En los últimos tres meses y medio, Israel ha asesinado a más de 23.000 personas en Gaza, incluidos 10.000 niños. Israel ha destruido más del 80 por ciento de las viviendas en Gaza, y así ha obligado a la gente a salir a las calles. Hoy, la población de Gaza está muriendo de hambre a un nivel que no se ve en ningún otro lugar del mundo, las enfermedades se propagan por todas partes mientras a su población se le niega hasta las instalaciones sanitarias más básicas, y la gente (incluidos los niños) ahora debe someterse sin siquiera con anestesia a procedimientos médicos, incluidas amputaciones, que se volvieron necesarios debido a los bombardeos israelíes. Estados Unidos ha financiado todo esto y ha brindado a Israel un apoyo político y diplomático crucial.
¿Y quién tiene la culpa? Según Thomas Friedman, el influyente columnista de asuntos exteriores del New York Times, no es Israel con sus horribles bombardeos, bloqueos e invasiones militares... ni Estados Unidos con su enorme apoyo financiero, militar, político y diplomático a Israel... ¡sino el pueblo de Gaza!
Se dice que la causa de todo esto, según este portavoz asesino del imperialismo estadounidense, son las “malas decisiones” tomadas por el partido gobernante de Gaza, Hamas.
El artículo de Friedman del 29 de diciembre de 2023 “What Is Happening to Our World” [Lo que pasa con nuestro mundo] en el New York Times, subtitulado “La guerra entre Israel y Hamas no fue inevitable”, es una larga lista de distorsiones y racionalizaciones obscenas a favor de la ocupación sionista y el apartheid. Friedman quiere hacer creer a sus lectores que todo lo que le ha sucedido al pueblo palestino, al menos desde 2005 —y no menos importante, el embate genocida de Israel de los últimos tres meses— es el resultado de esas “malas decisiones” tomadas por malos actores palestinos.
Friedman pone patas arriba la realidad. Durante 18 años, Israel ha atrapado al pueblo de Gaza en lo que efectivamente es la prisión al aire libre más grande del mundo — restringiendo el libre movimiento y controlando aspectos críticos de la vida y la supervivencia de más de dos millones de palestinos. De hecho, este “prestigioso periodista” no es más que un perverso cantante de coro por el imperialismo.
Un cuento de hadas de “opciones”
Friedman cuenta un perverso cuento de hadas diseñado para culpar a la víctima, al pueblo palestino, por la aniquilación de Gaza por parte de Israel. Comienza esta historia en el medio: en 2005, cuando Israel se retiró de Gaza y “permitió” que los palestinos celebraran elecciones bajo condiciones brutales de confinamiento y control. Friedman dice: “Los palestinos se quedaron, por primera vez en la historia, con un control total sobre una parcela de tierra... Era suyo construir lo que quisieran”. [énfasis añadido]
Friedman sostiene que si Hamas no hubiera rechazado el “acuerdo de paz” que Estados Unidos y los imperialistas occidentales intentaron imponer a los palestinos —un propuesto acuerdo de “dos estados” en el que un falso estado palestino estaría rodeado y dominado por Israel y gobernado por una autoridad palestina tipo títere—, pues Palestina podría haber “decidido por construir su propio Dubái... [en que] el mundo habría hecho fila para dar ayuda y hacer inversiones”. (Dubái es el centro comercial rico de los Emiratos Árabes Unidos.)
Analicemos sus mentiras y tonterías.
La absurda comparación de Gaza con Dubái y los Emiratos Árabes Unidos
A) La realidad geopolítica y económica de Dubái
Comencemos con la historia de amor de Friedman con Dubái. Dubái es un “emirato” gobernado por una dinastía real. Es parte de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) ricos en petróleo que comparten frontera con Arabia Saudita y se encuentran en la costa del Golfo Pérsico. La cara exterior de Dubái es una ciudad repleta de riqueza deslumbrante, incluido el edificio más alto del mundo y una próspera industria turística. Friedman está embriagado y afirma que lo que hizo todo ello posible ha sido “el liderazgo visionario” de Dubái-los EAU.
Esto es pura necedad. De hecho, Dubái-los EAU es un ejemplo del militarismo, una dependencia ambientalmente destructor del petróleo, la superexplotación de migrantes y una dictadura abierta y flagrante — todo ello bajo la dominación y al servicio de Estados Unidos.
