La forma en que se libra una guerra dice mucho sobre la naturaleza del poder que libra esa guerra. Desde sus inicios, las fuerzas armadas de Estados Unidos han perpetrado genocidios contra los indígenas, ha invadido, ocupado y organizado golpes de estado por todo el mundo, ha lanzado bombas nucleares sobre poblaciones civiles, y ha bombardeado con napalm (gelatina incendiaria) a aldeas agrícolas y a todas las personas que vivían en ellas, ha entrenado a legiones de escuadrones de la muerte mata-bebés, ha asesinado a líderes que no eran de su agrado, ha bombardeado a fiestas de bodas con drones (aviones no tripulados); y mucho más. Además, han mentido sobre todo esto.

Los líderes de Estados Unidos, tanto demócratas como republicanos, no solo continúan presentándose como los "buenos" que luchan por la democracia y la "libertad", sino que demasiadas personas en este país piensan así. La guerra de sustitutos en curso que Estados Unidos está librando en Ucrania no es una excepción. No es en el fondo una guerra entre “democracia y autocracia, o autoritarismo”. Es una guerra entre potencias imperialistas rivales, en la que Estados Unidos y la OTAN están utilizando al pueblo y al ejército ucranianos para promover sus intereses, cada uno trata de imponerse como la potencia mundial dominante.

Considera lo que se puede aprender sobre la naturaleza de la guerra de sustitutos que Estados Unidos está librando en Ucrania a partir solamente de los siguientes dos incidentes y revelaciones, que ocurrieron o salieron a la luz en las últimas semanas.

Las explosiones del gasoducto Nord Stream — el crimen y el encubrimiento

En septiembre de 2022, explosiones destruyeron dos importantes gasoductos de gas natural bajo el mar Báltico: Nord Stream 1 y 2. Los gasoductos, que se extienden desde Rusia hasta Alemania, eran un importante proveedor de gas natural para Europa Occidental. Los funcionarios de la administración de Biden culpó apresuradamente a Rusia, y Joe Biden dijo que las explosiones fueron “un acto deliberado de sabotaje”. Prometió que Estados Unidos “llegaría al fondo de lo que realmente… sucedió”.

El 6 de junio, el Washington Post reportó que un informe de inteligencia europeo indicó que el ejército ucraniano había planeado un ataque a los gasoductos submarinos. Un equipo ucraniano de buzos, bajo el mando directo del comandante en jefe del ejército ucraniano, ejecutó las operaciones. El artículo decía que “la administración de Biden se enteró de esto por medio de un aliado cercano” en junio de 2022, tres meses antes de las explosiones.

Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, no fue informado deliberadamente de los detalles operativos de la misión de sabotaje, para que pudiera afirmar “plausible deniability” (que no sabía lo que iba a pasar) en cuanto al ataque. Lo que aún se desconoce es el grado de participación de Estados Unidos en el entrenamiento y suministro de los saboteadores, y qué exactamente sabían Biden y otros altos funcionarios estadounidenses al respecto. Como informó el Post, cuando los funcionarios estadounidenses y de la OTAN se reúnen para planear sus próximos pasos en la guerra contra Rusia, todos saben que no deben “hablar de Nord Stream”.

Fuerzas ucranianas usan insignias nazis — la administración de Biden se encoje de hombros: "¿cuál es el problema?"

Recientemente, han salido en los medios de comunicación occidentales numerosas fotografías que muestran a soldados ucranianos con insignias nazis en sus uniformes. El New York Times y otros importantes medios de comunicación de Estados Unidos han intentado minimizar su importancia. Básicamente, argumentan que no es motivo de preocupación que nazis reales —ya sabes, el tipo que se pone el símbolo de la esvástica en su casco— están luchando en nombre de Estados Unidos. Como dijo Jennifer Cafarella, del Instituto para el Estudio de la Guerra, en PBS: “a veces el enemigo de mi enemigo es mi amigo en la guerra”.

Los nazis abiertos han sido durante mucho tiempo parte del ejército ucraniano. Andriy Biletsky, un supremacista blanco y fundador del fascista Batallón Azov, dijo en 2010 que el propósito nacional de Ucrania es “liderar a las razas blancas del mundo en una cruzada final… contra los Untermenschen [alemán para personas inferiores] que son dirigidos por los semitas [los  judíos]”. El apodo de Biletsky es “Bely Vozd”: “gobernante blanco”. El Batallón Azov ha formado parte de la Guardia Nacional de Ucrania desde 2014.

Según el Times, los parches con la imagen de una calavera y huesos cruzados que se llama la Cabeza de la Muerte se ven con "cierta regularidad en los uniformes de los soldados [ucranianos] que luchan en la línea del frente". La imagen de la Cabeza de la Muerte se volvió infame en todo el mundo cuando la usó una unidad nazi que vigilaba los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. El Times despreocupadamente y sin comentarios acepta la excusa de que los símbolos que exultan en el genocidio del pueblo judío de alguna manera adquieren un significado diferente, y no tan amenazante, cuando los exhiben los ucranianos. Cita con aprobación a un soldado que dijo que la Cabeza de la Muerte “simboliza la soberanía y el orgullo ucranianos, no el nazismo”. Aquí hay un hecho para considerar al pensar en lo que podría significar ese símbolo en Ucrania: “Más de una cuarta parte de las víctimas judías del Holocausto, aproximadamente 1,5 millones de personas, fueron asesinadas dentro del territorio de lo que ahora es Ucrania”. (nuestro énfasis)

Al parecer, la redacción del Times piensa que los nazis abiertos que luchan por la defensa de lo que Joe Biden y otros líderes occidentales llaman “democracia” son simplemente un problema de relaciones públicas, y uno sin importancia. Los lamebotas como Sean Penn y Timothy Snyder probablemente no tengan ningún problema con eso.

¿Y tú? ¿Qué te dice esto sobre la guerra que Estados Unidos está librando por medio de sus sustitutos ucranianos? ¿Y qué crees que deberías hacer al respecto?