que arde.
Un futuro diferente —un futuro liberador— es posible, pero se nos acaba el tiempo.
En este momento ya es hora de que usted se conecte con esta revolución. En este momento, mientras se está desgarrando la sociedad y el sistema se está deshilachando desde sus propios cimientos. En este momento, mientras se está despertando a sacudidas a millones de personas pero éstas no tienen idea de qué hacer con sus temores ni su furia. Usted necesita ser parte de poner esta revolución en el mapa. Participe en brindarles a estos millones de personas una forma para hacer realidad un futuro, y en última instancia un mundo, libre de toda forma de esclavitud, toda explotación y opresión basada en clases, razas, sexos y géneros. Un mundo libre de todas las relaciones en las que una parte de la humanidad está subordinada a otras y dominada por otras. Y, como parte de acumular las fuerzas para hacer esta revolución, y siempre que estemos obligadas a vivir bajo este sistema monstruoso actual, hace falta que se sume a la lucha con cuerpo y alma para defender el derecho de todas las mujeres y niñas en todas partes al: ¡ABORTO LEGAL A SOLICITUD Y SIN PEDIR DISCULPAS!
Se avecina un cambio radical. ¿De cuál lado estará?