* Militarismo: Los Emiratos Árabes Unidos son una herramienta militar de los Estados Unidos. Albergan personal militar y buques de guerra estadounidenses en instalaciones militares y portuarias de los EAU. Compran equipo militar estadounidense sofisticado. Desempeñan un papel integral en salvaguardar el control estadounidense sobre las rutas marítimas y en el combate contra la influencia regional de Irán.
* Dependencia de los combustibles fósiles destructores del planeta: la prosperidad de Dubái está estrechamente relacionada con la dependencia destructora del petróleo de la economía mundial. Las clases dominantes en esta región del Medio Oriente se benefician de su posesión de las más grandes reservas de petróleo y gas natural del mundo, así como de costos de producción más bajos que en otras regiones. Los gobernantes de los Emiratos Árabes Unidos han podido invertir algunas de las enormes ganancias de las ventas mundiales de petróleo en “modernizar” la economía — desarrollar cierta industria, bienes raíces y banca. La economía de Dubái no se basa en el petróleo — pero su desarrollo hinchado y parásito es inseparable de su producción de petróleo y finanzas.
* Superexplotación: El supuesto “milagro” económico de Dubái se basa en la superexplotación de la mano de obra migrante. La fuerza laboral de Dubái proviene principalmente del sur de Asia y partes de África. El noventa por ciento de la población de los EAU se compone de ciudadanos de otros países, en su mayoría trabajadores superexplotados con salarios bajos. Se enfrentan a condiciones de empleo crueles: muchos han sido víctimas de trata para realizar trabajos forzados; los trabajadores de la construcción trabajan en condiciones de calor extremo en turnos de 7 días y 12 horas; el impago de salarios es común. La explotación sexual comercial está muy extendida. Las organizaciones de derechos humanos han condenado esta situación como una esclavitud de hoy día.
* Dictadura flagrante: Dubái-los Emiratos Árabes Unidos está gobernado con puño de hierro político y religioso. La expresión política y cultural se monitorea y censura fuertemente; los disidentes y manifestantes están sometidos a detenciones arbitrarias y torturas; las relaciones entre personas del mismo género están criminalizadas.
B) La realidad sangrienta de Gaza
Gaza es una delgada franja de tierra que limita con Egipto, Israel y el mar Mediterráneo. Es uno de los espacios más densamente poblados y empobrecidos del mundo. Una vez más, se describe con razón a Gaza como “la prisión al aire libre más grande del mundo”.
* A pesar del “gobierno” de Hamas, Israel en realidad ha controlado a Gaza mediante un bloqueo militar, control fronterizo y guerras brutales periódicas. Israel arrebató Gaza a Egipto en 1967 y controló directamente a Gaza hasta 2005, cuando Israel retiró sus soldados. Hamas ganó las elecciones en 2006 y desde ese entonces ha gobernado formalmente a Gaza.
Pero Israel ha retenido el control sobre el espacio aéreo y todas las fronteras terrestres y marítimas (excepto la frontera de Gaza con Egipto). Israel no permite el libre tránsito de personas que entran y salen de Gaza. Prohíbe la importación de determinadas tecnologías y materiales esenciales. Y desde 2005, Israel ha lanzado repetidas operaciones militares contra Gaza que han destruido infraestructuras, viviendas, tierras y cultivos agrícolas, centros educativos y centros sanitarios.
Antes del último embate genocida, el 65 por ciento de la población de Gaza padecía inseguridad alimentaria, el 45 por ciento estaba desempleado, el 65 por ciento vivía en la pobreza y el 80 por ciento dependía de la ayuda internacional. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo resumió las condiciones de esta manera: “Gaza ha experimentado 16 años de reversión del desarrollo y de supresión del potencial humano y del derecho al desarrollo”.
* La total idiotez, deshonestidad e inmoralidad de la noción de Friedman de que Gaza se convierta en un nuevo Dubái. No existe comparación alguna entre Gaza y Dubái-los EAU. Gaza no está rica en petróleo. Incluso considerar una “replicación” de Dubái requeriría el mismo tipo de relaciones comerciales, financieras y militares serviles con las potencias imperialistas dominantes, en particular Estados Unidos, que tienen los gobernantes de Dubái. Si Friedman quisiera una versión palestina de Dubái, querría una fuerza laboral superexplotada y una represión cruel.
