Primero de Mayo, día en que declaramos nuestra determinación de cumplir con la necesidad mundial de nuestra época: ¡la revolución comunista! El sistema capitalista imperialista, por su propia existencia, es la mayor crisis que enfrenta la humanidad — un sistema que ha convertido la vida de ocho mil millones de personas en este planeta en un terrible calvario que pone en peligro incluso la supervivencia del propio planeta Tierra.
Han transcurrido décadas desde la primera ola de revoluciones comunistas en la primera mitad del siglo 20 — revoluciones que, con triunfos históricos en Rusia (1917) y en China (1949), sentaron las bases de las primeras sociedades socialistas. Siendo una experiencia incipiente, los sistemas socialistas en estos países eran relativamente rudimentarios, y, aunque fueron derrotados en sus primeras etapas, abrieron un nuevo capítulo en la historia de la humanidad, llevaron esperanzas a los oprimidos y explotados del mundo, y demostraron que es posible derrocar las viles sociedades construidas sobre la opresión y la explotación capitalistas. Estas victorias pusieron a la defensiva a las potencias imperialistas y a los gobiernos reaccionarios de todo el mundo, y se convirtieron en un apoyo crucial para diversos movimientos sociales en todo el planeta.
Cuando el socialismo fue destruido en esos países y estos se reincorporaron al campo capitalista, se inició una era aterradora. El capitalismo, desatado, lanzó un ataque desenfrenado contra todos los aspectos de la vida de la gente en todo el mundo. Hoy, con la acelerada destrucción del medio ambiente y la amenaza de una guerra nuclear, el capitalismo pone en peligro la existencia misma de la humanidad y del planeta Tierra. Al tergiversar las hazañas de las revoluciones comunistas y al enterrar su legado, la burguesía orquestó la mayor ofensiva ideológica en la historia — una ofensiva que aún no hemos derrotado.
Hoy, nos enfrentamos a dos caminos: o nos alzamos en una nueva ola de revoluciones comunistas, alcanzando avances en regiones clave del mundo para dar inicio a una era verdaderamente emancipadora para miles de millones de oprimidos y explotados, y para el propio planeta Tierra — o nos rendimos y nos preparamos para un futuro de horrores inimaginables, incluso peores que los actuales.
Cuesta trabajo comprender esta realidad de que la humanidad se enfrenta a estos dos caminos y nada más. Pero esta es una verdad que hay que comprender firmemente — una verdad que Bob Avakian ha analizado a fondo y demostrado con rigor científico, dando la voz de alarma. El Primero de Mayo, debemos acoger el veredicto de Bob Avakian sobre el sistema capitalista:
“Este sistema es total, criminal y despiadadamente demente. Es completamente obsoleto. Es decir, ha pasado desde hace mucho tiempo su fecha de caducidad — ha pasado desde hace mucho tiempo desde que pudo aportar algo positivo a la humanidad. Por el contrario, ya es un obstáculo directo para la emancipación de la humanidad de toda la demencia, los horrores y el sufrimiento innecesario. El ascenso del fascismo, en muchos países así como en el propio Estados Unidos, es una contundente señal de la obsolescencia total de este sistema y su creciente amenaza para toda la humanidad. Ya hemos llegado a un momento en el que es más urgente que nunca deshacernos de este sistema despiadado y de dejar atrás la situación actual — dejar atrás la situación en la que las personas están obligadas a luchar meramente por la supervivencia individual, enfrentadas entre sí en competencia y conflicto, mientras el futuro de la humanidad misma está cada vez más en peligro. Sin embargo, las masas en todas partes siguen atrapadas en las cadenas de relaciones opresivas y anticuadas.
“Pero ahora, es posible dejar todo esto atrás... Las contradicciones y los conflictos, tanto en Estados Unidos como a nivel mundial, seguirán causando importantes disrupciones y trastornos. Esto asestará duros golpes a la estabilidad del sistema, y en medio de la creciente turbulencia, será posible forjar y templar sobre una base científica a una creciente fuerza revolucionaria — consciente, comprometida y decidida, que abarque a miles de personas. Dicha fuerza puede desarrollar los medios necesarios para hacer frente a todos los desafíos difíciles, sentando las bases para dirigir a otros millones de personas en una revolución emancipadora — una revolución esencial para poner fin a esta demencia y crear una sociedad mucho mejor”.
(Pasaje, y traducción al español, de la entrevista de Bob Avakian con Sunsara Taylor, 2025)
En cada país, todos aquellos que no estén dispuestos a rendirse ante la situación actual deben participar en la organización de dicha creciente fuerza revolucionaria —comprometida y decidida, templada sobre una base científica—, capaz de desarrollar los medios necesarios para hacer frente a todos los difíciles desafíos de este camino y organizar sistemáticamente dicha revolución.
Con respecto a la revolución en Irán, los comunistas revolucionarios del Partido Comunista de Irán (marxista-leninista-maoísta) nos hemos organizado sobre la base de la nueva síntesis del comunismo (el Nuevo Comunismo) desarrollada por Bob Avakian, y hemos asumido conscientemente la responsabilidad de construir dicha fuerza en el camino de este tipo de revolución. Nuestro partido, en su “Programa y Manifiesto para la Revolución Comunista en Irán”, ha demostrado la necesidad de derrocar a la República Islámica de Irán mediante una revolución y reemplazarla por una República Socialista de nuevo tipo. Además, en el Anteproyecto de la “Constitución para la Nueva República Socialista en Irán”, hemos esbozado concretamente los principios, el carácter y el funcionamiento de ese futuro orden social socialista. La importancia vital de este documento estriba en que, sin desarrollar una alternativa clara y viable, no solo no podremos demostrar que está obsoleto el actual sistema de opresión y explotación, sino que los esfuerzos por cambiarlo serán infructuosos.
