Una vez más me quedo sin aliento ante un hermoso mural internacionalista en Colombia. El 5 de marzo, la cuenta de Instagram @comrevco (Grupo Comunista Revolucionario, Colombia) publicó un vídeo de la creación de un enorme mural callejero en Cali ilustrado con el rostro de Toomaj Salehi, rapero encarcelado en Irán, y una mujer parada sobre un contenedor de basura en llamas que agita su hiyab (pañuelo en la cabeza) en un palo. El lema dice: “¡Libertad para Toomaj Salehi y todos los presos políticos en Irán!”.
A continuación nuestro reposteo del video en X.
Esta es sólo la última de una serie de acciones visualmente impactantes y marcadamente internacionalistas.
Unos diez días antes, los comrev en Colombia y los partidarios de la campaña Libertad para los Prisioneros Políticos en Irán (cuyo hermoso trabajo también hemos visto en @quemarlajaula) se habían unido a un concierto en apoyo al pueblo palestino en Bogotá. Las imágenes y el vídeo capturan el impacto de dos enormes pancartas, una con bellos dibujos de prisioneros políticos en Irán y la otra un dibujo de una luchadora palestina con una kufiya, con las frases “Poner fin a la ocupación sionista-imperialista! ¡Liberar a Palestina libre! ¡Lo que Palestina necesita es una revolución¡ ¡Nada menos!”
Revcom.us lo volvió a postear en ese momento, pero quisiera extraer algunas lecciones de manera más amplia.
Me parece conmovedor y edificante ver cómo estos camaradas desarrollaron de una manera viva y concreta estas dos corrientes de la revolución, es decir, la lucha justa del pueblo palestino contra el genocidio que está cometiendo Israel con apoyo total del imperialismo estadounidense (por un lado) y la lucha justa del pueblo de Irán contra el régimen islámico fundamentalista (por el otro lado), poderosamente representado por los prisioneros políticos y especialmente las mujeres que desafían intrépidas al patriarcado y la misoginia. Dada la funesta situación en el Medio Oriente, donde Estados Unidos e Irán se amenazan mutuamente y maniobran por el dominio de la región, demasiadas personas están envueltas en la lógica mortal del “enemigo de mi enemigo es mi amigo”.
En uno de los vídeos veo un antídoto de la vida real: en una mesa de libros, una mujer reparte un volante, primero hace agitación sobre Palestina, luego le da la vuelta al volante y señala la imagen de Toomaj Salehi y habla de ejecuciones en Irán. Bueno, se me llenaron los ojos de lágrimas. Sé por experiencia propia que espontáneamente esto NO va a tener una aceptación mayoritaria en una manifestación palestina NI en la diáspora iraní, por lo que esta posición se destaca aún más como modelo.
Al repasar algunos meses de los posteos en IG, me llama la atención que dos días después del ataque de Hamas del 7 de octubre a zonas israelíes, @comrevco publicó el siguiente gráfico con la cita a Bob Avakian sobre los dos sectores anticuados1 en que tanto los fundamentalistas islámicos como los imperialistas estadounidenses son buitres desintegradores con fauces ensangrentadas, pero Estados Unidos es claramente el peligro más grande.
Un gráfico de ComRevCo cita a Bob Avakian sobre los dos sectores anticuados. Gráfico: @ ComRevCo
Durante la siguiente semana, este gráfico se colgará en ciudades y universidades, y también muestra reuniones de personas en la calle en conversación sobre él. ¡Qué aplicación tan poderosa del análisis pionero de Bob Avakian y su impacto concreto en lejanas partes del mundo!
Colombia: la gente lee un cartel con la cita de los dos sectores anticuados de BA. Foto: @ComRevCo
Recalca la profunda realidad sobre el terreno detrás de la parte del Llamamiento de Emergencia de la CIE que dice: “Nosotros, la gente de Estados Unidos e Irán, junto con la gente del mundo, tenemos NUESTROS propios intereses compartidos, como parte de la consecución de un mundo mejor...”.
En conclusión, espero que la gente en Estados Unidos pueda aprender tanto de la posición polémica que están adoptando estos camaradas colombianos como de su creatividad y arte, y seguir y compartir estos posteos más ampliamente. Especialmente en estos tiempos poco comunes en los que décadas de cambios se comprimen en meses o semanas, no debemos subestimar que se extiende por todo el mundo la dinámica de las chispas de resistencia y revolución.