¿Y qué maldita relación guarda todo esto con la liberación, la emancipación y la salvación del planeta de una catástrofe ambiental?
¡Nada!
¡El necio “modelo Dubái” de Friedman para Gaza no es posible ni deseable!
Estados Unidos dice que quiere una “solución de dos estados” para Palestina. Esta “solución” es una fórmula que conserva al estado sionista y su papel estratégico como perro guardián y de ataque con armas nucleares por los intereses imperiales en el Medio Oriente con una Palestina debilucha, rebanada y dominada que sería un “estado” en nombre solamente.
Pero según Friedman, la “negativa” de Hamas a aceptar esa solución en 2005 y la persecución del espejismo de convertirse en un “nuevo Dubái” es de alguna manera la causa de todos los desastres que siguieron, incluido el actual embate genocida. Friedman le echa la culpa a Hamas y, de hecho, a todos aquellos palestinos que rechazan la dominación sionista. En realidad, la responsabilidad de este genocidio recae claramente en Israel, al que hay que obligar a rendir cuentas en toda su extensión por ello — junto con sus amos imperialistas, sobre todo la clase dominante estadounidense.
La falsa comparación de la lucha de liberación de Vietnam con Hamas
Friedman dice que Hamas “eligió” a Hanói en 1968 en lugar de Dubái en 2023. Volvamos a esta parte de su argumento sobre “Hanói”. Hanói es la capital de Vietnam. En 1968, el pueblo vietnamita libraba una justa lucha de liberación nacional contra el intento genocida estadounidense de 1960-1975 de aplastar la liberación.
Estados Unidos desplegó 500.000 soldados estadounidenses para asesinar y aterrorizar; Estados Unidos lanzó el mayor tonelaje de bombas sobre Vietnam que cualquier otro país en la historia; el napalm y la guerra química arrasaron aldeas y tierras de cultivo vietnamitas. El saldo final de muertos fue de tres millones de vietnamitas.
La guerra de túneles fue una parte integral de una auténtica lucha de liberación nacional que movilizó a millones de vietnamitas, lucha en la que las mujeres desempeñaron un papel vital, y que finalmente, después de 15 años, derrotó a Estados Unidos. En contraste, Hamas no es una fuerza para la liberación. Su programa es teocrático y patriarcal, y sus métodos de lucha que pone a civiles inocentes en la mira no tienen ninguna relación con una revolución real. No obstante, el terror de Hamas no se acerca para nada al genocida terror, ocupación y operaciones militares de Israel.
¡La única comparación concreta con Vietnam en 1968 se halla en la “decisión” tomada por Estados Unidos de librar una guerra genocida contra el pueblo oprimido de Vietnam y la guerra igualmente genocida que Israel ha decidido librar contra los palestinos oprimidos!
La verdadera decisión, la única solución real
Lo que hoy es Israel, Cisjordania (el territorio al oeste del río Jordán) ocupada por Israel y Gaza —en su conjunto— constituyen la patria histórica de Palestina. Alrededor del 80 por ciento de la población árabe-palestina de lo que iba a convertirse en Israel fue expulsada por los sionistas o huyó en 1948 — y de manera repetida los sionistas han desplazado, ejercido poderes policiales y asesinado en masa a los palestinos durante los últimos 75 años. Ahora, figuras de alto rango del gobierno israelí están llamando a una “migración voluntaria” de palestinos fuera de Gaza, un eufemismo para el despojo permanente y la “limpieza étnica”.
La única solución justa y viable a la injusticia histórica cometida y al sufrimiento incesante infligido al pueblo palestino es una Palestina revolucionaria y secular compuesta de palestinos y judíos.
NO es cierto que las únicas opciones que tiene la humanidad estén entre el fundamentalismo islámico y otros fundamentalismos religiosos retrógrados, o la explotación “moderna” y el gobierno opresivo del imperialismo.
Hay otro camino: una revolución hasta el final guiada por el nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian. Una revolución para liberar a la humanidad de toda opresión... en la que el desarrollo económico sirva a las necesidades integrales de la gente... en la que la liberación de las mujeres sea un criterio de prueba... donde florezcan la vida intelectual y cultural y el disentimiento... una sociedad socialista liberadora que proteja, y no saquee, el planeta.
Esta revolución se necesita con urgencia y es posible. Y ÉSTA es la decisión que la gente de todo el planeta tiene que tomar.