El modelo de una “Nueva República Socialista” desarrollado por Bob Avakian posibilita que la revolución rompa cabalmente con el obsoleto sistema capitalista. Pero también representa una ruptura crucial con el modelo del sistema socialista establecido por la primera ola de revoluciones comunistas en la primera mitad del siglo 20 — primero en Rusia y posteriormente, de forma más avanzada, en China. Como Bob Avakian demuestra en El Nuevo Comunismo, sin romper con las debilidades y errores de ese modelo anterior, no seremos capaces de encaminar a las futuras sociedades socialistas hacia el establecimiento del comunismo mundial y, por fin, emancipar a la humanidad de las ataduras de la sociedad de clases.
Estamos comprometidos con este camino. No obstante, es evidente que este camino complejo y desafiante no puede construirse sin que nuestra pequeña fuerza se transforme en miles de luchadores comprometidos y conscientes. Para construir este camino emancipador, la gente tiene que familiarizarse cabalmente con su objetivo y su urgencia; y tiene que crear un plan general para plasmarlo. Por todo el mundo, las masas de personas se alzan constantemente contra sus condiciones de opresión y explotación; luchan contra diversos aspectos del sistema existente — no obstante, espontáneamente, no conocen y no pueden conocer lo que en realidad es la revolución, por qué es posible, ni cómo se puede alcanzar y debe alcanzar. Por lo tanto, algunos caen en la desesperanza, mientras que otros siguen las intrigas y las fuerzas reaccionarias del statu quo. La ignorancia en masa es un peligro que nunca se debe subestimar, y hay que abordarla. Trabajadores, docentes, estudiantes —especialmente mujeres y jóvenes— deben adquirir conciencia revolucionaria y participar en su difusión. Ellos mismos deben comprender y explicar a los demás lo que está pasando en el mundo, por qué las cosas están como están, y cuál es la verdadera solución.
El sistema capitalista que domina al mundo inflige sistemáticamente sufrimiento, terror y destrucción ambiental a las personas. Pero hoy, este sistema está sumido en una crisis global, de la cual ha surgido un fascismo que intensificará y desenmascarará todos los horrores del sistema.
Irán se ha convertido en uno de los epicentros de esta crisis global. Esta crisis se manifiesta en la rivalidad imperialista (entre Estados Unidos, Rusia y China) por el dominio sobre Irán. Todas las negociaciones entre la República Islámica de Irán y Estados Unidos son, en realidad, parte de estas rivalidades entre grandes potencias. La República Islámica de Irán (RII) está atrapada en la vorágine de estas rivalidades imperialistas globales y también ha atrapado al pueblo iraní en ella. Esta situación demuestra que la RII es totalmente dependiente del sistema capitalista global. Debemos zafarnos de esta locura y trazar un camino decisivamente diferente para nosotros y para toda la humanidad.
La RII no solo carece de legitimidad entre las personas en Irán, sino que también ha perdido la lealtad entre muchos elementos de su base social. El proceso de negociaciones con Estados Unidos ha socavado severamente sus cimientos ideológicos, impulsando la desesperanza y ensanchando las divisiones entre sus facciones. La situación política en la sociedad está cambiando rápidamente. En estas condiciones, debemos difundir una conciencia en la población de que cualquier cambio impuesto por las potencias imperialistas —ya sea por rivalidad o confabulación entre éstas— dejará sin tocar el sistema fundamental de opresión y explotación en Irán, aunque conduzca a un cambio de régimen.
Si libramos la lucha contra la República Islámica de Irán sobre la base de un análisis erróneo de las causas raíces del problema y nos alineamos con los imperialistas estadounidenses y sus sustitutos en la búsqueda de la liberación de la RII y sus puntales imperialistas (Rusia y China) — el resultado únicamente será una situación aún más horrorosa. Existe únicamente un camino que sirve a los intereses de la mayoría de la población en Irán, y es el camino de derrocar a la República Islámica de Irán y de reemplazarla por un sistema socialista (basado en el anteproyecto de la “Constitución para la Nueva República Socialista en Irán”).
Hoy, el sistema capitalista mundial se encuentra sumido en una de las crisis más severas de su historia. Esta crisis nos presenta una oportunidad excepcional —mediante un esfuerzo consciente, organizado y estratégico— para construir activamente el camino de la revolución y acelerar su avance a fin de lanzarla hacia el triunfo final.
Dondequiera que todavía no existan fuerzas comunistas revolucionarias basadas en el Nuevo Comunismo, debemos trabajar colectivamente para ayudar a desarrollarlas; donde ya existen (tal como en Irán y en Estados Unidos), debemos fortalecerlas con urgencia por todos los medios posibles. Inclusive un grupo pequeño pero organizado de comunistas revolucionarios, de estar armado con la línea política e ideológica correcta, puede transformar la ecuación política mediante esfuerzos incansables. Dicha fuerza puede unir las luchas dispersas de las personas en torno al eje de la revolución y aprovechar todo suceso social para acelerar las condiciones revolucionarias y, en última instancia, alcanzar una revolución triunfante.
Con motivo de este Primero de Mayo de 2025, comprometámonos a no dejar que el sistema capitalista imperialista supere sus propia crisis, prolongue su propia existencia y continúe con sus crímenes de lesa humanidad.